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jueves, diciembre 09, 2010
Daniel Cantillana: Debutante, no principiante
emol
Lleva doce años tocando y viajando por el mundo con Inti-Illimani, y después de todo este tiempo ya es hora de jugar la personal. Daniel Cantillana presenta este jueves el primer disco de su propio grupo, Viñeta, y aquí habla de cómo es dar ese paso al frente y de lo (mucho) que tiene en común con un colega como Manuel García.
Primero estuvo claro el título del disco: Viñeta. Después vino el dibujo hecho por el propio Daniel Cantillana para la carátula: una ilustración a tinta retocada con lápiz grafito acuarelable y coloreada con un software. Y sólo en ese momento, a última hora, apareció la canción, "Viñeta", después de que el disco estuvo terminado y que ahora es la última de esta grabación con la que el músico chileno Daniel Cantillana se estrena como solista.
Y la canción se trata de hacer ese dibujo, explica el autor. "Al final para que nos nos preguntaran más hice un texto sobre el proceso de dibujar la carátula y le puse música", dice Cantillana, que no por solista debutante es un recién llegado. Viñeta es su primer emprendimiento personal, pero en 2010 suma doce años de recorrido como integrante de Inti-Illimani y también cuenta con el paso previo entre 1995 y 1997 por Coré, un grupo donde compartió filas muy temprano con otro solista de estos días: Manuel García.
Ahora su nuevo nombre completo es Daniel Cantillana y los Increíbles. Es el grupo con el que grabó Viñeta y con el que se apresta a estrenar este jueves 9 de diciembre (ver recuadro) el disco, editado por el sello Alerce, con Patricio Manns como invitado y donde Cantillana, autor de todas las letras, firma las canciones junto al músico David Azán, autor de todas las músicas. Tras haberse conocido en los mencionados Coré, Cantillana y Azán se reencontraron en el Festival de Olmué en 2009 y ése fue el punto de partida para el actual repertorio. "Fue el impulso para pensar en un disco que tuviera una unidad, si no temática, al menos sonora", dice el cantante.
-¿Cuál es esa unidad?
-Queríamos un disco que no sonara folclórico, de partida. Me interesaba el proceso de la cocina deconstruida: tomar los mismos elementos de un bavarois de frambuesa pero en vez de eso hacer una espuma de frambuesa, por ejemplo. Que según yo es un proceso que ha pasado con hartas músicas tradicionales en Latinoamérica. (El grupo uruguayo) Bajo Fondo Tango Club es un poco eso: la deconstrucción del tango. Rescatas un par de elementos, un bandoneón solo con una base electrónica o incluso una letra, y se reconoce que es tango, sigue siendo tango por un lado misterioso.
-¿Y temáticamente también hay una unidad?
-En general es diverso, pero también por los referentes que uno tiene son los temas de siempre: el olvido, el amor, el desamor...
Dos de esas canciones hablan de ciudades: "A Santiago" y "Viejo barrio". Este último podría haber sido el barrio ariqueño de El Morro donde Cantillana nació y vivió su infancia, pero en realidad corresponde al barrio fronterizo entre Quinta Normal y Cerro Navia en la capital donde ensayaba Coré, en calle Lazo de la Vega. Y "Santiago" se refiere a la capital, aunque desde hace cinco años el cantante viva en Viña del Mar. Son domicilios móviles los de Daniel Cantillana.
-Siento que a Santiago se la trata injustamente en general. Por ejemplo el mote de Santiasco para mí es absolutamente una trampa verbal, uno cristaliza sus pensamientos y subliminalmente se van introduciendo ideas en el subconsciente de la gente, en este caso relacionar el lugar donde vives con un lugar que da asco. Para mí Santiago no está ni remotamente cerca de dar asco, para mí es una linda ciudad. Con el Inti tengo la posibilidad de viajar mucho, voy a Barcelona, a Madrid, a Londres, a Nueva York, y vuelvo a Santiago y me sigue gustando. Creo que en la gente hay algo entre desconocimiento y una choreza medio inventada de decirle Santiasco.
-¿Puede que esté asociado además a un recelo de regiones hacia la capital? ¿Como ariqueño o viñamarino ahora lo sientes así?
-Claro, porque Chile es un país súper centralizado. Si me hubiera quedado en Arica es probable que no me hubiera dedicado a la música, siempre tuve la noción inevitable de que el futuro por el lado musical iba estar en Santiago. Pero seguir hablando de Santiasco cuando vives acá es medio terrible. Todo el mundo afuera alucina con que Santiago está a una hora y media de la nieve y a una hora y media del mar, todo el mundo elogia el clima y acá caen veinte milímetros de lluvia y todos se quejan. Es una imagen contradictoria con la que yo tengo, y en la que trato de no ser turístico, pero si fotográfica.
-¿Esa canción tiene alguna relación con "A mi ciudad", de Santiago del Nuevo Extremo?
-Mira, exactamente. Soy re amigo de Lucho Le-Bert (Luis Le-Bert, cantante de ese grupo iniciado en los años '70 y autor de "A mi ciudad"), es un tipazo y le dije que siento que "A Santiago" es una especie de humilde comentario de "A mi ciudad". Es como un "A mi ciudad" 2010.
-Es modesto de tu parte: un comentario, no una actualización.
