martes, enero 04, 2011

Narea y Tapia: "No quisiéramos ser una morisqueta de Los Prisioneros"

El Mercurio


El nuevo experimento musical de Claudio Narea y Miguel Tapia es un éxito. 320 mil descargas de las tres canciones que pusieron gratis en su sitio web son un dato interesante, pero relativo.

JULIO OSSES
Claudio Narea entregado a la pantalla de un notebook, con lentes de apoyo para leer colgados del tabique nasal, no cuadra con el joven eterno de las carátulas de los primeros discos de Los Prisioneros. Aún así, Narea está igual pero un poco más robusto, 25 años más viejo, más decidido, más elocuente. Miguel Tapia tiene canas pero se ve joven. Renovado tal vez por su vida en las afueras de Santiago. Ya no es ni el sanmiguelino de camisas sobrias de "La Voz de los 80" ni el hippie al estilo Jaivas de la reunión de Los Prisioneros en el Estadio Nacional al principio de esta década en retirada.
Al escuchar las tres canciones inéditas que el dúo puso gratis en internet hace pocos días, dos vertientes muy claras golpean el oído. Guitarras crujientes, afiladas, de rock-garage por un lado. Pop con mucha armonía vocal y bases rítmicas limpias y lacónicas, por otro. Mucho del Narea de "La Voz de los 80" y "Pateando Piedras". Bastante del Tapia que hace buenos coros y no le teme al azúcar popero de las estructuras rítmicas de austeridad espartana.
"Hemos tenido comentarios de que suena algo totalmente nuevo". Es Narea el que toma el guante. "Pero yo creo que sí hay una conexión. Porque ¿cuál es el sonido de Los Prisioneros, finalmente? Esa es la pregunta. En realidad, el sonido de Los Prisioneros (siempre) fue "lo que quepa".
Es así. Tal vez hay algo nuevo y maduro en el romanticismo jangle-rock de "No me ves". Pero en "Fiesta nuclear" y "Legitimar", la huella sonora del guitarrista y el baterista de Los Prisioneros flota nítida. "Unos dicen que suena súper actual, y no tratamos de ser actuales. No hubo ningún estudio de mercado" ironiza el guitarrista. "Además, nunca pensamos en vender los temas. Los tiramos para ver qué pasaba, y pasó harto". Narea hace la pausa de quien va a reflexionar en voz alta. Quizás le ronda el no menor dato del aluvión de descargas en poco más de una semana. "Es bastante. No hubiéramos podido vender 300 mil discos. Qué bueno que a nuestros 45, 46 años podamos hacer música que suene joven. Quiere decir que hay algo joven en nosotros aún". Tapia se sube al tren de pensamiento. "Hace muchos años ya que la música dejó de ser negocio. Antes llegaba un sello discográfico, te promocionaba, los discos se vendían y todo bien. Hoy, por disco vendido no se gana ni un peso. Yo creo que este sistema de poner de inmediato la música en internet, que la gente los baje y los conozca es muy bueno. Pero nos sirve a nosotros que somos conocidos".
Narea tiene algo que decir. "Ojo, que no hay mucha gente dispuesta a abrir sus oídos a la nueva música. Mira lo que pasa con Chico Trujillo. A mí me parece genial lo bien que les va, pero la cumbia no implica ningún esfuerzo del público. Sigues el ritmo, mueves la patita y quedaste contento. No hay un avance allí. Creo que el grueso del público chileno es bien flojo, está pegado. Nosotros tenemos claro que si hemos sido un éxito de descargas es porque la gente va por lo que conoce".
En lo que sí los fans no son nada de pasivos, es en el cruento enfrentamiento online de gonzalistas y nareístas, una guerrilla sin tregua donde, históricamente, Tapia ha quedado atrapado entre dos fuegos.
-Si hay más de dos Prisioneros en el mismo grupo, parece natural que la gente espere que se digan cosas. Al menos eso pasa con Jorge González. Lo de salirse de madre es casi un ritual que se espera de él, un comportamiento lógico...
"Yo creo que es importante que la gente sepa que no vamos a andar buscando intencionalmente ser una copia de lo que fue. De lo que fuimos", se apresura a aclarar Tapia.
"En internet tu puedes decir lo que quieras. Y eso está bien", interviene Narea. "Pero si no te gusta lo que yo hago, escucha otra música, para qué andar perdiendo el tiempo. No queremos ser la parodia o una morisqueta de Los Prisioneros".

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