sábado, junio 25, 2011

Lanzan el primer disco con guitarrón orquestado que le canta a lo divino

 


El Mercurio

"Misa a lo poeta ", de la agrupación Herederos de la Guitarra Grande, será presentado este lunes en Pirque.

Macarena Maldonado A.

"El Canto a lo Divino es uno de los monumentos poéticos más grandes de Chile, incluso, más que Mistral o Neruda", aseguraba el poeta Fidel Sepúlveda, uno de los más profundos investigadores de la identidad y la cultura chilenas. Aunque esta tradición popular, con más de 400 años de historia, no es parte de los cantos litúrgicos de la misa católica, se pueden escuchar sus décimas improvisadas en salmos y peticiones de ciertas iglesias de la zona central. Un grupo de guitarroneros de Pirque apostó por una expresión más completa: una misa entera cantada con estos versos. Y en lo musical, algo atípico en el género: armonizar distintos tonos del guitarrón, acompañados por un rabel, una guitarra de 12 cuerdas y una bajuela. El proyecto fue presentado al FONDART regional 2010, y hoy es el primer disco de los "Herederos de la Guitarra Grande", titulado "Misa a lo poeta. La Eucaristía en Décimas a lo Divino".

A un mes de la muerte de Santos Rubio, uno de sus integrantes y autor de las entonaciones de las 16 canciones que recorren cada una de las partes de la Eucaristía, el trabajo será presentado oficialmente este lunes en la Parroquia de Pirque, por el resto del grupo, Juan Pérez, Erick Gil y Fidel Améstica.

Mil copias serán entregadas en forma gratuita en la Parroquia Nuestra Señora de Las Nieves de Puente Alto (30 de junio) y en la Parroquia San José de Maipo (3 de julio). "Además se están programando más presentaciones para mostrar el Canto a lo Divino en otros sectores de Santiago. Cuando se acaben los ejemplares, queremos subir el disco a internet y que la gente lo pueda descargar", adelanta Fidel Améstica.

"Hacía tiempo que estábamos con la intención de orquestar el guitarrón, porque históricamente se creyó que era un instrumento difícil de armonizar con otras melodías. Pero nos dimos cuenta de que con arreglos simples, se puede", cuenta Améstica. De esta forma, aunque se dice que el guitarrón se resiste a sonar junto a otros instrumentos, e incluso con los mismos guitarrones, debido a su carácter singular y solitario, el disco se convirtió en la primera producción nacional en orquestar este instrumento junto a versos y canto. "En esta ocasión se abraza a sus hermanos de cuerdas y a su tradición plagada de próceres y misterios", se lee en una de las tarjetas que incluye el disco, en donde se cuenta la historia del guitarrón chileno y del Canto a lo Divino. Una de ellas agrega: "La Iglesia en Chile recién está conociendo este tesoro que ha dado más creyentes y hombres de buena voluntad de lo que podría esperarse, en una expresión donde arte y vida son las dos manos de un mismo destino en acto".


Mas Información en relación a esta actividad Aquí

Chancho en Piedra lanza disco homenaje a la música chilena



La Tercera

En septiembre editarán su nuevo álbum, que incluirá desde el folclor pascuense a Violeta Parra.

por Claudio Vergara

Alfred Hitchcock y las raíces de la música chilena. No junta ni pega, pero el cantante Eduardo "Lalo" Ibeas recurre a una máxima del realizador británico para ejemplificar la cuna de la nueva travesía discográfica de Chancho en Piedra: "El siempre decía: 'Cuando ya estés lleno de influencias, vuelve a tus orígenes'. Y eso ha sido el móvil de este proyecto".

Se trata del nuevo álbum del cuarteto santiaguino, el que versionará y homenajeará a las variantes más disímiles de la música local del siglo XX, siempre con foco en expresiones que sobrevuelen las raíces y la chilenidad. Desde Los Caporales y Los Hijos de Putre hasta creaciones tradicionales del folclor pascuense y nortino; desde Violeta Parra y Víctor Jara hasta Florcita Motuda. Por eso mismo, su estreno se estipula para septiembre, en una fonda levantada por la agrupación para mostrar el álbum.

"Aquí hay de todo, porque es mucha la gente que nos ha ayudado a cimentar nuestro camino", refuerza el vocalista. El plan nació durante el año pasado, cuando el cuarteto se alistaba para comenzar las grabaciones de su nueva entrega inédita, sucesora de Combo show (2009). Ibeas sigue: "Siempre quisimos hacer una banda sonora para una fonda, por lo que nos propusimos algo chico, un EP. Hasta que nos fuimos dando cuenta de que se nos quedaban fuera muchas canciones fundamentales, así que nos aventuramos en un álbum completo, que serán temas que admiramos, pero bajo el estilo Chancho en Piedra. Y nuestro nuevo disco quedó postergado para marzo de 2012".

Los hombres de Eligiendo una reina hoy tienen más de una veintena de composiciones sobre la mesa, pero finalmente se quedarán con 12 a 15. Entre los que incluye el actual repertorio están El guarisnaque y Cirilo Murruchuca de Los Caporales, el popular dúo cómico formado en los 40 y encabezado por Lucho Arenas; Hijo del diluvio, de Congreso e interpretada por Joe Vasconcellos; y Maldigo del alto cielo y Según el favor del viento, de Violeta Parra. Florcita Motuda es otro de los que ocupará un trozo fundamental del álbum y Chancho en Piedra espera incluir alguna de sus piezas más desconocidas, considerando que ya han revisitado Pobrecito mortal, Poder bailarín y Tírale un ajo. También se contemplan creaciones propias de la Isla de Pascua, un vals chilote, algún himno de la ranchera de cuña sureña y un clásico nortino.

El título se grabará a partir del 18 julio en la antigua casona que tenía Nicanor Parra en Huechuraba -el mismo reducto donde Los Bunkers registraron Vida de Perros- y contará con la producción de Gonzalo González. "Es un ambiente natural y campestre, donde nunca hemos grabado, por lo que nos parece habitual para un álbum exótico como éste", acota Ibeas.

La nueva obra de los santiaguinos, aún sin nombre, se suma a una suerte de fiebre local por los discos de covers: sólo en el último año y medio, Los Miserables revivieron La Voz de los 80, Sinergia hizo lo propio con la Nueva Ola y Los Bunkers miraron hacia Cuba para revivir la huella de Silvio Rodríguez. Incluso, para septiembre se espera el disco El árbol de la vida, donde Javiera Parra tributará a su abuela Violeta. "Reconozco que miramos esos trabajos y dijimos: '¿para qué vamos a hacer lo mismo?' No queríamos repetirnos. Sobre todo en el caso de Los Miserables, que también han versionado al Canto Nuevo. Pero luego nos lanzamos no más. O sea, uno no va a dejar de pololear porque el resto de tus amigos pololean. Aquí funciono igual: no porque otros lo hicieron, nosotros nos íbamos a negar", culmina el artista.

martes, junio 21, 2011

Misa a lo Poeta

Compositor Eduardo Cáceres propone música para mil años más

El Mercurio


Editada por el sello SVR , la antología reúne obras de 1984 a 2006, con las que su autor se introduce en la visión, la cultura y la poética mapuches.

IÑIGO DÍAZ
"Cuando todo el mundo estaba preocupado del cambio de milenio y de los desastres que iban a ocurrir, yo me proyecté mil años más allá", dice el compositor Eduardo Cáceres. Se refiere a su primer disco monográfico (con obras de un solo autor), que editó en 1999: "Música en la frontera de la música (esperando el 3000)".

Cáceres repitió ese gesto poético en un segundo disco, que acaba de publicar el sello SVR con el título de "Azul y otros puertos" y la indicación "músicas contemporáneas (2010-3010)". Es otra antología para el futuro, que reúne obras de 1984 a 2006, en muchos formatos: sinfónico, camerístico, solístico y vocal.

Los "otros puertos" del título son las ciudades a las que Cáceres ha arribado para dictar cursos y conferencias, y de paso escribir música. Hoy tiene encargos desde Buenos Aires; y en Montevideo, el Coro Kárpátia ha estrenado unas 40 piezas suyas. Cáceres es académico de la U. de Chile, y en la UC de Valparaíso creó el taller de composición. "Por eso en la carátula hay una fotografía del puerto", precisa.

Algo más caracteriza su obra. Desde que escribió sus "Epigramas mapuches", en 1991, con textos del poeta Elicura Chihuailaf, la relación con el mundo mapuche ha sido determinante: "El azul es el color de su divinidad".

En este disco tiene piezas que van otra vez hacia el sur: "Cantos ceremoniales para aprendiz de machi" (2004), "Fantasíica araucánica" (1984, interpretada por la pianista Pachi Santibáñez), "Suite pewenche" (1995) y "Trok-kyo" (2005), una obra para percusiones basada en el ritmo básico de la música mapuche: un tiempo débil y uno fuerte.

Las creaciones de Cáceres han sido grabadas en 28 discos y su catálogo detalla unas 60 piezas para conjuntos de cámara, quince para solistas y cinco para orquestas sinfónicas: "Los musicólogos dicen que soy uno de los compositores prolíficos de Chile", bromea.

El concierto de lanzamiento de "Azul y otros puertos" está programado para el 8 de julio en el Edificio Cousiño del Duoc en Valparaíso

lunes, junio 20, 2011

Javiera Parra: "En el disco de Violeta no me juego la vida ni lo siento como mi consagración"

 


El Mercurio

La cantante alista para septiembre su nuevo trabajo junto a Los Imposibles, donde por primera vez abordará el repertorio de su abuela, matriarca artística del clan Parra.

Julio Osses M.
A Javiera Parra le sorprenden las felicitaciones que recibe por su regreso a los escenarios -viene de dar un show en el casino Enjoy el sábado y otro en Amanda la semana anterior-. "Acabamos de cumplir 15 años (ininterrumpidos) tocando. Y aunque a mucha gente le parece que hubiéramos dejado de tocar, nunca ha sido así. Todos tenemos proyectos paralelos, claro, pero yo vivo de tocar con Los Imposibles", aclara. Sin embargo, también tiene claro que para llegar a gran parte de esa gente que le ha perdido la pista a su carrera, estar vigente significa repetir la sobreexposición frenética que Javiera y Los Imposibles alcanzó luego del disco de covers "AM" (2001), en que la banda recicló standards de la canción romántica latina para imponer uno de los discos más exitosos en la historia del pop chileno.

