domingo, julio 10, 2011

La explosión de la música popular chilena:Desde cumbia a hip-hop jazz

 
Hip-hop jazz.- Aunque en Chile no son masivamente conocidos, Cómo Asesinar a Felipes ha logrado un amplio y valioso reconocimiento en el exterior. 

El Mercurio Página 1 Página 2

Después de la caída de las grandes discográficas, en Chile no sólo desapareció la figura de las bandas "gigantes" como Los Tres y La Ley, sino también surgieron cientos de músicos de los más diversos estilos, gracias a las posibilidades dadas por internet y los sellos independientes. El resultado es una nutrida e híbrida escena musical donde, como nunca, coexisten pop, rock, ritmos de antaño y las más originales fusiones.

Evelyn Erlij

Mientras el cantante y compositor chileno Nano Stern estuvo esta semana en el festival Etnno Histeria, en Eslovenia, a la cabeza de una orquesta de 90 músicos, la banda de cumbia Chico Trujillo se paseó por Francia y Serbia, donde actuó en el Exit Festival, uno de los más importantes de Europa, a sólo semanas de tocar en Lollapalooza, en Estados Unidos. Juana Fe, en tanto, creadores de la "afrorrumba chilenera", anduvieron por España y Francia presentando su popular fusión musical. En febrero, músicos como Javiera Mena y Gepe y el dúo Dënver fueron alabados en el artículo "Chile, nuevo paraíso del pop" del diario español El País. Ese mismo mes, la rapera Ana Tijoux estuvo a poco de ganar un Grammy.

Si usted no es de los que frecuentan el ambiente de la música chilena en vivo o no está muy conectado a las redes sociales, ¿ha escuchado, al menos, alguna canción de estos músicos en la radio o en la televisión? A no ser que escuche Radio Uno, donde sólo se toca música chilena, probablemente no. Hoy, sin embargo, salir al aire en alguno de esos medios no es condición ni sinónimo de fama, como sí lo era diez años atrás. En la era de internet, el antiguo modelo de éxito de los años 90 quedó en el pasado.

"Comencé a tocar en la escena rockera de Santiago hace 10 años -recuerda el músico Nano Stern, que recorre festivales por el mundo y cuyo nombre en Chile, paradójicamente, no se conoce a nivel masivo-. Hoy lo veo como el ocaso de una época que alcanzó su máxima expresión en el éxito masivo de bandas como Los Tres y Lucybell. El rock chileno de los 90, financiado por los grandes sellos internacionales, había alcanzado la masividad y los medios así lo entendían. Pero entonces llegó internet y trajo consigo el fin de la industria discográfica como se la conocía hasta entonces".

Según la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, del total de derechos recaudados en 2010 sólo el 9 por ciento corresponde a música emitida por la radio. El panorama es muy similar en la industria discográfica, donde un porcentaje muy bajo de músicos chilenos mantiene contratos con sellos disqueros internacionales. Los Bunkers y Myriam Hernández, fichados por la transnacional Universal, vendrían a ser últimos vestigios del modelo que lanzaba al estrellato a ciertas figuras y convertía su música en fenómenos masivos y transversales.

"La industria musical está obsoleta, por lo tanto, la idea de éxito en ella también lo es. Y obsoleta porque casi todas las bandas actuales son autogestionadas; hay sellos, hay manágeres, hay productores, pero siempre todo es en grupos muy reducidos que no cuentan con gran capital", explica Mariana Montenegro, musicóloga y cantante del dúo Dënver. En cuanto a los cambios en el público que escucha música hoy, el cantautor Manuel García afirma: "Hace diez años, el gran público sólo respondía al influjo de los medios de comunicación masivos. Ahora pareciera ser que el público elige a sus artistas con criterios más personales".

"Lo que me sorprende es la manera rápida en que se desintegró ese concepto -comenta Mario Rojas, músico, productor y creador del sitio cuecachilena.cl-. Chile es un país que produce un artista por año dentro de los grandes medios de comunicación. Se podría hablar de La Noche en 2008 y al año siguiente vino Américo. Eso habla de un mercado pobrísimo. Los que entienden mejor el cambio de modelo son los artistas que tienen una mirada de vanguardia. Estuve en el festival Primavera Sound en Barcelona el año pasado y me sorprendí de ver que Javiera Mena, Gepe, Pedropiedra o Chinoy habían logrado atravesar las fronteras gracias a internet y tenían un público que los conocía y los admiraba. Falta que en Chile la gran masa se entere de quiénes son ellos".
Otro caso exitoso de una banda que se ha expandido a espaldas de la industria tradicional es el quinteto de hip-hop, rock y jazz Cómo Asesinar a Felipes. Su disco "Un disparo al centro", grabado con músicos de las Orquestas Sinfónicas Juveniles, acaba de ser editado en Estados Unidos por el sello del músico Billy Gould, de la famosa banda Faith No More. "Ya no hay bandas emblema ni tendencias que sean mejores ni peores que otras, todo está en un mismo nivel y todo vale, todo trabajo bien hecho merece ser visible, creo que esa es una característica posmoderna", dice Marcos Meza, pianista del grupo.

 
Por el mundo.- Esta semana, Juane Fe presentó sus contagiosos ritmos latinos en Europa. En Chile es parte de las grandes ligas de la música bailable. 
 
Éxito.- Los Bunkers es la última de las grandes bandas chilenas que funciona bajo la lógica de los sellos transnacionales. 



Múltiples géneros

Cristián Heyne, productor de los discos de Gepe, Javiera Mena y Dënver, considera que en este panorama, donde lo mainstream es cada vez menos hegemónico, "lo underground ya no existe como antes". El musicólogo Juan Pablo González ahonda en esta idea: "Con los recursos digitales, la autoproducción y la crisis de la industria discográfica, todos esos sectores independientes de la música popular chilena que estaban más invisibles ahora tienen una presencia en este circuito, en un panorama general que está dividido en compartimentos", explica.

