Regalando entradas se puede entrar a un concierto, mala publicidad para un recinto tan grande. Llegando al teatro, gente dura y poca, militantes de izquierda, de la izquierda dura, como esta don Pedro Henríquez?, aun soñando con la umbral?; (de reojo aparece don Manuel, bendito entre los periodistas); sr insunza que tal, como va el partido?, su abrigo lo donaría para llenar la olla común?, Pocas entradas abiertas y faltaban menos de 20 minutos para las 7, entramos de a poco, y al entrar podías sentarte donde quisieras, elige hermanito, el teatro esta completamente disponible para ti. Eran las 7 de la tarde y el teatro esta a un 10% de su capacidad… se merecía el conjunto Quilapayún tan horrible asistencia?; se hacían presentes mis pesadillas de finales de los 90: yo solo como único espectador. Esta bueno que a uno le gusten cosas raras, pero nunca tan raras como para disfrutar solo del paraíso. El público comenzó a llegar, como esta señor Rocco?, x que no se dedicó a la música en vez de mentirle a los pobres?, parece que los traían en camiones al publico, llegaron raudos, para llenar en un 40% el recinto.
19.45, Partió el recital.
Oscuridad total…,
Dos luces direccionadas desde el centro van a los extremos del escenario, dos teclados, dos interpretes, para una versión instrumental con variaciones del pueblo unido, nunca me imagine una entrada tan simple, pero tan profunda, tan desde el fondo, que grupo de mierda antes había hecho eso?.
Se encienden las luces, Quilapayún en formación casi anónima, como pueden entrar tantos huevones nuevos tan luego?, solo reconozco al maestro Wang, (sensei , caperuzo, ídolo, ni en dos vidas voy a poder tocar el piano como él, ni crear tan formidables obras musicales); a Parhada, y a Castillo, de los otros no tengo idea; nada, no tengo idea de nada.
Que dirá el santo padre fue lo sgte, en una versión soberbia. Hasta este momento no se distinguían la fuerza de las voces en forma individual, pero en forma grupal sonaban espectacularmente bien.
De ahí habló Parada, que tan solo al hablar ya se nota que tiene problemas con las cuerdas vocales, y comenzó temporía, en una versión correcta, no tan ricamente entregada como en el disco con esa cantidad de instrumentos invitados, pero con gusto . Entramos a plegaria a un labrador, comenzando con parada en la voz en la primera estrofa, después entró Ortega y anduvo cambiando el orden de la letra, pero nada tan vistoso entre el público, solo unas miradas de reojo entre los integrantes.
De ahí partió Soy del Pueblo, en versión A Palau, con flauta traversa y percusión bastante desarrollada, con Maestro Wang en el tiple (déjate un instrumento).
Después de eso nos fuimos con Creer es Ver, no con “creer es poder” como presento Arriagada.
Después Chacarilla con Wang en la zampoña (cortala po!) que tuvo una leve variación en el final (en relación a la coda).
El pimiento con Castillo en la voz principal. Suite Movie (espectacular!!!). Después vino un estreno: Con la primavera, una composición de Wang con letra de Neruda, en ritmo de Rin, bastante bien llevada y con un estilo compositivo de Wang mas cercano a la música popular que a sus conocidos ritmos irregulares. Aquí estamos, más parecido a un tema rítmico de los Illapu de los 90 que a un tema de los Quila.
Vamos Mujer, Allende, Yaraví y Huayno ( con arriagada en la quena), el niño mudo, fuerzas naturales (al final explicando castillo que era un tema muy difícil y que le había costado como un año aprendérselo, de eso estamos seguros, y así fue como lo vimos hace como 10 años en el festival de Olmué), la diferencia con la versión de esa época fue que las zampoñas no iban por dos interpretes, sino por uno solo, con lo cual se evitaba las fallas en la interpretación con zampoñas pareadas y con figuras sincopadas (lo mas difícil de grabar según confidencio Venegas hace unas chorrera de tiempo). Después un tema nuevo Preludio-Según el favor del tiempo, con lo cual el Quila retoma a Violeta Parra en un ritmo similar al tema original pero con un canto mas lento (las cosas van mas lento-Panico), que al final toma la idea original; memento, La Batea, final.
