domingo, febrero 05, 2006

NUEVOS COMPOSITORES CHILENOS Ellos cantan solos

Crecieron en un país donde la música juvenil salía casi siempre de bandas, admirando a tríos y cuartetos que hablan de sí mismos en plural. Aunque su sonido y códigos formales son diversos, hay al menos algo en común en varios nuevos cantautores solistas chilenos: la convicción de que con su voz basta.

La Nación

Marisol García

Los símbolos musicales chilenos deben apretarse para salir en la foto. Tras el paso luminoso de la Nueva Canción Chilena -que sí impuso a solistas suficientes para llenar discos enormes-, la música popular local ha sido asunto de hermandades eternas (Los Jaivas), tríos de afectos impredecibles (Los Prisioneros) y sociedades de provincia dispuestas a enfrentar unidos la amenaza capitalina (Los Tres). Con esos referentes crecieron quienes hoy se aplican en la música a sus 20 ó 30 años de edad. Sufren, por eso, la comparación constante con los símbolos de la cantautoría extranjera: Dylan, Spinetta, Silvio.
La distancia generacional con esos nombres es significativa. Los nuevos cantautores ya no cargan con la obligación de antaño de representar una voz colectiva. Tampoco son fundamentalistas con su condición de solistas, e incorporan a los colaboradores que les ayuden a llevar a buen puerto sus ideas. Su aproximación a la canción es tan respetuosa como estética, en el sentido de poner todo a disposición de piezas que, al menos en el caso de estos tres chilenos, han revelado una exposición emocional que probablemente envalentone a quienes les sigan. Pocos músicos chilenos han sonado tan transparentes evitando los clichés de la balada. Sus arreglos, por lo demás, reflejan que están abiertos a la multitud de influencias que caracteriza a la época del “download”: los jóvenes cantautores no tienen por qué circunscribirse, como antes, a un género. Si sus discos parecen imaginativos es porque hay en ellos un valioso desprejuicio.

LEO QUINTEROS (30 AÑOS)
Nuevo disco: “Leo Quinteros, ahora!” (Cápsula Discos)
Single en radios: “Fiesta pagada”
Comentan: “No hay razón para dejar pasar este disco. Ni siquiera el gusto enraizado por el pop radial. Gustavo Cerati mataría por un caudal de ideas tan frescas” (Emol).
Trayectoria: Hasta entonces con título y experiencia laboral de abogado, Quinteros trabajó durante el 2003 un primer disco (“Fallando”), del cual logró ubicar en Vía X el video para el tema “Invisibilidad”. Un año más tarde presentó “1A”, un trabajo de inequívoco carácter de autor, en el que el nativo de Arica introducía las que hasta hoy son sus principales fortalezas: un canto cuidado, letras profundas de reflexión entre sentimental y urbana, y melodías vigorosas a disposición de canciones planteadas y desarrolladas como tales. A falta de grupo, Quinteros patentó en Chile el concepto de lo que alguien calificó como “hombre-banda”: una disposición de trabajo en vivo que lo apoya únicamente en su guitarra y una máquina de samplers capaz de texturas que parecen infinitas. Algunas de sus presentaciones incluyen al baterista Cristián Sotomayor o el bajista Gonzalo Planet.
Por qué canta solo: “Más que nada, por necesidad. Nunca encontré gente con la que compartiera una devoción por las canciones y las letras. Existe mucho músico enamorado de su instrumento, casi freudianamente, y otros preocupados por cosas aun más absurdas. En todo caso, no siento que lo mío sea trova, sino música popular. Aunque esté solo”.
Su método: “En términos sonoros soy bien jodido. Si haces un registro, tiene que ser claro, porque si no altera lo que quieres registrar. En el ‘1A’ tenía una estética a la cual quería llegar y llegué. Ahora quería hacer las cosas de una manera. Y también siento que lo logré”.
Sus versos: “Cuando chico leía mucho. Hoy leo arbitrariamente. Para mí, las palabras son importantes porque si no puedes nombrar algo es porque no lo entiendes. Ezra Pound decía que la poesía era mezcla de ritmo, imagen y contenido. Algo de eso me interesa, aunque tampoco creo que yo sea capaz de llegar tan lejos. Digamos que prefiero plantear las cosas de una manera clara, aunque se trate de algo muy confuso”.

