domingo, diciembre 27, 2009

Canto a lo Divino

El canto a lo divino es una de las expresiones mas profundas de nuestra tradición. En ella el pueblo interpreta en música y poesía distintos hechos bíblicos. Su entonación, su canto, su poesía es esencia misma de la tierra, son mensajes transmitidos de generación en generación a través de la poesía popular.
Esta expresión de nuestra identidad se mantiene alejada de los medios de comunicación, y no es de extrañar, ya que esta expresión esta alejada de los cánones que actualmente manejan los medios y los difusores culturales.
A pesar de todo, su fuerza y su profundidad no desaparecen, y poder verlos y oírlos en entrar en contacto con la sabia profunda, con el latido fundamental de nuestra tierra.
En esta oportunidad lo que escucharemos son cantos por el niño dios. Además en el programa hacemos una breve presentación del significado del canto a lo divino, su forma poético musical, y su vigencia actual en Chile.
Este registro se realizó en la biblioteca nacional de Santiago de Chile en Diciembre de 2009 con equipos propios.

A todos los que posan su mirada y sus oídos en este espacio, espero que hayan tenido una feliz navidad, y les deseo un feliz año 2010.
Un fuerte abrazo

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domingo, diciembre 13, 2009

Premian a dos grandes cultores de la cueca


PATRIMONIO Investigación, docencia y canto



El "Premio a la Cueca Chilena, Samuel Claro Valdés", en su tercera versión, lo obtuvieron Raquel Barros y Osvaldo Gajardo, dos notables exponentes del género.

Magaly Arenas Zapata
No es septiembre pero la cueca está más viva que nunca en la ciudad. Para los cuequeros da lo mismo el mes porque el baile es demasiado potente y no se deja abandonar. La entrega del Premio Samuel Claro Valdés -musicólogo, gran estudioso de la cueca- es otro motivo para celebrar, porque dos maestros del género lo recibirán: Raquel Barros y Osvaldo Gajardo. Las distinciones son otorgadas por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, la Universidad Católica y minera Escondida

"El Premio Samuel Claro fue una idea de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile. Ellos quedaron fascinados por el mundo de la cueca y nos propusieron, a la Universidad Católica, instaurar este galardón", recuerda Carmen Peña, investigadora y docente del Instituto de Música de la UC.

-¿Por qué los jóvenes están tan interesados por la cueca?

"Creo que tiene que ver con la globalización -sostiene la profesora Peña- si bien la globalización abre muchos mundos, también es un proceso que requiere instalarse, a veces inconscientemente, en un lugar. De ahí esta valorización de lo propio. Por otro lado, apareció el libro "Chilena o cueca tradicional" donde se explica, paso a paso, cómo es el mundo de la cueca. Eso interesó a los jóvenes que tienen sus propios espacios, un submundo dentro de otros mundos, como lo puede ser el hip hop, el rock, la música clásica, y quisieron saber más porque sintieron que la cueca es una experiencia muy rica. Salieron discos, aparecieron sitios web , hubo más recitales, se mediatizó y captó a la gente joven".

El jurado de esta versión estuvo integrado por Carmen Peña y Eugenio Rengifo, por la Universidad Católica; Roberto Fuenzalida y Rodrigo Torres, por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile; Mario Rojas, de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor y Óscar Agüero.

La señora de la cueca

Sorprendida estaba Raquel Barros cuando supo del premio. De puro modesta, según cuentan quienes la conocen y han seguido su prolífica y extensa trayectoria. Esta mujer de mucho humor, risueña, con sus recién cumplidos 90 años, le ha dedicado la vida entera a la cueca, a enseñarla, a estudiarla y bailarla. Su aporte es extenso, tiene publicaciones, recopilaciones, larga experiencia como docente, ha sido jurado de la Competencia Folklórica "Festival de Viña del Mar'', directora del Ballet Folklórico Nacional, Bafona, decana de la Facultad de Ciencias de Artes Musicales y de la Representación de la Universidad de Chile 1974-1975; y creadora y presidenta de la Agrupación Folclórica Chilena desde 1952 a la fecha, siendo el conjunto folclórico más antiguo del país. (En otra actividad, mañana lunes se realizará la presentación del libro "Agrupación Folclórica Chilena Raquel Barros 1952 - 2009", en la sala América de la Biblioteca Nacional).

-¿Cómo se interesó por la cueca?

