sábado, septiembre 21, 2013

Cuatro argumentos a favor de la cumbia chilena

El Mercurio

Fuimos el último país al que ingresó este género colombiano, ya en los años 60. Lo chilenizamos y se convirtió en la banda sonora del trasnoche. Hoy está más transversal. Aquí, las razones para creer que sí existe una cumbia nacional.

Romina de la Sotta Donoso

Estuvo mucho tiempo relegada al trasnoche, pero ahora está de moda. "La cumbia es transversal, porque ocupa diferentes espacios y la bailan distintas clases sociales y de todas las edades. Un conjunto cualquiera puede estar hoy actuando en La Tuna de Mapocho y mañana en el Amanda de Vitacura; estará igual de lleno y la gente baila igual de feliz. Pero esos públicos no se van a encontrar nunca", dice la socióloga Eileen Karmy, magíster en musicología, que junto a su colega Lorena Ardito, la historiadora Alejandra Vargas y la antropóloga Antonia Mardones fundaron el Colectivo Tiesos pero Cumbiancheros (www.tiesosperocumbiancheros.cl) en 2010.

"En la universidad fuimos testigos de la revalorización de las sonoras, con Tommy Rey actuando en las fiestas mechonas y La Noche sonando en las radios", cuenta. Además, se produjo la arremetida de grupos como Chico Trujillo, Juana Fe, Banda Conmoción y Villa Cariño. Todos reconocían el trabajo de las sonoras que les habían antecedido. "Chico Trujillo, por ejemplo, rinde homenaje a la cumbia antigua. Partieron tocando covers de cumbias de los años 60, de Mike Laure y Tulio Enrique León, que era lo que escuchaba Marty Palacios en esa época", agrega.

Karmy y sus colegas del colectivo tenían una sola inquietud: ¿Por qué pasa esto ahora, si las sonoras llevan 50 años? "Quisimos estudiar el tema, pero no encontramos nada escrito", confiesa Karmy. Por eso empezaron su propia investigación de campo. Entrevistaron a decenas de músicos y en julio publicaron, en la revista "Resonancias" del Instituto de Música UC, el ensayo "También yo tengo mi cumbia, pero mi cumbia es chilena". Aquí, sus argumentos.

1.- Ya en los años 50 tiene gran éxito comercial en el continente la cumbia de exportación en formato big ba nd , cuya máxima figura es la Orquesta de Lucho Bermúdez. Pero a Chile llega recién a comienzos de los años 60. Tanto se demora, que desembarca junto con dos variantes en formato rock: la cumbia mexicana de Mike Laure y la argentina de los Wawancó. "Ellos usan teclado, guitarra eléctrica y timbales. Al mismo tiempo, se instalan en Chile músicos colombianos que vienen con la cumbia en el cuerpo: Amparito Jiménez y Luisín Landáez. Y acá fue el único lugar donde todo eso se mezcló", explica Karmy.

2.- "La Sonora Palacios creó el primer formato de cumbia chilena: la sonora. Escuchando las big bands colombianas e inspirándose en orquestas cubanas, como la Sonora Matancera, toman estas grandes orquestas de muchos bronces y clarinetes, y las traducen a tres trompetas, piano, bajo eléctrico, tumbadora, timbales y platillo. Ahí está la genialidad de Marty Palacios, en sus arreglos para trompetas", dice la investigadora. Esas introducciones son la clave de la cumbia chilena: "Cuando parte una introducción no hace falta esperar que entren a cantar; uno sabe de inmediato qué canción es".

3.- Todos los músicos que el Colectivo Tiesos pero Cumbiancheros entrevistó reconocen que en Chile se simplificó el ritmo de la cumbia, se cambió la acentuación del compás: "Se adaptó el ritmo marcando bien fuerte el tiempo uno, mucho más que el tiempo débil, que es lo que da la cadencia a la cumbia colombiana. Los músicos dicen que es para ayudar a bailar al chileno, que le cuesta tanto la cosa asincopada". Este tiempo fuerte lo marcan el bajo, el cencerro o el platillo.

4.- Somos los únicos del continente que aplicamos tanta libertad coreográfica en la cumbia. "No tenemos secuencia de pasos: en la cumbia uno se mueve nomás. Incluso hay gente que se mueve sin seguir el ritmo. Disfrutan la fiesta, lo pasan bien". Es una modalidad "jocosa, espontánea y poco agraciada del uso del cuerpo", llena de gestos nada galantes. "El baile en pareja siempre es echando la talla y emulando picar cebolla o secarse con la toalla, que son cosas súper cotidianas. Todos tenemos en la cabeza la imagen de una señora haciendo aseo y escuchando cumbia".

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