"Lo que pasó con 'AM' fue que ganamos un público que nunca habíamos tenido, pero no estoy de acuerdo en que se diga que marcó un antes y un después en nuestra carrera. Si lo analizas, nuestro primer disco tuvo varios hits, y del disco "La suerte" también hay canciones que suenan todavía. Creo que pasaron muchas cosas después de eso; por ejemplo, 10 años de tocar mucho, por todas partes. Hay un crecimiento grande en el grupo, que tal vez sin lo que pasó con ese disco se hubiera hecho más difícil", explica la cantante, cuyo primer apellido es Cereceda, pero es nieta de Violeta, hija de Ángel Parra, y por tanto heredera sanguínea directa del nombre más potente de la música chilena y latinoamericana. Un factor gravitante que Javiera nunca ha pasado por alto, pero tampoco ha asumido artísticamente. Eso, hasta ahora, cuando prepara el primero de dos volúmenes en que finalmente, junto a su grupo, interpretará una selección del repertorio de Violeta.

"No quiero hablar mucho hasta que salga el disco en septiembre", aclara, pero no rehúye referirse a la presión que significará este paso en su carrera. "No me preocupa. Si me sintiera inhabilitada de meterme en esto, mejor no hacer nada. La característica principal de la música tiene que ser la libertad. Yo llego a la obra de la Violeta con el respeto que cualquier músico le tiene, pero también con toda libertad. Hace mucho rato que me dejó de importar todo esto de 'la nieta de'". Si me he demorado en tomarlo, es porque estoy tratando de hacerlo con profundidad y con el corazón. Pero no se me va a ir la vida en este proyecto ni va a ser la consagración de mi carrera. Es algo que quiero hacer y punto", subraya.

Como una de las exponentes vigentes de más larga trayectoria en el pop chileno, la intérprete tiene una visión clara del buen momento creativo que vive la música chilena, especialmente los nuevos artistas y la autogestión: "Hay que tener bien claro que no es un mérito, o una propuesta, lo de ser independiente: Es lo que a esta generación le tocó. Antes pasaba mucho tiempo para poder grabar un disco, y cuando ocurría, uno llevaba mucho tiempo en rodaje. Había que mostrar méritos para llegar a grabar. Lo que yo no entiendo es por qué las radios no han crecido junto a esta nueva escena. No sé por qué tocan Belanova y no a Denver. Es curioso".

-También es contradictorio que los canales, aun cuando siguen evitando llevar bandas a la TV bajo la excusa del rating bajo, en gran parte de sus estelares tienen a gente cantando sobre un escenario...
"Hay que diferenciar el tipo de cantantes. Porque no puedes comparar a los cabros de 'Rojo', o de 'Yingo', con una banda de rock. Son gente que está dispuesta a mostrar su vida cuando tienen guagua, toman once y pololean. Las bandas de rock no hacen eso y por eso que son fomes para los editores".

"Yo llego a la obra de la Violeta con el respeto que cualquier músico le tiene, pero también con toda libertad. Hace mucho rato que me dejó de importar todo esto de ser 'la nieta de'".


Javiera Parra

domingo, junio 19, 2011

Muere Rafael Traslaviña, histórico músico de la vieja guardia y la bohemia capitalina




A los 89 años, el maestro del piano jazzístico y de la cueca chilenera falleció, después de vivir sus últimos años con el mal de Alzheimer.

Emol

SANTIAGO.- Su última aparición en un escenario fue por sorpresa y no precisamente para tocar el piano sino para compartir en el Club de Jazz, uno de sus escenarios históricos y donde en octubre de 2004 se reunió con viejos amigos músicos para una sesión fotográfica.

Allí estabab el contrabajista Iván Cazabón y el baterista Lucho Córdova, dos veteranos de Los Ases Chilenos del Jazz, que ese año cuimplían seis décadas desde que se reunieron. Rafaal Traslaviña era el pianista del grupo.

Este miércoles 17 de junio, el músico falleció a los 89 años. Padecía el mal de Alzheimer. Sus restos fueron sepultados el viernes 17 de junio en el Cementerio General.

Del jazz, de la cueca, del tango y de todo lo demás

Traslaviña es considerado uno de los precursores de lo que se llamó "hot jazz", es decir, una música fundamentada en la improvisaicón y que una generación de los tardíos años '30 y primero '40 desarrolló en torno al Club de Jazz, sala fundada en el centro de Santiago en 1943.

Pero Traslaviña, que había aprendido el piano de oído, no tuvo límites musicales. Fue activo músico de la bohemia capitalina, importante animador musical en El Rosedal y el Nuria, sesionista de todo tipo de géneros de la música popular, desde el swing al tango y desde los ritmos tropicales hasta la cueca, que probó junto al famosos grupo Los Chileneros.

Con la llegada del régimen militar, esa bohemia del centro capitalino, de los barrios San Diego, Matta y Mapocho fue suprimida. Traslaviña dejó de aparecer activamente. La recuperación de su figura y su toque pianístico llegó tiempo después, de la mano de músicos jóvenes que valorizaron a los astros de la vieja guardia.

Álvaro Henríquez, líder de Los Tres, convocó al pianista a sucesivas versiones de La Yein Fonda, mientras que Ángel Parra padre se fijó en su sabiduría para incluirla en su disco Brindis y cuecas caballas (2000). El musicólogo Álvaro Menanteau, autor del libro "Historia del jazz en Chile" (2003) da su última descripción de Rafael Traslaviña: "Sin duda fue el mejor exponente local de su generación que logró vincular el jazz con la cueca".

sábado, junio 18, 2011

Conciertos duplican su asistencia en el primer semestre respecto de 2010



La Tercera
Más de 630 mil personas han ido a shows masivos, entre enero y mayo.

por Daniela Lagos

Era un dato que entregaban las productoras de conciertos -llenas de orgullo- a fines del año pasado: durante todo 2010, un millón de personas fue a ver conciertos masivos en Santiago, marcando un nuevo hito en el avance de la industria.

Pero todo indica que en 2011 esa marca va a quedar muy corta, porque sólo entre enero y mayo, antes de llegar al fin del primer semestre, ya han sido 632 mil las personas que han ido a conciertos internacionales, y eso es sólo considerando los eventos realizados en recintos con capacidad para cinco mil personas o más -es decir, sin contabilizar teatros, como el Nescafé de las Artes. Considerando los mismos factores, entre enero y marzo de 2010 esa cifra era de 314 mil personas, un poco menos de la mitad.

Hay dos razones fundamentales para explicar las cifras, más allá del crecimiento sostenido de la cantidad de conciertos y la gente que está yendo a verlos, y el primero es el terremoto que hubo el 27 de febrero de 2010, que hizo que las personas tuvieran miedo, por un tiempo, de asistir a recintos cerrados y con mucha gente, y que también obligó a posponer y a suspender shows. "A mí me afectó, por ejemplo, con B.B. King, que su agencia le prohibió venir", grafica José Antonio Aravena, productor y gerente del teatro Caupolicán. Y agrega: "Eso obligó a comprimir las fechas, porque no fue sólo una semana la que cambió, la mayoría de los artistas no se atrevió a venir por varios meses. Esto recién se reactivó bien a partir de mayo", analiza.

De todas formas, no hubo ningún evento multitudinario que se tuviera que mover por esto, sino que la mayoría se concentraba al final del año, como el festival El Abrazo, que se hizo en diciembre, o los shows de Bon Jovi y Rush, en octubre, que también tienen que ver con el segundo factor: el Estadio Nacional.

Hasta octubre del año pasado, el mayor coliseo del país estuvo cerrado para conciertos, y el único show que convocó a más de 40 mil personas durante los primeros meses del año fue Metallica -que fue visto por 54 mil fanáticos. En lo que va de 2011, seis conciertos superan esa marca, incluyendo dos que llevaron a más de 70 mil asistentes: U2, en el Estadio Nacional, y el festival Lollapalooza en el Parque O'Higgins.

"Es una industria que está en crecimiento, pero estos hechos coyunturales también tienen que ver. Chile se pierde muchos eventos si no tiene disponible para conciertos un recinto como el Estadio Nacional, y eso es todavía una deuda que hay con la gente, porque debería haber más lugares con esa capacidad", comenta Francisco Goñi, director general de la productora Time for Fun.

El factor "tiempo libre"

A pesar de estos factores extraordinarios, la de los conciertos en Chile es una industria que no ha parado de crecer, y parte de la explicación está en las costumbres de consumo de las personas.

"El recurso que se ha ido volviendo cada vez más escaso para los chilenos es el tiempo libre y, además, la gente se siente menos satisfecha con el uso que le está dando a ese poco tiempo libre. En ese contexto, los conciertos aparecen como un consumo que tiene que ver con experiencias potentes en términos emocionales, que tiene sentido que la gente busque", comenta Carolina Altschwager, directora ejecutiva de la consultora en branding Almabrands, y agrega: "Además, está el tema del acceso, porque no es simplemente que haya más oferta, sino que también hay más alternativas para tener acceso a consumir este tipo de experiencias, por las facilidades a través del crédito y las tarjetas", indica.

Si los primeros meses de 2011 ya han sido muy buenos para los conciertos en Santiago, todo indica que es una industria que no decaerá. De hecho, hay más de una treintena de conciertos confirmados, incluyendo a Eric Clapton, que se podría hacer en el Estadio Nacional, y el festival Maquinaria, que a diferencia de 2010, tendrá dos jornadas. Además, se deberían confirmar nombres como Pearl Jam y Justin Bieber, que aseguran una masiva convocatoria.

"Muchos artistas esperados o que no venían a Chile desde hace mucho tiempo volverán este 2011", comenta Carlos Geniso, cabeza de DG Medios, productora que este año ha traído a artistas como Shakira y Paul McCartney, quien entrega el dato de que a mediados de los 90, la cantidad de boletos que se comercializaban en un año estaba cerca de los 400 mil.

