jueves, junio 23, 2016

Arquitectura, ingeniería y estética del charango chileno


El Mercurio

Cultores lanzan disco después de quince años.
La segunda parte de "Charango. Autores chilenos" reúne veinte composiciones de solistas que han definido una identidad urbana para el cordófono nacido en el Altiplano.

IÑIGO DÍAZ

Se llama "Ventolera" y es el nombre de dos composiciones distintas que han sido reobservadas por charanguistas chilenos. En 2001, un puñado de estos cultores tomó la "Ventolera" (1976) de Quilapayún, solemne pieza para charangos, y la grabó al final del disco "Charango. Autores chilenos".

"Ahora recogimos la 'Ventolera' (1970) de Víctor Jara para abrir la segunda parte de este proyecto de registros. Así la música está unida y es parte de una continuidad", dice el charanguista Italo Pedrotti, curador del disco "Charango. Autores chilenos, vol. 2", una muestra que vuelve a poner en relieve el sonido y la orientación musical de este cordófono, a través de un elenco de solistas y compositores.
"Incluimos a Víctor Jara como homenaje. La suya fue una composición para guitarras traspuestas y nosotros la tocamos con charangos, aunque sin alterar ninguna melodía ni estructura", explica Pedrotti.

Esa experiencia es un signo de lo que estos músicos han definido como "charango chileno". "No hay que confundirse. El adjetivo 'chileno' no quiere decir que el charango sea nuestro, porque es originario de los pueblos del Altiplano. Lo que sí representa es la manera en que nosotros lo hemos tocado por mucho tiempo", señala Freddy Torreralba, a menudo considerado el mayor solista del instrumento en la historia.

"El charango chileno es eminentemente urbano, y como tal recibe muchas influencias que lo han liberado de estructuras, sobre todo en cuanto a armonía. Entró a Chile en los años 50. Violeta Parra acompañó su canto con un charango, pero Héctor Soto fue quien lo transformó en un instrumento solista. Para nosotros, él es un pionero", agrega Pedrotti.

El nombre de Héctor Soto, el autor de ese clásico que es "Rosita de Pica", aparece en la convocatoria con la composición "Cerro Blanco". La curatoría suma a otros históricos, como Horacio Durán (de Inti-Illimani), o Roberto Márquez (de Illapu), además de solistas de fusión que aparecieron más tarde: Quique Cruz, Claudio "Pájaro" Araya, Carlos Cabezas y los propios Freddy Torrealba e Italo Pedrotti. A ellos se suman nuevos nombres: el serenense Luis Mery, los porteños Camilo Gómez y Fabián Durán, y el curacautinense Milton Núñez. "El charango chileno ahora está en todas partes", dice Pedrotti.

"En estos quince años, la multiplicación ha sido impresionante. Los jóvenes lo ven con mucho entusiasmo y aquí tenemos una muestra de eso. Es que el charango es muy buen amigo: cuando lo tocas puedes ver tus dos manos al mismo tiempo, a diferencia de la guitarra, que ves solo una por vez", completa Torrealba. El álbum está disponible en disquerías y en el sitio de descargas PortalDisc.com.


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