viernes, diciembre 23, 2016

Todo el amor de los bailes chinos por la Virgen en un nuevo disco



El Mercurio

Expresión devocional con raíces en las postrimerías del siglo XVI.
El CD es un proyecto de Etnomedia e incluye valiosas grabaciones que María Ester Grebe hizo en el Norte Chico en los años 70. Será lanzado mañana en la Fiesta de Andacollo.

Romina de la Sotta Donoso

La devoción hacia la Virgen del Rosario, por parte de los bailes chinos, ha sido fiel y constante. Ellos han sido, durante siglos, la columna vertebral de la Fiesta de Andacollo, que se inicia mañana y a la que asistirán 200 mil personas.

De los 120 bailes religiosos que participan, solo 22 son bailes chinos. Reconocidos por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, son una expresión cultural y devocional. Son músicos y bailarines que tocan flautas y percusiones mientras saltan, giran y se agachan en una compleja coreografía, produciendo un sonido de gran riqueza tímbrica.

En Andacollo, los chinos saludarán a la imagen el día 26, como es tradición. "Es lo más importante en las fiestas de santuario, decirle a la Virgen 'Vine, cumplí mi promesa de estar acá'", comenta el antropólogo Rafael Contreras Mühlenbrock. Ese saludo lo conduce el abanderado, quien tiene un gran conocimiento ritual y performático, y domina el canto a lo poeta, en décimas, y la improvisación.

"La palabra le da competencias en el ámbito simbólico y le permite contar la historia de la fiesta y su forma de funcionar. Eso sostiene la memoria a través de las generaciones", apunta Contreras, quien lideró un nuevo proyecto del colectivo de investigadores Etnomedia, cuyo resultado es el disco "Bailes Chinos del Norte de Chile (1972-1977)".

Contreras, su colega Daniel González y el chino Carlos Carvajal catalogaron los registros del Fondo María Ester Grebe del departamento de Antropología de la U. de Chile. La producción del CD la hizo Mauricio Pineda; Alejandro Miranda, el sonido y Diablo Rojo, la gráfica. El disco incluye grabaciones en tres fiestas: de la Virgen del Carmen, en La Tirana, en 1972; de la Virgen del Rosario, en Andacollo, en 1974, y de la Virgen de La Candelaria, en Copiapó, en 1977.

Aparecen toques, cantos y entonaciones del Baile Chino Barrera N° 1 -el más antiguo-, el N° 10 de Coquimbo, el Mixto N° 6 de Copiapó, el N° 8 Andacollino, el Colla Sur de María Elena y el del Santuario de la Candelaria, entre otros.

Igualmente hay entrevistas a Rogelio Ramos, jefe del Baile Barrera N° 1 y pichinga o cacique de Andacollo. "Tengo 60 años sirviendo a la Virgen. Y tengo 70 años de edad", dice. Y confiesa que el cacique "en primer lugar, tiene que ser católico, de fe, de corazón, de lo más íntimo. No vaya a ser un católico de los dientes para afuera. Y tiene que hacer cumplir la fe y la religión".

Su último sucesor fue Hugo Pastén, también jefe del Barrera N° 1, pero murió en marzo. Este domingo se definirá el nuevo cacique de Andacollo.

El CD también incluye al Baile Turbante N° 1 de La Serena, que fundó el obispo en 1752 como contrapeso a los chinos . Los turbantes fueron muy numerosos hasta mediados del siglo XX, pero hoy solo hay dos cofradías.

El disco tuvo apoyo del Fondo de la Música y será presentado a las 18:30 horas de mañana en la Casa Cacical de Andacollo (www.baileschinos.cl).

Editan catálogo discográfico del nuevo jazz chileno

El Mercurio

La asociación cultural La Casa de Todos reseña unos 40 títulos de la última década.  

IÑIGO DÍAZ 

Cada vez más activo y presente con compositores, músicos y auditores, grabaciones, sellos discográficos, escenarios, festivales regionales e investigaciones, el jazz avanza en un camino paralelo al de la música masiva. Y sobre todo en la última década ese crecimiento ha sido exponencial, como lo constatan los investigadores de La Casa de Todos.

Esta asociación cultural está presentando el "Catálogo discos de jazz chileno", con el que busca apoyar y promover la actividad artística. "En este caso se trata de una música que ha sido vista como elitista. Nosotros queremos desmitificar esa idea y promover su procedencia, que cuenta con un fuerte carácter social y una mirada política", señala Day Osorio, directora de La Casa de Todos.

Unos mil ejemplares del catálogo se distribuirán gratuitamente en centros culturales de la Región Metropolitana y otras ciudades del país, además de espacios vinculados a la actividad como el Instituto Projazz, el club Thelonious, Chilepianos, Manik, y en una serie de disquerías y librerías.

La curatoría ha puesto la mirada en publicaciones de discos de la última década, que se detecta como el período de mayor movimiento de producción. Son 38 discos escogidos, que están descritos a través de reseñas, carátulas y contactos con los músicos. "Queremos que el usuario tenga la posibilidad de una vía directa con los músicos", dice Osorio.