Después entre los aplausos del público, vemos entrar a Parada y Wang, y empiezan a aplaudir, me dio la sensación que nos pusieron un espejo, era lo mismo que estábamos haciendo nosotros hacia ellos, y ahora ellos lo hacían hacia nosotros ( una situación que te descoloca, pero hermosamente llamativa), con lo cual el aplauso después del clapping fue mas maravilloso que al comienzo del mismo, y cerramos con Malembe, versión A Palau con variaciones a las letras según la actualidad, y con un solo de percusión extraído de los mejores conciertos de Latin Jazz de la historia (ojo que los quila habían traído un baterista en los noventa antes que Illapu adoptara esta forma), (incluso una guitarra eléctrica el 99), como tocaba ese negrito, incluso dentro de solo maravilloso, entre la galería un señor de edad comenzó a cantar a viva voz “Duerme , duerme negrito”, con lo cual nos sacó una carcajada de la cual aun no se me borra la sonrisa…
Para rematar con un fragmento de la muralla, y me fui, el publico seguía aplaudiendo de pie, otros gritaban “Mi Patria”.
Que sacar?, valió la pena, faltó mas publicidad, mas medios, tal vez un teatro mas pequeño, en donde el conjunto se pudiera mostrar con un marco de gente acorde a su tradición. El logo de Parada “Modernidad y Tradición” esta bien puesto en escena, con un conjunto afiatadísimo el cual muestra su regularidad en excelentes interpretaciones, con una lista de temas que permite al publico disfrutar de los antiguos temas, y escuchar la sonoridad mas moderna del conjunto, tal vez lo que se echa de menos es la creatividad del conjunto, ya que este Quila esta volviendo a ser un grupo de interpretes, y las creaciones vendrían solo de los aportes musicales de Wang, (que sabe Dios de donde vienen).
Solo quiero plantear la sgte situación, cual sería la opinión sobre este conjunto sino se hubiese formado un Quila Histórico?, de seguro los aplausos arrasarían, y nadie se hubiese restado a uno de las buenas entregas del quila que me a tocado ver, nosotros vamos a ver al quila que esta tocando mas cerca, esta vez fue el de Parda, y la sorpresa fue mayúscula, fue mucho mas y mejor de lo que esperaba, tal vez me afectó que a los únicos LP del Quila que tuve acceso el mismo año de su edición fueron el Latitudes y el Al Horizonte, antes que el Quila se partiera en dos, y tanto que los ponía en casa estos discos, que pasaron a mi hermano (quien me acompañaba) y a mi dentro del inconsciente, estoy seguro que no son los mejores discos pero están marcados en épocas de mi vida que pude retomar en vivo después de tantos años, xq carrasco no los incorpora?, por que no Parada incorpora temas de Carrasco y hacemos un super show, ya nada de Inti + Quila, sino que Quila+ Quila, y vivamos y disfrutemos de la buena música sin prejuicios y sin intereses creados.
Un desafío para Carrasco: armar un concierto con mas de 20 temas, sin ninguna cantata
Comparemos el listado de temas ordenados por años de antigüedad del recital en el estadio chile el 15 de octubre del 99 y del California el 30 de julio de 2006.
1999:
Yaraví y Huayno de la quebrada de humahuaca (1968) versión 1992.
La Muralla (1969)
La CARTA (1969)
Plegaria a un labrador (1970)
Tan alta que esta la luna (1972) versión 1999.
El pueblo unido (1973)
Contraste (1975)
Malembe (1975)
Vals de Colombes (1976)
Vamos Mujer (1970) (1980)
Canto Negro (1980)
Memento (1980)
Fuerzas Naturales (1992)
Allende (1992)
La batea (1992)
A los niños con suerte (1999)
Temporía (1999)
El pimiento (1999)
Más allá (1999)
Alharaca (1999)
Suite Movie (1999)
La FLOR DEL ROMERO (1999).