"Mi madre bailaba cueca cuando las señoras la bailaban pocazo, porque era un baile de las campesinas. La que le había enseñado le dijo: 'patrona, si la cueca no se enseña, la cueca es la vida, el hombre ruega y la mujer se echa para atrás. Al final, como la mujer es frágil...'. Esa explicación me sirvió mucho para aprender la cueca y para enseñarla''.

"La cueca siempre tiene algo de personal en el sentido de que hay un diálogo, y un diálogo no puede ser una repetición de una fórmula, sino que tienen que ser unas preguntas y unas respuestas".

Raquel Barros cree que la cueca ha cambiado porque la situación de la mujer es distinta por el cambio en las relaciones de poder. "La cueca que bailaba mi madre era con mucha coquetería, pero era el hombre el que definitivamente mandaba. Hoy en una cueca bailada en Santiago no es tan claro que mande el hombre'".

"Ha cambiado la cantidad de instrumentos y el tipo de voces. Antes se usaba arpa y guitarra o guitarra sola, cantando una o dos voces, sólo mujeres, en cambio ahora en la ciudad se ha incorporado más gente y están cantando más hombres. Aunque esencialmente la cueca de tres vueltas sigue siendo la misma y siempre termina en un suspenso. Termina como en una pregunta, no se resuelve. Es un poco como nuestro territorio, que estamos entre la cordillera y el mar en un equilibrio inestable, esperando el próximo terremoto".

El cuequero paleteado

Osvaldo Gajardo es uno de los cuequeros más importantes del país, con su canto y su dirección de Los Paleteados del Puerto ha dejado un legado poético musical, no sólo en Valparaíso, sino que en todo el país, causando gran impacto en la juventud.

"Sinceramente recibo este premio con mucha humildad -dice Gajardo desde el puerto- porque sé que hay mucha gente y muy buena en el mundo de la cueca. Por eso me llena de emoción más que de orgullo el recibir este premio".

Quizás para los más jóvenes, Los Paleteados del Puerto -integrado por Gloria Arancibia, Elías Zamora, Athol Gemmel y Fernando Leiva- sea lo más representativo del trabajo de Gajardo, quien dirige al grupo desde 1991. Pero la verdad es que Gajardo es uno de los más grandes cultores de la cueca desde hace más de 70 años. A este cuequero no le gusta eso de la cueca con apellido. "Soy enemigo de las diferencias, para mí la cueca es una sola. Hay variantes -la urbana, la brava, la porteña-, pero en el fondo cada cual la baila como la siente, las diferencias no se justifican".

Gajardo ha participado en el Festival de Viña del Mar y de Olmué, y en muchos otros. Ha recibido el Premio Altazor y el Apes. Fue uno de los fundadores del primer club de cueca en el puerto, conocido como el "Club de Cueca Valparaíso". Dirigió numerosas agrupaciones. Recientemente la canción "200 primaveras'', de Ricardo de la Fuente e interpretada por Los Paleteados del Puerto, fue elegida la Cueca del Bicentenario.

"Los viejos nos hemos dado cuenta de que han surgido nuevos grupos de cueca y eso siempre es muy valioso", dice el líder de Los Paleteados del Puerto.

Para Eugenio Rengifo, el Premio a Osvaldo Gajardo "es un reconocimiento a la difusión de la cueca porteña, una visión diferente de nuestro baile nacional y la peculiar forma de interpretarlo que le otorga este grupo, con toda la carga emotiva de Valparaíso. Un premio a quienes mantienen viva y renovada al baile criollo".




Samuel Claro, un estudioso de la cueca
Fallecido en octubre de 1994, Samuel Claro dedicó su vida al estudio de la música, a la investigación. Una de ellas la hizo con Fernando González Marabolí, quien le entregó muchas cuecas y una peculiar teoría sobre su origen, las que fueron recogidas y comentadas por Claro -junto a Carmen Peña y María Isabel Quevedo- en el libro "Chilena o Cueca tradicional, según las enseñanza del matarife Fernando González Marabolí''.

"La entrega de este premio me emociona porque mi marido dedicó mucho de su vida al estudio de la cueca. El tenía una verdadera vocación de investigador. Estoy segura que en el cielo está feliz de saber que Raquel Barros ganó porque no hay persona que se lo merezca más, ha dado su vida a la cueca, no sé cómo no se lo había ganado antes'', dice Patricia Swinburn, viuda de Claro.

Con gran cariño Raquel Barros recuerda a Samuel Claro, "era una maravilla trabajar con él, era una persona tan capaz, aprendí mucho de él, a pesar de que era bastante más joven que yo. Creo que Samuel no bailó en su vida una cueca, pero fue un gran, gran estudioso de ella''.

