Este es un blog que tiene como misión recopilar información o noticias sobre música chilena, la Industria musical y la industria cultural de nuestro país aparecida en diversos medios de comunicación. Por lo tanto los textos son propiedad de los medios y de los periodistas que encabezan cada nota.
lunes, septiembre 30, 2019
AI-MAAKO Festival Internacional de Música Electroacústica y Experimental 2019
Comunicado de prensa
La XVII versión de AI-MAAKO, organizada por la asociación cultural CECH y financiada por el FONDART 2018, se desarrollará del 16 al 19 de Octubre en Centro Cultural de España. Además, el 10 de octubre, se suma un concierto especial en Valparaíso, en asociación con el Festival Darwin Vargas.
Las entradas son gratuitas para todas las actividades
Desde el 16 de octubre y hasta el 19 del mismo mes, se desarrollará el XVII versión del Festival Internacional de música electroacústica y música experimental AI-MAAKO que en su versión 2019 presentara obras en torno a la temática de INTERFACES.
Este año se recibieron más de 90 obras del todo el mundo de las cuales sólo 8 fueron seleccionadas en esta jornada. “Fue un desafío la elección, cada año llega mayor cantidad de obras y cada vez más interesantes. Recibimos por ejemplo, música de lugares tan diversos como Corea del Sur, Rumania y Dinamarca. Para nosotros es un honor poder ampliar el territorio sonoro del Festival”, comenta Marcelo Espíndola, Presidente de la Cech y productor general del evento.
La temática de INTERFACES también ha sido una novedad, pues a diferencia de otras versiones, ésta es la primera vez que se asocia el Festival a una estética en particular. En esta oportunidad se quiso focalizar la atención sobre la comunicación y los dispositivos, y cómo la música se convierte en una interfaz en nuestro día a día. Ya sea un instrumento acústico, un software, una máquina o ciudades completas, a veces la interfaz se convierte en parte esencial del discurso musical.
La programación de XVII Festival AI-MAAKO incluye la participación especial de Pablo Reche (Argentina), Rodrigo Cádiz (Chile), además de la presentación de los miembros de CECH, el lanzamiento del trabajo de Joao Pedro Oliveira en pasantía con Ibermusica y las 8 obras del llamado internacional.
Además, se han programado coloquios musicales que estarán a cargo de Rodrigo Cadiz y Pablo Reche. entre otros.
PROGRAMACIÓN
10 de Octubre, 20.00 horas, Valparaíso
Festival Darwin Vargas
Entrada liberada
16 y 17 de octubre, 19:00 horas, Santiago
Coloquios
Centro Cultural de España (Avda. Providencia 927)
Entrada liberada.
18 y 19 de octubre, 19:30 horas, Santiago
Música en vivo
Centro Cultural de España (Avda. Providencia 927)
Entrada liberada.
Más información sobre la programación, músicos invitados, novedades y noticias a través de nuestras rrss @aimaako, @cechelectroacústica
WWW. AIMAAKO.CL
Jodelase El proyecto hip hop de Pancho Molina revela sus próximos pasos y estrena video
Comunicado de prensa
Jodelase, el actual proyecto del ex baterista de Los Tres, Pancho Molina, tiene novedades. Hoy la banda presenta su nuevo video, “Creo en mi locura”, single que lanzarán en vivo el jueves 10 de octubre con un concierto en Bar Loreto (Loreto 435). Además, la agrupación comienza a cerrar la promoción de su ep “No como otros” para enfocarse en las canciones que darán forma a su próxima producción.
Acerca de la temática de la canción “Creo en mi locura”, Pancho Molina comenta: “el tema expresa lo que es vivir en un sistema perverso y decadente, pero al mismo tiempo refleja la esperanza de poder conectarse con otros a través de las ideas y actuar de manera diferente en esta sociedad. La letra me gusta mucho por su potencia y por lo mismo fue coherente que viniera acompañada por una música que hace referencia a ese rock de los noventa tipo Rage Against the Machine”.
Tal como el resto del ep “No como otros”, la canción “Pienso en mi locura” fue mezclada en Nueva York por el ganador del Grammy, Jeremy Loucas. El tema cuenta con un video dirigido por Pablo Muñoz que tiene como protagonista al actor Jaime McManus. “Quisimos reflejar lo que es sentirse atado para conseguir un sueldo. Mientras Jaime encarna a este hombre desesperado, José (Díaz, voz de Jodelase) aparece arriba de un caballo encarnando al héroe, a un hombre que arenga a la gente a creer en su locura”, detalla Pancho Molina.
El nuevo single de Jodelase sonará en vivo el viernes 4 de octubre, día en que la banda será parte de la celebración por el Día de la Música en Concepción (Plaza Bicentenario, entrada liberada) y una semana después, el jueves 10, se presentarán por primera vez en Bar Loreto (Loreto 435), sumando otro escenario a los ya abordados durante el último año, como la Sala SCD de Bellavista, Bar el Clan, Bar de René y La Bodeguita de Nicanor, además de su debut en marzo pasado en el festival “Rock en Conce”. Por estos días, el grupo ya inició el proceso de creación para su próximo álbum.
La nueva aventura musical de Francisco Molina se dio a conocer hace un año cuando reveló el trabajo que venía realizando con Jodelase, colectivo encabezado por el rapero José “Jodelase” Díaz. De regreso en Concepción tras radicarse más de diez años en EE.UU, Molina se integró a la agrupación y produjo el ep “No como otros”. La alineación de la banda se completa con Fabián Núñez en bajo, Gonzalo Nova en guitarra y coros, y DJ Massivo en tornamesas.
Jodelase, el actual proyecto del ex baterista de Los Tres, Pancho Molina, tiene novedades. Hoy la banda presenta su nuevo video, “Creo en mi locura”, single que lanzarán en vivo el jueves 10 de octubre con un concierto en Bar Loreto (Loreto 435). Además, la agrupación comienza a cerrar la promoción de su ep “No como otros” para enfocarse en las canciones que darán forma a su próxima producción.
Acerca de la temática de la canción “Creo en mi locura”, Pancho Molina comenta: “el tema expresa lo que es vivir en un sistema perverso y decadente, pero al mismo tiempo refleja la esperanza de poder conectarse con otros a través de las ideas y actuar de manera diferente en esta sociedad. La letra me gusta mucho por su potencia y por lo mismo fue coherente que viniera acompañada por una música que hace referencia a ese rock de los noventa tipo Rage Against the Machine”.
Tal como el resto del ep “No como otros”, la canción “Pienso en mi locura” fue mezclada en Nueva York por el ganador del Grammy, Jeremy Loucas. El tema cuenta con un video dirigido por Pablo Muñoz que tiene como protagonista al actor Jaime McManus. “Quisimos reflejar lo que es sentirse atado para conseguir un sueldo. Mientras Jaime encarna a este hombre desesperado, José (Díaz, voz de Jodelase) aparece arriba de un caballo encarnando al héroe, a un hombre que arenga a la gente a creer en su locura”, detalla Pancho Molina.
El nuevo single de Jodelase sonará en vivo el viernes 4 de octubre, día en que la banda será parte de la celebración por el Día de la Música en Concepción (Plaza Bicentenario, entrada liberada) y una semana después, el jueves 10, se presentarán por primera vez en Bar Loreto (Loreto 435), sumando otro escenario a los ya abordados durante el último año, como la Sala SCD de Bellavista, Bar el Clan, Bar de René y La Bodeguita de Nicanor, además de su debut en marzo pasado en el festival “Rock en Conce”. Por estos días, el grupo ya inició el proceso de creación para su próximo álbum.
La nueva aventura musical de Francisco Molina se dio a conocer hace un año cuando reveló el trabajo que venía realizando con Jodelase, colectivo encabezado por el rapero José “Jodelase” Díaz. De regreso en Concepción tras radicarse más de diez años en EE.UU, Molina se integró a la agrupación y produjo el ep “No como otros”. La alineación de la banda se completa con Fabián Núñez en bajo, Gonzalo Nova en guitarra y coros, y DJ Massivo en tornamesas.
Un Segundo Unplugged de Café Tacvba celebra su lanzamiento
Comunicado de prensa
Se desprende como primer sencillo “La Locomotora” el cual ya se encuentra disponible en plataformas, así como “Chilanga Banda”, “Eres”, “Volver a comenzar” y “El Espacio” que ya pueden ser disfrutadas en video y audio.
MTV Latinoamérica estrenó el especial acústico de las leyendas del rock en español Café Tacvba, quienes presentaron en MTV su nuevo especial MTV Unplugged, el cual coincide con el 30 aniversario de la banda que ha roto esquemas musicales y traspasado las barreras del lenguaje, invitando a todo el público a bailar con el ritmo del primer sencillo “La Locomotora” el cuál ya se encuentra disponible en todas las plataformas al igual que otros 4 tracks icónicos de su repertorio: “Chilanga Banda”, “Eres”, “Volver a comenzar” y “El Espacio”.
Además de estas 5 canciones, en la transmisión del MTV Unplugged la banda presentó otras canciones como “Las Batallas / Rarotonga”, “Olita del Altamar”, Diente de León” y “Outsider”.
El pasado mes de marzo, Café Tacvba se convirtió en la única banda latinoamericana en grabar un segundo especial MTV Unplugged con MTV. Y MTV Latinoamérica llega desde la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario en la Ciudad de México con un tributo inolvidable a la trayectoria de la banda.
En un show íntimo para fans, universitarios, amigos e invitados especiales, los íconos del rock hispano convirtieron el escenario en una celebración al interpretar sus más grandes éxitos. Este especial contó con la producción musical de Gustavo Santaolalla y Aníbal Kérpel y colaboraciones musicales de grandes artistas como Catalina García y David Byrne, con quien presentaron “El Outsider”.
Café Tacvba maravilló con un ensamble musical que incluye orquesta sinfónica, cuerdas, percusiones, orquesta oaxaqueña, marimba, vibráfono, metales, arpa, saxo, entre otros instrumentos y multi-instrumentalistas en el escenario. Y para cerrar el año, tras su reciente gira por Estados Unidos, este 7 de diciembre Café Tacvba se presentará en el Foro Sol de la Ciudad de México en una noche que sin duda será histórica.
El Viaje de Seth regresa con su cuarto disco “Al Amanecer”.
Comunicado de prensa
El disco, de 7 canciones es una oda a la Primavera, la naturaleza y una reflexión de cómo ésta se conecta con la vida.
