domingo, febrero 16, 2014

El lento arranque del libro electrónico en el mundo hispano

El Mercurio

En España, por cada 200 libros vendidos en las librerías, se venden tres ebooks. Y los ingresos de las editoriales por ese concepto bordean un paupérrimo 5% del total. Las descargas ilegales, los catálogos incompletos y la falta de costumbre son razones invocadas por destacados editores hispanos para explicar el fenómeno. Tres editores chilenos se refieren también al tema.

DANIEL ARJONA

El Cultural/ El Mundo
En los últimos años, cada inicio de temporada, los medios clamaban que, esta vez sí, llegaba la hora de la popularización del  ebook . Sin embargo, parece ser hora de que aceptar que, cercado por la piratería y por un apego al papel mayor del esperado, el libro electrónico se estanca. En España -según datos que acaba de hacer públicos la agencia del ISBN- por cada 200 libros vendidos en las librerías, apenas se venden tres ebooks .

Lo que permite extrapolar que la versión digital de un título que alcance los 5.000 ejemplares de ventas en papel solo despachará 75 ebooks . Y las ventas digitales rondan el 5% de los ingresos de las editoriales. Los dispositivos digitales, es cierto, no se venden del todo mal, por lo que hay que suponer que, o sus propietarios los usan para leer contenidos piratas o, sencillamente, tras alguna prueba, los dejan metidos en un cajón y regresan a sus libros de papel. En esta materia, los editores consultados coinciden en que son los tablets -y no el reader de tinta electrónica- los que se han convertido ya en el principal dispositivo lector.

¿Por que el libro electrónico no cuaja? Según Paula Corroto, periodista y responsable de contenidos digitales de EnCubierta -la única e-revista española dedicada por completo al libro digital- hay varias razones para el estancamiento: "Primero: porque en cuatro años no ha cambiado nada, los precios siguen estando altos. A 9 euros (alrededor de 6.700 pesos chilenos) nadie compra un libro digital; segundo, se digitalizan novedades, pero no la backlist (el fondo); tercero, los libros electrónicos deberían incorporar otras funciones -lo que se llama ebook enriquecido-, pero aún son un mero trasunto del papel. Cuarto, muchas editoriales con títulos sugerentes todavía no han digitalizado su catálogo; y quinto, a todo esto se suma que seguimos en una crisis de consumo".

Santos Palazzi, director de la división digital del grupo Planeta, no cree que el ebook esté en declive. "¡Ni ha alcanzado la mayoría de edad!", pero admite que "se está ralentizando". "La piratería es la principal razón y, para combatirla, los editores trabajamos en tres frentes: digitalizando y poniendo a la venta todo nuestro catálogo, abriéndolo a todas las plataformas de venta y modalidades de lectura y ofreciendo ebooks a precios competitivos". Las ventas digitales suponen el 4% de la facturación de Planeta con excepciones: la novela romántica/erótica, la niña bonita, suma un 27% del total digital.

Desde Siruela, Ofelia Grande no participará en ninguna "guerra de soportes". "Percibimos un crecimiento un poco más lento del de hace unos meses, pero pensamos que el ebook todavía tiene que seguir creciendo tanto por la vía del lector final como por la de las compras institucionales, especialmente las de las bibliotecas públicas". Grande explica que la facturación digital de Siruela ronda el 5%, pero también que "una parte importante se debe a las campañas específicas de promociones temáticas o campañas de precio". Las promociones son habituales aquí, pero no gustan a todos.

Jorge Herralde, editor de Anagrama, aclara, tajante, que ellos tienen en su política de precios "no hacer promociones de precio de los ebooks , sino tratarlos de acuerdo a la ley del precio fijo, como el papel. Suponen, por cierto, un 2% del total. La colección digital ZOOM, en la que vamos publicando cuentos o pequeños ensayos de nuestros autores a un precio muy bajo, tiene un movimiento, digamos, lento (300 copias el más vendido)". Herralde prosigue con luces y sombras: "La facturación de las ventas de ebooks del 2013 se ha incrementado alrededor de un 20% respecto de la del 2012, pero siguen siendo cifras muy bajas. También hemos notado que las bibliotecas públicas hacen esfuerzo y nos compran licencias.. Pero sí parece que la mayoría de los lectores todavía prefiere el libro en papel. Y noticias recientes del mundo anglosajón, donde el despegue fue muy pujante, indican que ahora parece haberse estancado".

