domingo, octubre 30, 2011

¿Cuánto pesa la cultura en la economía chilena?

El Mercurio

Estudio del Consejo Nacional de la Cultura muestra cuántas empresas y empleo genera el rubro.
En Chile hay 31 mil empresas y 241 mil trabajadores en este sector. Cine, danza, pintura, arquitectura y diseño, entre otros rubros, representan más que la pesca.

Azucena González
La última encuesta nacional de consumo cultural hecha en Chile mostró que los libros y el cine son las actividades que más acaparan el interés de la población. Pero no estamos hablando de algo muy masivo: sólo el 43% y 35% de las personas los demanda, respectivamente. Además, el 33% de las personas declara no consumir ningún producto cultural, y 24% sólo uno al año (un libro, una ida al cine). O sea, el 57% de la población no participa regularmente en la cultura.


Esa realidad tiene su correlato económico en la oferta: en la cantidad de empresas y lo que facturan, en la cantidad de trabajadores que se desenvuelven en el rubro, y cuánto, al final, aporta la cultura a la economía del país.

Para dimensionar, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) elaboró una Cuenta Satélite sobre cultura; o sea, una radiografía económica que incluye a las artes audiovisuales, escénicas, fotografía, artesanía, libros y publicaciones, música, diseño, actividades relacionadas con el patrimonio (bibliotecas, museos), y arquitectura, entre otros subsectores. ¿Para qué?

"Para reconocer su aporte económico, como sector capaz de generar desarrollo: empleo, recursos", dice Matías Zurita, jefe del departamento de estudios del CNCA y uno de los responsables de elaborar el documento. Plantea que esto no queda en el plano teórico. Un dato: Fondart abrió líneas de apoyo a emprendimientos culturales para pequeñas empresas.

El documento -basado en cifras 2009 y 2010- muestra datos reveladores.

En 2010 se contabilizaron 95 mil entidades que pagaron impuestos relacionados al sector artístico y cultural, pero de ésos, sólo 31 mil se definen como empresas. Así, las "empresas culturales", en cantidad, representan el 3% de las compañías existentes en Chile. Medido en ventas, sumaron una facturación de $4.196.363 millones -el equivalente a unos US$7.507 millones-; o sea, el 1,4% de las ventas totales de las empresas en Chile.



En términos del empleo que aportan, se trata del 2,3% del total nacional (243 mil trabajadores). Y en tamaño de las compañías, el 81% son microempresas (tasa mayor que el promedio general, donde el 78% son "micro"). Sólo el 0,7% de las firmas califican en el rubro "grandes" en la cultura.

Cifras que a los expertos no les llaman la atención. "Estamos en medio de un proceso, y las cifras pueden mejorar", dice Arturo Navarro, director ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho. Su análisis apunta a lo que puede aportar la filantropía, como advierte que sí ocurre en otros países de tradición anglosajona, donde las empresas están mucho más involucradas en la cultura, incluso por la vía de las donaciones.

Las actividades asociadas a la cultura aportaron el 1,6% del Producto en 2009. Es decir, sectorialmente pesa más que la pesca y casi similar al rubro comunicaciones, de acuerdo con las cuentas nacionales del Banco Central. Comparado con otros países, aquella cifra es baja. En Argentina, el aporte de la cultura al Producto llegó al 3,5%.

Aún así, grandes operadores del sector notan una evolución. "Yo he visto un mayor involucramiento de los privados en la cultura", dice Carlos Ingham, gestor de Linzor Capital, el fondo que maneja Cine Hoyts. "Se han construido teatros nuevos (en Las Condes, en la Escuela de Carabineros), la gente va más al cine", plantea, aunque coincide en que aún no es comparable con lo que ocurre en Buenos Aires, donde el fin de semana hay filas para entrar al Teatro Colón.



Consumo y gasto

Respecto de cuánto gastan los hogares en cultura, no se ven diferencias en relación al ingreso. En todos los quintiles el gasto destinado a cultura está en torno al 2% del gasto familiar, aunque en valor absoluto, obviamente el quintil más rico gasta más. De hecho, significa casi el 50% del total anual.

"Pasa porque el consumo cultural no tiene necesariamente que ver con mayor capital social. No necesariamente el que tiene más plata consume más. Es transversal el no consumo", dice Matías Zurita.
Arturo Navarro interpreta como una buena noticia en los sectores bajos. "Estaría ratificando un nivel de cultura alto en los sectores bajos, de inquietud cultural, aún cuando tienen poco dinero. Significativo de los estratos bajos y lamentable de los estratos altos", dice. Y plantea que la gratuidad es una medida equivocada.
"Encuentran caro tener que pagar por cosas culturales, y en cambio los sectores bajos -para quienes en proporción es más caro-, están dispuestos. El paradigma de esto, que fue grotesco, fue cuando Celfin trajo a Ennio Morricone. Vestidos de gala a un espectáculo gratis, cuando esa misma gente podía perfectamente pagar por verlo", plantea Navarro. Por lo mismo, cree que es absurdo ofrecer gratuidad los días domingo en museos u otras actividades, cuando va gente que en la semana trabaja y, por tanto, podría pagar. "En ese sentido, el cine lo ha hecho bien", dice, sobre la estrategia de ofrecer precios rebajados en la semana, apuntando a estudiantes, desempleados y tercera edad, dejando el fin de semana para los que trabajan y pueden pagar, precisa.

Desde el punto de vista del comercio exterior, el balance de la cultura es deficitario: importaciones por US$ 2.631 millones y envíos de Chile por US$ 220 millones. La explicación está en la tecnología que ingresa: televisores, cámaras, DVD, etc.


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