Sobre el concepto del álbum nos cuenta: “En esta oportunidad decidí ser purista y solo acompañarme con mi guitarra porque pienso que más allá de la música lo que me importa transmitir es el mensaje, además es lo más cercano a como nacen las canciones”.
En el Tiempo fue el último trabajo que publicó en 2015, disco que lo llevó de gira durante 2016 y 2017 por México tocando en Semana de las juventudes y Festival Catrina, además de abrir varios shows de su compatriota Mon Laferte en el Amarrame Tour en Chile.
En 2018 ganó Premios Pulsar en la categoría mejor álbum de música infantil por su proyecto “Cosmosónicos, Los planetas del Sistema Solar” que publicó en 2017 y que también fue financiado por el Fondo de Fomento de la Música.
“Al Amanecer” contiene 7 tracks de su autoría, fue producido por él mismo, en su Home Studio y fue mezclado y masterizado por Patricio García en Santiago Records.
Ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales.
El disco, de 7 canciones es una oda a la Primavera, la naturaleza y una reflexión de cómo ésta se conecta con la vida.
Sobre el concepto del álbum nos cuenta: “En esta oportunidad decidí ser purista y solo acompañarme con mi guitarra porque pienso que más allá de la música lo que me importa transmitir es el mensaje, además es lo más cercano a como nacen las canciones”.
En el Tiempo fue el último trabajo que publicó en 2015, disco que lo llevó de gira durante 2016 y 2017 por México tocando en Semana de las juventudes y Festival Catrina, además de abrir varios shows de su compatriota Mon Laferte en el Amarrame Tour en Chile.
En 2018 ganó Premios Pulsar en la categoría mejor álbum de música infantil por su proyecto “Cosmosónicos, Los planetas del Sistema Solar” que publicó en 2017 y que también fue financiado por el Fondo de Fomento de la Música.
“Al Amanecer” contiene 7 tracks de su autoría, fue producido por él mismo, en su Home Studio y fue mezclado y masterizado por Patricio García en Santiago Records.
Ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales.
domingo, septiembre 29, 2019
sábado, septiembre 28, 2019
viernes, septiembre 27, 2019
jueves, septiembre 26, 2019
miércoles, septiembre 25, 2019
martes, septiembre 24, 2019
lunes, septiembre 23, 2019
domingo, septiembre 22, 2019
sábado, septiembre 21, 2019
viernes, septiembre 20, 2019
jueves, septiembre 19, 2019
miércoles, septiembre 18, 2019
Los Tres: de desenchufados a fomes
La Tercera
Alfredo Lewin y Joe Blaney hablan con Culto sobre la gestación del MTV Unplugged de Los Tres y la llegada de Fome, el primero de varios discos junto al destacado productor en las perillas. Entre 1995 y 1997, Álvaro, Ángel, Titae y Pancho traían de todo menos desastre.
Por Nuno Veloso
Tras el éxito de La espada & la pared, el tercer disco de Los Tres y segundo trabajo bajo el alero de Sony, de la propia banda nacieron las intenciones de embarcarse en el proyecto de grabar un MTV Unplugged. Para 1995 se vivía la efervescencia plena del formato, con bandas como The Cranberries, Live, Kiss y Charly García apareciendo en pantalla en cosa de meses, todo resultado de una fiebre que había comenzado en 1991 —el mismo año del disco debut de Los Tres— con el desenchufado de Paul McCartney, conocido como Unplugged (the official bootleg) y registrado por el mismísimo Geoff Emerick, ingeniero de Sgt. Pepper y Abbey Road. Después de Macca, nombres como Eric Clapton, Stone Temple Pilots, Nirvana y 10.000 Maniacs se unieron a la creciente lista.
There’s a party going on down there
Alfredo Lewin, quien se encontraba por aquel entonces como parte del equipo de MTV Latin America, recuerda: “Después de La espada & la pared, Los Tres eran una prioridad para el sello Sony. En Chile el grupo ya estaba tocando techo en este mercado y MTV ya había demostrado para el 95 que la cuestión era panregional”. En aquella confluencia, a la banda se le manda a hacer ciertos “showcase” para ejecutivos regionales del sello. “Yo los recibía como anfitrión en mi casa. No es que se quedaran a alojar conmigo, pero, si tenían que ir a Boca Ratón o a lugares lejos, yo los llevaba con Christian Barzelatto y Cote Hurtado. Yo era el fan de la banda, yo le presenté a Cote y Christian la música de Los Tres y yo los vendía donde podía como la mejor banda de Chile y mi banda favorita porque, en efecto, lo eran”.
Para Lewin, la música hecha por Los Tres en su segunda placa, Se remata el siglo, hacía más concesiones estilísticas con Norteamérica, y era más fácil de marketear en Latinoamérica que lo que se encontraban realizando en aquel entonces con La espada & la pared. “Me di cuenta de que Latinoamérica no entendía del todo a Los Tres. No era como que se volvían locos por esta banda chilena, pero entendían un poco esta propuesta de raíces que tenía el grupo, como un rockabilly pero disfrazado de una cuestión medio alternativa. En La espada & la pared, ya había una sonoridad que era como bien particular y los videos tuvieron una rotación aceptable en el MTV de ese tiempo, especialmente ‘La espada & la pared’, la canción”.
Lewin recuerda que Pancho Molina le llamó para contarle que estaban muy orgullosos como banda de lo hecho en su más reciente placa, y que sentían que el próximo paso era un Unplugged, porque ya lo habían hecho en Chile. “Creo que fue Pancho el que primero me dijo —de manera muy casual— que cómo podíamos hacerlo. Porque, en verdad, se trataba del cómo. Porque el sello estaba más preocupado de producir videos que generar la idea de una plataforma como el Unplugged. La idea la tuvo la banda, esa ambición, cuando el Unplugged podría haber esperado un par de discos más como el caso de Café Tavba, que era una banda que estaba bien aceitada para cuando llegan al Unplugged. Carmen Romero, que estaba con la banda en un managerato súper dinámico, movida, entendía la esencia de lo que eran Los Tres y cómo se tenía que manejar una banda como esa”.
Alex Pels, productor ejecutivo de MTV Latin America, respetaba la visión musical de Lewin y el rock de raíces, el blues. “Yo sabía que podía entrar fácil diciéndole que este grupo no es como Fobia o estas bandas taquilleras mexicanas, este grupo es más como Café Tacvba, pero no es Café Tacvba, porque tienen una inflexión mucho más roquera y rockabilly que ellos”, apunta Lewin. “Lo que hicimos con Los Tres y con Carmen fue conseguir un pub donde el grupo pudiera tocar en una fecha —un club de esos donde podían estar 100 personas— y yo hacer que Alex pudiera llegar a ver a la banda. Algo que podría parecer simple, pero en ese tiempo en que no habían celulares, era muy difícil de hacer. Yo quería que fuera más orgánico, que se produjera algo donde, mi idea era que entrara Alex a un bar y me dijera, ‘esto es’”.
El club de los hechos fue el Rose’s, ubicado en Washington Avenue. Según relata Lewin, la banda partió tocando a las nueve de la noche, en formato eléctrico. “Y Alex no llegaba… yo le había dicho que esta era un oportunidad para que viera a la banda tocando, ni siquiera le había dicho que tocando en acústico, sino que era la gran banda de Chile”. Recuerda salir a marcar a Alex por el pager, y la llegada de Alex en el momento preciso. “Como de película, diez minutos antes de que hicieran este cambio de instrumentos y empezaran a tocar acústico. Alex estuvo conmigo y, en un momento, en su argentino, me dice ‘Che, qué buenos son estos tipos, son un lujo’. Y todavía me acuerdo de que termina de tocar la banda y le presento a Alex a los integrantes del grupo. Carmen se queda con Alex conversando y decíamos: este es el diseño del Unplugged”.
En aquella presentación, Los Tres tocaron algunos covers de la era del rock and roll de fines de los años cincuenta —Eddie Cochran, Elvis—, canciones por supuesto que fueron del agrado de Alex Pels, amante del blues. “En ese momento ni se avizoraba el tema de tocar cuecas, aunque el grupo ya lo tenía dando vuelta. Esto era más como tocar un blues de B.B. King. En agosto del 95 —como un mes antes—, Álvaro me contó que querían hacer cuecas porque era como lógico, ya que la fecha del Unplugged iba a coincidir con las Fiestas Patrias del año 95 y, efectivamente, la banda sentía que ese concierto era muy chileno, independiente de que estaban haciendo algo que los estaba mostrando a Latinoamérica”.
Hello
El 14 de septiembre de 1995 fue el día señalado. Joe Blaney, el productor norteamericano conocido por sus credenciales junto a The Clash y Ramones —entre otros— venía trabajando junto a Charly García desde Clics modernos. En mayo del mismo año, tan solo unos meses antes de ser convocado por Sony a trabajar junto a Los Tres, había registrado el Unplugged de Charly. Sería el último disco donde trabajarían juntos, cierre de una racha que llevaba años. Al teléfono, rememora: “El concepto de hacer el Unplugged en Miami era algo nuevo, habían empezado a hacerlo hace un año o dos, y yo había hecho el de Charly García. Era un momento en que Charly estaba un poco complicado pero resultó bien, lo mezclé y Sony estuvo contento con el resultado”, cuenta.
Lewin explica que, para Henríquez, el Unplugged de McCartney era un referente, debido a que había sido completamente desenchufado. “Álvaro quería que fuera Geoff Emerick y creo que, en ese mundo, hasta se testeaba eso. A partir de eso el sello propuso si podía ser Joe”.
Blaney prosigue: “Como el Unplugged de Charly salió bien y Los Tres estaban empezando a tener una fanaticada y les estaba yendo bien con unos videos, me quisieron llamar, pero lo hicieron cuando faltaban como cinco días para el show. Yo dije que ok, en Sony dijeron que me iban a mandar los discos compactos de la banda, para escucharlos bien y tomar decisiones. Pero, por alguna razón puede que se hayan demorado en mandarlos a tiempo y yo ya tenía que irme a Miami, así que cuando los conocí por primera vez no los había escuchado. De todas formas, yo igual soy bien a la vieja escuela, y trato de hacer lo correcto para la situación. Si hubiera escuchado su música antes, en el fondo daba lo mismo, porque era un disco en vivo y la idea es capturar los instrumentos y la energía en el escenario. Mi trabajo ahí es grabar y contribuí ayudando”.