2006:
Que dira el Sto Padre1968
Yaravi y Huayno1968-1992
La Muralla1969
Plegaria a un labrador1970
Vamos Mujer1970-1980
Soy del Pueblo1971
El pueblo Unido 1973
Chacarilla1975
Malembe1975
Memento1980
El Niño Mudo1986
Creer es Ver 1992
Allende1992
Fuerza Naturales1992
La Batea1992
Temporía1999
El Pimiento1999
Suite Movie1999
Aquí estamos2005
Con la primavera2006
Según el favor del viento2006
Clapping2006
Este conjunto deja derechamente fuera a Carrasco, fuera la creación de aquellos que partieron y decidieron crear un grupo paralelo, igual de legítimo. Parada se sitúa principalmente en la última creación, siendo bastante generoso en el término ya que estaríamos abarcando más de 15 años en este periodo. Lamentablemente la dirección de Parada en los hechos no ha podido concretar demasiado desde finales de los ochenta, y tal vez fue necesaria la irrupción del Quilapayún con Carrasco a la cabeza para que Parada por lo menos se moviera un poco más. Como decían los originarios del sistema de mercado, no hay nada como la libre competencia, y mientras hayan dos quila cada uno se esforzará lo mejor posible para mostrar una mejor propuesta, pero ojo que la creación no debe ser mirándose al ombligo, debe ser al futuro, con lo cual nosotros seguiremos disfrutando de Quila por un buen tiempo mas.
Este es un blog que tiene como misión recopilar información o noticias sobre música chilena, la Industria musical y la industria cultural de nuestro país aparecida en diversos medios de comunicación. Por lo tanto los textos son propiedad de los medios y de los periodistas que encabezan cada nota.
viernes, agosto 18, 2006
miércoles, agosto 09, 2006
Geografía de la tonada, según Margot Loyola
Ester Soré “vistió la tonada popular de seda y terciopelo, de traje largo y flores en el pelo”. Doña Blanca Tejeda de Ruiz, con voz cuidada y académica, la interpretó con acompañamiento de piano en elegante salón y doña María Concepción Toledo la aprendió en plena trilla.
Son algunos de los testimonios que rescata Margot Loyola en su libro “La Tonada, Testimonio para el Futuro”
Por Carmen Mera O.
“Fui acumulando dentro de mi tantas y tantas tonadas que hoy podría llenar una carreta”. Es la afirmación que hace Margot Loyola como punto de partida para escribir su libro “La Tonada, Testimonio para el Futuro”, que recientemente vio la luz editorial, y que constituye otro aporte al patrimonio folclórico, con cd incluido, de esta recopiladora, investigadora y cantante.
Mejor dicho “cantora”, como lo especifica en el prólogo el profesor Carlos Miró Cortez. “Cantora, con una formación docta y popular -reafirma-, una síntesis que armoniza de manera perfecta”.
“Esta es una memoria, porque está cimentada en vivencias adquiridas desde las cantoras hacia mí -asegura la artista y de mi hacia ellas. Estas letras y melodías, pasadas por mi propio cuerpo y el corazón, me han ido cambiando, acercándome al meollo del fenómeno musical y social de la tonada, hasta desembocar en un análisis esquemático”.
Con el apoyo del Fondo Fomento Nacional del Libro y la Lectura y la Universidad Católica de Valparaíso, que le ha concedido el grado de Doctora Honoris Causa, la publicación reúne historias de vida, letras y partituras, análisis y caracterización de la tonada.
Todo, enriquecido por tres discos compactos con grabaciones en terreno realizadas por la también docente en sus entrevistas de investigación; las voces precursoras que llevaron la tonada chilena a la ciudad y la interpretación de temas inéditos, hasta ahora guardados sólo en la memoria de la Premio Nacional de Arte, Mención Música.