El disco más antiguo de la serie es "Darse el gusto" (1999), del cantante Rodrigo González, pero sobre todo da cuenta de la autogestión de los últimos años, con trabajos de los saxofonistas Cristián Gallardo, Nelson Laplagne y Jonathan Gatica, los pianistas Rodrigo Ratier, Carmen Paz González y Carmen Aguilera, o una larga partida de guitarristas encabezados por Jorge Díaz. "Podrían haber sido 100 o más, pero nos concentramos principalmente en trabajos que tienen el elemento chileno como identidad principal", cierra Osorio.

Música en vivo: más de un millón 800 mil espectadores asistieron a conciertos durante 2016

El Mercurio

Según la Agepec, estamento que reúne a las principales productoras de espectáculos del país, hasta hoy se han realizado 199 shows, una cifra levemente superior al registro del año pasado, pero todavía lejana al récord de 290 recitales de 2012. "La oferta está superando a la demanda", advierte el gremio.  

JOSÉ VÁSQUEZ 

La música sigue movilizando multitudes. En 2016 el rock volvió al Estadio Nacional con cuatro conciertos que en el balance del año se anotaron como los espectáculos individuales más convocantes de la temporada.

El retorno de los Rolling Stones, Coldplay y Black Sabbath lograron voluminosas asistencias que estuvieron coronadas con los 66 mil fanáticos que llevó Guns N' Roses a Ñuñoa en octubre pasado.
La masividad de los festivales tuvo en las dos jornadas de Lollapalooza, con 140 mil personas, el punto cumbre de una cartelera de shows que hasta hoy, en 199 recitales (nueve más que en 2015), atrajo a más de un millón ochocientos mil espectadores tomando en cuenta los espectáculos con venta de entradas.

Las cifras corresponden a los registros de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec), entidad que agrupa a los principales actores de la industria y que tiene una representación del 80% del mercado. Un gremio que pese al éxito de la agenda de música en vivo, mira con prudencia su desarrollo en el futuro: "Tenemos una oferta que está superando a la demanda", advierte Jorge Ramírez, su gerente general, quien señala que no todos los recitales están cumpliendo con las expectativas de público esperadas. "La audiencia y la programación son cosas muy distintas", puntualiza.

En 2012 la cartelera de espectáculos marcó la cifra récord de 290 conciertos, un número inédito que desde entonces ha ido paulatinamente bajando hasta estacionarse en la cantidad actual, que también responde a la realidad de un país con escasa infraestructura para cobijar recitales: dejando de lado escenarios como el Movistar Arena o el Teatro Caupolicán, son pocos los teatros en condiciones de recibir una asistencia que supere las dos mil personas.

"Somos una industria sujeta a la volatilidad cambiaria. Lo que sucedió en 2012 fue el reflejo de un dólar a un precio privilegiado, que se mantuvo estable en los 480 pesos. Hoy esa diferencia es astronómica", señala Ramírez, quien cuenta que el aumento del valor de la moneda estadounidense impactó negativamente en la facilidad para contratar artistas. "Que este año vinieran los Rolling Stones se logró solamente porque la productora que los contrató -DG Medios- tomó resguardos que se iniciaron hace algunos años cuando comenzaron a planificar su gira. Como previsión, compraron dólares y los guardaron, porque es muy probable que con un dólar a 670 pesos los Stones no hubieran venido".

Según explica, la incertidumbre tributaria y el nuevo valor que deben pagar los artistas y sus equipos cuando llegan a Chile, son otros factores que han impactado también en esta baja sostenida de espectáculos. "Si los 290 o los 200 conciertos son nuestro piso, el tiempo lo dirá", concluye el productor.

 El proyecto de un anuario

Jorge Ramírez cuenta que uno de los planes de la Agepec para 2017 es realizar el primer anuario de la industria de la música popular en vivo. "Es una tarea pendiente que cuando la concluyamos nos servirá para entender un mercado que anualmente está vendiendo un millón 800 mil tickets y facturando alrededor de US$ 200 millones", señala el productor sobre un proyecto que encargaron a una empresa externa. "Tenemos que fundir un trabajo matemático entre las ticketeras, el INE y la SCD, contando con el trabajo de estas tres instituciones tendremos la verdad de este mercado, porque lo que podemos entregar ahora es una muestra representativa, pero no absoluta", dice Ramírez.

Director expulsa a un espectador en un concierto

El Mercurio

Era la tercera vez que el sonido del celular interrumpía el concierto que Les Arts Florissants estaba ofreciendo el miércoles en el Auditorio Nacional de Madrid. Cuando estaban interpretando "El Mesías" de Haendel, William Christie, su director, no dio más e hizo parar a la orquesta. "Acaban de destruir uno de los pasajes más bellos de una de las obras más hermosas jamás escritas", le dijo Christie al dueño del dispositivo y le pidió abandonar la sala. Después, retomó la pieza.


lunes, diciembre 05, 2016

Adiós a Miguel Letelier Valdés: compositor, organista y profesor

El Mercurio

El premio nacional de música 2008 murió el sábado en la madrugada. Apreciado por sus pares, deja un importante legado.  