El día anterior a la presentación, hubo un ensayo general. Lewin cuenta que vio a Blaney por primera vez en el lugar donde la banda se encontraba ensayando. “Hubo un ensayo en los estudios de MTV que fue full y fue perfecto, podría haber sido la toma definitivamente. Creo que Blaney vio lo suficiente y estuvo al tanto. Además, creo que las decisiones artísticas y la sonoridad, no tuvo nada que hacer. Hay que mencionar también a Antonio Restucci y a Cuti Aste, que estaban ahí, unos músicos impresionantes y se notaba en como fluían con un lenguaje donde se notaba que eran seis tipos geniales que estaban sobre el escenario”.
Blaney los escuchó por primera vez en el ensayo, donde la banda estrenó “Traje desastre”, futuro single del lanzamiento. “Tenían un tema nuevo que, por lo que escuchaba desde la cabina, no estaba tan bien tocada como el otro material. Así que teníamos la opción en el Unplugged de dejar a la audiencia ahí y rehacer una o dos canciones, porque igual se edita todo después. Así que hicimos una segunda performance de esa canción, y eso fue mi idea. Le dije a Álvaro, y me dijo después que igual se le había pasado por la cabeza hacer eso, por un instante. Grabamos esa de nuevo y mezclamos todo en un estudio en Miami. Fue un ensayo, un show y cuatro días mezclando en Miami, algo así. Y se hizo, así fue como los conocí por primera vez y me cayeron bien y me impresionaron por su habilidad, se notaba que conocían sus instrumentos”.
Lewin añade: “El grupo previo a la performance igual estaba nervioso, pero habían ensayado mucho, no dejaron nada al azar. Me acuerdo que en el momento previo cuando estaban en maquillaje estaban nerviosos porque sabían que esto iba a ser un antes y un después en tanto a la visibilidad del grupo, y para Chile iba a ser algo histórico, se afanaban mucho de que todo era acústico, de que era como el Unplugged de Paul McCartney, por lo mismo y por la relación con Joe Blaney, ellos querían un productor internacional. Ver lo contento que Blaney dejó a la banda ahí y al hacer la mezcla, bueno, el grupo dijo que estaban alucinados”.
Respecto a las repercusiones, Lewin apunta que el Unplugged, sumado al primer single de Fome —“Bolsa de mareo”— hizo que se encendieran posteriormente ciertas alarmas en México, donde se le prestó atención a la banda. “Alex Pels lo comparaba con Santa Sabina, por ejemplo, porque eran bandas que no estaban supuestas a ser masivas, pero tenían contenido muy importante. Recuerdo aquello porque a Santa Sabina luego los llevó para hacer un Unplugged. Él decía que era un lujo para MTV tener este tipo de performances”, sentencia Lewin. “Y como dice Álvaro y Pancho —que ha sido el más generoso en reconocerlo— yo fui un factor bien importante para que eso fluyera de una manera mucho más natural. Y, luego, el sello entendió que iba a tener un multiventas en Chile. El Unplugged fue una cuestión grande y se desprendieron ciertos singles para rotación de este sonido en vivo y que, como la banda también lo ha dicho, Los Tres fueron una performance súper sólida”.
Y, cuando Blaney volvió a su hogar, tras grabar el Unplugged, se encontró en su buzón de correo con los discos compactos de Los Tres que Sony le había prometido para familiarizarse con la banda. Más vale tarde.
Fome
“Creo que parte de la razón por la cual Fome es un disco tan grandioso es porque es como la cúspide de una inspiración que venía del éxito del Unplugged, creo que es su mejor momento de inspiración juntos”, reflexiona Blaney. “Lo más importante con las bandas es la química del sonido, es la forma en que se mezclan los sabores. Ellos eran muy cohesionados”.
Cuando Blaney comenzó a trabajar con Los Tres en Fome, venía de ofrecer sus servicios a Los Rodríguez. ”Los Tres estaban bien preparados, no ensayamos antes sino que trabajamos en cada canción lentamente hasta que estaban perfectas con el sonido y todo lo que teníamos. Se hizo en uno de los mejores estudios del momento”. El lugar en cuestión era Bearsville, en Woodstock, en las afueras de la ciudad. “Un lugar muy top donde gente como The Pretenders había grabado, donde R.E.M. hizo uno de sus discos más vendidos y Dave Matthews Band también, Blues Traveller, etc.”.
Todo parecía destinado a cuajar. Incluso, habiendo arrendado un estudio más barato —el estudio C— tuvieron que pasar a uno más grande por el mismo precio —el estudio A— debido a que estaba ocupado. “Hubo mucha sincronía, todo fluyó de forma amigable y fue divertido para nosotros estar en un estudio en el campo. Titae preguntó si podíamos arrendar un bajo, y el compadre del estudio se consiguió el fono de un tipo y Titae y yo fuimos manejando como diez minutos por el bosque en la oscuridad buscando la casa de esta persona (risas). Llegamos y él tenía un montón de contrabajos. Tenía como cinco tipos y Titae escogió uno”.
Blaney explica que el estudio tenía de todo lo necesario para plasmar las ambiciones de la banda: “Pasamos las guitarras por un Leslie como lo hicieron los Beatles, había un mellotron —que no fuimos capaces de hacer funcionar bien (risas)— pero varias cosas que estaban planeadas y ya tenían claro el material. Todas las diferentes influencias se unían en la voz de Álvaro y sus composiciones. Él es un gran compositor y cantante, realmente de los mejores. Y creo que había una energía y una inspiración en esos días en Woodstock, ya que todo salió muy bien, la mejor forma de describirlo es que no hubo que esforzarse demasiado, ni obstáculos, pasábamos por las canciones e hice un par de sugerencias acerca de cómo tocarlas, pero, en la mayoría, en ese disco, llegaron muy preparados”.
Además de la preparación de la banda, Blaney elogia los matices dentro del material. “Me gusta lo colorido que es. Ángel toca una Lap Steel; Roberto el bajo eléctrico, el contrabajo y acordeón; la batería de Pancho era muy creativa y su impronta jazz se dejaba ver; y Álvaro tocó la batería en los instrumentales. Es un disco salvaje, no tradicional. Creo que es uno de los mejores álbumes que he producido. Hay muchas influencias que pueden escucharse en el disco, hay canciones bien hard rock, como “Libreta”, “Antes”, o “Bolsa de mareo” —con ese solo de guitarra—; cosas muy coloridas y pop, cosas más acústicas como “Me arrendé” —creo que el sonido de esa canción es único, es grandioso—, hay algo entretenido en “Silencio”, en “Torre de Babel”; “Restorán” es casi una canción punk, y están los instrumentales al comienzo y al final, encerrando el trabajo. Creo que es muy creativo, muy inspirado”.
Delinear el sonido correcto para cada pieza y a la vez conseguir que el álbum sea un todo cohesionado, parece una proeza difícil, pero Blaney señala que es algo que se dio sin mucho esfuerzo. “En ese disco resultó bien. Ahora las bandas modernas tienen discos donde todas las diez canciones suenan igual. Este disco tiene variedad, te lleva a distintos lugares”, afirma. “Lo pasamos bien. En ‘Restorán’, hicimos la percusión todos en los micrófonos golpeando cosas. “Me arrendé” la hicimos como en quince o veinte minutos, con Álvaro cantando con la guitarra solamente, pero que creo que alcanzó un nivel altísimo de expresión artística”.
-¿Qué piensas de legado del disco, del hecho de que sea considerado por muchos como el mejor álbum de la banda?
-Es un halago, creo que simplemente éramos un buen equipo, encajábamos bien. Si quieres hacer un análisis simple, acá en Norteamérica, si tienes un buen equipo de básquet tienes que tener un buen manager, un buen entrenador. A veces hay años en que todo se junta y por ese año se convierten en el mejor equipo, es algo que es una cosa de un momento. Los Tres son una banda muy creativa y en ese tiempo todo estaba andando bien. Había algo en ese instante, la química de la banda, las canciones de Álvaro, el éxito del Unplugged, trabajábamos bien juntos. Es algo divertido esto de contratar un productor o un músico sesionista para trabajar en tu disco. Tiene que ser la persona indicada, tener simpatía con lo que hace la banda.
-¿Qué piensas de los discos que grabaron juntos posteriormente?
-Fue bueno trabajar con ellos después, pero me siento mal que no hayamos podido hacer algo tan bueno o que la gente no apreciara tanto, pero creo que el resto de los discos tienen buen material. Son buenos, pero el momentum era distinto cada vez. Después de La sangre en el cuerpo la banda se sentía más cansada pero, claro, habían problemas con las personalidades ya, y después de eso se separaron un rato y así… ya no fue lo mismo, en cuanto a energía. Siempre tuvimos buenos momentos pero, por la razón que sea, cambios personales, cosas diferentes, todos los discos son distintos y eso está bien. Fome fue el punto más alto.
Alfredo Lewin y Joe Blaney hablan con Culto sobre la gestación del MTV Unplugged de Los Tres y la llegada de Fome, el primero de varios discos junto al destacado productor en las perillas. Entre 1995 y 1997, Álvaro, Ángel, Titae y Pancho traían de todo menos desastre.
Por Nuno Veloso
Tras el éxito de La espada & la pared, el tercer disco de Los Tres y segundo trabajo bajo el alero de Sony, de la propia banda nacieron las intenciones de embarcarse en el proyecto de grabar un MTV Unplugged. Para 1995 se vivía la efervescencia plena del formato, con bandas como The Cranberries, Live, Kiss y Charly García apareciendo en pantalla en cosa de meses, todo resultado de una fiebre que había comenzado en 1991 —el mismo año del disco debut de Los Tres— con el desenchufado de Paul McCartney, conocido como Unplugged (the official bootleg) y registrado por el mismísimo Geoff Emerick, ingeniero de Sgt. Pepper y Abbey Road. Después de Macca, nombres como Eric Clapton, Stone Temple Pilots, Nirvana y 10.000 Maniacs se unieron a la creciente lista.
There’s a party going on down there
Alfredo Lewin, quien se encontraba por aquel entonces como parte del equipo de MTV Latin America, recuerda: “Después de La espada & la pared, Los Tres eran una prioridad para el sello Sony. En Chile el grupo ya estaba tocando techo en este mercado y MTV ya había demostrado para el 95 que la cuestión era panregional”. En aquella confluencia, a la banda se le manda a hacer ciertos “showcase” para ejecutivos regionales del sello. “Yo los recibía como anfitrión en mi casa. No es que se quedaran a alojar conmigo, pero, si tenían que ir a Boca Ratón o a lugares lejos, yo los llevaba con Christian Barzelatto y Cote Hurtado. Yo era el fan de la banda, yo le presenté a Cote y Christian la música de Los Tres y yo los vendía donde podía como la mejor banda de Chile y mi banda favorita porque, en efecto, lo eran”.