-No, imagínate. Yo trabajo con monstruos. En el disco mío grabó el (Patricio) Manns y no porque sea mi amigo me voy a poner a la altura de él, trato de guardar siempre las proporciones. En Inti-Illimani tengo a Jorge Coulon al lado, pero nunca pierdo de vista quién es. Y lo mismo pasa con Lucho (Le-Bert).
-¿Pasa lo mismo con grabar en Alerce? Fue en este mismo sello donde grabó a Santiago del Nuevo Extremo hace treinta años.
-Sin duda. De hecho en un momento estaba la tentación de recorrer otros sellos. Pregunté en (los sellos) Oveja Negra y Sello Azul, pero me muevo harto por sensaciones, y no es que sea el súper artista sensible ni mucho menos, pero voy donde me quieran. Y cuando llegué a Alerce la recepción fue siempre cariñosa. En el fondo el grueso de la pega la tiene que hacer uno, no creo que existan todavía los sellos súper poderosos que te convierten en un éxito.
-La canción que se llama "Tiempos modernos" es la única no impresa en el folleto del CD. ¿Es porque es la más de protesta?
-No, es totalmente involuntario. Pero a quienes les guste, que espero que sean todos, va a aparecer en cancioneros o la voy a subir a todos lados.
-¿Esa canción no es tan poética? Los versos son bastantes literales, como uno que hay sobre la prensa, que más que un verso parece una frase en una conversación.
-"La prensa miente y desinforma". Claro. Es que no sé si trato de ser poético. Cada canción tiene un universo distinto. No sé, Quilapayún grabó en los '70 una canción que se llamaba "A comer merluza". Las canciones contingentes de repente no son todo lo poéticas que uno quisiera. Incluso en la música popular cuando te rebuscas mucho en la metáfora la gente lo entiende menos.
Daniel Cantillana (voz), David Azán (guitarra), Alekos Vuskovic (teclados), Valentín Trujillo (teclados, nieto del maestro), Diego Ibarra (bajo) y Marcelo Arenas (batería) son la alineación completa de Daniel Cantillana y los Increíbles, y en su repertorio de deconstrucciones hay elementos de candombe en "Flor danzante", un funk acústico dedicado a Valparaíso en "Espiral" o un homenaje a Cesaria Evora con versos de Nicolás Guillén en "Julieta", según pasa lista Cantillana.
-¿Es raro proponerse hacer esa deconstrucción musical que dices si no eres tú el que hace la música? ¿Es algo pendiente para ti?
-Es un trabajo conjunto con David, tenemos el mismo filtro. A lo mejor soy más jodido a nivel de música, a lo mejor tengo el filtro más bajo en las letras. Que sería raro, porque me gustan los grandes letristas: Sabina, Serrat, soy devoto de Chico Burque, me pego mucho con (Jorge) Drexler. Pero a nivel de música soy más pudoroso de repente.
-¿Qué importancia tiene haber tocado en Coré y en Inti-Illimani para esta música? ¿Qué conexiones ves con esos dos grupos?
-Con el Coré muchas. Cuando recién partimos hacíamos cosas de Inti-Illimani, pero aplicábamos trucos como ponerle un (efecto de sonido) phaser al tiple o un flanger a la guitarra acústica, y sonaba re bien. De a poquito se iba armando un sonido latinoamericano que casi al descuido tenía una cosa más pop. Y del Inti-Illimani viene sobre todo la idea estéstica del rigor al hacer las canciones. De no hacer cualquier canción. De no echar a pelear cualquier texto con cualquier música, de no vertir todas tus ocurrencias en un disco. El Inti es una escuela a ese nivel. Y tenemos un filtro que es terrible. Antes de quedar en un disco una canción es sometida al Sanedrín -sonríe-, y que pase de ahí es complejo.
Desde los años de Coré los caminos de Daniel Cantillana y Manuel García han sido paralelos. "Manuel estaba en Arica, éramos muy amigos, él estaba en su último año de historia y le dije 'Vente a estudiar música, qué vas a hacer de profe de historia tú, si compones, vente a trabajar de músico", recuerda.
-¿Te llama la atención que de esa formación de Coré quince años más tarde ahora tú y Manuel García sean solistas?
-Es divertido. Significa que el Coré era un buen grupo y tenía mucha materia prima. Y fíjate que con Manuel alguna vez hemos conversado que deberíamos armar Coré de nuevo. Yo me divertiría, porque con Manuel me río mucho.
-¿O sea no hay nada cercano a una competencia entre ustedes dos ahora?
-No, imagínate. Si hacemos las cosas en paralelo probablemente se preste para esa idea, pero en Manuel reconozco todos sus méritos como compositor, trovador, soy muy admirador de lo que hace y no se me ocurriría entra en competencia. Además él lleva bastante tiempo trabajando solo.
-¿Eso no te hace pensar que pudiste empezar antes a lo mejor?
-No, porque uno dice cosas cuando tiene algo que decir. Ahora me siento con más propiedad para mostrar el trabajo. He tenido que vencer el pudor de pasar de tocar blindado por un grupo de siete músicos del calado que son mis compañeros del Inti a poner la cara y ser yo el frontman de una banda con músicos más jóvenes que yo. Ha sido el curso natural. Pero si me permiten un mínimo grado de vanidad, siento que Viñeta quizás no tiene la apariencia de un disco debut. No tiene inseguridad ni es muy experimental: teníamos una idea bastante clara lo que queríamos. No es un disco de principiante en ese sentido.
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