José Antonio Aravena también es optimista respecto de lo que queda de 2011: "El año pasado, el récord de fechas, al menos en el Caupolicán, estuvo en noviembre con más de 20 días de ocupación. Este año debería ser igual".

Un elemento importante en el aumento de la cantidad de shows, que todavía no ha tocado techo, es el de la venta de discos físicos, que hace varios años dejó de ser el gran negocio de la música, por culpa de la piratería y los sitios de descarga y stream. Esto ha hecho que artistas que no solían salir de un circuito europeo y estadounidense ahora estén llegando a Sudamérica y haciéndolo seguido: Paul Mc-Cartney, por ejemplo, estuvo en Argentina y Brasil en 2010 y este año volvió para hacer conciertos en Chile, Perú y repetir Brasil.

Eso, según Geniso, se le puede agradecer al mismo factor que tiene a la industria discográfica en uno de sus peores momentos: "Internet mató el disco físico como forma de comercializar ventas de muchos artistas, pero también acercó más al público joven a tener conocimiento de sus obras".


Tres grandes eventos
Lollapalooza

The Flaming Lips fue uno de los números más memorables de la cita que llevó a 100 mil personas, durante dos días, al Parque O'Higgins.

Paul McCartney

El ex Beatle volvió a Santiago con un concierto de casi tres horas, donde tocó todos sus himnos y juntó a 53 mil personas, en el Estadio Nacional.

U2

Con un escenario en 360°, situado en el medio de la cancha, la banda usó toda la capacidad del Estadio Nacional y reunió a 75 mil seguidores.

viernes, junio 17, 2011

Gloria Simonetti: "Soy una niña vieja que canta bien"



La Hora

La intérprete lanza un disco donde se reúne con Valentín Trujillo y denuncia a Pascua Lama. Acá repasa las críticas que recibió en sus inicios y repudia las tareas culturales de los gobiernos de derecha.

Por Manuel Vilches

Con más de cuarenta años de canto, Gloria Simonetti tiene un concepto para explicar cuándo una canción será importante en su carrera: le llama "el campanazo". "Escucho la canción y siento que algo me recorre, que quiero interpretarlo, hacerlo mío, poseerlo", dice.

Eso le pasó con Desnuda, tema de Daniel Guerrero que muestra en un particular formato de CD que reúne ese tema, Pascua Lama, de Patricio Manns, y un recital que hizo hace algunos meses con Valentín Trujillo en la sala de la Sociedad del Derecho de Autor y que había publicado como autoedición. Por eso el disco tiene tres ilustraciones a modo de carátula, con cada uno de estos conceptos.

"Estoy aprovechando mientras mis condiciones vocales me lo permitan. Quiero tener la autocrítica suficiente para irme para la casa cuando las cosas no funcionen. No quiero mirar desde la vereda del frente y no puedo permitirme dejar esos espacios en blanco, no me queda mucho tiempo".

-No le gusta quedarse mirando los galvanos

-¡Cuáles galvanos, si no tengo ninguno! Imagínate, con tantos años se desarmaron todos (se ríe). Tampoco tengo una pieza especial de trofeos, nada.

-En cambio parece muy conectada con los músicos jóvenes. ¿Por qué ha hecho estas alianzas?

-Porque puedo aprender mucho de ellos, en términos técnicos son gente mucho más capacitada y he descubierto cosas como que la sangre que tengo para cantar no debo ponerla toda en un disco. Cuando una dosifica y la canción queda justa dan más ganas de escucharla. Los jóvenes dicen que canto con pasión pero yo trato de cerrar un poco la llave para no atosigar. Creo que he aprendido a manejar la pasión.

-Y a la vez también acaba de hacer un disco con Valentín Trujillo, a quién conoce de largos años.

-Es un tipo que se mueve con el piano como por su propia casa. Es tan increíble la conexión que tenemos que no necesitamos ni mirarnos; él sabe exactamente dónde viene la parte más sutil, donde hay que largarse con todo. Para el repertorio hicimos una "preselección" de 120 canciones. Habríamos tenido que cantar una semana y media. Es muy sabio pero también es muy peligroso, porque se sabe toda mi vida y tiene unas salidas muy comprometedoras. La otra vez le dije en un concierto "maestro, soy toda suya" y me respondió: "pucha, eso me lo podría haber dicho hace unos treinta años".

-Al cantar Pascua Lama ¿no tuvo complicaciones de involucrarse en el ámbito de la música de denuncia y cantar contra el empresariado extranjero?

-Yo nunca he pensado hacer carrera en Estados Unidos así que el señor Barrick me tiene sin cuidado (se sonríe). Hoy todo el mundo ha tomado partido, la gente se entera de todo, si no es por los diarios es por Internet y una no puede estar en una isla. La canción es una protesta a que vuelen los glaciares y que llegue el cianuro a contaminar las aguas. Suena como muy político pero es algo muy real. La única parte que me complicaba un poco era la que dice "si no alzamos el puño contra el abuso de cambiar los glaciares por oro sucio", pero Pato tenía que ponerle la guindita al postre.

-A usted en todo caso aún se le asocia como una persona de derecha. ¿Tuvo que ver en eso su participación en los estelares televisivos de los años de la dictadura?.

-Probablemente. Yo estuve en cuanto estelar hubo porque existían muchos espacios musicales y yo era versátil; podía cantar en francés, inglés, italiano, muchos estilos, pero también estuvieron Florcita Motuda, Osvaldo Díaz y muchos músicos opositores. Eso sí nunca quise participar de franjas políticas y esas cosas. Me llamaron muchas veces y me negué porque nunca me sentí incentivada de participar en nada. De hecho en las últimas votaciones apoyé a Marco Enríquez y en la segunda vuelta voté nulo.

-¿Se ha sentido postergada del año '90 en adelante? ¿La han invitado a actos gubernamentales?

-En verdad nunca me he sentido discriminada. En la televisión he estado menos pero hay menos programas. Y en actos públicos no me invitaron a nada salvo para el del Bicentenario, donde una vez más se hacía la diferencia y decían que cantaría "desde Gloria Simonetti hasta los Inti Illimani". Pero no importa, soy muy amiga de ellos, especialmente de Jorge Coulon.

-¿Y con el triunfo de Sebastián Piñera se le han abierto puertas?

-Con el cambio de gobierno no he participado en nada, y el tema más preocupante es que los gobiernos de derecha jamás han dado prioridad a la cultura. En eso reconozco a los regímenes concertacionistas, porque apoyaban a sus artistas y les daban espacios. Ahora la cultura es como un vestido, porque no es un artículo de primera necesidad.

-Además de los asuntos políticos ¿le costó mucho sobreponerse a las críticas por su condición social?

-Me he tenido que sostener de varios vaivenes. Primero porque era hija de don Américo Simonetti, que era un empresario pero que partió de cero, estudió hasta la tercera preparatoria y mis abuelos llegaron con una mano delante y otra atrás. En mis inicios había gente que muñequeaba el ambiente y hablaban de cosas que no tenían que ver con mi voz. 'Luz Eliana: una niña que canta bien, Gloria Simonetti: una niña bien que canta'. Supongo que ya se habrán pegado la cachá' que sólo soy una niña que canta bien nomás, no hay para qué ponerle tanto apellido... Bueno, de niña me queda harto poco (se ríe fuerte), soy una niña vieja que canta bien nomás. He tenido que sacarme los dichos sobre la niña rica, lo de la momia, me dijeron de todo por cantar a Silvio Rodríguez, pero a estas alturas me da exactamente lo mismo. Hace poquito estuve con Pato (Manns) cuando se ganó el Altazor, y aún hay gente algo reservada conmigo, pero ya no me doy la lata de andar explicando cosas, porque a mí me mueve la música y la gente que me quiere.

jueves, junio 16, 2011

Rescatan histórica visita de Claudio Arrau a Chile

 
Los DVD se pueden adquirir desde este fin de semana en Todo Clásico en el Pueblo del Inglés, a un precio aproximado de $22.000 cada uno.

El Mercurio

Mientras en nuestro país los 20 años de su muerte pasaron casi inadvertidos, el prestigioso sello alemán EuroArts lanzó los DVD con sus conciertos en el Teatro Municipal y la Catedral.

Maureen Lennon Zaninovic

"Anoche se vivió en la Catedral el pasaje más emocionante y significativo de la historia chilena", publicó efusivamente "El Mercurio" el 19 de mayo de 1984. Más de seis mil estudiantes vibraron con la memorable actuación del pianista Claudio Arrau junto a la Orquesta Sinfónica.

Fue tal el fervor de la joven audiencia que -como consignó el diario- el músico debió volver varias veces al escenario y terminaron despidiéndolo con gritos de "se pasó, se pasó".
El legendario artista "hipnotizó" a la audiencia con los conciertos N° 4 y N° 5 ("El Emperador"), de Beethoven. Aziz Allel, violinista de la Sinfónica, rememora ese episodio: "Fue muy emocionante por el repertorio y por la experiencia de actuar junto a este genio. Además nos dirigió Víctor Tevah, una de las batutas más recordadas que ha tenido nuestra orquesta".

Al cumplirse, el 9 de junio, 20 años del fallecimiento de Arrau, el prestigioso sello alemán EuroArts lanzó dos DVD que recogen estas históricas actuaciones en nuestro país. Uno de ellos incluye un documental con su visita a Chile y el concierto N° 5 que ofreció en la Catedral. El segundo registra una selección de sus recitales en el Teatro Municipal: la Sonata N° 3 y el Concierto N° 1 de Brahms (con la Orquesta Filarmónica dirigida por Juan Pablo Izquierdo). Todo este material fue registrado por el productor estadounidense Peter Rosen.

Juan Pablo Izquierdo aplaude la llegada de estos DVD, "porque son testimonio de uno de los momentos más gloriosos de la Filarmónica, con un sonido espléndido. En los 80 tuvimos tal éxito de público que ofrecíamos tres abonos y estuvimos a punto de abrir un cuarto. Ese era el contexto que se vivía en Chile cuando vino Arrau, quien además fue un intérprete extraordinario y de gran bondad".