Samuel Claro sería el más feliz viendo cómo se baila cueca en Santiago todo el año en El Huaso Enrique, en el Atlético, o en Valparaíso en "El rincón de las guitarras'', y visitando sitios web como www.cuecachilena.cl

Fuente: El Mercurio

La conexión de la sicodelia con el cartel chileno




Un grito en la pared" Gráfica chilena, hippismo y política:

¿Qué tienen en común la sicodelia pequeñoburguesa de los 60, las reivindicaciones sociales de los 70, una tienda en el Drugstore, Inti Illimani y Bono? Nada menos que el cartel chileno.



Óscar Contardo
En la introducción del libro de historia gráfica chilena "Un grito en la pared", de Mauricio Vico y Mario Osses, se hace referencia a una frase de Susan Sontag. En uno de sus ensayos la escritora sostiene que el afiche publicitario es una expresión de la estabilidad política y económica de una sociedad. Por el contrario, allí donde hay una proliferación del cartel de vocación política lo que se respira es crisis.

Chile, en ese sentido, ha estado en ambos lados de la frontera trazada por Susan Sontag. "Un grito en la pared" es una especie de tentativa de iniciar una costura entre ambas orillas, explorando la relación entre el cartel sicodélico hippie surgido a fines de los sesenta, el político setentero y el cultivado durante el exilio en Europa y Estados Unidos.

Desde hace poco más de una década, un puñado de diseñadores chilenos se ha encargado de hacer un trazado histórico y patrimonial de la gráfica chilena, indagando en una tradición que se inicia en la Escuela de Artes y Oficios de la U. de Chile y se esparce en la medida en que el siglo avanza al paso de las convulsiones políticas y las transformaciones económicas. Desde "El Cartel Chileno" (Ediciones B), de Eduardo Castillo, hasta "Marca Registrada" (Ocho Libros), de Pedro Álvarez Caselli, han intentado atar cabos sueltos y darles una narrativa congruente a las imágenes de afiches políticos, carátulas discográficas y gráfica publicitaria de la segunda mitad del siglo XX.

"Un grito en la pared" sigue la misma ruta y pone acento en la historia. Le da un marco social al desarrollo del cartel y tiende un puente entre la sicodelia hippie mirada con suspicacia por la izquierda chilena y el afiche de compromiso político.

"La sicodelia fue un referente importante en el recambio del concepto del cartel en Chile", apunta Mauricio Vico, diseñador y académico de la Utem. Los autores fijan en 1967 un punto de inflexión. Ese año, junto con las carátulas de los grupos rockeros como los Mac's y los Jockers, se suceden y traslapan una serie de hitos que anuncian el desembarco en Chile de la estética sicodélica tributaria del pop art, el op art, el hippismo y la contracultura californiana con todas sus motos buscando nuevos destinos y otras yerbas.

"En muy poco tiempo surgen muchas cosas. Ese año se lleva a cabo el Festival de la Nueva Canción Chilena en la UC, llega la minifalda a Chile y se abre la tienda Postershop, de Guillermo Núñez y Patricia Israel", comentan los autores.

Guillermo Núñez volvía de un viaje por Estados Unidos, allí descubrió el potencial estético del formato cartel más allá de los propósitos informativos. En Chile, junto a Patricia Israel, fundó Postershop, primero en Bellavista luego en el Drugstore de Providencia, foco del embrionario hippismo local. Más burgués y californiano que proletario y cubanizado, ese hippismo era mirado con sospecha por la izquierda, la que finalmente adoptaría algo de su estética y la adaptaría a los carteles políticos. "Muchos de sus elementos (del cartel sicodélico) fueron incorporados a una gráfica más "militante", precisamente para llegar a una mayor cantidad de usuarios". De hecho, los diseñadores Antonio y Vicente Larrea -considerados los creadores de la "imagen corporativa" de la Nueva Canción Chilena junto a Luis Albornoz- sostienen que la exhibición en el país de la película "El submarino amarillo", del alemán Heinz Edelmann, fue "determinante para los cambios que experimenta el diseño en Chile a partir de la segunda mitad de los sesenta".