Este material, que data de 1940, recoge las historias personales de las entrevistadas, la selección de las distintas interpretaciones que pudieran reflejar los estilos y matices que adopta la tonada; la transcripción de las letras y la esquematización de las partituras.
Según han indicado expertos, entre ellos el profesor Carlos Miró, la obra constituye el “estudio más completo y riguroso que se haya realizado en el país”, una expresión popular de alcance nacional y el género musical más importante en nuestro país, fundamentalmente femenino.
De la trilla al terciopelo
“Artesana y amasandera, meica, santiguadora y rezadora, buena bailarina de cueca, guitarrera y proverbial cantadora de tonadas, ella representa para mi el prototipo de la mujer de estirpe campesina”. Es la forma de describir que tiene Margot, por ejemplo, para doña María Concepción Toledo, oriunda de Rari, una mujer “siempre amarrada al canto” y que, como cantora, tuvo su mejor escuela en la trilla.
Este y otros testimonios de otras doñas como Francisca González y Juana Chávez y de don Macario Muena, están contenidos en el capítulo “Memorias de vida”, en tanto que personajes como Esther Soré asoman en la sección “Precursores del Cantar Criollo” y a quien responsabiliza de haber “vestido la tonada popular de seda y terciopelo, de traje largo y flores en el pelo”.
Agrega Margot que Ester Soré, Marta Yupanqui ante el Registro Civil y “la Negra Linda” para su público, “dejó una propuesta innovadora, un camino por donde más tarde transitarían artistas de la talla de Margarita Alarcón, Silvia Infantas, Carmencita Ruiz y Aída Salas”.
El sereno de mi calle/ tiene una voz tan bonita/ que cuando grita ¡las ocho!/ el corazón me palpita/. Son versos de la tonada “El sereno se mi calle”, que una porteña del Cerro Florida de Valparaíso le entregara a Margot Loyola, y que a menudo interpretaba Gabriela Pizarro. Es parte de un pequeño homenaje que la autora rinde a esta amiga y discípula ausente.
A la hora de los recados, no duda: “Te necesitamos para unir fuerzas, Gabriela. Este mundo está al revés, como decía mi comadre Violeta. ¡Si la ves, dile que nos están ignorando, que la música de los silencios ya no se oye, que los ojos ya no ven, que el avance tecnológico está secando manantiales y quitándonos en al aire, dile que el hombre se alejó de Dios!”
“En un país acostumbrado al sonido brillante y vibrante del estilo criollista, ella sonaba extraña”, dice en alusión a otra amistad que partió: Violeta Parra. “Con su voz de contralto y timbre algo oscuro, nos llevaba de golpe al dolor de la tierra. En ella no había alegoría ni paisajes bucólicos, sino una mezcla de desgarro y esperanza”.
Cantante y no cantora
Margot afirma que habitualmente las cantoras provenían del campo y que su formación generalmente la constituía el aporte de otra mujer de la familia que le entregaba repertorio.
No es el caso de doña Blanca Tejeda de Ruiz, soprano que habitaba en una señorial casa de Avenida Matta en Santiago. “Ella venía de otro estrato -detalla Margot- y eso se podía apreciar a simple vista, ya fuese en la sobriedad de su vestuario, la elegancia de sus abalorios o la expresión augusta de su semblante”. Así, con voz cuidada y académica, interpretó la tonada con acompañamiento de piano y la llevó al elegante salón, casi con voz operática, pero no por ello, menos chilena.
También ellos
*En Chile de conoce la tonada como un género musical cantado, interpretado preferentemente por voces femeninas.
Margot Loyola apunta que de función eminentemente festiva, aunque también religiosa, ha caminado junto a la guitarra, su instrumento preferido. Pero también se le ha llamado “esquinazo” o “tonada de saludo”, “parabienes”, dedicados a los novios en su día de bodas; y a veces “tonadas al Niño Dios”, ofrecidas en época de Navidad.