El crítico Mario Córdova también celebra este rescate: "Estas filmaciones dan cuenta de capítulos fundamentales de la historia de la música chilena, pero no deja de ser triste que un sello alemán se preocupe de recordar a nuestro pianista. En nuestro país, los 20 años de su fallecimiento pasaron prácticamente desapercibidos".

Eduardo Peña, director del Museo Claudio Arrau de Chillán, cuenta que el 9 de junio contaron con la presencia de la nieta del intérprete Laura Reitsema, también se celebró una misa y la Orquesta Sinfónica del museo abordó el Réquiem de Mozart. "Sabemos que a nivel nacional esta fecha quedó un poco en el olvido, pero para nosotros la figura de Arrau sigue siendo muy relevante", puntualiza Peña.

Mas información Aquí.

martes, junio 14, 2011

Los Jaivas celebran a Machu Picchu



El Mercurio

El 7 de julio, en la conmemoración del centenario del descubrimiento de las ruinas incas, la banda chilena interpretará completo el disco inspirado en la obra de Pablo Neruda.

CAROLINA CERDA MAIRA

Aunque los preparativos para celebrar el centenario de la llegada del explorador norteamericano Hiram Bingham a Machu Picchu tiene trabajando a toda máquina tanto a la municipalidad de Cusco como al gobierno central de Perú, los peruanos evitan hablar del "descubrimiento de Machu Picchu".

"En Perú dicen que ellos ya sabían que Machu Picchu estaba escondido en la ceja de la selva y que Bingham sólo lo destapó de entre la vegetación. Por eso, creen que este es el aniversario del 'descubrimiento para el mundo' de Machu Picchu", explica Claudio Parra.

El pianista de Los Jaivas estuvo en Perú hace unos días junto al bajista Mario Mutis, para afinar detalles de lo que será la participación de la banda que también celebra 30 años de la grabación de "Alturas de Machu Picchu" en ese santuario.

Pues bien, el 7 de julio serán la única banda de rock invitada al acto que se hará en el lugar -específicamente en la explanada conocida como casa del vigía-, donde habrá acceso limitado para unos 500 invitados. Entre ellos estarán el Presidente Alan García y el Mandatario electo Ollanta Humala.

"Temprano habrá una ceremonia incaica y luego, alredededor de las 11 horas, nos presentaremos nosotros", dice Parra sobre el show de 40 minutos que no tendrá invitados musicales, aunque Eduardo Parra -quien fuera tecladista y percusionista del grupo hasta 2009- viajará especialmente desde París para tocar, por segunda vez en el lugar que lo inspiró, los siete temas que componen el disco.

Parra comenta orgulloso sobre la musicalización de la obra de Neruda: "Nos invitaron porque en Cusco tienen conciencia y son reconocedores de ese trabajo".

Silvia Ustamayta, teniente alcaldesa de la Municipalidad de Cusco, es la encargada de las actividades y cuenta que les encantaría contar con la presencia tanto del Presidente Sebastián Piñera como del ministro de Cultura Luciano Cruz-Coke en las celebraciones.

Al día siguiente, y como parte de las celebraciones del gobierno central, Los Jaivas se presentarán en el atrio de la catedral de Cusco, donde no sólo tocarán "Alturas de Macchu Picchu", sino también harán una selección de su carrera musical.

Para este concierto, en que compartirán cartel con la Orquesta Sinfónica Nacional de Lima, contarán con el acompañamiento de músicos de la Orquesta Sinfónica Andina sobre el escenario. Y barajan la posibilidad de invitar a alguno de los grupos de baile que se presentarán en el evento.

Como se trata de una fecha importante para el grupo y la grabación de "Alturas...", tras las celebraciones del 7 y 8 de julio, que suma un concierto en Lima el día 10, también interpretarán el disco completo en una gira por Italia. En septiembre lo harán en Chile, para luego presentarlo en Alemania, Finlandia, Noruega y México, donde termina el tour el 30 de octubre.

Para ver el show

La celebración en el santuario y en la Catedral de Cusco será transmitida por el canal estatal TV Perú, y a través del sitio web www.machupicchu100.org.pe

lunes, junio 13, 2011

Natalia Molina: Solista por circunstancia



Emol

Hace cuatro años apareció en el panorama de los solistas chilenos que se valieron de Internet para hacerse escuchar. Con una diferencia: Natalia Molina no es realmente solista. Ahora tiene una banda, presenta su primer disco oficial, Cuna de piedras, y de paso invita a organizar el funeral de MySpace. En vivo.

Firma con nombre y apellido: Natalia Molina, como muchos de los cantantes que se iniciaron a la par hace unos cuatro años en la misma generación, y con los que desde el comienzo compartió varios rasgos. Se anunciaban como solistas, se apuntaban en una nueva comunidad que la llevaba en Internet y se llamaba MySpace, y, como Internet servía para anunciar conciertos y subir canciones, no importaba no teners CDs ni salir en los diarios y ni siquiera estar en la radio, aunque varios de ellos sí sonaron también en una nueva emisora de música chilena llamada Radio Uno.

Pero hay algo que distinguía a Natalia Molina. Firmaba con nombre y apellido, pero lo que nunca dejó de tener en mente fue tocar en un grupo, no sola. Para que sonara pop rock. Ahora, cuatro años después, acaba de publicar su primer CD, mantiene su nombre de solista y MySpace es hace mucho rato ya un pedazo gigante de chatarra a la deriva en el ciberespacio, pero como muchos ella mantiene ahí su perfil. Y su dominio sigue siendo una evidencia: el nombre no es /nataliamolina, sino /aullido. Como si fuera, y siempre hubiera sido, el nombre de una banda.

-Yo quería formar un proyecto que se llamara Aullido. Ya tenía el nombre de la banda pero no tenía a la banda -se ríe Natalia ahora-. Fui solista por circunstancia porque no encontraba a gente que me acompañara. Para presentarme en vivo quería una banda, porque mis canciones tienen muchas partes, muchos detalles, arreglos. Y sola no los podía hacer.

-La pregunta lógica es "¿Por qué no actúas con un nombre de banda?". Pero ya lo tienes: Aullido.
-Debería haberlo conservado, pero no sé qué pasó en el camino.

La escuela del bar en vivo

Entre las cosas que pasaron en el camino una de las más recientes es que Natalia Molina ahora sí tiene una banda, y con ella está presentando en vivo su nuevo disco, Cuna de piedras (2011), tal como hizo hace un mes en el pequeño teatro Sala SCD del barrio Bellavista, en Santiago. Fue un doble debut para ella: primera vez con ese grupo en vivo y primera vez ante un público de más de treinta años al frente, dice.

-Nunca me había pasado. Siempre en otras fechas me tocaba un público de dieciocho a veinte, que está entrando a la universidad, y eran actuaciones en bares. Y es distinto: en un bar la gente está en otra, de repente te pescan, de repente no. Eso me pasaba cuando empecé: era tratar de imponer tu sonido ante la gente que está pasándola bien, tomando algo.

-¿Es una escuela tocar en bares, te hace más fuerte?
-Sí. Es la manera de vencer los miedos, enfrentándolos. Como des-sensibilizarse.

Las únicas excepciones a esa regla que recuerda son dos actuaciones en la citada Sala SCD.

-¿Lo demás todo ha sido bares en tu vida?
-Claro.

-¿Vas a poder seguir en bares después de tocar en un teatro?
-Sí, a mí me gusta todo tipo de experiencia. Tengo treinta y dos años, me lancé tarde a tocar en vivo, pero voy aprendiendo.

Mi banda de cabecera

Natalia Molina se lanzó a tocar en vivo en 2007, y desde el comienzo fueron actuaciones primero a dúo con el músico Gabriel Mezzano entre guitarra y teclados intercambiados, o a trío con su hermana, la bajista Paula Molina, o desde 2009 ya con un primer grupo completo con el que dio tres conciertos, en el pub La Barcaza, en un bar del barrio Brasil en Santiago y en un centro cultural de San Antonio. En 2010 paró por completo para dedicarse a grabar Cuna de piedras.

-Pero nunca toqué sola. Nunca sostuve mis canciones a voz y guitarra.

-¿Ni siquiera por factores domésticos?
-No. En el día del lanzamiento canté sola. Un tema -sonríe, a propósito de "Háblame de ti", una canción nueva y todavía inédita-. Me sentí un poco expuesta. Pero me gustó la sensación de sentir mi voz con mi guitarra.

Sus referencias también siempre habían sido grupos, recuerda. "Los Beatles", nada menos: "esa es mi banda de cabecera".

-¿Fuiste al concierto de McCartney?
-Sí, estaba en cancha.

-¿Quedaste contenta?
-Como sin palabras. Estaba como pegada de repente.

-¿Qué momentos te emocionaron?
-A ver… "Blackbird". La canción dedicada a John Lennon ("Here today"). "And I love her". Y "Let 'em in". Es que desde chica, desde los trece años escucho a los Beatles, en uno de esos típicos programas de recuerdos de la radio AM. De repente tiraban a los Beatles, y me llamó la atención.

En directo: el plan cuadrante

No eran exactamente los Beatles los que se escuchaban en la radio familiar cuando Natalia Molina era chica. Los Jaivas o Queen sonaban en esa casa de la comuna de Lo Prado en Santiago, dice ella, en el barrio antes conocido como Barrancas, en Pudahuel.

-És es mi barrio de nacimiento. Nacida y criada.

Desde ahí se movía a tocar hacia el centro. Su primera actuación a fines de 2007 fue en el bar Dos Gardenias del barrio Bellavista, y luego en otros como La Casa en el Aire, Bar Dos, Taller Sol, El Clan, en los barrios Santa Isabel o Brasil.

-Todo ese sector lo recorrí tocando -dice, a propósito de esa cuadra en calle Antonia López de Bello en Bellavista, que incluye lugares como Bar Dos, La Casa en el Aire, Dos Gardenias o Altazor-. Es como un cuadrante de locales de música.