Para Lewin, la música hecha por Los Tres en su segunda placa, Se remata el siglo, hacía más concesiones estilísticas con Norteamérica, y era más fácil de marketear en Latinoamérica que lo que se encontraban realizando en aquel entonces con La espada & la pared. “Me di cuenta de que Latinoamérica no entendía del todo a Los Tres. No era como que se volvían locos por esta banda chilena, pero entendían un poco esta propuesta de raíces que tenía el grupo, como un rockabilly pero disfrazado de una cuestión medio alternativa. En La espada & la pared, ya había una sonoridad que era como bien particular y los videos tuvieron una rotación aceptable en el MTV de ese tiempo, especialmente ‘La espada & la pared’, la canción”.
Lewin recuerda que Pancho Molina le llamó para contarle que estaban muy orgullosos como banda de lo hecho en su más reciente placa, y que sentían que el próximo paso era un Unplugged, porque ya lo habían hecho en Chile. “Creo que fue Pancho el que primero me dijo —de manera muy casual— que cómo podíamos hacerlo. Porque, en verdad, se trataba del cómo. Porque el sello estaba más preocupado de producir videos que generar la idea de una plataforma como el Unplugged. La idea la tuvo la banda, esa ambición, cuando el Unplugged podría haber esperado un par de discos más como el caso de Café Tavba, que era una banda que estaba bien aceitada para cuando llegan al Unplugged. Carmen Romero, que estaba con la banda en un managerato súper dinámico, movida, entendía la esencia de lo que eran Los Tres y cómo se tenía que manejar una banda como esa”.
Alex Pels, productor ejecutivo de MTV Latin America, respetaba la visión musical de Lewin y el rock de raíces, el blues. “Yo sabía que podía entrar fácil diciéndole que este grupo no es como Fobia o estas bandas taquilleras mexicanas, este grupo es más como Café Tacvba, pero no es Café Tacvba, porque tienen una inflexión mucho más roquera y rockabilly que ellos”, apunta Lewin. “Lo que hicimos con Los Tres y con Carmen fue conseguir un pub donde el grupo pudiera tocar en una fecha —un club de esos donde podían estar 100 personas— y yo hacer que Alex pudiera llegar a ver a la banda. Algo que podría parecer simple, pero en ese tiempo en que no habían celulares, era muy difícil de hacer. Yo quería que fuera más orgánico, que se produjera algo donde, mi idea era que entrara Alex a un bar y me dijera, ‘esto es’”.
El club de los hechos fue el Rose’s, ubicado en Washington Avenue. Según relata Lewin, la banda partió tocando a las nueve de la noche, en formato eléctrico. “Y Alex no llegaba… yo le había dicho que esta era un oportunidad para que viera a la banda tocando, ni siquiera le había dicho que tocando en acústico, sino que era la gran banda de Chile”. Recuerda salir a marcar a Alex por el pager, y la llegada de Alex en el momento preciso. “Como de película, diez minutos antes de que hicieran este cambio de instrumentos y empezaran a tocar acústico. Alex estuvo conmigo y, en un momento, en su argentino, me dice ‘Che, qué buenos son estos tipos, son un lujo’. Y todavía me acuerdo de que termina de tocar la banda y le presento a Alex a los integrantes del grupo. Carmen se queda con Alex conversando y decíamos: este es el diseño del Unplugged”.
En aquella presentación, Los Tres tocaron algunos covers de la era del rock and roll de fines de los años cincuenta —Eddie Cochran, Elvis—, canciones por supuesto que fueron del agrado de Alex Pels, amante del blues. “En ese momento ni se avizoraba el tema de tocar cuecas, aunque el grupo ya lo tenía dando vuelta. Esto era más como tocar un blues de B.B. King. En agosto del 95 —como un mes antes—, Álvaro me contó que querían hacer cuecas porque era como lógico, ya que la fecha del Unplugged iba a coincidir con las Fiestas Patrias del año 95 y, efectivamente, la banda sentía que ese concierto era muy chileno, independiente de que estaban haciendo algo que los estaba mostrando a Latinoamérica”.
Hello
El 14 de septiembre de 1995 fue el día señalado. Joe Blaney, el productor norteamericano conocido por sus credenciales junto a The Clash y Ramones —entre otros— venía trabajando junto a Charly García desde Clics modernos. En mayo del mismo año, tan solo unos meses antes de ser convocado por Sony a trabajar junto a Los Tres, había registrado el Unplugged de Charly. Sería el último disco donde trabajarían juntos, cierre de una racha que llevaba años. Al teléfono, rememora: “El concepto de hacer el Unplugged en Miami era algo nuevo, habían empezado a hacerlo hace un año o dos, y yo había hecho el de Charly García. Era un momento en que Charly estaba un poco complicado pero resultó bien, lo mezclé y Sony estuvo contento con el resultado”, cuenta.
Lewin explica que, para Henríquez, el Unplugged de McCartney era un referente, debido a que había sido completamente desenchufado. “Álvaro quería que fuera Geoff Emerick y creo que, en ese mundo, hasta se testeaba eso. A partir de eso el sello propuso si podía ser Joe”.
Blaney prosigue: “Como el Unplugged de Charly salió bien y Los Tres estaban empezando a tener una fanaticada y les estaba yendo bien con unos videos, me quisieron llamar, pero lo hicieron cuando faltaban como cinco días para el show. Yo dije que ok, en Sony dijeron que me iban a mandar los discos compactos de la banda, para escucharlos bien y tomar decisiones. Pero, por alguna razón puede que se hayan demorado en mandarlos a tiempo y yo ya tenía que irme a Miami, así que cuando los conocí por primera vez no los había escuchado. De todas formas, yo igual soy bien a la vieja escuela, y trato de hacer lo correcto para la situación. Si hubiera escuchado su música antes, en el fondo daba lo mismo, porque era un disco en vivo y la idea es capturar los instrumentos y la energía en el escenario. Mi trabajo ahí es grabar y contribuí ayudando”.
El día anterior a la presentación, hubo un ensayo general. Lewin cuenta que vio a Blaney por primera vez en el lugar donde la banda se encontraba ensayando. “Hubo un ensayo en los estudios de MTV que fue full y fue perfecto, podría haber sido la toma definitivamente. Creo que Blaney vio lo suficiente y estuvo al tanto. Además, creo que las decisiones artísticas y la sonoridad, no tuvo nada que hacer. Hay que mencionar también a Antonio Restucci y a Cuti Aste, que estaban ahí, unos músicos impresionantes y se notaba en como fluían con un lenguaje donde se notaba que eran seis tipos geniales que estaban sobre el escenario”.
Blaney los escuchó por primera vez en el ensayo, donde la banda estrenó “Traje desastre”, futuro single del lanzamiento. “Tenían un tema nuevo que, por lo que escuchaba desde la cabina, no estaba tan bien tocada como el otro material. Así que teníamos la opción en el Unplugged de dejar a la audiencia ahí y rehacer una o dos canciones, porque igual se edita todo después. Así que hicimos una segunda performance de esa canción, y eso fue mi idea. Le dije a Álvaro, y me dijo después que igual se le había pasado por la cabeza hacer eso, por un instante. Grabamos esa de nuevo y mezclamos todo en un estudio en Miami. Fue un ensayo, un show y cuatro días mezclando en Miami, algo así. Y se hizo, así fue como los conocí por primera vez y me cayeron bien y me impresionaron por su habilidad, se notaba que conocían sus instrumentos”.
Lewin añade: “El grupo previo a la performance igual estaba nervioso, pero habían ensayado mucho, no dejaron nada al azar. Me acuerdo que en el momento previo cuando estaban en maquillaje estaban nerviosos porque sabían que esto iba a ser un antes y un después en tanto a la visibilidad del grupo, y para Chile iba a ser algo histórico, se afanaban mucho de que todo era acústico, de que era como el Unplugged de Paul McCartney, por lo mismo y por la relación con Joe Blaney, ellos querían un productor internacional. Ver lo contento que Blaney dejó a la banda ahí y al hacer la mezcla, bueno, el grupo dijo que estaban alucinados”.
Respecto a las repercusiones, Lewin apunta que el Unplugged, sumado al primer single de Fome —“Bolsa de mareo”— hizo que se encendieran posteriormente ciertas alarmas en México, donde se le prestó atención a la banda. “Alex Pels lo comparaba con Santa Sabina, por ejemplo, porque eran bandas que no estaban supuestas a ser masivas, pero tenían contenido muy importante. Recuerdo aquello porque a Santa Sabina luego los llevó para hacer un Unplugged. Él decía que era un lujo para MTV tener este tipo de performances”, sentencia Lewin. “Y como dice Álvaro y Pancho —que ha sido el más generoso en reconocerlo— yo fui un factor bien importante para que eso fluyera de una manera mucho más natural. Y, luego, el sello entendió que iba a tener un multiventas en Chile. El Unplugged fue una cuestión grande y se desprendieron ciertos singles para rotación de este sonido en vivo y que, como la banda también lo ha dicho, Los Tres fueron una performance súper sólida”.
Y, cuando Blaney volvió a su hogar, tras grabar el Unplugged, se encontró en su buzón de correo con los discos compactos de Los Tres que Sony le había prometido para familiarizarse con la banda. Más vale tarde.
Fome
“Creo que parte de la razón por la cual Fome es un disco tan grandioso es porque es como la cúspide de una inspiración que venía del éxito del Unplugged, creo que es su mejor momento de inspiración juntos”, reflexiona Blaney. “Lo más importante con las bandas es la química del sonido, es la forma en que se mezclan los sabores. Ellos eran muy cohesionados”.
Cuando Blaney comenzó a trabajar con Los Tres en Fome, venía de ofrecer sus servicios a Los Rodríguez. ”Los Tres estaban bien preparados, no ensayamos antes sino que trabajamos en cada canción lentamente hasta que estaban perfectas con el sonido y todo lo que teníamos. Se hizo en uno de los mejores estudios del momento”. El lugar en cuestión era Bearsville, en Woodstock, en las afueras de la ciudad. “Un lugar muy top donde gente como The Pretenders había grabado, donde R.E.M. hizo uno de sus discos más vendidos y Dave Matthews Band también, Blues Traveller, etc.”.