Tiene sus dominios en el centro del país, en las provincias de Colchagua, Maule y Ñuble, en la VI, VII y VIII regiones, respectivamente. Sus principales elementos configurativos en música y texto debieron llegar a Chile con familias españolas durante el período colonial y que a través del tiempo adquiere un sello de chileno.
* La autora de este libro también alude a la importancia de las voces masculinas que aportaron al conocimiento y difusión de la tonada. Se cita la obra del musicólogo Juan Pablo González, “Clásicos de la Música Popular Chilena 1900-1960” la que destaca omo grupos señeros del cantar criollo a Los Cuatro Huasos, Los Huasos Quincheros, Los Provincianos, Los Cuatro Hermanos Silva, Los Hermanos Lagos y los dúos masculinos Molina-Garrido, rey Silva y Leal del Campo, entre otros.
* Otra variedad es la “tonada pregón”, basada en la creación de cantos de pregoneros. Por ejemplo, “El Naranjero”, Donato Romñan Heitman, “El Yerbatero”, de Nicanor Molinare, “La Castañera”, de las Hermanas Cabrera, “El Motero”, de Raúl Gardy, “La Feria de Chillán”, de Elena Carrasco, y “El Tortillero”, tonada tradicional.
www.lanacion.cl
Son algunos de los testimonios que rescata Margot Loyola en su libro “La Tonada, Testimonio para el Futuro”
Por Carmen Mera O.
“Fui acumulando dentro de mi tantas y tantas tonadas que hoy podría llenar una carreta”. Es la afirmación que hace Margot Loyola como punto de partida para escribir su libro “La Tonada, Testimonio para el Futuro”, que recientemente vio la luz editorial, y que constituye otro aporte al patrimonio folclórico, con cd incluido, de esta recopiladora, investigadora y cantante.
Mejor dicho “cantora”, como lo especifica en el prólogo el profesor Carlos Miró Cortez. “Cantora, con una formación docta y popular -reafirma-, una síntesis que armoniza de manera perfecta”.
“Esta es una memoria, porque está cimentada en vivencias adquiridas desde las cantoras hacia mí -asegura la artista y de mi hacia ellas. Estas letras y melodías, pasadas por mi propio cuerpo y el corazón, me han ido cambiando, acercándome al meollo del fenómeno musical y social de la tonada, hasta desembocar en un análisis esquemático”.
Con el apoyo del Fondo Fomento Nacional del Libro y la Lectura y la Universidad Católica de Valparaíso, que le ha concedido el grado de Doctora Honoris Causa, la publicación reúne historias de vida, letras y partituras, análisis y caracterización de la tonada.
Todo, enriquecido por tres discos compactos con grabaciones en terreno realizadas por la también docente en sus entrevistas de investigación; las voces precursoras que llevaron la tonada chilena a la ciudad y la interpretación de temas inéditos, hasta ahora guardados sólo en la memoria de la Premio Nacional de Arte, Mención Música.
Este material, que data de 1940, recoge las historias personales de las entrevistadas, la selección de las distintas interpretaciones que pudieran reflejar los estilos y matices que adopta la tonada; la transcripción de las letras y la esquematización de las partituras.
Según han indicado expertos, entre ellos el profesor Carlos Miró, la obra constituye el “estudio más completo y riguroso que se haya realizado en el país”, una expresión popular de alcance nacional y el género musical más importante en nuestro país, fundamentalmente femenino.
De la trilla al terciopelo
“Artesana y amasandera, meica, santiguadora y rezadora, buena bailarina de cueca, guitarrera y proverbial cantadora de tonadas, ella representa para mi el prototipo de la mujer de estirpe campesina”. Es la forma de describir que tiene Margot, por ejemplo, para doña María Concepción Toledo, oriunda de Rari, una mujer “siempre amarrada al canto” y que, como cantora, tuvo su mejor escuela en la trilla.
Este y otros testimonios de otras doñas como Francisca González y Juana Chávez y de don Macario Muena, están contenidos en el capítulo “Memorias de vida”, en tanto que personajes como Esther Soré asoman en la sección “Precursores del Cantar Criollo” y a quien responsabiliza de haber “vestido la tonada popular de seda y terciopelo, de traje largo y flores en el pelo”.
