viernes, diciembre 09, 2011

Los Ángeles negros llegan al Ballet

 

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Hoy, el Ballet Nacional Chileno estrena su nueva creación, "Ángeles". Bajo la conducción del mismo director de "París-Santiago", con canciones del grupo Los Jaivas, el Teatro Universidad de Chile vuelve a cruzar la danza con el pop utilizando temas como "Y volveré", "Mañana me iré" o "Cómo quisiera decirte" del legendario grupo nacional.

Por Catalina Wallace
Gigi Caciuleanu tuvo miedo. Tuvo miedo el 2003 cuando le contó a su compañía, el reputado Ballet Nacional Chileno (Banch), que pretendía que su creación "París-Santiago" incluyera canciones de Los Jaivas, en tiempos en que la música popular chilena no solía formar parte del repertorio de danza de una compañía de ballet. Este 2011, ocho años después, volvió a tener miedo. Hace un año les comentó a los 21 bailarines de su compañía que volvería a intentar esa cruza que antes había resultado exitosa. Pero esta vez con las composiciones de la legendaria banda nacional Los Ángeles Negros para su nuevo montaje, "Ángeles", que se estrena hoy en el Teatro Universidad de Chile.

Gigi Caciuleanu, bailarín rumano de origen francés, coreógrafo y director del Banch desde 2001-con una larga trayectoria que incluye un perfeccionamiento de su técnica clásica en el Teatro Bolshoi de Moscú, los inicios de su carrera como coreógrafo en el Folkwang Ballet de Pina Bausch en Alemania y el comienzo de su etapa como director en el Ballet Grand Theatre de Nancy, en Francia-, pensó que lo encontrarían anticuado. Pasado de moda. Peor aún: temió que, por no ser chileno, su idea de incluir canciones que son parte del inconsciente colectivo popular del chileno fuera rechazada.
Pero igual como en 2003, cuando presentó "París-Santiago", o cuando en 2008 el Ballet de Santiago estrenó en el Teatro Municipal "30 y Tr3s Horas Bar", un montaje musicalizado con canciones de Los Tres, se equivocaba.

COMO "EL ALEPH". Son las 15:15 horas de un caluroso jueves de diciembre, y en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile Gigi Caciuleanu -director responsable de grandes éxitos del Banch como "Mozartíssimo", "Cuerpos", "Noche Bach", "Valparaíso Vals", "Carne de Aire" y "Gente", este último con música de Lennon, Pink Floyd y Rossini- ve el ensayo completo de "Ángeles" por primera vez. El calor dentro de la sala a ratos se hace insoportable. Pero él, obviando las altas temperaturas y la presencia de intrusos en su sala de ensayo, actúa con calma y da las últimas instrucciones al grupo de baile del Banch. Instrucciones menores por cierto. Porque el elenco ha estado ensayando desde principio de año y a estas alturas todo funciona bastante bien.

En la mente del director, sin embargo, el proyecto lleva dos años gestándose. Un proceso largo que comenzó un día en que fue a comprar el diario y se dio cuenta de que el periódico venía con un disco incluido de regalo. Lo escuchó, le gustó y lo volvió a escuchar. Se trataba de una recopilación de los mejores éxitos de Los Ángeles Negros, banda liderada hasta 1974 por Germaín de la Fuente. Las canciones quedaron revoloteando en su cabeza y la carátula de ese CD se le quedó grabada. Pero pasó el tiempo y lo olvidó.
Un día Rodrigo Segura, el encargado de crear el vestuario de los bailarines, le preguntó a Caciuleanu que por qué no hacía algo con Los Ángeles Negros. "Son como Los Beatles chilenos", le dijo. Gigi, entonces, recordó el diario, el CD de regalo, la carátula, las canciones, y cuando escuchó nuevamente la música supo que no podía sino hacer algo con ese maravilloso material.

-La primera vez que escuché sus canciones me provocó esta coreografía. Como el cuento de Jorge Luis Borges, 'El aleph', cuando el protagonista mira por las escaleras y ve todo, así visualicé yo esta obra. Me llamó la atención lo poético de la música, me gustó jugar con la textura de ella -cuenta el director.
Durante alrededor de una hora y media, los 21 bailarines del Banch -10 mujeres y 11 hombres- hacen un recorrido de grandes éxitos del clásico grupo chileno, donde a través de duetos y tríos amorosos realizan sensuales y desgarradores bailes, saltos y choques cuerpo contra cuerpo que son capaces de emocionar a cualquiera.

ÁNGELES MUNDANOS. Gigi sigue en el ensayo y les dice a los bailarines de la compañía que cumplió 66 años de vida: "Lo más importante es la complicidad, quiero ver que haya complicidad entre ustedes, como si supieran algo que el común de los mortales no sabe", y sus danzarines asienten obedientes. "Quiero escuchar sus pensamientos. No sólo ver cosas bonitas o fuertes. Quiero entrar en este mundo que es más allá".
Un mundo que es el terreno de las cosas celestiales.

En el más acá, sobre el escenario, lo que vemos evocadas son la intensidad y sensualidad del amor y del desamor. Cada pareja de bailarines recrea una historia de amor particular con la que cada espectador se puede sentir identificado. Porque de eso se trata "Ángeles": de historias comunes y corrientes que se ven día a día en las calles, en el metro y en las casas.

De hecho, la escenografía está pensada con ese concepto: es un fondo con ventanas, como un edificio donde transcurren varias historias. Porque acá no hay sólo un argumento sino que muchos. El coreógrafo lo explica así: "Si sigues sólo a una pareja, vas a encontrar a una historia que se forjó por cómo se organizan los caminos de la vida".

Las instrucciones son que cada bailarín tiene que agregar su propia locura a la rígida estructura que Gigi ha establecido, ya que todo está geométricamente establecido. "No sólo es expresarme, sino que ellos tienen que expresarse", asegura el director sobre una impronta personal que se aviva con las canciones entonadas por Germaín de la Fuente que suenan de fondo.

Y justamente este ícono de la canción pop chilena, Germaín de la Fuente, prefirió mantenerse al margen de la producción del ballet. Eligió esperar y ver con qué lo sorprenden. Aunque puso a disposición del Banch toda la discografía de Los Ángeles Negros y admite, entre risas, que tienen muy buen gusto. Cuando Gigi le contó a Germaín sobre su nuevo proyecto, le gustó de inmediato la idea. Y ambos, cantante y coreógrafo, tuvieron una conexión instantánea.

Gigi, que comenzó bailando a los 14 años, que en 1974 creó su propia compañía en París y la llamó con el nombre que su padre, un abogado, y su madre, una ingeniero agrónomo, lo bautizaron, Gigi Caciuleanu, dedica sus domingos a escribir. Y en una de sus reflexiones llamada "Y si los ángeles" se puede encontrar la esencia de éste, su nuevo proyecto: "Y si, los ángeles siendo blancos como lo pensamos comúnmente, sus sombras, cuando pasan por la luz del sol, ¿serían negras como las nuestras?/ entonces, ¿por qué no imaginar que las sombras de los ángeles negros sean blancas como en el negativo de una foto?/ y si fuéramos nosotros los ángeles de las tinieblas, ¿nuestras sombras serían entonces hechas de luz?/ ... y si los ángeles del cielo fueran en realidad como nosotros, los transeúntes, sencillamente grises".

Gigi termina de dar las instrucciones a sus bailarines. Ellos se ponen en posición y de fondo se escucha: "Mañana me iré, amor mío, pero esta noche, pero esta noche, la paso contigo". El momento es mágico. Alguien podría decir que acaba de pasar un angelito.

Por Catalina Wallace.

 

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