Fernando Varela es el coordinador de Lengua de Trapo y, a su juicio, "el papel está demostrando tener un nicho estable, basado no solo, aunque también, en razones sentimentales, sino en la funcionalidad indudable del soporte. La oferta en papel sigue siendo mucho más amplia, y parece que al reader le cuesta lograr sus propios lectores".

Para Malcolm Otero Barral, fundador del sello Malpaso, "lo que ocurrió es que hubo un optimismo exagerado y muchos quisieron ver (de manera interesada) un cambio brusco en las costumbres de los lectores. Hemos sufrido un bombardeo y recurrentes mensajes apocalípticos con respecto al papel, pero no se ha producido el advenimiento de la anunciada revolución digital. El mercado del libro electrónico ha estado inducido por los fabricantes, pero falta que sean los lectores de habla hispana los que tiren de la demanda".

"Para nosotros el tema es digital y papel; papel y digital. En ningún caso papel o digital", subraya Patxi Beascoa, director de Penguin Random House. Su facturación digital en España tampoco excede del 5%, aunque "existen títulos y especialmente géneros en los que hemos superado el 10%". ¿El mayor problema? "La piratería. Yo lo llamo directamente 'robo'". Según Beascoa, "en cuanto al presunto declive del formato digital, no es así. Avanza más lento que en otros lugares, pero el crecimiento es muy importante. En mercados anglosajones es cierto que existe un techo, del que el cambio de formato no pasa. Se habla del 40-50%. Estamos bien lejos, pero avanzamos".

 Arturo Infante: "Quien pretenda ignorarlo o minimizarlo se quedará a la vera del camino"
El libro electrónico es hoy una realidad insoslayable, quien pretenda ignorarlo o minimizarlo se quedará a la vera del camino. Pero es necesario ponerlo en la justa dimensión, asumirlo como un proceso que tendrá sus tiempos de despegue y es imposible saber en qué medida desplazará al papel. Creo que la realidad de los españoles en este punto no es la realidad del resto del mundo. En España la industria editorial implementó diversos mecanismos defensivos que frenaron la oferta de contenidos digitales , a diferencia del mundo anglosajón.
En Chile hemos estado condicionados por esa realidad, aunque de un tiempo a esta parte los editores chilenos han comenzado a digitalizar sus libros y hacerlos disponibles en diversas plataformas digitales. Es el caso de la Editorial Catalonia, que ahora publica al mismo tiempo sus libros en papel y en digital. Estos se encuentran disponibles en Amazon y otras plataformas a la par con las librerías. El resultado de las ventas no es relevante, pero de crecimiento progresivo. Se produce en un 90% fuera de Chile, en mercados a los que nunca llegaríamos con el papel, por las dificultades y falta de incentivos que tiene la exportación de libros en Chile. Esto es incipiente, pero hay que ver qué color toma esta realidad cuando sea normal para el lector de habla hispana contar con contenidos digitales de todos los libros que quiere leer, algo hasta ahora muy precario.
Por otro lado está la realidad del sistema de bibliotecas, tanto públicas como universitarias que están requiriendo contenidos digitales para los préstamos, que parece tener en el mundo un crecimiento explosivo. Sin duda en la industria del libro dominará el papel por un buen tiempo, y nada podemos prever sobre la conducta del lector nativo digital de las próximas generaciones. Por ahora hay dos preocupantes amenazas en el horizonte: la piratería y la hegemonía en la distribución .
*Editor de Catalonia y presidente de la Cámara del Libro.