Desde el comienzo además compartió esas fechas con otros. Nombres como los de Martín Pescador, Camila Moreno, Javier Barría, Lautaro Rodríguez, Matías Cena, pasa lista.

-Siempre compartía. A partir de MySpace, cuando subí mis canciones, descubrí todo un mundo de cantautores, me di cuenta de que había gente haciendo lo mismo, y fue la primera vez que toqué en vivo. Antes no tenía contacto con nadie.

-¿Esa primera fecha de 2007 fue armada por MySpace?
-Sí. Y fíjate que todos iban solos (sin músicos acompañantes) menos yo.

-¿Te sentías diferente por eso?
-Mira, yo nunca me he sentido parte de nada. En mi vida, no sé por qué, una cosa de naturaleza.

-¿Ni siquiera de MySpace?
-Era un miembro más de MySpace, pero no para sentirme parte de eso. Sí sentía empatía hacia el trabajo de ellos, los respetaba, eran honestos, que es lo que yo busco en la música. En lo primero que me fijo es que sean honestos, me cargan los disfraces, la gente falsa.

-¿De hecho tu música no es como la de ellos?
-No, y no tenía por qué ser así tampoco. Luego te pueden echar a un saco, al tratar de entender lo que pasa te clasifican y etiquetan como si fueras un producto, y ya, este saco se llama tal cosa.

-Pero MySpace sí era algo real en común. Que el primer concierto de tu vida haya sido armado por MySpace significa algo.
-Creo que tiene que ver con que no soy una persona muy sociable. Puede ser que medios como MySpace me hayan hecho sentirme más segura y encontrarme con otros músicos. Y me sirvió mucho. Era por afinidad musical primero, buscabas algo que tuviera que ver contigo, te contactabas y así organizabas algo, y después llegábamos.

-¿Era como un juguete nuevo además, como es Twitter ahora?
-Sipo. Pero ahora está muriendo MySpace ya.

-Ya murió. Es un cadáver MySpace ahora.
-Sí, porque nadie se mete.

-Como usuaria, de hecho, ¿qué te parece la versión actual?
-O sea, no estoy de acuerdo con que me pongan a los Jonas Brothers en una foto gigante al lado de mi reproductor. No sé si la gente que entra ahí a lo mejor se va a los Jonas Brothers y obvia mi trabajo. Antes me acuerdo en el contador de visitas uno tenía doscientas, trescientas visitas. Ahora: diez. Doce -se ríe-. Entonces está muerto. Hay que hacerle un buen funeral.

-Un funeral de MySpace: ése sería un buen concierto. Con todos los que dijiste: Javier Barría, Martín Pescador, tú misma…
-Oye, es buena idea esa. "Asiste al funeral de MySpace". Yo llevo la corona de flores.

El alma de la canción

Natalia Molina ya tenía un primer disco, Demografías (2007), de factura casera, en la que hay cuatro de las canciones que ahora se escuchan en Cuna de piedras: "Alma", "Revancha", "La futura", "El último esfuerzo" y la propia "Cuna de piedras", grabadas con guitarra, teclado, un pandero, un micrófono y el software Live en el computador.

-Se supone que (un disco de grabación casera) es más democrático, pero tampoco todos los músicos tienen la posibilidad de tener un micrófono y una mesa -considera-. Así que esa democracia es entre comillas no más.

-¿Cuánto cambiaron esas canciones en el disco nuevo?
-En esencia no cambiaron en nada. Sigue siendo la misma canción, el mismo contenido. Simplemente las grabé y traté de replicar lo arreglos que había hecho en Demografía. Pero para mí el fondo de la canción es la melodía y la letra.

Las composiciones más nuevas de Cuna de piedras son "Calma", "Tan temprano", "Llévame lejos", "Ay de mí", "Por si cambias". "En las últimas canciones uso más acordes, creo que ése es un cambio. Las primeras canciones tienen uno, dos o tres acordes. No pasaba de tres acordes.

Y también está "Alma", la melodía que Natalia Molina puso a sonar en Radio Uno en la época. "Tiene la estructura de una canción de los años '50, de esas típicas baladas. Hay cientos de canciones con esos acordes".

-¿Y no es difícil hacer algo nuevo con esos acordes tan usados?
-Es un desafío. Hacer algo con algo archi probado, manipulado. Yo creo que la calidad no va en la cantidad de acordes, sino en lo que hagas con ellos. Para mí el núcleo esencial de una canción es la melodía.

Otra particularidad de la cantante es que toca y compone indistintamente con la guitarra y con un teclado. "Partí componiendo con guitarra y hace unos dos años compongo sólo en piano. Es práctico, hay más alternativas y es más fácil para mí encontrar la canción en el piano que en la guitarra".

-¿Cómo aprendiste?
-Por mi cuenta. Iba en el Liceo 4, de Matucana, y me acuerdo de que a la salida vendían ese cancionero "Rock clásico", y yo obvio me compré el de los Beatles. Y con ese aprendí todo. Es por intuición. Hay ciertas progresiones naturales, que el oído te dice que van bien. Al sacar una canción hay un acordes que van bien juntos.

-Qué bueno citar a los Beatles hasta involuntariamente. "Michelle" dice "son palabras que van bien juntas"?
-Oh, no me di ni cuenta... Ahí se nota mi fanatismo.
El disco, <i>Cuna de piedras</i> (2011).
Veterana del '79

Una de las canciones del nuevo disco tiene dos títulos. En el CD está inscrita como "Ay de mí", pero en vivo la autora explica que se llama "Palestina", originada en las masacres de niños y población civil palestina en general perpetradas por el ejército israelí durante los ataques de diciembre de 2008 a enero de 2009 en la Franja de Gaza.

-Toda esa semana había estado viendo la tele, estaban los bombardeos, había fotos filtradas en Internet de cadáveres de niños... Era una rabia contenida, y me salieron esos acordes que sentí que tenían rabia y podían expresar lo que sentía sobre ese tema. "Ay de mí", la desprotección y el desamparo mientras te caen bombas en la cabeza.

-¿Es la letra más contingente de las que has hecho?
-Sí. Creo que es una de las pocas canciones que tengo que tratan de algo, porque no soy muy lineal al escribir. Me manejo más con imágenes, sensaciones, quizás porque vengo del mundo de la poesía y me dediqué mucho tiempo a eso. No soy de contar historias, de inventar personajes. Hablo siempre de mí, de lo que estoy viviendo, de las sensaciones que provocan las cosas que veo, que escucho, el mundo que me rodea.

Natalia Molina viene del mundo de la poesía entre otras cosas porque antes de publicar un disco publicó un libro: "Veteranos del 79" (2010), con poemas. Recuerda haber empezado a escribir poesía a los doce años, y hacia 1999 se inició en los talleres que en el centro cultural Balmaceda 1215 dirigían poetas como Mauricio Redolés, Paz Molina o José Ángel Cuevas. "Que me encanta", dice, en relación con este último. "El ex poeta. Él se hace llamar así. Yo también soy ahora ex poeta".

-¿Por qué, no vas a seguir escribiendo?
-No, voy a seguir escribiendo y si tengo plata voy a publicar, una edición por mi cuenta.

-¿Entonces por qué eres ex poeta o y no poeta?
-No, porque fui alumna de José Ángel Cuevas y me gustaba eso que tiene él de separarse un poco, de mirar de afuera. La poesía, como el arte visual, tienden a ser círculos muy elitistas, y José Ángel Cuevas es popular. Es un acto de rebeldía.

-También es bien musical él. Uno de sus últimos libros es muy rockero.
-Claro, toda esa movida de la Gran Avenida de los años '60, ahí había un epicentro del rock. Es un cronista de su época, de una juventud que fue quebrantada por el Golpe. Es de esa generación que su vida era alegría y de repente…

No termina la frase porque menciona como ejemplo de esa generación interrumpida a su padre y a su tío, un músico de bandas rockeras de los años '60 y '70, David Molina, que tocó junto a bandas rockeras tempranas de la época como Alejaica, un emblema del rock de Estación Central.

-Eso era rock de barrio. ¿Ahora es así también? ¿Sientes una conexión o una identidad con ser del lugar donde naciste o creciste?
-Mmmh… -piensa unos segundos la respuesta-. Mira, yo creo que todo lo que uno es, lo que uno vivió, el lugar de donde viene, se va a reflejar en tu trabajo creativo. Es obvio que debe tener alguna influencia, no sé cuál es, quizás mi manera de ser o de ver las cosas, pero para cualquiera, no es algo tan relevante. Es relevante para mí, para mi historia, no sé si para la gente que lea esto.

-¿O para la que escuche la música?
-Sí. Yo hago música para comunicarme con otro, y si alguien se identifica, perfecto. Y si alguien se identifica también por una cosa de clase, perfecto. Pero mi música no es explícitamente política. Yo creo que todo es político. Uno deja su huella en todo, y a mí me gusta la política.

-¿Pero aun así no quisiste poner versos explícitos en tus canciones?
-No. Es que tiene que ver con cómo salen las cosas, no es algo racional.

Ex poeta, actual cantante

Natalia Molina, una mujer que ha escrito poesía y letras de canciones, sabe que ésos son dos asuntos distintos. "En las canciones la letra está en función de la música, hay un complemento, en cambio cuando escribía poesía expresaba todo a través de las palabras. Ése era mi lenguaje", dice. Y habla en pasado por que su libro apareció en 2010, pero es una selección de poemas escritos entre 1999 y 2004.

-Ah, pero entonces sí eres una ex poeta.
-Sipo. Ahora que lo estás diciendo sí, porque ha pasado mucho tiempo. Estaba en los talleres de poesía, iba a recitales de poesía, gastaba mis codos en todos los mesones, como decía Teillier -sonríe-, de La Piojera, de todos los bares. Pero siempre con la guitarra al hombro, porque sabía que ése era mi lenguaje primario, original. La poesía me servía a manera de desahogo, pero mi lenguaje es la música.