Agrega Margot que Ester Soré, Marta Yupanqui ante el Registro Civil y “la Negra Linda” para su público, “dejó una propuesta innovadora, un camino por donde más tarde transitarían artistas de la talla de Margarita Alarcón, Silvia Infantas, Carmencita Ruiz y Aída Salas”.
El sereno de mi calle/ tiene una voz tan bonita/ que cuando grita ¡las ocho!/ el corazón me palpita/. Son versos de la tonada “El sereno se mi calle”, que una porteña del Cerro Florida de Valparaíso le entregara a Margot Loyola, y que a menudo interpretaba Gabriela Pizarro. Es parte de un pequeño homenaje que la autora rinde a esta amiga y discípula ausente.
A la hora de los recados, no duda: “Te necesitamos para unir fuerzas, Gabriela. Este mundo está al revés, como decía mi comadre Violeta. ¡Si la ves, dile que nos están ignorando, que la música de los silencios ya no se oye, que los ojos ya no ven, que el avance tecnológico está secando manantiales y quitándonos en al aire, dile que el hombre se alejó de Dios!”
“En un país acostumbrado al sonido brillante y vibrante del estilo criollista, ella sonaba extraña”, dice en alusión a otra amistad que partió: Violeta Parra. “Con su voz de contralto y timbre algo oscuro, nos llevaba de golpe al dolor de la tierra. En ella no había alegoría ni paisajes bucólicos, sino una mezcla de desgarro y esperanza”.
Cantante y no cantora
Margot afirma que habitualmente las cantoras provenían del campo y que su formación generalmente la constituía el aporte de otra mujer de la familia que le entregaba repertorio.
No es el caso de doña Blanca Tejeda de Ruiz, soprano que habitaba en una señorial casa de Avenida Matta en Santiago. “Ella venía de otro estrato -detalla Margot- y eso se podía apreciar a simple vista, ya fuese en la sobriedad de su vestuario, la elegancia de sus abalorios o la expresión augusta de su semblante”. Así, con voz cuidada y académica, interpretó la tonada con acompañamiento de piano y la llevó al elegante salón, casi con voz operática, pero no por ello, menos chilena.
También ellos
*En Chile de conoce la tonada como un género musical cantado, interpretado preferentemente por voces femeninas.
Margot Loyola apunta que de función eminentemente festiva, aunque también religiosa, ha caminado junto a la guitarra, su instrumento preferido. Pero también se le ha llamado “esquinazo” o “tonada de saludo”, “parabienes”, dedicados a los novios en su día de bodas; y a veces “tonadas al Niño Dios”, ofrecidas en época de Navidad.
Tiene sus dominios en el centro del país, en las provincias de Colchagua, Maule y Ñuble, en la VI, VII y VIII regiones, respectivamente. Sus principales elementos configurativos en música y texto debieron llegar a Chile con familias españolas durante el período colonial y que a través del tiempo adquiere un sello de chileno.
* La autora de este libro también alude a la importancia de las voces masculinas que aportaron al conocimiento y difusión de la tonada. Se cita la obra del musicólogo Juan Pablo González, “Clásicos de la Música Popular Chilena 1900-1960” la que destaca omo grupos señeros del cantar criollo a Los Cuatro Huasos, Los Huasos Quincheros, Los Provincianos, Los Cuatro Hermanos Silva, Los Hermanos Lagos y los dúos masculinos Molina-Garrido, rey Silva y Leal del Campo, entre otros.
* Otra variedad es la “tonada pregón”, basada en la creación de cantos de pregoneros. Por ejemplo, “El Naranjero”, Donato Romñan Heitman, “El Yerbatero”, de Nicanor Molinare, “La Castañera”, de las Hermanas Cabrera, “El Motero”, de Raúl Gardy, “La Feria de Chillán”, de Elena Carrasco, y “El Tortillero”, tonada tradicional.
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