Todo parecía destinado a cuajar. Incluso, habiendo arrendado un estudio más barato —el estudio C— tuvieron que pasar a uno más grande por el mismo precio —el estudio A— debido a que estaba ocupado. “Hubo mucha sincronía, todo fluyó de forma amigable y fue divertido para nosotros estar en un estudio en el campo. Titae preguntó si podíamos arrendar un bajo, y el compadre del estudio se consiguió el fono de un tipo y Titae y yo fuimos manejando como diez minutos por el bosque en la oscuridad buscando la casa de esta persona (risas). Llegamos y él tenía un montón de contrabajos. Tenía como cinco tipos y Titae escogió uno”.
Blaney explica que el estudio tenía de todo lo necesario para plasmar las ambiciones de la banda: “Pasamos las guitarras por un Leslie como lo hicieron los Beatles, había un mellotron —que no fuimos capaces de hacer funcionar bien (risas)— pero varias cosas que estaban planeadas y ya tenían claro el material. Todas las diferentes influencias se unían en la voz de Álvaro y sus composiciones. Él es un gran compositor y cantante, realmente de los mejores. Y creo que había una energía y una inspiración en esos días en Woodstock, ya que todo salió muy bien, la mejor forma de describirlo es que no hubo que esforzarse demasiado, ni obstáculos, pasábamos por las canciones e hice un par de sugerencias acerca de cómo tocarlas, pero, en la mayoría, en ese disco, llegaron muy preparados”.
Además de la preparación de la banda, Blaney elogia los matices dentro del material. “Me gusta lo colorido que es. Ángel toca una Lap Steel; Roberto el bajo eléctrico, el contrabajo y acordeón; la batería de Pancho era muy creativa y su impronta jazz se dejaba ver; y Álvaro tocó la batería en los instrumentales. Es un disco salvaje, no tradicional. Creo que es uno de los mejores álbumes que he producido. Hay muchas influencias que pueden escucharse en el disco, hay canciones bien hard rock, como “Libreta”, “Antes”, o “Bolsa de mareo” —con ese solo de guitarra—; cosas muy coloridas y pop, cosas más acústicas como “Me arrendé” —creo que el sonido de esa canción es único, es grandioso—, hay algo entretenido en “Silencio”, en “Torre de Babel”; “Restorán” es casi una canción punk, y están los instrumentales al comienzo y al final, encerrando el trabajo. Creo que es muy creativo, muy inspirado”.
Delinear el sonido correcto para cada pieza y a la vez conseguir que el álbum sea un todo cohesionado, parece una proeza difícil, pero Blaney señala que es algo que se dio sin mucho esfuerzo. “En ese disco resultó bien. Ahora las bandas modernas tienen discos donde todas las diez canciones suenan igual. Este disco tiene variedad, te lleva a distintos lugares”, afirma. “Lo pasamos bien. En ‘Restorán’, hicimos la percusión todos en los micrófonos golpeando cosas. “Me arrendé” la hicimos como en quince o veinte minutos, con Álvaro cantando con la guitarra solamente, pero que creo que alcanzó un nivel altísimo de expresión artística”.
-¿Qué piensas de legado del disco, del hecho de que sea considerado por muchos como el mejor álbum de la banda?
-Es un halago, creo que simplemente éramos un buen equipo, encajábamos bien. Si quieres hacer un análisis simple, acá en Norteamérica, si tienes un buen equipo de básquet tienes que tener un buen manager, un buen entrenador. A veces hay años en que todo se junta y por ese año se convierten en el mejor equipo, es algo que es una cosa de un momento. Los Tres son una banda muy creativa y en ese tiempo todo estaba andando bien. Había algo en ese instante, la química de la banda, las canciones de Álvaro, el éxito del Unplugged, trabajábamos bien juntos. Es algo divertido esto de contratar un productor o un músico sesionista para trabajar en tu disco. Tiene que ser la persona indicada, tener simpatía con lo que hace la banda.
-¿Qué piensas de los discos que grabaron juntos posteriormente?
-Fue bueno trabajar con ellos después, pero me siento mal que no hayamos podido hacer algo tan bueno o que la gente no apreciara tanto, pero creo que el resto de los discos tienen buen material. Son buenos, pero el momentum era distinto cada vez. Después de La sangre en el cuerpo la banda se sentía más cansada pero, claro, habían problemas con las personalidades ya, y después de eso se separaron un rato y así… ya no fue lo mismo, en cuanto a energía. Siempre tuvimos buenos momentos pero, por la razón que sea, cambios personales, cosas diferentes, todos los discos son distintos y eso está bien. Fome fue el punto más alto.
En escena y en estudio: Roberto Márquez habla de Los Tres
La Tercera
La portentosa voz de Illapu se refiere a sus experiencias con Los Tres en el histórico concierto Hecho en Chile de 1999, junto a Los Jaivas, así como a su participación en el repertorio del grupo: "La feria verdadera", "La respuesta" y "Caudillo de congrios", llevan su sello.
Roberto Márquez (en conversación con Andrés Panes)
Los Tres siempre me gustaron. Los escuchaba antes de conocerlos personalmente y tocar con ellos. Tenían frescura, desenfado. Musicalmente, eran muy buenos en lo que hacían, desde los elementos que usaban en la construcción de sus canciones hasta su forma de ejecutarlas y de plantearse en el escenario. También me llamaba la atención el conecte que tenían con su público, con los jóvenes.
Cuando hicimos el concierto en el Nacional, no era tan común como ahora que se mezclara gente de diversos estilos en un escenario. Pero, para mí, más que estilos buenos o estilos malos, hay buena música y mala música. Cada género tiene algo que vale la pena y algo que no. Desde esa postura es que yo me vinculo con los músicos y con la música que escucho. Illapu, Los Tres y Los Jaivas éramos muy distintos. Con Los Jaivas compartíamos la cercanía con la música latinoamericana, con las raíces, y habíamos tocado un par de veces, en Argentina por allá por el 75 cuando ellos vivián allá y después en Francia cuando nosotros estuvimos en el exilio. Los Tres, en cambio, eran más rockabilly, pero a ellos les parecía interesante tocar con Illapu y Los Jaivas porque habían crecido escuchándonos. Para nosotros también era muy atractivo compartir con un referente más actual.
La idea era que los tres grupos tocáramos juntos. No podría haberse hecho de otra manera, así lo pensamos desde el primer momento. Apenas se abrió la opción de hacerlo, empezamos a buscar qué temas hacer juntos. Era muy interesante porque lo normal es compartir cartel y que los grupos no se junten nunca, que toque uno primero y después el otro. Nosotros decidimos hacer un show donde hubiese mucha interacción y en el cierre estuviésemos todos juntos tocando temas emblemáticos. En el segmento de Los Tres, hicimos “La feria verdadera”. Después, en el de Illapu, hicimos “Vuelvo”. Para el final, con todos los músicos sobre el escenario, tocamos “Candombe para José”, “Déjate caer” y “Todos juntos”.
En los ensayos siempre hubo una muy buena disposición, mucha energía positiva, todos nos abrimos a tocar con músicos muy distintos. Siento que para todos fue una experiencia que nos hizo ampliar nuestra visión y crecer. Entre todos, veíamos qué podíamos hacer colectivamente y empezábamos a experimentar. Cada grupo en su sala de trabajo desarrollaba una propuesta para aportar al tema y para poder mezclarnos de la mejor forma posible. Teníamos ganas de hacer algo distinto. Ir confrontando las propuestas musicales nos fue entusiasmando, nos motivamos cada vez más en el camino. Primero se fue dando tímidamente, pero cuando nos subimos al escenario ya había pasado harta agua bajo el puente y nos sentimos muy bien juntos. Fue todavía más rico cuando pudimos presentárselo al público.
Los Tres eran muy buenos músicos, cada uno en su instrumento tenía un rol dentro del grupo, estaba todo muy bien armado, funcionaba, había fiato, tocaban sin tener que estar preocupados. Siempre los vi en los ensayos buscando la mejor forma de complementarse mutuamente desde lo musical, había una complicidad artística muy linda entre ellos que se reflejaba en los discos y en los escenarios.
Grabar en La sangre en el cuerpo fue una posibilidad que surgió hablando con Alvarito, tenemos muy buena onda y él me invitó. Primera vez que yo hacía algo así. Ir a Nueva York, a un estudio donde había un productor (Joe Blaney), era meterse en un ámbito distinto al mío, aunque yo, con la inquietud que tengo siempre, estaba llano a ir y buscar dónde insertarme. Fue así como en un momento me vi tocando quenacho, que no es mi especialidad, aunque yo mismo los fabricaba para Illapu. Sé hacer quenas, quenachos, zampoñas, y sé cómo hacerlos sonar, pero no son instrumentos que yo ejecute cotidianamente. Alvarito me dijo “mira, acá me gustaría que tú metieras el quenacho, a ver qué se te ocurre con esta figura”. Yo acepté porque me pareció algo muy novedoso y un desafío también. Me veía de repente con un charango o con una guitarra, ¿pero con quenacho? Ellos fueron súper abiertos y me decían “¡sí, tenís que hacerlo, dale!”.
Los días que viví con Los Tres fueron muy bonitos, igual que la experiencia de ver cómo grababan, cómo se vinculaban con un productor externo, algo que yo desconocía porque en Illapu producimos nosotros sin alguien de afuera aportando al resultado final. Fue enriquecedor porque todo eso en alguna medida lo voy aquilatando y se va quedando conmigo.
Se aprende mucho colaborando con músicos más jóvenes. Cuando se plantea la opción, siempre estoy dispuesto. Me motivan fuertemente. Confrontar la experiencia de uno con la de alguien que está en una búsqueda, en un camino que en muchos aspectos uno ya hizo, es algo que permite refrescarse.
La portentosa voz de Illapu se refiere a sus experiencias con Los Tres en el histórico concierto Hecho en Chile de 1999, junto a Los Jaivas, así como a su participación en el repertorio del grupo: "La feria verdadera", "La respuesta" y "Caudillo de congrios", llevan su sello.
Roberto Márquez (en conversación con Andrés Panes)
Los Tres siempre me gustaron. Los escuchaba antes de conocerlos personalmente y tocar con ellos. Tenían frescura, desenfado. Musicalmente, eran muy buenos en lo que hacían, desde los elementos que usaban en la construcción de sus canciones hasta su forma de ejecutarlas y de plantearse en el escenario. También me llamaba la atención el conecte que tenían con su público, con los jóvenes.