-O sea que las dos cosas estaban juntas, pero primero te atreviste a escribir poemas. ¿Tenía que pasar más tiempo para que atrevieras a cantar?
-También tiene que ver con eso, con cierta falta de confianza al comienzo en lo que yo hacía. Quizás me faltó valentía para decidir dedicarme a la música. Lo tenía claro pero no daba ese paso.

-¿Perdimos una poeta pero ganamos una música?
-Sí, creo que sí, y no me arrepiento. Claro que nunca voy a dejar de escribir. Pero casi siempre pensando en canciones ahora.

De ese tiempo data en particular el gusto de la cantante por los nombres reconocidos de la poesía beat: Kerouac, Burroughs, Ginsberg, autor del poema "El aullido". Lo que explica el nombre de Aullido.

-No sé por qué me identificaba algo tan antiguo, de los '50, pero leyendo los libros me sentía una especie de Dean Moriarty femenina.

Y la coincidencia de su gusto por el Beat a su gusto por los Betles, también. "Es por el ritmo, por el beat del jazz. La poesía beat tenía cierto ritmo e iba asociada a los clubes de jazz".

-Y las dos cosas se vienen a juntar en Natalia Molina en 2011.
-Es un peso muy grande sobre mis pobres hombros.

Después de un año sin tocar la cantante está lista para volver al escenario. "Creo que tienen energía esas canciones, estaban a punto de reventar. Tanto que me costó grabar el disco, y quiero también una especie de liberación mía de las canciones, para seguir componiendo. Es como una mochila que llevaba, son muy antiguas. 'Alma' es de 2004".

-De hecho todos los que dijiste no tenían disco y ahora sí tienen. ¿Tú faltabas no más? ¿Eres la última?
-Siempre llego tarde a todas partes -se ríe.




domingo, junio 12, 2011

Natalia Contesse: Viaje a la semilla



Emol

Después de años de tomar rumbos desde la raíz afro y la fusión latinoamericana, esta compositora chilena viene a debutar como solista con un disco de inspiración campesina chilena: tonadas y décimas. "Uno en la ciudad no cacha nada", dice Natalia Contesse.

A grandes rasgos la vida completa de Natalia Contesse, o al menos la música que ha tocado hasta ahora, bien pueden ser consideradas un viaje emprendido desde lo general a lo particular, encaminado por naturaleza hacia Chile. Su apellido es de origen francés; es una mujer con doble nacionalidad, desde que es chilena pero fue a nacer en 1978 a Nueva Orléans en Estados Unidos, y países vecinos de América Latina han marcado su aproximación a la música.

La más reciente de estas estaciones es en cambio un disco inspirado por las tradiciones del folclor chileno, entre la tonada campesina y en la poesía popular en décima. Y es un nuevo comienzo además: Puñado de tierra (2011) se llama el primer trabajo de Natalia Contesse como solista, al que ha llegado tras un itinerario por las estaciones sucesivas de la música de raíz africana y asiática, la fusión latinoamericana, la cueca, la poesía popular, la tonada y, como resultado, la composición de sus primeras canciones.

La tonada "Ay que sí, ay que no" ya circula en un videoclip como primera presentación del repertorio de esta cantante en su disco, que llega a solista además después de haber integrado una serie de agrupaciones como Los Obreros del Ritmo, Tribu Raíz, Orixangó, Yámana, Detucuna Atutumba y Vena Raíz, un grupo de fusión de músicas latinoamericanas y de otros orígenes con el que publicó el disco Vena Raíz (2008).

El tramo definitivo del viaje se inicia en 2007, cuando llegó con ese último grupo a La Paz y se conectó allá con la música chilena y con Violeta Parra en particular, por la invitación de Vena Raíz a la Feria Internacional del Libro de Bolivia, con Chile como país invitado. A su regreso Natalia Contesse estuvo lista para una seguidilla de encuentro determinantes en su futura vocación, entre Manuel Sánchez y Alfonso Rubio, ambos cantores a lo poeta; Margot Loyola y Patricia Chavarría, ambas folcloristas.



Encuentros con mujeres y hombres notables

Como parte de esa búsqueda ya en 2002 Natalia Contesse había asistido a un taller con Manuel Sánchez, guitarronero, cantor y payador, que motivó los primeros rasgueos de cueca que años después podría en el disco de Vena Raíz.

La cueca es una exploración que profundizó en 2009, al formar un grupo con compañeros como Dángelo Guerra, Juan Pablo Muñeco Villanueva y Carola Gutman. "Fue una experiencia súper buena, porque tenía que tener repertorio para la noche, me aprendí hartas tonadas de la tradición". Pero la cueca tampoco fue la última palabra.

-Era un mundo, pero había todo un personaje del roto o el bravo un poco estereotipado en el que los mismos músicos se ponían, y me daba cuenta de que no era el lugar tampoco donde quería expresarme. Y esto de gritar… porque también quiero escribir letras y que la gente pueda escuchar. Para mí es súper importante la palabra. Por eso también me ha gustado estudiar las formas métricas: la décima, la tonada, las distintas maneras de componer que tienen todas. Y busqué qué más hay.

En paralelo a la cueca la cantante se encaminó a la tradición del canto a lo poeta y la décima como expresión de esa poesía popular. Se enroló en un taller con el payador, cantor y guitarronero pircano Alfonso Rubio y emprendió visitas a la ciudad de Pirque, en la zona sur de la Región Metropolitana, en paralelo a la escucha de Violeta Parra. "Don Alfonso me enseñó varias entonaciones, melodías, y empecé a componer melodías para hacer décimas, escuchando a la Violeta (Parra)", explica. Y un paso siguiente, ya en 2009, fue conseguir el teléfono de Margot Loyola.

-Sin conocer prácticamente casi nada del trabajo de la señora Margot Loyola la llamé y le dije "¿puedo ir a verla? Necesito aprender" -recuerda Contesse que dijo a la maestra-. Fui y ese día mismo me quedé como tres o cuatro horas conversando con ella, de la vida, de la tonada, de que existe algo que se llama cantoras campesinas, que la guitarra se afina de otras maneras. Tuvimos feeling, tuvimos onda, se fueron dando las cosas, estaba la prosperidad de los encuentros para acceder a información de música chilena.

-¿Fue una sola vez?
-No, pues, de ahí nunca dejé de ir, hace dos semanas estuve allá. Ellos (Loyola y su compañero, el folclorista Osvaldo Cádiz) están en gestión súper activa de trabajo, formulando proyectos, están súper pila. Siempre que tengo preguntas sé que tienen mucha información de todo. Piensa que (Margot Loyola) tiene 94 años y desde los quince estuvo en los campos, aprendiendo, tiene historias de todo tipo.

-¿Qué importancia tuvo ese encuentro para ti?
-Ahí entré en la dimensión del rol de la mujer en el folclor. Y fue como una señal, la trilogía: mujer, canto, guitarra. Tonada, mujer, guitarra. La cueca, mujer, guitarra. La mujer está siempre con su guitarra en los hitos importantes, tiene que ver con el rol de una mujer en la comunidad, con cómo la cantora retrata los momentos, su conexión con el campo, los elementos, la cosecha, el agua, el amor, el desamor. Que era su forma de expresar todo su quehacer, su sentimento. Me resonaba profundamente.

Margot Loyola fue a su vez el nexo para conocer a Patricia Chavarría, también folclorista eminente y directora del Archivo de Cultura Tradicional de Artistas del Acero, en la región del Bío Bío. Con ella Natalia Contesse visitó a cantoras campesinas cerca de Penco, en la misma región, y también exploró por cuenta propia en el pueblo tradicional de Rari, de la provincia de Linares, región del Maule.

-La señora Patricia (Chavarría) tiene la escuela de las cantoras, y las cantoras te reciben así. Cuando fui a Rari después de un rato me invitaron a que la próxima vez me quedara todo el fin de semana, que invitara a mis hermanos para que llevaran el acordeón. La señora Patricia tiene también esa escuela, de cómo a ella la han recibido.

-¿Fue distinta la aproximación al folclor con ellas dos?
-Sí, porque la señora Margot me enseñaba más sobre las investigaciones suyas, con ella es otro contexto. No es que me pueda ir en micro al campo, como sí lo hice con la señora Patricia, y de ella me ha llegado más específicamente la guitarra, las afinaciones, los distintos rasgueos.

-¿Tampoco es llegar donde una cantora campesina y pedirle que cante? ¿Toma tiempo ese proceso?
-Sí, es súper de azar, he ido a lugares y no he encontrado a nadie. O cuando fui a Rari la gente del pueblo cercano me decía "A qué va a ir, ya no hay cantoras, hay puras brujas en Rari". Te metes en el mundo, en el misterio de la gente. Uno en la ciudad no cacha nada. O sea, cachai todo en otro aspecto, pero no te das cuenta de todo eso que también es parte. Escuchando a las cantoras me doy cuenta realmente de cómo Violeta Parra sacó de ahí tanto, en todos sus trabajos de creación, reconozco esa guitarra, esa forma de escribir, esas palabras que se refieren a tal celebración. A medida que voy estudiando escucho a la Violeta de nuevo y entiendo más, más.

El clic de la tierra en esta parte de Sudamérica

El movimiento viene desde antes en la vida de Natalia Contesse. "Yo viajo un montón por América, participo en una agrupación que tiene que ver con volver a mirar ciertas ceremonias muy antiguas y con realizar estas ceremonias que están en todo el continente", dice, con países como Ecuador, Perú, Colombia y México entre esos rumbos.

-Es bañarse de América Latina, pero no sólo de la música, sino de su gente, sus tradiciones, su cultura más de ritual, como se puede sentir en el disco. Es una dimensión que engloba todo con palabras, lenguajes, temáticas, con los elementos y con una cosa más chamánica. No es la la palabra, sino cómo la gente la dice, tiene que ver con la sabiduría ancestral, con este recorrido por las tradiciones espirituales de América.

-¿Todas estas dimensiones se fueron sucediendo o se dieron simultáneas: los viajes, la cueca, Pirque, la tonada, Margot Loyola, Patricia Chavarría…?
-Todo simultáneo. Escuchaba una tonada, la aprendía, la sacaba, la tocaba, veía la afinación y pensaba en componer algo. Siempre iba filtrando desde mi experiencia.

