viernes, noviembre 18, 2011

Los Bunkers en México: "Todavía podemos seguir creciendo más"

 

Wiken

Los músicos hablan de su exitosa incursión en el mundo mexicano, de cómo fue que llegaron a presentarse en el mítico Roxy de Los Ángeles, en Estados Unidos, y la manera en que planean su próximo disco. También de las tensiones internas que han vivido, las que quedaron plasmadas en un revelador documental que se estrenará en el Festival In-Edit. Este es el backstage de Los Bunkers.

ERNESTO GARRATT V.

Son la banda chilena más exitosa del momento en suelo azteca. Si uno le pregunta a un mexicano relativamente bien informado quiénes son ellos, Los Bunkers, la respuesta es ésta: "Son los rockeros chilenos pues, no mames. Están padre ¿eh?".

Es un hecho: Junto a "31 minutos" y el nostálgico recuerdo de La Ley, Los Bunkers es de lo poco de la cultura pop chilena que se conoce masivamente acá.

Es el hotel Four Seasons en la zona Rosa, el barrio alto de Ciudad de México. El baterista Mauricio Basualto y los guitarristas Francisco y Mauricio Durán fuman, bromean, hablan de música. Esperan tranquilos la llegada del resto de Los Bunkers: Gonzalo (bajista) y Álvaro (vocalista) López. En ellos se ve simpleza y horizontalidad en el trato. Para cuando el quinteto se completa ya no hay duda: siguen siendo una banda que prioriza la música por sobre la imagen y el divismo.

Hace cuatro años que Los Bunkers dieron el gran salto a México, un mercado apetecible para cualquier músico chileno que quiera internacionalizar su carrera. "El volumen de habitantes que tiene el país te ofrece más posibilidades de crecer", dice Mauricio Durán, el integrante más locuaz de la banda. "La decisión de venir acá pasaba por tratar de sacar la música de Chile, tocarle a otra gente, conocer otros lugares, pero también con plantearnos objetivos nuevos. Después de todos estos años el balance es positivo: desde la primera vez que vinimos, el grupo ha crecido. Pero la gracia es que todavía podemos seguir creciendo más".
El baterista Mauricio Basualto separa aguas entre hacer música en Chile y México. "Aquí en México la industria de la música es tan importante que se invierte en ella. Esa es una de las diferencias más grandes. Por ejemplo, aquí en verano se hacen unas giras itinerantes con full producción y tú llegas al evento que está lleno de containers con camarines, uno comparte con artistas y con músicos y te empiezas a acostumbrar".

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"Música Libre" es el disco con covers de clásicos de Silvio Rodríguez en clave roquera que aún está dejando huella en México, en conciertos que dan cada semana. Un hito: el 11 de noviembre pasado se presentaron en el espacio Plaza Condesa. "Estamos en escena constantemente -dice Mauricio Durán-, lo de Plaza Condesa fue súper importante. Es el nuevo lugar que se inauguró en el DF para hacer tocatas; se trata de un teatro donde caben mil quinientas personas".

Además, este año han cruzado la frontera norte y se han atrevido a hacer shows en Estados Unidos. La cercanía entre ambos países ha sido clave. "Estuvimos una semana en San Diego, Santa Barbara, Los Angeles...Costa Oeste", dice Mauricio Durán. "Íbamos sin ninguna expectativa, había lugares que no esperábamos que llegara nadie, y fue una buena experiencia para crear lazos que den frutos para más adelante. Y en particular lo de Chicago, con Lollapalooza, fue increíble. Vimos a la comunidad latina muy prendida con nuestra música, pero también a los gringos. Nosotros tocamos con Anita Tijoux, y Chico Trujillo tocaba otro día".

La guinda de la torta de esta gira fue una presentación en Los Angeles, en el teatro Roxy, mítico lugar donde han tocado John Lennon, Sex Pistols, The Police. Los chicos de Los Bunkers saben de historia roquera, atesoran en sus cabezas momentos y efemérides musicales que ya sabían desde cuando vivían en Concepción, hace más de una década. Cuando partieron. Y ahora en su cada vez más exitoso presente, ellos mismos están haciendo historia y pisan los mismos escenarios que sus ídolos. E incluso un poco más: "Voy a empezar a escribir sobre música en una revista chilena", dice Mauricio Durán.