Cuando hicimos el concierto en el Nacional, no era tan común como ahora que se mezclara gente de diversos estilos en un escenario. Pero, para mí, más que estilos buenos o estilos malos, hay buena música y mala música. Cada género tiene algo que vale la pena y algo que no. Desde esa postura es que yo me vinculo con los músicos y con la música que escucho. Illapu, Los Tres y Los Jaivas éramos muy distintos. Con Los Jaivas compartíamos la cercanía con la música latinoamericana, con las raíces, y habíamos tocado un par de veces, en Argentina por allá por el 75 cuando ellos vivián allá y después en Francia cuando nosotros estuvimos en el exilio. Los Tres, en cambio, eran más rockabilly, pero a ellos les parecía interesante tocar con Illapu y Los Jaivas porque habían crecido escuchándonos. Para nosotros también era muy atractivo compartir con un referente más actual.
La idea era que los tres grupos tocáramos juntos. No podría haberse hecho de otra manera, así lo pensamos desde el primer momento. Apenas se abrió la opción de hacerlo, empezamos a buscar qué temas hacer juntos. Era muy interesante porque lo normal es compartir cartel y que los grupos no se junten nunca, que toque uno primero y después el otro. Nosotros decidimos hacer un show donde hubiese mucha interacción y en el cierre estuviésemos todos juntos tocando temas emblemáticos. En el segmento de Los Tres, hicimos “La feria verdadera”. Después, en el de Illapu, hicimos “Vuelvo”. Para el final, con todos los músicos sobre el escenario, tocamos “Candombe para José”, “Déjate caer” y “Todos juntos”.
En los ensayos siempre hubo una muy buena disposición, mucha energía positiva, todos nos abrimos a tocar con músicos muy distintos. Siento que para todos fue una experiencia que nos hizo ampliar nuestra visión y crecer. Entre todos, veíamos qué podíamos hacer colectivamente y empezábamos a experimentar. Cada grupo en su sala de trabajo desarrollaba una propuesta para aportar al tema y para poder mezclarnos de la mejor forma posible. Teníamos ganas de hacer algo distinto. Ir confrontando las propuestas musicales nos fue entusiasmando, nos motivamos cada vez más en el camino. Primero se fue dando tímidamente, pero cuando nos subimos al escenario ya había pasado harta agua bajo el puente y nos sentimos muy bien juntos. Fue todavía más rico cuando pudimos presentárselo al público.
Los Tres eran muy buenos músicos, cada uno en su instrumento tenía un rol dentro del grupo, estaba todo muy bien armado, funcionaba, había fiato, tocaban sin tener que estar preocupados. Siempre los vi en los ensayos buscando la mejor forma de complementarse mutuamente desde lo musical, había una complicidad artística muy linda entre ellos que se reflejaba en los discos y en los escenarios.
Grabar en La sangre en el cuerpo fue una posibilidad que surgió hablando con Alvarito, tenemos muy buena onda y él me invitó. Primera vez que yo hacía algo así. Ir a Nueva York, a un estudio donde había un productor (Joe Blaney), era meterse en un ámbito distinto al mío, aunque yo, con la inquietud que tengo siempre, estaba llano a ir y buscar dónde insertarme. Fue así como en un momento me vi tocando quenacho, que no es mi especialidad, aunque yo mismo los fabricaba para Illapu. Sé hacer quenas, quenachos, zampoñas, y sé cómo hacerlos sonar, pero no son instrumentos que yo ejecute cotidianamente. Alvarito me dijo “mira, acá me gustaría que tú metieras el quenacho, a ver qué se te ocurre con esta figura”. Yo acepté porque me pareció algo muy novedoso y un desafío también. Me veía de repente con un charango o con una guitarra, ¿pero con quenacho? Ellos fueron súper abiertos y me decían “¡sí, tenís que hacerlo, dale!”.
Los días que viví con Los Tres fueron muy bonitos, igual que la experiencia de ver cómo grababan, cómo se vinculaban con un productor externo, algo que yo desconocía porque en Illapu producimos nosotros sin alguien de afuera aportando al resultado final. Fue enriquecedor porque todo eso en alguna medida lo voy aquilatando y se va quedando conmigo.
Se aprende mucho colaborando con músicos más jóvenes. Cuando se plantea la opción, siempre estoy dispuesto. Me motivan fuertemente. Confrontar la experiencia de uno con la de alguien que está en una búsqueda, en un camino que en muchos aspectos uno ya hizo, es algo que permite refrescarse.
Los Tres: ¿cómo dejarse caer? La trastienda del debut y la llegada a Sony
La Tercera
Carlos Necochea, director artístico y uno de los fundadores de Alerce, cuenta los entretelones del primer álbum de Los Tres, un clásico del rock nacional contemporáneo que, con su marcada temática política en respuesta al fin de la dictadura de Pinochet, se transformó en un tomo irrepetible en el catálogo de la banda y que atrajo en su momento las miradas de Jorge Melibosky y de Sony.
Por Nuno Veloso
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Nota de Purochilemusical : Ricardo García murió en 1990, antes de Los Tres firmaran, grabaran y publicaran su 1er disco por Alerce, por lo cual es imposible que Necochea hubiera hablado con García por la oferta que estaba haciendo llegar Sony por el grupo.
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“Ese disco, a mi juicio, es uno de los discos más marcadores de Los Tres. Yo escucho ahora que hablan de Fome y de una serie de discos más… Seguro que hicieron trabajos superiores después, pero ese disco tenía una impronta maravillosa, sobre todo en la temática”, dice Carlos Necochea, director artístico de Alerce y productor del álbum debut de Los Tres, editado el 4 de septiembre de 1991 y grabado en el verano del mismo año.
Tírate
Aquel 4 de septiembre de 1991, miércoles, faltaba una semana exacta para el 11 de septiembre. Ese mismo día se cumpliría un año y medio desde el 11 de marzo de 1990, fecha en que el régimen del dictador Augusto Pinochet llegó a su fin. “En este disco hay críticas sociales muy fuertes, y muy fuertes a Pinochet, es un disco bastante más social”, añade Necochea. “Mi favorita es ‘La primera vez’, porque -a mi juicio- es muy buena, muy decidora de la época”.
Alerce, discográfica fundada por Ricardo García y Carlos Necochea, tenía un trabajo importante en la difusión de la Nueva Canción Chilena y el Canto Nuevo, pero se mantenían abiertos a las nuevas tendencias. “En aquella época empezamos a grabar desde los BBS Paranoicos hasta Los Miserables”, acota Carlos, mientras explica cómo Los Tres llegaron a sus oídos: “En algún minuto se me acercó Angelito Parra —que yo lo quiero mucho, porque yo trabajé con su padre mucho tiempo en la peña, entonces somos amigos del alma— y él tanto como la Javiera tenían proyectos musicales. Angelito me llevó un proyecto con Álvaro Henríquez, estaban trabajando en un grupo que se llamaba Los Tres. Inmediatamente, yo los escuché y me di cuenta de que era justamente lo que Alerce tenía que empezar a hacer para hacer la transición de una música a otra, en términos de ediciones. O sea, no podíamos quedarnos pegados en los Inti Illimani, los Parra, los Quilapayún y los Illapu, teníamos que avanzar. Y avanzar no más, porque el tiempo es inexorable”.
Carlos recuerda que la conversación con Ángel Parra y Henríquez duró dos minutos: “Fue como ‘Ya, ¿cuándo grabamos?’. Y grabamos en Filmocentro, en Jorge Washington, y fue como lo hacíamos en Alerce nosotros normalmente: con una libertad absoluta para que los músicos y los artistas diseñaran sus producciones y nosotros las avalábamos. Yo, a lo más, como director artístico, hacía observaciones de algunas cosas y agregados de otras, pero nunca interviniendo en el trabajo de ellos. No es el trabajo de Alerce saber cuánto es el porcentaje sino que la difusión”.
Me regalé
Tan importante era para la filosofía de Alerce la difusión del artista nacional que, cuando una transnacional se fija en Los Tres, Necochea decide no vender el contrato, sino regalarlo. Jorge Melibosky, el hombre que andaba en busca de una nueva gran banda local para Sony, y que venía de trabajar con La Ley en Polygram, era el interesado en Los Tres: “Sony no tenía ninguna vocación de pop ni de rock, tenía una vocación como de vocalistas latinos contemporáneos. Eso hasta que llegué yo, que venía con otro input, de hacer La Ley en Polygram, y estaba entusiasmado con el tema del rock nacional. Salí a buscar una banda y, después de mucho dar vueltas, me encontré a Los Tres y los encontré con Carmen Romero, cosa que era un valor agregado no menor, sobre todo si piensas que en aquellos días no había managers calificados para manejar bandas. A los dos minutos me di cuenta de que ella la tenía clara, de que era una profesional del área y que podíamos hacer un gran trabajo”.
Pero, por entonces, Los Tres estaban en Alerce. Melibosky conocía a Necochea, pero no eran cercanos. “No es que fuéramos desconocidos, pero tampoco éramos íntimos amigos. Lo llamé por teléfono y le conté la situación. En una reunión conversamos respecto al tema. Y Carlos, en un acto que para mi gusto lo engrandece y demuestra la clase de ser humano que es, la categoría humana que tiene, pudiendo haberle pedido a Sony 3, 10, 20 pesos —lo que fuera, lo que la compañía estimara por esta supuesta pérdida—, él prioriza al artista y el desarrollo del repertorio nacional y los deja partir a la Sony conmigo, sin pedir nada, ni siquiera un punto de royalty, nada. La oportunidad no se iba a presentar dos veces para Los Tres. Y por eso digo que es un gesto que enaltece tanto a Carlos, porque Carlos era uno de los dueños de Alerce, y era una decisión que a nivel de pesos le iba a doler. Para mi gusto es de una gran estatura humana y comercial, porque perdió en la pasada, claro que perdió. Porque era un artista que tenía desarrollo y años después eso se dio”.
Necochea señala que el debut de Los Tres fue muy importante para Alerce, y también para la banda. Hace memoria de la recepción que tuvo y cómo empezaban a ganar reconocimiento. Poco antes de hablar en persona con Melibosky aparecieron Ángel Parra y Álvaro Henríquez para contarle de la posibilidad de irse con una multinacional. “Ellos fueron a hablar conmigo, Álvaro y Angelito, a decirme que había una oportunidad de internacionalizar su trabajo, y yo les dije que Alerce jamás iba a tener esa posibilidad, que no teníamos las condiciones ni sabíamos hacerlo ni teníamos los mecanismos para moverlos por el mundo y llevarlos a viajar. En ese tiempo las multinacionales ponían un montón de plata por estas cosas. A Jorge González le pagaron un millón de dólares por hacer su primer disco”.