Con mayor o menor timidez, la influencia del hippismo se plasmaba en afiches militantes, carátulas de discos y revistas. Desde la irrupción de Paula hasta la revista gubernamental Onda, que incorpora elementos de estética sicodélica en la medida de lo posible para su orientación política, reemplazando los influjos hinduistas por la reivindicación indigenista y la tipografía ondulante por una más discreta aunque igualmente irregular. "Eran influencias suaves, menos exacerbadas, más residual que aquellos carteles de la sicodelia norteamericana", acota Mario Osses.

Pero en mayor o menor medida conectadas, ambas vertientes creativas corrieron la misma suerte después del golpe. En adelante todas las barbas serían dignas de sospecha y el nuevo nicho de desarrollo publicitario evitaría cualquier referencia a la estética con reminiscencias militantes o hippies.

La historia del cartel continuó, pero fuera de Chile.

"La gente que se va se lleva esto como un imaginario cultural, como un sedimento y lo sigue desarrollando en sus países de destino", explica Mario Osses.

En Europa la tradición iniciada en Chile continuó ahora en otro tono. Ya no son los sueños revolucionarios o el futuro esplendor. El tono se acerca al lamento y el tema siempre será el mismo: la denuncia de los crímenes contra los derechos humanos y la recuperación de la democracia. Hay figuras recurrentes. Vico y Osses han logrado reunir ciento cuarenta afiches distintos con la misma figura: la de Víctor Jara.

En Estados Unidos, en cambio, el cartelismo en el exilio se abre a otras causas. No es sólo el retorno de la democracia en Chile, sino que también la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, la causa palestina en Medio Oriente y la violencia política en Centroamérica. "Es muy difícil dar con el nombre de los autores de muchos de esos carteles. Una excepción es René Castro, quien, además de hacer carteles de denuncia, se transformó en diseñador escenográfico de U2 y en amigo de Bono".

La Bienal del 74
"Para una cultura democrática y antifascista" fue el lema de la Bienal de Venecia de 1974. Quizás la versión de la Bienal con mayor presencia chilena en la historia de la muestra. En esa oportunidad y repartidas en varias salas de exposiciones se mostraron piezas del cartel chileno desarrollado en los 70. "Entre los carteles destacaron una versión depurada de "x Viet-Nam" y "Desármelo y Vótelo" de Guillermo Núñez, "No a la Sedición" de José Balmes, algunos trabajos de los hermanos Larrea y los diseños característicos de la brigada Ramona Parra", apuntan los autores de "Un grito en la pared". Además de la representación de afiches, en esa oportunidad Roberto Matta participó de la Bienal con un mural realizado en las calles de Campo San Polo.

Ninguna de estas exposiciones fueron dadas a conocer en Chile. "El solo hecho de su exposición en un evento de arte italiano elevó estos trabajos a la categoría de manifestación artística que en Chile nunca pudieron tener", apuntan Vico y Osses.


fuente: El mercurio

domingo, diciembre 06, 2009

Victor Jara

Queremos recordar su alegria de vivir en una revisión de su discografía solistas mas sus mas importantes desarrollos artísticos.

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Vicente Bianchi-Jueves 3. Municipalidad de Providencia

Era un concierto de navidad lo que nos esperaba ese día, y para mi iba a ser la primera vez que vería dirigiendo a don Vicente Bianchi. La ceremonia comenzó como todo acto oficial: Gente bonita en las primeras filas, locutor oficial, palabras del alcalde, un padre que iba presentando en sus palabras cada sector de la municipalidad que comenzaría a ser iluminada (un discurso perfecto, seguramente iluminado por dios); fallas en la iluminación de navidad, musicos que comenzaron a tocar sin ser presentados, etc.
Hace unas semanas me comentó don Vicente que él solo dirigiría, que la orquesta y el coro lo ponen la municipalidad y que el iba a unirse con los musicos en los ultimos ensayos.
Cuesta reconcoerlo, pero los musicos profesionales de musica de concierto confían demasiado en su profesionalismo, en su capacidad de lectura a primera vista; y los primeros instantes del concierto así lo denotaron: una orquesta y un coro totalmente descuadrado, una solista soprano que no sabía donde entrar, ni a que pulso interpretar la obra. Tal vez les faltó la humildad de ver en Don Vicente a un maestro al cual hay que escuchar, y deberían haberlo escuchado en concienzudos ensayos, pero parece que eso no ocurrió.
A partir de la tercera obra la agrupación comenzó a mostrar un sonido mas prolijo; y la directora del coro Silvia Sandoval pudo acercarse tranquilamente al sonido para corregir ciertos problemas de equalización.
A partir de ahí se pudo apreciar de mejor forma los arreglos de Don Vicente para obras tradicionales del repertorio navideño, incluso incorporando el aleluya de la misa a la chilena; arreglos precisos, auditivamente sencillos, hermosos.
pero de repente uno podía sentir que todo se desarmaba o que podía caer a borbotones...