-¿La idea fue siempre componer canciones propias? ¿No pensaste en un disco de recopilación?
-Siempre tenía claro que esto es lo que tenía que hacer. Me estaba preparando, sabía que iba a ser en su momento. Tenía que estudiar, y no sólo de un cuaderno, sino ir a los lugares, ir a bailar, todo el abanico, y a partir de eso iba a tener el fundamento y la certeza de lo que estoy haciendo. Cuando volví de Bolivia (en 2007) me hizo un clic que la tierra en esta parte de Sudamérica habla con ese lenguaje. Eso sentí: iba a la montaña, al río, y el agua se está expresando en ritmo de tonada, por eso sale acá eso, por eso las cantoras acá cantan así y en otros países cantan otra cosa. En ese momento pensé que lo que estoy haciendo es lo correcto, que es donde debo estar y puedo defenderlo porque tengo conocimiento.

-¿Valoras más la intuición o el estudio?
-Pienso que hay que ser coherente, como ser humano y como artista. Sí la intuición hay que tenerla para decidir qué paso dar y para el arte también. Pero si digo que hago folclor, o si soy súper pachamámica, por ejemplo, la pregunta es cuál es el fundamento. He estado estudiando y aprendiendo, lo veo como parte de mi recorrido. La vida me puso en el momento.

-¿Pero también es un valor no seguir al pie de la letra la tradición?
-Creo que para poder romper las reglas es bueno saber cómo son. Es mi humilde opinión. Esto es así y ahora lo rompo y hago esto otro. Es importante la intuición y arriesgarse, pero tienes que ser claro en decirlo, porque también confundes a la gente. Yo también sé súper poco y me queda mucho por aprender. Y eso es lo bonito.

Si hasta ahora el rumbo de Natalia Contesse ha parecido un viaje a la semilla, el destino del viaje podría cambiar, esta vez en relación con el lugar natal de la cantante, en Nueva Orléans, donde nació en 1978 durante una estada de estudios de sus padres en ese país.

-Es súper loco, porque partí en la música con grupos bien afro, como Yamana, Detucuna Atutumba -conecta ahora-. Y cuando nací no estuve por una semana con mi madre, a mí me amamantaron las negras. Después de ene tiempo supe. Muy loco.

-¿Leche de mujer negra durante los primeros días?
-Sipo. Mi mamá no medio leche porque no pudo, quedó súper débil. La primera semana. Para mí es muy especial. Y por ejemplo la cueca viene de distintas vertientes pero el afro es el más fuerte. He hablado con la misma señora Margot y tiene mucha influencia afro. El rito, la danza, afro total. Entonces tengo muchas ganas de ir a Nueva Orléans. Porque sé que algo va a pasar. Hay algo que siento que tengo que ir a estudiar allá. Nunca he ido, quiero aprender el blues, hay una energía ahí que no es casualidad. Es lindo porque siempre vuelvo a los orígenes, a donde nace. Siempre ando en esa búsqueda.




Andrés Wood: "Canonizar a Violeta Parra es como matarla"



La Tercera

El director de Machuca otra vez revisita la historia en su filme sobre la autora de Gracias a la vida.

por Jorge Letelier

Cuando Andrés Wood filmaba alguna escena de Violeta se fue a los cielos con su protagonista, la actriz Francisca Gavilán, inevitablemente le repetía la misma pregunta a su equipo: "¿Se imaginan que ella no estuviera funcionando?". Porque si Gavilán no se hubiera convertido, a su juicio, en esa Violeta frágil e iracunda, en esa vorágine de genialidad y contradicción, su película simplemente no existiría.

"Ella es la película. Me ayudó a construir las secuencias, a encontrar cosas", cuenta el director. "De hecho, hicimos un casting de voces con gente que canta muy parecido a Violeta, pero nos gustó más ella y terminó cantando en la película", dice.

Pura intuición. Gavilán estudió durante un año al personaje con total libertad y llegó a la Violeta Parra que Wood soñaba: una mujer a la que la realidad le queda corta. Eso desembocará en tragedia, pero también en una genialidad que no conoce límites.

Y la intuición también guió a Wood para enfrentar el desafío más importante de su carrera: intentar desentrañar a la mujer más mitificada de la historia patria.

"Lo inabarcable que es Violeta condicionó la estructura de la película. Sentíamos que había que hacer un filme episódico, asumiendo que muchas cosas no se iban a contar. Y cuando sentíamos que estábamos siendo biográficos, parábamos. Por eso es que Nicanor, el hermano más determinante en la vida de Violeta Parra, aparece en forma muy secundaria en el filme. Sí resalta, en cambio, Hilda, una hermana que la historia sitúa en una posición secundaria", explica.

De esta forma, la Violeta de Wood se armó bajo el riesgo de no seguir las convenciones del filme biográfico. Su propósito fue más bien organizar la vida de Parra en torno a su mundo interior. En ese esquema, Wood se permite el dato duro y las licencias oníricas. Es lo que él llama un acercamiento "instintivo y afectivo".

Violeta se fue a los cielos -película presentada por Minera Escondida, operada por BHP Billiton- se estrena el próximo 4 de agosto en el país.

Historia orgánica

Con cinco películas desde 1997, cuando debutó con Historias de fútbol, Andrés Wood es uno de los cineastas chilenos de vocación más popular. Machuca, El desquite y La fiebre del loco son pruebas de su gusto por temáticas que apelan a la historia y la tradición, donde el componente emotivo es fundamental. "Mi aproximación al cine como espectador es tratar de no racionalizar. Y como cineasta trato de no trabajar con ideas, porque en el cine son terribles", dice.

Por eso es que le gusta definir la cinta, basada en el libro homónimo de Angel Parra -hijo de la artista-, como una pieza orgánica y continua. Prefiere sentirla a analizarla. Es una cinta en que vida y obra son un todo inseparable.

"Mi visión de Violeta es que parte de su frustración es por sentir que una canción, un poema, es menos que la vida misma, que el arte no es capaz de rescatarla. Esa sensación es de los genios y algo ella lo expresa en sus cartas. Ella sentía que tenía un mandato: el mostrar la cultura más profunda de su pueblo. Y que eso no se explica con la clásica respuesta del llamado 'pago de Chile' que recibió", dice.

El cineasta advierte que el componente trágico que rodeó a la autora de Volver a los 17 (incluyendo su suicidio) no es más que un reduccionismo. "Los espectadores se van a encontrar en esta película con una Violeta dura, pero con sentido del humor; clara en sus ideas, pero también triste", cuenta.

¿Cuál es su relación personal con Violeta? ¿La escuchaba?

Empecé a interesarme en ella de forma tardía. Pero cuando me acerqué me llamó la atención la complejidad de sus letras. No sé qué autor en español tiene esa complejidad, quizás Silvio Rodríguez. Luego, cuando comencé a empaparme de su vida, fue como abrir una caja de Pandora: muchas capas. Me pregunté cómo nadie había hecho aún una película sobre su vida.

¿Fue difícil escapar de la versión oficial que un personaje así le pide?

Me pongo en el rol del espectador y no me gustaría ver una historia oficial de Violeta. Angel Parra tenía bastante claro eso. Aunque conversamos todos los temas, siempre me dijo que yo tenía la última palabra. Si no hubiera tenido libertad artística le hubiera dicho: "Toma tu libro y haz lo que quieras". Canonizar a un personaje como ella es matarlo.

Rodaje multinacional

Protagonizada, aparte de Francisca Gavilán, por Cristián Quevedo (padre), Patricio Ossa (Angel Parra niño), Gabriela Aguilera (Hilda) y el francés Thomas Durand como Gilbert Favre (pareja de Parra), Violeta se fue a los cielos tiene en su historia tres ejes narrativos claros: su mencionado mundo interior, su labor como recopiladora folclórica y una entrevista que le hacen en la televisión argentina.

Esta última es un leit motiv que organiza toda la primera parte del filme. Se trata de la recreación de un episodio ocurrido en 1962.

"Estaba buscando material desesperadamente y sabía por diferentes libros que ella fue a buscar a su hermano Lalo a Argentina", cuenta Wood. "Pero se quedó allá y le empezó a ir muy bien, incluso hizo un disco y fue mucho a la televisión. Llamé a mi coproductor argentino y le dije: 'Tiene que haber imágenes de eso'. Pero no había nada. Lo que está documentado es que la Violeta fue muy elocuente en esas entrevistas, así que reconstruimos una gran entrevista inspirada en las otras que dio. Van complementando diversos episodios de su vida", cuenta.

Otro momento importante en el filme es la exposición de sus arpilleras en el Museo de las Artes Decorativas del Palacio del Louvre. Gracias a un cortometraje rodado presumiblemente por su pareja de entonces, el francés Gilbert Favre, Wood combina estas imágenes documentales con la filmación que realizó en París en el propio museo, y que sería el momento previo a su regreso a Chile para instalar la carpa en la comuna de La Reina, donde se suicidaría en 1967.

Filmó en Chile, Francia y Argentina. ¿Es su película más ambiciosa?

No sé, me cuesta compararlas. Viendo lo que produjo Machuca en Chile y afuera, es difícil equipararla. Tuvo una aceptación por la que dices: '¿A qué más puedo aspirar?'. Pero, a la vez, siento que las películas me salen ambiciosas, se me ocurre algo y termina siendo más grande que la anterior. Y aunque suene petulante, me gusta hacer filmes con relevancia social, me encanta meterme en esos problemas.

Andrés Wood
Historias de fútbol, El desquite, (serie de TV y película), La fiebre del loco, Machuca y La buena vida son sus trabajos. Violeta se fue a los cielos está iniciando su proceso de posproducción de audio.

El guión
Inspirado en el libro homónimo de Angel Parra, en el guión de la cinta colaboró el cubano Eliseo Altunaga (quien dio la estructura), el propio Wood, su director de arte habitual Rodrigo Bazáes y el dramaturgo Guillermo Calderón (Neva, Villa + Discurso), en su debut como guionista de cine.