Se me va
Los Tres tenían, de acuerdo a Necochea, contrato por tres discos. “Hablé con Ricardo García y le dije, mira, estamos en esta situación, nosotros no vamos a poder hacer esto. ¿Y cuál es el interés de Alerce? Que el artista se conozca y su trabajo se muestre. Así que llamé a Melibosky y lo cité a almorzar en la casa vieja, en Chile España, y le dije, sabes qué, ¿ustedes están interesados en Los Tres? Tomen a Los Tres, ya. ‘¿Y cuánto es, Carlitos?’, me dijo. ‘Nada, poh. Nosotros no vendemos contratos, no nos dedicamos a eso. Hagan un buen trabajo no más, difúndanlos bien, trabajen bien con ellos’, le dije. Y ellos lo hicieron bastante bien. Así fue cómo le traspasamos el contrato a la Sony”.
Melibosky, que estuvo en Sony hasta mediados de los años noventa, explica: “Los primeros años de los noventa no había ningún país de Latinoamérica que estuviera interesado en el repertorio chileno. Luché en Polygram, en EMI y en Sony por colocar a artistas chilenos en el extranjero. Y cuando te hablo de lucha es lucha, pero no había ningún interés. Y por un tema de números, no es un tema de talentos. La resistencia a llevar talentos chilenos para afuera de parte de las compañías era muy alta, porque el negocio era muy malo. Yo los llevé a la Sony y empezamos un proceso de desarrollo con ellos, para sacar un poco la cultura local y poder producir discos y canciones que tuvieran importancia fuera de Chile, que fueran un artista exportable. En fin, todas las condiciones que una transnacional busca en un artista para poder desarrollarlo”.
Melibosky no alcanza a participar del proceso del Unplugged de Los Tres, hito que es posterior a su estadía en la compañía, ni menos Fome. Pero, ya en el primer disco con Sony, Se remata el siglo, el director regional entendió el potencial que Melibosky vio en la agrupación. “Yo perdí 100.000 dólares con el primer disco de Los Tres, pero me ascendieron y subieron el sueldo. Habíamos vendido muchas unidades de un artista que Sony no comprendía y que abría fronteras. Los viejos me dijeron ‘adelante mi comandante y tráigame más’ (dice riendo), cuando yo pensé que me iban a despedir por haber perdido dinero en un proyecto. El director regional –que no hablaba español- me dijo ‘oye, Jorge, tú tranquilo, si no es que vamos a perder 100.000 dólares, vamos a ganar como 30.000.000 de dólares’. En ese momento no lo entendí, creía que el caballero estaba siendo condescendiente y buena onda. Pero no era así, él estaba viendo el desarrollo en México, Estados Unidos, en América Latina, viendo todo el desarrollo que se podía hacer. Desde acá era muy difícil mirar esa perspectiva”.
Feliz de perder
Necochea reflexiona sobre el traspaso de Los Tres a Sony, y sobre la filosofía de Alerce. “Alerce siempre fue eso, nuestro interés siempre fue difundir. En algún momento le dije a Tito Fernández que se fuera a trabajar a la IRT porque iban a difundirlo mejor, y después volvió igual con nosotros. El trabajo de Alerce obedecía eso, había cero egoísmo, otra actitud, o sea, nosotros queríamos mucho a los artistas. Además, cómo les iba a decir al Angelito y Alvarito, ‘¡No! ¿Sabes qué? ¡No! ¡Tienen que grabarme dos discos más!’” (Ríe).
En Se remata el siglo, el segundo álbum de la banda y primero bajo Sony, Álvaro Henríquez estampa una dedicatoria, agradeciendo a Necochea. “Él me llamó para decir gracias por darles la posibilidad de liberarse y de tener nuevos rumbos. Yo fascinado y feliz de que les haya ido como les fue. El más orgulloso soy yo de que les vaya bien. Lo importante es que se hagan las cosas, no importa quién las haga”, dice. “En el primer disco ellos dirigieron musicalmente, ellos fueron los verdaderos productores musicales del disco, yo solo me limité a registrarlos, avalarlos y dirigirlos en la grabación, y chao. Además, Germán Bobe desgraciadamente tuvo que soportar que en Alerce no teníamos recursos para hacer lo que se llamaban los videoclips (que para nosotros eran palabras absolutamente extranjeras). Él propuso a través de Álvaro y Angelito hacer tres videítos cortos, que yo creo que el pobre sufrió con ellos, porque todo el esfuerzo económico que hizo nosotros tratamos de solventarlo al máximo. Lo hizo con el talento que él tiene”.
El ingeniero en sonido, Jorge Esteban, fue llamado a realizar las grabaciones y la mezcla final del debut junto a la banda. “Era un ingeniero de sonido muy rockero, y yo empecé a captarlo para lo que queríamos mover en Alerce, música más de rock, más de jazz. Los asistentes fueron Claudio Espinoza y Jorge Saravia. Yo destaco cuatro temas de ese primer disco que me parecen muy importantes: ‘La primera vez’, ‘Flores secas’, ‘Un amor violento’ y ‘He barrido el sol’”.
Dejarse caer
Años después del traspaso de Los Tres a Sony, llegaría el elogiado Fome y —antes de ello— el Unplugged, ambas secuelas del tercer disco, el exitoso La espada & la pared. Un regalo de Necochea, y una herencia de Melibosky, Los Tres se abrían ya paso como fuera. Melibosky lo ve así: “Sony hereda a Los Tres, pero el sello no tenía ninguna vocación de rock. Los viejos ejecutivos de Sony me tiraban a Los Tres por la cabeza, me decían que este artista no se va vender, que este artista es muy difícil, que no creemos que esto funcione. Me los tiraban por la cabeza. Y no solamente los ejecutivos chilenos, los de afuera también. Pero, bueno, el talento de ellos se impuso en los años venideros”, sentencia.
Sobre el lugar de la banda en el rock nacional, comenta: “Les tengo mucho afecto en lo personal. Los Tres son columna vertebral, así como Los Prisioneros desde otro ángulo y La Ley desde otro ángulo. Desde el ángulo del pop rock chileno, del rescate de nuestras raíces, de la búsqueda en profundidad de lo que hay dentro de nuestra cultura para poder exportarlo masivamente, ellos son columna vertebral. Lo que han hecho es fantástico, no solo su propia música, que es lo que está puesto en los discos, sino que lo que han ido rescatando con La Negra Ester, con la recuperación del Tío Roberto, de las cuecas. Es fantástico el trabajo que han hecho en la historia”.
Para Necochea, la gracia del debut de Los Tres es que resalta al máximo la química de la unión por vez primera de todas las partes. “Tiene la entrada de Angelito al grupo, eso se mezcla con las sensaciones que traía Alvarito de Concepción, de lo que Angelito aportaba de acá, se juntaron todos y por eso fue tan bueno. En cuanto a arreglos, ellos tenían bastante avanzado todo el tema, súper armado y ellos son bastante profesionales y, además, existía una cosa que a lo mejor te parecerá rara, y es que el lote que grabábamos en Filmocentro, la gente de Alerce, era un lote de puros amigos. Todos ayudábamos en lo que fuera. Lo importante era que el disco se hiciera bien, y eso resultó”.
Carlos Necochea, director artístico y uno de los fundadores de Alerce, cuenta los entretelones del primer álbum de Los Tres, un clásico del rock nacional contemporáneo que, con su marcada temática política en respuesta al fin de la dictadura de Pinochet, se transformó en un tomo irrepetible en el catálogo de la banda y que atrajo en su momento las miradas de Jorge Melibosky y de Sony.
Por Nuno Veloso
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Nota de Purochilemusical : Ricardo García murió en 1990, antes de Los Tres firmaran, grabaran y publicaran su 1er disco por Alerce, por lo cual es imposible que Necochea hubiera hablado con García por la oferta que estaba haciendo llegar Sony por el grupo.
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“Ese disco, a mi juicio, es uno de los discos más marcadores de Los Tres. Yo escucho ahora que hablan de Fome y de una serie de discos más… Seguro que hicieron trabajos superiores después, pero ese disco tenía una impronta maravillosa, sobre todo en la temática”, dice Carlos Necochea, director artístico de Alerce y productor del álbum debut de Los Tres, editado el 4 de septiembre de 1991 y grabado en el verano del mismo año.
Tírate
Aquel 4 de septiembre de 1991, miércoles, faltaba una semana exacta para el 11 de septiembre. Ese mismo día se cumpliría un año y medio desde el 11 de marzo de 1990, fecha en que el régimen del dictador Augusto Pinochet llegó a su fin. “En este disco hay críticas sociales muy fuertes, y muy fuertes a Pinochet, es un disco bastante más social”, añade Necochea. “Mi favorita es ‘La primera vez’, porque -a mi juicio- es muy buena, muy decidora de la época”.
Alerce, discográfica fundada por Ricardo García y Carlos Necochea, tenía un trabajo importante en la difusión de la Nueva Canción Chilena y el Canto Nuevo, pero se mantenían abiertos a las nuevas tendencias. “En aquella época empezamos a grabar desde los BBS Paranoicos hasta Los Miserables”, acota Carlos, mientras explica cómo Los Tres llegaron a sus oídos: “En algún minuto se me acercó Angelito Parra —que yo lo quiero mucho, porque yo trabajé con su padre mucho tiempo en la peña, entonces somos amigos del alma— y él tanto como la Javiera tenían proyectos musicales. Angelito me llevó un proyecto con Álvaro Henríquez, estaban trabajando en un grupo que se llamaba Los Tres. Inmediatamente, yo los escuché y me di cuenta de que era justamente lo que Alerce tenía que empezar a hacer para hacer la transición de una música a otra, en términos de ediciones. O sea, no podíamos quedarnos pegados en los Inti Illimani, los Parra, los Quilapayún y los Illapu, teníamos que avanzar. Y avanzar no más, porque el tiempo es inexorable”.
