domingo, marzo 11, 2012

Y Amador murió a palos en México.


El Universal

Con el montaje ideado por Alejandro Jodorowsky, Adanowsky sepultó a su segundo alter ego con un show que desbordó energía sexual.

Amador, “el amante más grande del mundo”, alter ego del cantautor Adanowsky, tuvo un final que hizo honor a su personalidad deshinhibida y apasionada, gracias al espectáculo creado por el cineasta Alejandro Jodorowsky.

“La muerte de Amador” es el título del montaje que Adanowsky presentó el viernes en el Teatro Metropólitan, el cual dio inicio con la entrada de un enfermero de baja estatura, soldados romanos y un guitarrista volando por las alturas, señales inequívocas de lo bizarro que podrían ponerse las cosas esa noche.

Acto seguido apareció una vagina gigante de la cual emergió Adanowsky, o mejor dicho, el público presenció el nacimiento de Amador, quien de inmediato se enfundó en unos pantalones rojos y una chaqueta violeta, dejando sin cubrir su torso trabajado. “J´aime tes geneoux” fue el primer tema que interpretó, acompañado de un cuerpo de seis bailarinas, las cuales ejecutaron un sensual baile.

“Me siento solo”, “Así ya no me quiero” y “Un sol con corazón”, fueron las siguiente melodías para después dar paso a “Niña roja”, canción en la que hizo su aparición de nueva cuenta el ballet, cuyas integrantes sólo vestían pezoneras, ligueros y unas diminutas pantaletas negras; las seis se movían como si fueran un mismo cuerpo, ondulando las manos como si fueran tentáculos mientras Adanowsky se movía alrededor de ellas.

“Esta canción la escribí porque siempre buscaba una meta, algo que ser, algo, lo que fuera, pero descubrí que ese algo está dentro de mí y no necesitaba buscar”, dijo a sus fans antes de interpretar “Lo que siempre fui”.

Hubo un detalle que el cantautor no detectó desde el inició del show: su bragueta estaba abierta. Sin inmutarse, preguntó al público: “Tanta energía sexual ¿no les molesta, verdad?”, a lo que sus seguidores le respondieron con un rotundo no, así que dejó el cierre abajo todo el concierto.

Dos parejas bailando, una compuesta por dos adultos mayores y la otra por un joven sacerdote y una mujer madura en “Amor sin fin”. Una chelista desnuda tras su instrumento en “Saber amar”. Varias parejas homosexuales y una heterosexual, acariciándose el tiempo que duró “You are the one”.

Un número extremadamente erótico con “Sexual feeling”, en el cual una explosión hizo volar cientos de papelitos metálicos y que la gente pudo interpretar como quiso, fueron el prólogo para la tan esperada muerte de Amador.

Como si fuera una escena de “Fando y Lis”, el público ahora fue testigo del final de Amador. Después de haber pintado a cuatro bailarinas y a sí mismo de azul, Adanowsky o Amador desapareció del escenario y regresó llevando un falo gigante, con el cual penetró un enorme corazón y terminó volando entre el público.

Un momento catártico fue el que se vivió cuando un maniquí idéntico a Adanowsky fue colocado cerca de él para ser destrozado a batazos. La escena terminó con la Parca devorando a Amador y un cortejo fúnebre donde todos los personajes, más un mariachi que interpretaba “Cruz de olvido” mientras un féretro cubierto de flores rosas y con Amador dentro, recorría el recinto hasta desaparecer.

Al final y después de una escena angelical, Adanosky invitó a todo el elenco del montaje a pasar al escenario, y por supuesto estuvo presente su padre, Alejandro Jodorosky, quien recibió aplausos.

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