Justo a la hora en que se estrena "Violeta se fue a los cielos" en 20 salas del país, el guitarrista estará presentando en vivo a su nuevo sexteto en el Bistrot Jazz Club del Patio Bellavista.
Iñigo Díaz, Emol
SANTIAGO.- Ha sido integrante de diversos grupos. El más conocido es Los Tres, al que se unió en 1990, tras su regreso a Chile desde Francia. Antes tocó en el grupo de jazz-rock Cometa (1987), en los recordados De Kiruza (1990) y en la segunda formación del grupo de jazz Los Titulares, del baterista Pancho Molina (1997).
El Ángel Parra Trío, su banda más representativa, ha marcado el ritmo de una música chilena durante 20 años, pero curiosamente el único disco que Ángel Parra tiene como solista es una reflexión en solitario y con guitarra acústica, sobre obras de su abuela Violeta Parra.
“Hace ya dieciséis años que hice Composiciones para guitarra de Violeta Parra (editado por el sello Alerce). En esa época sentí que tenía una deuda con su música y quise estudiarla un poco más. Allí grabé varias anticuecas (de la 1 a la 5) y otras cuecas y temas libres”, cuenta el músico.
Esta noche, cuando presente en el Bistrot Jazz Club del Patio Bellavista (21:30 horas) su nuevo proyecto jazzístico, llamado Ángel Parra y Los Fugitivos, se estará estrenando en veinte salas de cine de Chile la esperada “Violeta se fue a los cielos”, la nueva película de Andrés Wood. “Su música siempre ha estado presente en mis trabajos. En el último disco del Ángel Parra Trío (Esperame!!!, 2009) hice un arreglo para 'Casamiento de negros' y además he tocado 'Corazón maldito' más jazzera”.
No fue suficiente incluso para un músico que ha permanecido desde siempre con la figura de la compositora en la vida familia. Ángel Parra tenía un año cuando Violeta Parra murió, y ahora que cumplió los 45 años tuvo que enfrentarse a una de las tareas más complejas con respecto a su obra, incluso más que ese disco de 1995 titulado Composiciones para guitarra de Violeta Parra.
Parra trabajó en el equipo musical del cineasta Andrés Wood. Si bien hay intervenciones de los compositores José Miguel Miranda y José Miguel Tobar en arreglos de cuerdas y bronces, Ángel Parra grabó los cordófonos de las canciones en la banda de sonido.
“Hice todas las guitarras de palo, el cuatro, la mandolina y el guitarrón chileno. Todo eso me permitió entender muchas cosas más con respecto a la Violeta. Eso me está poniendo en un lugar muy privilegiado. Tocar ‘El gavilán’, por ejemplo, es como hacer un doctorado en Violeta Parra. Es terriblemente difícil interpretarlo con una cantante”, dice el músico.
-También trabajó Ángel Parra padre (la película está basada en su libro "Violeta se fue a los cielos").
-Hay un canto a lo divino que él toca, pero sobre todo trabajó directamente con la Pancha Gavilán (la actriz protagónica) durante tres meses. Le hizo clases. Ella aprendió a tocar, a cantar y a gesticular como la Violeta. Tú la escuchas y es la Violeta, pero al mismo tiempo no lo es. La Pancha, que más encima tiene de apellido ‘Gavilán’, hizo un trabajo impresionante.
-¿La familia Parra quedó conforme con el resultado de la película?
-Absolutamente. Creo que la elección de Andrés Wood fue acertada. Al ser ingeniero, pero por otro lado al tener un lado artístico como cineasta, resulta ser una persona muy objetiva y es muy poco “oficialista” para decir las cosas. Wood puso la mirada en cosas muy particulares y además tuvo un equipo de trabajo sobresaliente. Esta película va a dar para muchas cosas. Cuando la vean realmente se van a sorprender.
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