lunes, junio 05, 2017

Otra música para niños: El foco de los nuevos autores

El Mercurio

Menos sobreinfantilización y más experiencias sensoriales, menos énfasis didáctico y más mirada medioambientalista. Los actuales músicos abren el espectro creativo.  

IÑIGO DÍAZ 

Llevaban 24 funciones de su obra "Una mañanita partí" en China, cuando la noticia los sorprendió en la ciudad de Kunshan con 12 horas de desfase. La compañía Teatro de Ocasión ganaba el premio Pulsar en la categoría Música Infantil, por el disco "Canciones de ocasión", con música de sus montajes dedicados a la primera infancia.

"Nosotros no creamos para enseñar. A través de las artes escénicas nos centramos en el estímulo cognitivo y la creatividad de los niños", dice la actriz Fernanda Carrasco. "Tenemos un tremendo potencial en ellos. El mercado solo los ve como sujetos de consumo y no como sujetos de derecho", agrega.

El teatro ha sido pródigo en la llamada música infantil, una categoría con la que muchos músicos especialistas hoy no están de acuerdo. "Porque esquematiza y genera estereotipos. Es demasiado reduccionista. La música infantil sobreprotege y tiende a ser feliz . ¿Pero qué pasa si un niño está contemplativo? Para los padres es preocupante, pero no debiera ser así", dice el compositor Leonardo Fontecilla, que encabeza el grupo Don Barbarroja, y quien ha trabajado con poesía de Efraín Barquero, en el disco "Estrellamar".

"En nuestra época la música para niños era Pin Pon o la Tía Patricia. Pero yo recuerdo que siendo niño si quería escuchar algo buscaba a los Beatles o a Congreso. Es música elaborada, que los niños sí pueden entender. En ese sentido, 31 Minutos logró romper las barreras", agrega.

En sintonía con la música visual están también Los Patapelá y Diana Reds and Family, que vinculan el teatro con canciones e instrumentos diversos: guitarra eléctrica, contrabajo, acordeón, saxofones, batería o efectos electrónicos. Y en sus discos -"Isabel Patapelá" y "Diana Reds and Family for children", respectivamente-, las canciones no se sustentan solo en melodías probadas, rondas o adivinanzas. La música va desde el swing y el dixieland al rock y el hip-hop.

"Un rap como 'Madre Tierra' muestra el énfasis que tenemos en canciones que hablan de las especies en extinción, pájaros y bosques de Chile. Hay una enseñanza de cuidar el medio ambiente", dice la compositora quilpueína Diana Rojas.

"No queremos sobreinfantilizarlos: ¡niiiiiiiños! Isabel Patapelá es un personaje teatral de una niña que interactúa con Los Patapelá, pero no está dentro del estereotipo. Ella tiene gustos distintos: le encantan los vinilos antiguos", apunta Gustavo Valdivieso, del grupo que hoy al mediodía se presenta en el Parque Bicentenario.

La profesora y cantante Sofía Carrasco publicó "Melodías contagiosas", disco que salió de una investigación sobre percepción auditiva en preescolares, mientras que Antonia Schmidt prepara este año "Mitos y leyendas de Chile y América del Sur", su quinto álbum, inspirado en cuentos de Alicia Morel.

"No soy compositora de música infantil. Yo vengo de la pedagogía Waldorf. Mi proyecto no es didáctico, sino mucho más abstracto: cantos y sonidos de la naturaleza, música para su meditación. No escribo canciones para bailar o cantar, sino para que los niños, simplemente, sientan", dice.

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