domingo, marzo 16, 2014

Armando Navarrete, Mandolino: se despide un entrañable comediante de TV, actor y músico

El Mercurio

El actor, músico y humorista falleció ayer, a los 80 años, producto de un infarto cardíaco fulminante. Hace cuatro años que vivía en Honduras, donde tenía un programa televisivo. "Su deseo siempre fue volver a su país", dice uno de sus hijos.

Eduardo Miranda y Paulina Gallardo

La rutina era simple y bastaba una polera negra, unas falsas ojeras de maquillaje, y el pantalón oscuro con un cordel que servía de cinturón. El resto, que era la mayor -y la mejor- parte, lo ponía el talento del comediante Armando Navarrete.

Así aparecía en pantalla convertido en Mandolino, el recordado rol con el que brilló y llenó de carcajadas el programa "Sábados Gigantes", entre la décadas del setenta y ochenta. Pero el final fue abrupto, lejano, y la chispa de Navarrete se apagó ayer en Honduras, luego de sufrir un infarto cardíaco fulminante. A los 80 años falleció el comediante que creó uno de los personajes humorísticos más emblemáticos y entrañables de la televisión local.

"Fue algo muy inesperado, y estamos llenos de dolor. Mi padre vivía una etapa que era como un renacimiento, porque tenía muchos planes para seguir trabajando", dice Sebastián Navarrete, uno de los seis hijos del comediante.

Armando Navarrete nació el 28 de febrero de 1934 en Concepción. El hijo único de su familia, fue un autodidacta del espectáculo y sus primeros pasos en los escenarios los dio gracias a la música, con el grupo Los Flamingos, que hizo carrera entre 1955 y 1965. "Nos conocimos en la radio Prat y descubrí a un artista auténtico, con mucho talento", recuerda su amigo y compadre, el animador Enrique Maluenda. "Yo apadriné a uno de sus hijos y nuestra relación fue muy cercana", agrega el animador.

Armando Navarrete se casó dos veces, fue padre de seis hijos y tenía tres nietos. Actualmente vivía en Honduras con su hija Lidia, quien lo acompañó luego de la muerte de su segunda mujer, María Isabel Carvallo, en 2008. "Fue un artista internacional, pero para él era muy doloroso vivir en el extranjero. Su deseo siempre fue volver a su país", agrega su hijo Sebastián, quien pretende viajar hasta Honduras para traer a Chile los restos de su padre.

El gran salto en la carrera de Navarrete vino de la mano de su Mandolino. "Lo creó después de un viaje que hizo con Los Flamingos a México. Ahí conoció a Mario Moreno Cantinflas y empezó a darle forma a este personaje que era muy popular", recuerda su hijo Sebastián. Según contó Navarrete en estas mismas páginas en 2010, el rechoncho y gritón hombre del cordel fue creado también para ayudar a Don Francisco en la primera etapa de "Sábados Gigantes": "En ese tiempo, algunos periodistas le criticaban su manera de ser y de hablar. Y pensamos que si yo lo interrumpía y lo trataba de cabezón, la gente me iba a odiar a mí y no a él", explicó.

Así nació la dupla humorística que inmortalizó rutinas como "la foca", que llevaba al comediante a aplaudir imitando al animal, y la frase "¡Oooiga Mandolino!", que Don Francisco usaba para advertir algunas respuestas más pícaras del personaje. "Trabajar con él era bien especial, ya que era una persona muy cariñosa, muy amable y muy profesional", recuerda Gloria Benavides, quien compartió con el comediante en esa etapa.

En 1986, cuando "Sábados Gigantes" se fue a Estados Unidos para emitirse a través de la cadena Univisión, Armando Navarrete emigró junto a Don Francisco. Al poco tiempo, y culpando la poca dedicación que daba Kreutzberger a los ensayos, el famoso Mandolino decidió irse en busca de nuevos rumbos: repartió el periódico Miami Herald, recorrió el mundo haciendo humor en cruceros, y regresó a Chile después de la muerte de su esposa. "Tuve la oportunidad de disfrutar su amistad y profesionalismo en nuestras actuaciones por innumerables escenarios de Chile y America", expresó ayer Don Francisco en un comunicado.

En 2011 volvió a la TV hondureña con el programa "La hora de Mandolino" del Canal Ten 10, y en 2012 decidió dejar las distancias de lado, para reunirse con Kreutzberger en una rutina que festejó los 50 años del programa que popularizó a su personaje. "Él era mucho más que Mandolino y siento que su carrera fue truncada. Es una pena que haya tenido que morir tan lejos", concluye su hijo Sebastián, quien proyecta editar el libro "A la sombra de un gigante", que pretende editar a mediados de año.

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