Mauricio Durán estudió para ser periodista, incluso alcanzó a ser corresponsal de "El Mercurio" en Concepción, pero derivó en la música. Junto a su hermano Francisco, es el principal motor de los aciertos en las letras de Los Bunkers. En vez de escribir crónicas periodísticas, más de cincuenta de las canciones editadas por la banda hasta la fecha son de su autoría, y la búsqueda de inspiración es especialmente algo estimulante acá en Ciudad de México. Tanto que pretenden sacar un disco distinto y que recoja la experiencia que han tenido viviendo acá. "El disco debe ser el reflejo de la consecuencia directa de estar viviendo acá. En teoría, si se cumple lo que tenemos en la cabeza, debiera ser el que representa un cambio más drástico".

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Mauricio Basualto es el más alto de la banda y, además, el mayor. Con más de cuarenta años, el baterista recuerda los orígenes de Los Bunkers, en Concepción, cuando los más jóvenes, Francisco Durán y Gonzalo López, "eran unos cabros chicos no más, eran los hermanos menores del Mauricio y el Álvaro".

Basualto, dice, estaba consciente de que nada los iba a detener: Un día que tenía un ensayo, se nos echó a perder el auto y no me quería perder el ensayo así que decidí irme con la batería en una micro. Llevé el bombo, los platillos, todo, en la micro. Ahora no sería capaz de hacer algo así, pero en ese momento las ganas de que no se perdiera la junta de ese sábado eran más poderosas".

Y ahora es el turno de Álvaro López: "Sí, es como que en esa época abundan ese tipo de historias. Por ejemplo, el primer año que llegamos a Santiago nuestros padres nos apoyaron harto y eso se los vamos a agradecer siempre. Tuvimos suerte en eso". Los cinco compartieron mundos demasiado comunes en el sur chileno. Álvaro conoció a Francisco en el colegio Salesiano, en un taller con un profesor de música imborrable: Fernando Saavedra. "Aprendimos con él, por ejemplo, a través de la música folclórica y latinoamericana, cosas de este tipo: cómo el silencio puede aportarle a una canción".

-¿Cuándo sintieron que se titularon de profesionales de la música?
Álvaro López: "Lo que más tiene de profesional este trabajo es todo lo que no se ve, lo que está atrás del escenario; que tienes que estar preocupado de reuniones con el equipo técnico, de cotejar e-mails, de tener un plan.... La otra parte, la musical, sigue siendo un hobby, la parte juguetona comparada con todo el resto.
Mauricio Durán: "El segundo disco del grupo marca algo. Fue como decir 'no nos separamos después del primer disco'".

-¿Cómo va este matrimonio musical de diez años? ¿Hay desgaste entre ustedes?
Mauricio Basualto: "Creo que esto es un trabajo y como en todo trabajo hay momentos de mucha buena onda, momentos en los que se presentan problemas, pero tengo la sensación de que ninguno de esos momentos ha influido en nuestro trabajo, nunca. Hay cosas que molestan y que duelen en las relaciones humanas, pero hay algo muy importante: en el trabajo uno no está para ser feliz, sino para alimentarse y crecer como persona. Yo creo que la felicidad se tiene que buscar en la vida personal".
Álvaro López: "Yo, en cambio, si lo hubiera visto de esa forma no hubiera elegido este trabajo. Yo soy feliz en lo que hago, y si gano dinero, mejor, y si no, mala suerte".

-¿Quién es el más conciliador?
Todos: "El Álvaro".

Mauricio Basualto: "Soy el más grande y hay cosas que simplemente no me importan. Vengo de la generación de los 80 que es mucho más experimental. Es una generación que tuvo que inventar porque no había nada. Eso me ha hecho un tipo súper conflictivo. Me aburro rápido, me cargan los círculos sociales. Para mí es un esfuerzo súper grande estar en un grupo. Me tengo que esforzar para caerle bien a la gente, porque no me importa; me tengo que cuidar de no pasar a llevar. Con los cabros he aprendido a ser una persona más flexible. Pero, finalmente, para mí lo que importa es la música. Hacer rock and roll. Hay mucho de actitud en eso, hay que tenerla para, por ejemplo, subirte al escenario y tocar tres horas la batería. Eso a veces me juega a favor, otras en contra, como todas las cosas".