GEPE (DANIEL RIVEROS) (24 AÑOS)
Nuevo disco: “Gepinto” (sello Quema Su Cabeza)
Single en radios: “Namás”
Comentan: “... un compositor que se hunde en sus raíces para dar salida a composiciones de alcoba, canciones de cuna que dan espacio a la imaginación, a una lírica sencilla y poética, y al sonido puro de los instrumentos autóctonos. Ideal para sumergirse en un sueño plácido con identidad nacional y para estimular el ingenio musical” (sitio web Super 45).
Trayectoria: La existencia de Daniel Riveros experimentó algo parecido a una revelación cuando, a los 13 años, escuchó por primera vez al grupo neoyorquino Sonic Youth. Su estética, su intensidad y su filosofía lo influenciaron de tal modo que se aplicó de inmediato a componer canciones, inspirado tal vez por aquella máxima punk del “cualquiera puede hacerlo”. Pero la relación de Riveros con la música era ya un asunto infantil, con una primera batería a los cinco años y sucesivos ensayos sobre la guitarra y el teclado. Sus primeras composiciones quedaron registradas en decenas de casetes que aún nadie más conoce. El trabajo público de Riveros comenzó en el dúo Taller Dejao (junto a Javier Cruz), cuyas presentaciones fue alternando con sus propias experimentaciones solistas. Publicó en el 2004 el EP “5x5” y, un año más tarde, “Gepinto”, quizás el más alabado disco chileno independiente del 2005. A veces baterista para Javiera Mena, Riveros cumple también con estudios de diseño gráfico. Pasó hace un tiempo por los Hare Krishna: “Me encantaba que cantaran, pero no me la pude con la autodisciplina; es demasiada”, explica.
Por qué canta solo: “Creo que, mientras más desnudas, las canciones son más sensibles y directas. No me interesa mediatizarlas. Además, había llegado a un momento en que lo que hacíamos con Taller Dejao no me tenía contento”.
Una influencia: “’Run Run se fue pa’l norte’ es la canción más linda que he escuchado en mi vida. Esa capacidad que transmite Violeta [Parra] para aceptar la desgracia, esa... ‘displiscencia’ que para mí tiene ella, en el sentido de mostrarse siempre de a poco, como guardando distancia”.
Una reflexión: “Creo que en Chile ha habido mejores letristas que músicos, porque somos un país de tradición oral. Esa expresión de ‘contar el cuento’ lo refleja. Sin embargo, no me siento con la autoridad para decir nada en plan de consejo; me importa mucho más transmitir un sentimiento que sea real: ser honesto con la alegría, con la tristeza, con la pobreza... Me interesa mucho que mi disco se entienda”.

MANUEL GARCÍA (35 AÑOS)
Nuevo disco: “Pánico” (sello Alerce)
Single en radios: “Tu ventana”
Comentan: “Uno de los lanzamientos musicales chilenos del año. Es un disco denso, de tanta música que encierra, y con él Manuel García gana espacio entre los mejores nuevos autores populares chilenos” (Emol).
Trayectoria: Manuel García aún es parte del grupo Mecánica Popular, el cual fundó en 1999 y con el que ha publicado hasta ahora tres álbumes. Antes formó parte del conjunto Coré, y ha trabajado en musicalizaciones para teatro y documentales. Nacido y criado en Arica, siguió en esa ciudad estudios de música e historia y geografía. Ya cumplió 10 años de residencia en la capital y asegura que se siente cada vez “más santiaguino”. Es probable que del material sobrante de “Pánico” -un álbum producido por el cubano Fidel Orta- publique pronto otro álbum, si bien su prioridad será en el 2006 la grabación con Mecánica Popular.
¿Por qué canta solo?: “Creo que ‘Pánico’ es un disco muy solista porque los temas que trata son muy íntimos, y les tengo mucho cariño. No hay ninguno que si se toca en guitarra no funcione. Sin embargo, también yo he sido siempre un compositor que trabaja sobre sus límites, y jamás le quitaría a una canción algo que otro músico le pueda aportar, por una cuestión de ego [en el disco, de hecho, se escuchan piano, violines, acordeón, percusiones y contrabajo]. Siento que el disco es una suma de ideas, pero totalmente dentro de la sonoridad que yo imaginaba”.
Sus influencias: “Este es un disco de guitarras; o, más bien, de un cantante y su guitarra. Eso para mí significa Thom Yorke haciendo un unplugged de Radiohead. O Silvio Rodríguez haciendo ‘Días y flores’. O la Violeta en ‘Últimas composiciones’. O Atahualpa Yupanqui”.
Sus versos: “Esencialmente, éste es un disco de canciones de amor, que se van atravesando con algunas obsesiones que tienen que ver con la historia reciente. Quería hacer un disco que reflexionara sobre la historia chilena y latinoamericana, que es la que a mí más me inquieta. Ahí cabe, por ejemplo, ‘El viejo comunista’. Por otro lado, fue inevitable incorporar canciones de amor. ‘Hablar de ti’ es como una especie de salvavidas que me tiré yo mismo. Hay veces en que una relación amorosa comienza a transformarse en una crisis existencial, y entonces te das cuenta de que quizás lo que necesitas es vivir dentro de los recuerdos de la otra persona. Ser el pasajero entre los sueños es una forma de vivir en alguien también. Para eso sirven un poco las canciones”.
Su canto: “Creo que la afinación es importante, pero también la sinceridad de cómo se canta. Me importa que, cuando se escuche lo que estás cantando, tenga sentido. Que los defectos que puedan ocurrir a la hora de enfrentarse a los micrófonos sean lo más cercano posible a lo que quieres decir”.

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