Con esto se refiere a la enorme diversidad de la música popular de hoy, que abarca, entre otros, sonidos tropicales y bailables (Chico Trujillo, Juana Fe, Villa Cariño, Combo Ginebra), pop (Javiera Mena, Pedropiedra, Dënver, Francisca Valenzuela), hip-hop (desde Ana Tijoux hasta el circuito underground ) y cantautores (Manuel García, Chinoy, Pascuala Ilabaca, Camila Moreno). También hay géneros del recuerdo como el tango, el swing, el mambo y el foxtrot (La Orquesta de la Memoria, Flor de Orquesta, Santiago Downbeat), la cueca (La Gallera, Los Trukeros, Los Chinganeros), las raíces folclóricas (Manka Saya, Manuel Sánchez) y fusiones diversas, desde el rap-rock-jazz de Cómo Asesinar a Felipes, la mezcla de sonidos latinos y de Europa del Este de La Mano Ajena y la Banda Conmoción, hasta el cruce electro-gitano-andino de Balkandes y Kali Mutsa.

"Chile siempre tuvo la tendencia a la diversidad, es una manera de vencer su aislamiento geográfico -plantea Juan Pablo González-. Mi hipótesis es que es a través de la música que Chile se contacta con el mundo. Esta tendencia histórica de recibir elementos de afuera es muy anterior al fenómeno de internet, pero internet lo potencia. La genialidad de Violeta Parra fue comenzar con este cruce. Ella conoció el charango en Francia, casi desconocido en Chile y empezó a tocar ritmos chilenos, un gesto de fusión que impregna mucho lo que será la música chilena y que dura hasta hoy".

Pero así como internet ha permitido esta multiplicidad de cruces entre diversos estilos, también ha posibilitado el resurgimiento de tendencias musicales de viejo cuño. "Veo con sorpresa la generación y evolución de nuevos géneros antiguos como la cueca y la cumbia, que van tomando una personalidad, y sobre todo un sesgo de identidad -dice Mario Rojas-. Lo veo como parte del fenómeno de la globalización, ya que obligatoriamente los músicos deben responder a la necesidad de tener identidad".

Consumos omnívoros

Sin embargo, el supuesto rol democratizador de internet en cuanto a la oferta musical tampoco es absoluto. "Ha habido una diversificación producto de la apertura posibilitada por la tecnología -afirma el sociólogo y músico Pedro Aceituno, de Manka Saya y Balkandes-. Pero el consumo sigue siendo profundamente estratificado. La gran masa continúa escuchando música melódica o romántica, sea en clave de balada, reggaetón, cumbia o bachata. Si preguntamos por Banda Conmoción o Juana Fe, muy probablemente en la mayoría de las comunas de Chile no sabrán de quiénes hablamos, lo que no ocurrirá con Américo o La Noche, compartiendo los cuatro la cumbia como clave en parte importante de su repertorio".

Aceituno sitúa a estos grupos categorizados bajo la etiqueta de "Nueva cumbia chilena" dentro de lo que denomina "consumos omnívoros", propios de las clases medias y altas, universitarios como gran parte de los 6 mil que Chico Trujillo convocó en el caupolicanazo (el masivo concierto que el grupo dio en 2010 en el Teatro Caupolicán). Es evidente que nunca antes en la historia del país se había producido una explosión cuantitativa tan grande de la música popular. Pero si bien internet ha posibilitado un acceso más democrático de los músicos a producir su trabajo, esto no es aún una garantía de que estos productos culturales estén llegando con igualdad a las grandes audiencias.

 
Semana a semana afiches como estos empapelan las ciudadesanunciando conciertos en vivo.
 
Dúo Dënver , una de las propuestas más interesantes del pop en Chile. 


Música de Chile para el mundo

La irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo de la música cambió la forma de acercarse a nuevos sonidos, pero sobre todo la manera en que los artistas difunden sus trabajos. "La forma en que los músicos chilenos han abierto su mundo a través de internet es abismante -opina Manuel García-. No sólo por las influencias y la conexión con otros fenómenos artísticos mundiales, sino también por la posibilidad que la red ha generado en función de las invitaciones a festivales y participaciones interculturales . Resulta muy enriquecedor, sobre todo para un país que se considera aislado, el hecho de mantenerse relacionado y vigente dentro del espectro mundial".

Como explica Carolina Benavente, internet también ha influido en la forma de hacer la música: "Existen artistas chilenos como Dadalú, Kinética, Voodoochild o Fracaso que exploran y cuestionan la relación con las nuevas tecnologías. Esta relación no sólo les permite hacer cosas con su obra, sino que la constituye en alto grado. Lo interesante es que lo hacen asumiendo las coordenadas culturales criollas de hibridez y precariedad. Creo que esta tensión explica que odiemos y amemos al ecuatoriano Delfín Quishpe ", señala, en referencia a esta Youtube star que ganó fama mundial con el hit "Las torres gemelas".
 
Cumbia chilombiana.- Chico Trujillo es una de las bandas con más exito afuera. Están en Europa, irán a
Marruecos y luego a Lollapalooza.

 
De exportación.- Pedropiedra, Gepe, Javiera Mena y Chinoy, juntos en España. Se trata de parte del contingente de músicos que traspasó las fronteras de Chile y que hoy son ampliamente valorados en la escena hispanoamericana. 
 
Manuel García, Javier Barría, Nano Stern y Camila Moreno, algunos de los más destacados cantautores jóvenes del país.

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