Don vicente, con su fragil apariencia puede aún dirigir con maestría, solo faltan musicos que se pongan a la altura que les corresponde al estar en frente de tal figura de la musica nacional.

Velorio Víctor Jara

Ese día me hice presente en los funerales de Víctor Jara. Fue una visita corta pero fuerte. Caminar, rodearlo, y tocar el feretro.
Me lleno una sensación de angustia, de temor, de rabia, de dolor, de sufrimiento, me quebre en millones de respiros.
Tal vez fue todo lo que significa Víctor, todo lo que su figura encierra, todo lo que podría ser y jamás fue al ver truncada su vida.
Es cierto, hay que tratar de recordarlo siempre sonriendo, pero es dificil con el dolor que transmite su cuerpo.
Su alegría se borra con este dolor.

Espero que al final de los tiempos su horrible muerte no cubra su ser, su obra, su alegría...
Soñemos con Víctor vivo y alegre, con su sonrisa en la mirada.

Cantata Rock-4 Diciembre. Teatro Oriente

La cantata santa María es una obra mayor, y abordarla fuera de su rango tradicional es un real desafío para quien se arriesgue.
Hace un par de años presencie la puesta en escena de la obra en variante rock interpretado por los 4 integrantes de chancho en piedra mas Oddó, Venegas de Quilapayún; y Salinas y Julio del Inti Histórico, en pleno paseo Bulnes. Fue un buen apronte, bien entregado, con una correcta puesta en escena…
Según lo que he podido leer en los medios, esta idea de retomar la cantata en variante rock fue pensado como un gran espectáculo, casi rayando los cánones de una opera rock, con una potente puesta en escena. La falta de interés de auspiciadotes y patrocinadores, determinó que el proyecto se viera reflejado en la esencia: grabar la nueva propuesta y presentarla cuando fuera posible.
El día viernes 3 de diciembre fue la oportunidad de ver esta puesta en escena, después de varios meses en que el CD ya se encontraba en la tienda.
Lo primero a consignar es el retraso en el inicio de la obra, la cita era a las 21.30, y el concierto empezó por lo menos 30 minutos después, y lo que es peor: el concierto hubiera comenzado con mucho menos público si el inicio hubiera sido en punto. Lo que afecto el inicio fue el peligro de partes a los automóviles que estaban fuera del teatro a manos de inspectores municipales, y lo otro fue el problema técnico de conectar el contrabajo a la línea de sonido, pasaron mas de 10 minutos y los técnicos no pudieron hacer que saliera, hasta que ocurrió el milagro.

Pasado de las 22.00 horas comenzó el concierto, una cuidada puesta en escena, buen manejo de la iluminación, el telón de fondo eran lienzos blancos que se acoplaban fácilmente a las combinaciones de luces.
Desde el principio hasta la última nota interpretada fue una entrega mas madura, más cuidada, más elaborada tanto a la primera entrega como en la edición del disco. Cada nota, cada voz, cargaba con un grado de intensión e intensidad superior; cada músico estaba entregando la obra con una mayor sensibilidad, en esto se sumo un mejor manejo de efectos sonoros a través de un notebook manejado directamente en escenario por Lalo, mas un relato entregado en forma espectacular por Pato pimienta, … como lo debe hacer un verdadero actor : sin ningún papel en sus manos; además su intención en la voz, en cada frase fue cargada de emotividad, de fuerza, de relato, de envergadura en la obra, no quiso sobresalir, hizo un papel ajustado, y un gran trabajo total.
Incluso en esta versión hubieron leves modificaciones al original rock, ciertas introducciones un poco mas largas, un buen juego en agónicas, voces firmes; si bien en pequeños momentos los nervios jugaron pequeños efectos, en suma fue una obra entregada con madurez, con fuerza, con rabia, con dolor, y con una fuerte esperanza que el pueblo de Chile aprenda por fin de su larga y angosta historia.
La sensación final fue de una satisfacción total, pero también de cierta tristeza: este espectáculo necesitaba un teatro repleto, y ese detalle me hace sentir que fuimos testigos únicos de un espectáculo de excelente calidad que lamentablemente será difícil ver nuevamente en vivo y en directo.

Hasta cuando!, escucha Chile!, Despierta Chile!