Estadio Víctor Jara: El ocaso de un lugar emblemático para conciertos


La Tercera

El Estadio Víctor Jara cuenta cerca de dos años inhabilitado para espectáculos y hoy está consagrado a talleres recreativos. En los próximos días se definirá un modelo para reposicionarlo.

por Claudio Vergara

El 9 de octubre de 2009, la figura de Víctor Jara emergió sobre una de las paredes del estadio que lleva su nombre y se dirigió a las 3 mil personas reunidas en el recinto. En una pantalla, el video donde presenta uno de sus más bellos himnos, Luchín, antecedió la versión que luego despacharon Camila Moreno, Manuel García, Gepe y Chinoy en el concierto que ofrecieron en conjunto. Fue uno de los últimos temas que se escuchó en vivo en el lugar. Fue, a la larga, el último recital que cobijó antes de que se inhabilitara para el rubro, al no cumplir con una serie de normas decretadas para recintos de alta convocatoria.

Casi dos años después, a media tarde del pasado miércoles, la casualidad provoca que la misma canción salga de un parlante perdido en uno de sus rincones. La melodía resuena como eco fantasmal a metros de distancia, en la mitad de un corredor donde un grupo que ya sorteó la tercera edad practica gimnasia sobre unas colchonetas. En la cancha central, flanqueada por galerías desgastadas y una colorida imagen del artista, en el mismo espacio donde antes los cantautores reverenciaron su memoria, todo asoma vacío y en penumbra. Ahí la canción ya no se escucha.

Luchín marca el ayer y hoy del estadio Víctor Jara. Se oyó la última vez que fue utilizado para eventos masivos y suena hoy, cuando el reducto ya no es parte del circuito de espectáculos capitalinos y sólo sobrevive como un refugio para talleres recreativos, sin vida nocturna y casi anónimo entre el vértigo de Estación Central. Se trata del incierto trance que hoy atraviesa uno de los escenarios que mayor cantidad de shows recibió entre los 80 y principios del nuevo siglo, con cimas como las primeras visitas de Soda Stereo, las escalas de Charly García, el debut de Morrissey y Lou Reed, la deslumbrante primera vez de Kraftwerk y el festival SUE que tuvo a The Strokes y Kings of Leon.

Más allá de todo eso, es el sitio donde en 1973 fue torturado y asesinado Víctor Jara, lo que ha propiciado la visita de estrellas internacionales, como el guitarrista de Rage Against the Machine, Tom Morello o el cantautor estadounidense Devendra Banhart. Aunque siempre fue apuntado como un espacio con mal audio y discutibles condiciones de comodidad, los productores lo señalaban como una de las pocas salas capacitadas para recibir conciertos en invierno.

Un recinto difícil

¿Qué paso en el camino? Desde hace casi dos años, quedó impedido para organizar espectáculos y cerró sus puertas a la música. Como una fatal casualidad, su tragedia comenzó casi inmediatamente después de los días de 2003, en que sus administradores, Chiledeportes, decretaron su rebautizo como Víctor Jara -luego de llamarse Estadio Chile desde su fundación, en 1949- y suscribieron un convenio con la fundación del mismo nombre.

En 2005, la Dirección de Obras de la Municipalidad de Santiago lo inhabilitó para conciertos, al no contar con el trámite de recepción final de obra y al no cumplir con una serie de requisitos establecidos por la Ley de Urbanismo y Construcciones. Pero Chiledeportes, junto con la Municipalidad de Santiago y la Intendencia Metropolitana, se comprometieron a refaccionarlo, lo que permitió reabrirlo y fijar como plazo fatal para las mejorías el segundo semestre de 2009. "Pero nunca se hizo nada. Faltó voluntad de las autoridades de la época", dice Gloria Konig, directora de la fundación Víctor Jara.

Ante el nulo avance, la municipalidad oficializó su clausura definitiva para espectáculos en julio de 2009, permitiendo que se realizara un par de eventos ya pactados, como la cumbre que reunió a Chinoy y Gepe. Las condiciones básicas que no acredita el recinto se resumen en falta de accesos más fluidos; mayor distancia entre las butacas, y más espacio entre los peldaños de sus escalinatas, aparte de otras consideraciones en baños y pasillos. Además, hoy luce ciertos baches en sus techos, pese a que el terremoto de 2010 no mermó su estructura. "La municipalidad nos hizo observaciones y eso no se ha regularizado", agrega Konig.

Por su parte, Chiledeportes elabora un plan para destrabar la prohibición y reposicionar al estadio. Al interior de la entidad confirman que se trabaja en un modelo de gestión de administración y uso para determinar qué se va a arreglar y hacia dónde se destinará la inversión, ya que podría privilegiarse su función deportiva antes que cultural. Es que una de las causas que ha empantanado la fluidez de sus refacciones guarda relación con sus altos costos: se estiman en $ 2 mil millones. En las próximas semanas se realizará una reunión entre Chiledeportes, la fundación Víctor Jara y la Municipalidad de Santiago, para definir el modelo.

Pese a sus actividades de tono más privado -hay 14 talleres deportivos gratuitos-, sus regentes precisan que el lugar no está en desuso. "No está abandonado. Tiene un presupuesto que se ocupa en mantención y operación. Está funcionando a una capacidad que no es la óptima, pero lo está haciendo. No tiene los conciertos, que efectivamente generan recursos, pero tiene una función recreativa", dice su actual administrador, Héctor Alvarado.

Cierto auge del estadio en los 90 se debió no sólo a la falta de recintos, sino que también a sus bajas tarifas de arriendo: cerca de $ 1,5 millón, versus los $ 3 millones del Teatro Caupolicán, su más obvia comparación. Eso sí, distintos productores aseguran que los costos se encarecían ante sus escuálidas condiciones técnicas: no poseía un escenario propio, había problemas para instalar luces y sonido, y la ubicación de la tarima central era un acertijo. Si se montaba de frente a una de las tribunas, las del otro lado quedaban tras el escenario y su aforo se reducía a la mitad. Si se ponía al medio, todas las localidades quedaban en diagonal y no en frente.

"Era un lugar muy difícil, que requería trabajo desde lo técnico hasta los camarines. Además, surgieron otros superiores", cuenta Alfredo Troncoso -organizador de citas como el reencuentro de Inti-Illimani y Quilapayún-, en torno a la irrupción de opciones como Espacio Riesco o el renovado Caupolicán. Quienes más lamentan su presente son los músicos. Claudio Narea tocó ahí con Los Prisioneros y asegura: "Esto es una falta de respeto a la memoria de Víctor Jara. Es lamentable que no se quiera invertir, porque no lo recuerdo como un lugar particularmente bueno o malo, nada muy distinto a lo estándar".

Actualidad
Monumento nacional

El estadio logró ese categoría en octubre de 2009, cuando era cerrado a los shows. El estatus permite que no sea derribado o destinado a otros usos.

Talleres

En el lugar hoy trabajan 13 personas y se imparten talleres gratuitos de deporte y recreación. También se usará como albergue para el invierno.

sábado, junio 11, 2011

Rescatan 2.000 partituras del siglo pasado que serían vendidas por kilo

Rescatan 2.000 partituras del siglo pasado que serían vendidas por kilo


Patricia Schüller/ Nación.cl
El valioso material iba que iba a ser vendido al kilo, como si fuera papel de diario, está almacenado en el Fondo Margot Loyola de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Pasajes clave de la historia musical de Valparaíso están contenidos en las 2 mil partituras, de entre 1900 y 1950, que almacena el Fondo Margot Loyola de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

El material, que iba a ser vendido al kilo, al igual que los papeles de diario, llegó a las manos de la conservadora del Fondo, Cecilia Astudillo, quien las restauró y digitalizó para darlas a conocer a la comunidad. La iniciativa cuenta con el financiamiento de la Universidad de Harvard y la British Library.

Explica la especialista que “las más antiguas se interpretaban en los salones. La mayoría es para piano y canto. Algunas se ocupaban en las tertulias en las casas. Valparaíso tenía una gran vida cultural en el 1900. Todas las compañías de ópera venían y la gente buscaba replicar estas obras en las casas, simplificadas para piano y voz".

El material "es una riqueza enorme pues nos ayuda a conocer la historia social de Valparaíso", remarca.

En Chile –manifiesta- siempre se conoce la historia por las guerras. "Nosotros trabajamos con la historia social, lo que la gente sentía o vivía. Valparaíso tuvo una vida cultural enorme y eso es lo que nosotros estamos tratando de rescatar y dar a conocer", relata.

DESDE LA ZAMACUECA

Imagen

En esos años –añade- las partituras eran un elemento habitual de las casas.

"Todas las mujeres tenían que saber tocar piano o cantar. En las tertulias había estudiantinas familiares y siempre existía un piano en la casa. Con el nacimiento de la radio se fue perdiendo esto".

Cecilia Astudillo detalla que se recopilaron partituras de fox trot, one step, chimi, habaneras, mazurcas, polkas y la cueca que es transversal y se aprecia en distintas épocas desde la zamacueca del 1900 hasta la cueca del Santiago Wanderers de 1950.

"Las joyitas que tenemos es música que se hizo para el Bicentenario de 1910. Contamos con reediciones del himno nacional a todo color, ediciones con dorado y plateado de las banderas. También encontramos obras de películas. Algunas tienen textos y otras son sólo música", añade.

Las partituras que se recopilaron tenían mucha tierra, agrega. “"Algunas presentaban marcas de hongo y humedad. Se hizo un proceso de limpieza a mano, protegido con guantes y mascarillas. Una vez que estaban limpias, se guardaban en contenedores libres de ácido con el fin de que duraran otros 200 o 300 años más", dice.

Finalmente quedaron en unos muebles libres de metales y ácidos a 20 centímetros de altura con la temperatura y la humedad controlada.

DIGITALIZAR

En estos momentos se ha digitalizado el 30% del material. "Algunas profesoras de piano y canto del Instituto de Música han realizado conciertos con este repertorio. El conjunto folclórico también ha venido a buscar música. Nos encantaría hacer un registro o un concierto con este material", comenta Cecilia Astudillo.