-En el más reciente documental sobre ustedes, de Pascal Krumm y que se mostrará en el Festival In-Edit en unas semanas más, se pueden ver diferencias creativas entre ustedes bastante explícitas...
Mauricio Durán: "Estábamos preparando una canción para el disco nuevo y hay una discusión (entre él y su hermano Francisco) sobre la cantidad de ropa que tiene que tener esa canción. En el fondo, en una parte, estoy hablando de que quede simple, o sea que quede con camisa, pantalón y zapatos y Francisco cree que hay que ponerle corbata, un abrigo encima. Y puede que lo necesite, pero yo lo quería más simple, y Francisco quería agregarle un poco más de arreglos a la canción".

Francisco Durán: "Esa es una discusión normal de trabajo, no tiene nada de especial. Creo que eso es lo que finalmente se termina plasmando en los discos, independiente de que a veces hay alguien que tiene una idea súper clara de lo que se quiere o cree tenerla, siempre terminamos plasmando el criterio del grupo. Y tampoco es premeditado, no es que uno diga ' ya, nos vamos a poner de acuerdo en que va a ir el 50 por ciento de esta opinión y el 50 por ciento de esta otra'. En el fondo, todos estamos velando por el mismo objetivo, que es tratar de que el disco quede como tiene que quedar. Incluso es probable que ninguno de los dos caminos que estamos discutiendo sea el que tomemos al final".

Álvaro López: "En general, en la sala de ensayo y en términos musicales no tenemos muchas discusiones. De hecho, la mayor parte de las discusiones es entre los chiquillos (Mauricio y Francisco Durán) porque es la pareja de compositores y tienen que ponerse de acuerdo antes de hacer las cosas".

-¿Como los hermanos Gallagher?
Mauricio Durán: "Cuando discutimos, los tonos pueden subir o bajar, pero después, cuando terminamos, nos vamos todos juntos a la casa".

Francisco Durán: "Estamos expuestos a los mismos estímulos, escuchamos la misma música, hablamos las mismas tonteras todo el día. Nunca ha habido alguien que haya salido disparando para otro lado radicalmente. Y por eso cualquier discusión que se pueda generar acá es más bien sobre ciertas finezas".

-¿Y echan de menos Chile?
Mauricio Durán: "Vemos con bastante preocupación lo que pasa en Chile. Creo que los chilenos se han transformado en personas súper violentas, y no me refiero a tirar piedras, sino a la forma de ser, del trato, es como una agresividad contenida a nivel colectivo y a nivel personal. Creo que una de las cosas bonitas que nos ha regalado México es salir de ese nivel de hostilidad, es impagable".

Mauricio Basualto: "Estoy completamente en desacuerdo con lo que dice Mauri con respecto a la gente de acá. En mi experiencia personal siento que aquí la vida es tan hostil como en Chile. Aquí, si no andas con cuidado te atropellan, nadie respeta a las guaguas, en los parques la gente es súper agresiva, te mueves en un ambiente en el que a nadie le importa nadie y estás en constante riesgo todo el tiempo. Puede que conozcas gente buena onda, pero en la calle es súper agresiva la cosa".

Mauricio Durán: "Pero el taxista te saluda, al que le compras el diario también".

Mauricio Basualto: "No pienso igual".

Álvaro López: "Depende del punto de vista con que uno lo mire, todo tiene su lado bueno y su lado malo".

Gonzalo López: "Viste, el Álvaro siempre es el conciliador"

Todos: "¡El conciliador!".

Y así es la cosa con ellos. Por lo menos en este rato, en México. Con un acuerdo en común: Nunca estar en desacuerdo cuando se trata de hacer funcionar una de las mejores máquinas de hacer canciones pop hechas en Chile.

"Lo que más tiene de profesional este trabajo es todo lo que no se ve, lo que está detrás del escenario; que tienes que estar preocupado de reuniones con el equipo técnico, de los e-mails. Lo otro, la música, sigue siendo un hobby".
Álvaro López

 

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