Romina de la Sotta Donoso 

Tenía 77 años de edad y era reconocido y respetado por sus pares como un músico integral. Destacado organista, ingenioso compositor y profesor aplicado, Miguel Letelier Valdés era hijo de Alfonso Letelier Llona y hermano de Carmen Luisa Letelier, los tres reconocidos con el Premio Nacional de Música.

Miguel Letelier murió el sábado, a las 00:30 horas, como consecuencia de un cáncer de pulmón que le diagnosticaron en febrero. Su funeral se realizó el domingo, después de una misa a las 15:00 horas en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (El Bosque 822).

"Como ser humano era de una generosidad increíble, ayudaba a mucha gente sin decir nada. También era muy sencillo, nunca trató de imponerse o destacar", comenta Carmen Luisa Letelier. "Era un gran compositor, y muy original. Estos últimos días se han tocado varias obras suyas. Eso lo supo y lo puso muy contento", agrega.

El 7 de noviembre el Ensamble Bartók interpretó "Chajnator. Una ventana al infinito" (2015); el día 21 se programó su sarcástica "Cantata Inmobiliaria" (2013) en el Festival de Música Contemporánea UC; y tanto ayer como el viernes la Filarmónica de Santiago tocó "Instantes" (1966), probablemente su pieza orquestal más importante.

"Estaba planeando hacer una orquestación más grande de 'Chajnator', porque su primo Max Valdés le dijo que le gustaría escuchar cómo se oiría, y eso lo entusiasmó mucho...", revela su hermana Carmen Luisa.

"Fue un gran organista, de los más grandes que ha tenido Chile, y formó a muchos de los organistas que hoy están activos. Le preocupaba la situación de la música religiosa en Chile, especialmente el fortalecimiento del canto gregoriano en la liturgia católica. Y también fue un gran compositor, con una notable sensibilidad para manejar el color y versatilidad para usar diferentes lenguajes musicales", apunta el musicólogo Luis Merino, académico de la Universidad de Chile. "Su música es muy buena, de altísima calidad y hecha con mucho oficio, sensibilidad y gusto", añade.

Además de ser miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes, Miguel Letelier fue profesor de órgano y composición en la U. de Chile. Uno de sus discípulos es Ítalo Olivares. "Era excelente como organista y como profesor; abarcaba toda la literatura musical y era un compositor muy bueno", dice, y anuncia que dará un recital de homenaje a Letelier el 16 de diciembre, en los Padres Franceses de Valparaíso, es decir, en el Cavaillé-Coll que su maestro consideraba uno de los dos mejores de Chile. Abordará "La natividad del Señor" de Messiaen, porque "él la apreciaba y era fanático de Messiaen".

Letelier incluso estudió con el genio francés cuando estaba becado en el Instituto Torcuato di Tella, en Buenos Aires, al igual que con Ginastera.

Después tendría una brillante carrera como organista en Argentina, que se vio truncada cuando se accidentó un tobillo (los pedales del órgano son tan importantes como el teclado).

Las mejores grabaciones históricas de su quehacer como organista las recopiló en un CD que publicó en 2014 la Academia de Bellas Artes, y entre otros, el guitarrista Luis Orlandini y el pianista Jorge Hevia han grabado obras suyas.

Antes de estudiar música, Letelier ingresó a Ingeniería Forestal en la U. Austral. Sólo cuando oyó tocar al famoso organista y compositor argentino Julio Perceval se decidió por ese instrumento. Él fue su maestro y, según contaba, le enseñó que un compositor debía ser capaz de escribir en todos los estilos. Y por eso él era tan ecléctico. "Como medio expresivo uso todos los elementos de la música contemporánea. Si necesito una serie de doce tonos, la uso; si requiero algo aleatorio, también. Si necesito un acorde de Do Mayor, lo empleo. No tengo ninguna atadura", declaró a "El Mercurio" en 1999.

Otra característica singular de este músico fue su enorme afición científica. Le encantaban la ecología y la botánica, y en su casa de Aculeo tenía incluso una pequeña estación pluviométrica. Su amor por la naturaleza, decía, se lo había enseñado su padre.

Letelier también abogó por el rescate de los valiosos órganos que existen en Chile, y tuvo un rol capital en que hoy conozcamos una de las obras más relevantes de Violeta Parra. Él transcribió "El gavilán".

"Miguel iba a la casa de ella, ella se la cantaba y él la iba escribiendo. Y después se la inscribió para que no se la robaran. Con Violeta Parra tuvieron una gran amistad. Ella lo quería mucho", recuerda Carmen Luisa, su hermana.

"Él ya había entregado todas sus partituras a la Biblioteca Nacional, e hizo varios discos de su música. Todavía quedan cosas por hacer, yo trataré de grabar lo que no está grabado", cierra.