Carlos recuerda que la conversación con Ángel Parra y Henríquez duró dos minutos: “Fue como ‘Ya, ¿cuándo grabamos?’. Y grabamos en Filmocentro, en Jorge Washington, y fue como lo hacíamos en Alerce nosotros normalmente: con una libertad absoluta para que los músicos y los artistas diseñaran sus producciones y nosotros las avalábamos. Yo, a lo más, como director artístico, hacía observaciones de algunas cosas y agregados de otras, pero nunca interviniendo en el trabajo de ellos. No es el trabajo de Alerce saber cuánto es el porcentaje sino que la difusión”.
Me regalé
Tan importante era para la filosofía de Alerce la difusión del artista nacional que, cuando una transnacional se fija en Los Tres, Necochea decide no vender el contrato, sino regalarlo. Jorge Melibosky, el hombre que andaba en busca de una nueva gran banda local para Sony, y que venía de trabajar con La Ley en Polygram, era el interesado en Los Tres: “Sony no tenía ninguna vocación de pop ni de rock, tenía una vocación como de vocalistas latinos contemporáneos. Eso hasta que llegué yo, que venía con otro input, de hacer La Ley en Polygram, y estaba entusiasmado con el tema del rock nacional. Salí a buscar una banda y, después de mucho dar vueltas, me encontré a Los Tres y los encontré con Carmen Romero, cosa que era un valor agregado no menor, sobre todo si piensas que en aquellos días no había managers calificados para manejar bandas. A los dos minutos me di cuenta de que ella la tenía clara, de que era una profesional del área y que podíamos hacer un gran trabajo”.
Pero, por entonces, Los Tres estaban en Alerce. Melibosky conocía a Necochea, pero no eran cercanos. “No es que fuéramos desconocidos, pero tampoco éramos íntimos amigos. Lo llamé por teléfono y le conté la situación. En una reunión conversamos respecto al tema. Y Carlos, en un acto que para mi gusto lo engrandece y demuestra la clase de ser humano que es, la categoría humana que tiene, pudiendo haberle pedido a Sony 3, 10, 20 pesos —lo que fuera, lo que la compañía estimara por esta supuesta pérdida—, él prioriza al artista y el desarrollo del repertorio nacional y los deja partir a la Sony conmigo, sin pedir nada, ni siquiera un punto de royalty, nada. La oportunidad no se iba a presentar dos veces para Los Tres. Y por eso digo que es un gesto que enaltece tanto a Carlos, porque Carlos era uno de los dueños de Alerce, y era una decisión que a nivel de pesos le iba a doler. Para mi gusto es de una gran estatura humana y comercial, porque perdió en la pasada, claro que perdió. Porque era un artista que tenía desarrollo y años después eso se dio”.
Necochea señala que el debut de Los Tres fue muy importante para Alerce, y también para la banda. Hace memoria de la recepción que tuvo y cómo empezaban a ganar reconocimiento. Poco antes de hablar en persona con Melibosky aparecieron Ángel Parra y Álvaro Henríquez para contarle de la posibilidad de irse con una multinacional. “Ellos fueron a hablar conmigo, Álvaro y Angelito, a decirme que había una oportunidad de internacionalizar su trabajo, y yo les dije que Alerce jamás iba a tener esa posibilidad, que no teníamos las condiciones ni sabíamos hacerlo ni teníamos los mecanismos para moverlos por el mundo y llevarlos a viajar. En ese tiempo las multinacionales ponían un montón de plata por estas cosas. A Jorge González le pagaron un millón de dólares por hacer su primer disco”.
Se me va
Los Tres tenían, de acuerdo a Necochea, contrato por tres discos. “Hablé con Ricardo García y le dije, mira, estamos en esta situación, nosotros no vamos a poder hacer esto. ¿Y cuál es el interés de Alerce? Que el artista se conozca y su trabajo se muestre. Así que llamé a Melibosky y lo cité a almorzar en la casa vieja, en Chile España, y le dije, sabes qué, ¿ustedes están interesados en Los Tres? Tomen a Los Tres, ya. ‘¿Y cuánto es, Carlitos?’, me dijo. ‘Nada, poh. Nosotros no vendemos contratos, no nos dedicamos a eso. Hagan un buen trabajo no más, difúndanlos bien, trabajen bien con ellos’, le dije. Y ellos lo hicieron bastante bien. Así fue cómo le traspasamos el contrato a la Sony”.
Melibosky, que estuvo en Sony hasta mediados de los años noventa, explica: “Los primeros años de los noventa no había ningún país de Latinoamérica que estuviera interesado en el repertorio chileno. Luché en Polygram, en EMI y en Sony por colocar a artistas chilenos en el extranjero. Y cuando te hablo de lucha es lucha, pero no había ningún interés. Y por un tema de números, no es un tema de talentos. La resistencia a llevar talentos chilenos para afuera de parte de las compañías era muy alta, porque el negocio era muy malo. Yo los llevé a la Sony y empezamos un proceso de desarrollo con ellos, para sacar un poco la cultura local y poder producir discos y canciones que tuvieran importancia fuera de Chile, que fueran un artista exportable. En fin, todas las condiciones que una transnacional busca en un artista para poder desarrollarlo”.
Melibosky no alcanza a participar del proceso del Unplugged de Los Tres, hito que es posterior a su estadía en la compañía, ni menos Fome. Pero, ya en el primer disco con Sony, Se remata el siglo, el director regional entendió el potencial que Melibosky vio en la agrupación. “Yo perdí 100.000 dólares con el primer disco de Los Tres, pero me ascendieron y subieron el sueldo. Habíamos vendido muchas unidades de un artista que Sony no comprendía y que abría fronteras. Los viejos me dijeron ‘adelante mi comandante y tráigame más’ (dice riendo), cuando yo pensé que me iban a despedir por haber perdido dinero en un proyecto. El director regional –que no hablaba español- me dijo ‘oye, Jorge, tú tranquilo, si no es que vamos a perder 100.000 dólares, vamos a ganar como 30.000.000 de dólares’. En ese momento no lo entendí, creía que el caballero estaba siendo condescendiente y buena onda. Pero no era así, él estaba viendo el desarrollo en México, Estados Unidos, en América Latina, viendo todo el desarrollo que se podía hacer. Desde acá era muy difícil mirar esa perspectiva”.
Feliz de perder
Necochea reflexiona sobre el traspaso de Los Tres a Sony, y sobre la filosofía de Alerce. “Alerce siempre fue eso, nuestro interés siempre fue difundir. En algún momento le dije a Tito Fernández que se fuera a trabajar a la IRT porque iban a difundirlo mejor, y después volvió igual con nosotros. El trabajo de Alerce obedecía eso, había cero egoísmo, otra actitud, o sea, nosotros queríamos mucho a los artistas. Además, cómo les iba a decir al Angelito y Alvarito, ‘¡No! ¿Sabes qué? ¡No! ¡Tienen que grabarme dos discos más!’” (Ríe).
En Se remata el siglo, el segundo álbum de la banda y primero bajo Sony, Álvaro Henríquez estampa una dedicatoria, agradeciendo a Necochea. “Él me llamó para decir gracias por darles la posibilidad de liberarse y de tener nuevos rumbos. Yo fascinado y feliz de que les haya ido como les fue. El más orgulloso soy yo de que les vaya bien. Lo importante es que se hagan las cosas, no importa quién las haga”, dice. “En el primer disco ellos dirigieron musicalmente, ellos fueron los verdaderos productores musicales del disco, yo solo me limité a registrarlos, avalarlos y dirigirlos en la grabación, y chao. Además, Germán Bobe desgraciadamente tuvo que soportar que en Alerce no teníamos recursos para hacer lo que se llamaban los videoclips (que para nosotros eran palabras absolutamente extranjeras). Él propuso a través de Álvaro y Angelito hacer tres videítos cortos, que yo creo que el pobre sufrió con ellos, porque todo el esfuerzo económico que hizo nosotros tratamos de solventarlo al máximo. Lo hizo con el talento que él tiene”.
El ingeniero en sonido, Jorge Esteban, fue llamado a realizar las grabaciones y la mezcla final del debut junto a la banda. “Era un ingeniero de sonido muy rockero, y yo empecé a captarlo para lo que queríamos mover en Alerce, música más de rock, más de jazz. Los asistentes fueron Claudio Espinoza y Jorge Saravia. Yo destaco cuatro temas de ese primer disco que me parecen muy importantes: ‘La primera vez’, ‘Flores secas’, ‘Un amor violento’ y ‘He barrido el sol’”.
Dejarse caer
Años después del traspaso de Los Tres a Sony, llegaría el elogiado Fome y —antes de ello— el Unplugged, ambas secuelas del tercer disco, el exitoso La espada & la pared. Un regalo de Necochea, y una herencia de Melibosky, Los Tres se abrían ya paso como fuera. Melibosky lo ve así: “Sony hereda a Los Tres, pero el sello no tenía ninguna vocación de rock. Los viejos ejecutivos de Sony me tiraban a Los Tres por la cabeza, me decían que este artista no se va vender, que este artista es muy difícil, que no creemos que esto funcione. Me los tiraban por la cabeza. Y no solamente los ejecutivos chilenos, los de afuera también. Pero, bueno, el talento de ellos se impuso en los años venideros”, sentencia.
Sobre el lugar de la banda en el rock nacional, comenta: “Les tengo mucho afecto en lo personal. Los Tres son columna vertebral, así como Los Prisioneros desde otro ángulo y La Ley desde otro ángulo. Desde el ángulo del pop rock chileno, del rescate de nuestras raíces, de la búsqueda en profundidad de lo que hay dentro de nuestra cultura para poder exportarlo masivamente, ellos son columna vertebral. Lo que han hecho es fantástico, no solo su propia música, que es lo que está puesto en los discos, sino que lo que han ido rescatando con La Negra Ester, con la recuperación del Tío Roberto, de las cuecas. Es fantástico el trabajo que han hecho en la historia”.
Para Necochea, la gracia del debut de Los Tres es que resalta al máximo la química de la unión por vez primera de todas las partes. “Tiene la entrada de Angelito al grupo, eso se mezcla con las sensaciones que traía Alvarito de Concepción, de lo que Angelito aportaba de acá, se juntaron todos y por eso fue tan bueno. En cuanto a arreglos, ellos tenían bastante avanzado todo el tema, súper armado y ellos son bastante profesionales y, además, existía una cosa que a lo mejor te parecerá rara, y es que el lote que grabábamos en Filmocentro, la gente de Alerce, era un lote de puros amigos. Todos ayudábamos en lo que fuera. Lo importante era que el disco se hiciera bien, y eso resultó”.