Isabel Buzeta: "El Pdf no es la mejor alternativa, la piratería siempre ganará"
Para nosotros como editorial el mundo del libro digital ha significado un verdadero aprendizaje, entramos en él cuando nadie sabía muy bien cómo funcionaba. Nuestro parámetro era la experiencia de USA -excesivamente alentadora y optimista- pero teníamos la certeza de que nuestra realidad era muy distinta como para creer que el fenómeno se repetiría en nuestro país. El 2009 los kindle y tablets se vendían mucho menos que ahora y en los teléfonos móviles nadie descargaba libros; por lo tanto, comenzamos sabiendo que el camino sería lento y debía ser inducido por las editoriales y librerías digitales hasta llegar al momento en que sean los lectores quienes empujen la demanda.
Comenzamos digitalizando casi el 30% de nuestro catálogo y hemos comprobado que el pdf no es la mejor alternativa, pues la piratería siempre ganará: no es alentador comprar un libro en pdf a cinco u ocho mil pesos, independiente de que el libro físico cueste el doble. A fines del año pasado comenzamos a realizar las primeras conversiones a epub y a tratar de ajustarnos a la rareza con que se manejan los precios -que no son fijos- y, además, deben ser muy bajos. Esta es una inversión voluntariosa porque funciona muy lentamente. Lo que más nos interesa es poner a disposición de los lectores los libros de fondo , por eso tenemos un plan de conversión variado y contundente.
En un país como Chile, en el que los libros son sumamente costosos de producir, el porcentaje para el librero, muy alto; y están gravados con un impuesto que ningún gobierno se ha preocupado en eliminar, confiamos en que el epub constituya una verdadera oferta, teniendo en cuenta que las descargas legales crecen, curiosamente, más en el mercado latinoamericano que en el español .
* Directora editorial de Uqbar Ediciones

Berta Concha : "La amenaza devastadora es falsa"
Hace muchos años que la "amenaza" digital es tema recurrente, pero efímero, en las conversaciones de los profesionales del libro en las grandes ferias del mundo, especialmente en América Latina y España. Hay varios puntos relevantes.
1. La amenaza devastadora del libro digital al de papel es falsa. Ambos cohabitan, aunque "el dueño de casa" es y seguirá siendo el impreso , gracias a sus artes para innovar formas y contenidos; a sus intrínsecas dotes de seducción (es objeto cómodo, personalísimo y grato a los sentidos) y también a la paradoja de un anticuado sistema de llegar al lector: un "súper-buscador" o librero.
2. Los más agresivos adalides del libro digital, agoreros del apocalipsis del papel, son los poderosos fabricantes de artilugios tecnológicos, entrampados siempre en rivalidades sangrientas: obsolescencias programadas o intempestivas; espionaje industrial o violaciones de los derechos de autor.
3. La falta de control de editores y autores sobre sus obras y derechos. Muchos editores digitalizan un porcentaje del catálogo "por cumplir y tantear", sabiendo que los resultados comerciales son insatisfactorios y la inversión arriesgada, por la piratería digital. Muchos autores se sienten desmotivados porque las "bajadas" ilegales les privan de los incentivos económicos autorales.
4. Existen líneas editoriales extraordinariamente idóneas para ser publicadas y circular en modalidad digital: obras de referencia (diccionarios, enciclopedias), manuales universitarios y textos escolares (básicamente en áreas científicas o ciencias aplicadas). También revistas científicas y tecnológicas, temas que requieren actualización y circulación permanentes.
5. Aparentemente el mundo anglosajón se ha entusiasmado mucho más con el libro digital que Europa e Hispanoamérica. Ese éxito es muy relativo: la masiva producción editorial en Estados Unidos incluye enormes porcentajes de libros "chatarra ", cuyo destino manifiesto se adecua estupendamente a lo digital, porque se consumen a velocidad visual (no hay lectura analítica secuencial) y, una vez usados, se eliminan con un clic.
* Berta Concha tiene a su cargo Liberalia Ediciones y Librería Prosa & Política.

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