La Tercera
La adaptación del libro Yo, Violeta de Mónica Echeverría se planea para septiembre de 2012.
por Gabriela García
Hubo un sueño que Violeta Parra se llevó a la tumba. El Gavilán, no iba a ser solamente esa desgarrada canción que la compositora registró en París en 1959. También era el título de un espectáculo musical que la artista añoró llevar al Teatro Municipal en los años 60. En la soledad de su carpa en La Reina, Violeta se la había imaginado interpretada por un gran elenco de actores, bailarines y guitarras en vivo. Pero el 5 de febrero de 1967, la muerte pudo más. "Antes de dispararse un tiro en la sien, Violeta pensó en esta obra. Había tardado varios años en escribirla, pero estaba en el cajón igual que la pistola. Hasta hoy nadie se ha atrevido a montarla. Nos seguimos perdiendo su obra maestra", dice la escritora Mónica Echeverría.
No será la autora de Yo, Violeta la que sacará a la luz esta obra de teatro, pero sí ha escrito un musical que le hace un poco de justicia a ese proyecto frustrado.
El sueño de Violeta, es una obra que la escritora postuló al Fondart para ser presentada en el Teatro Municipal de Las Condes en septiembre de 2012, bajo la dirección del Premio Altazor, Miguel Angel Bravo. "Es una obra para 22 actores. Una adaptación del libro Yo, Violeta. Tenemos tan pocas comedias musicales en Chile... yo quiero que esta sea la nueva Pérgola de las Flores...", dice sobre el montaje que escribió junto al folclorista Juan Bravo.
La Violenta Parra
Pero más que describirla como la chilena que expuso en el Museo de Artes Visuales del Louvre, lo que quiere el actor y director Miguel Angel Bravo es descubrir a la genio que su hermano, el poeta Nicanor Parra, prefiere llamar "La Violenta Parra". "No quiero la Violetita de Gracias a la Vida ni su livianita imagen de exportación. Este será un golpe duro. Una tragedia con ácida crítica social. Una Violeta chucheta y masculina. No la dulce figura de la cinta Violeta se fue a los cielos", cuenta Bravo.
Tampoco quieren una imitación de La Negra Ester de Andrés Pérez. Ni que la obra esté protagonizada por rostros conocidos. "No me gustan las marcas registradas", dice Bravo. Y cuenta que están buscando un nuevo lenguaje para diferenciarse. "No sabemos si lo vamos a hacer en máscaras, pero sí que va a ser un musical bien chileno, con payadores en vivo, con humor y tormenta. Ella era una revolucionaria que tenía la varita mágica para convertir en canciones sus propias desgracias, pero que a la vez era tremendamente política", relata el director.
El Premio Cervantes también tendrá más espacio en esta obra. La figura de Nicanor Parra aparecerá como su más entrañable confidente. "Él fue el primero en ver que su talento sobrepasaba a su cuerpo chiquitito, y su carita llena de manchas. La Violeta es catarsis. Sus vivencias amorosas y artísticas hacen una mujer que cala el alma humana", cuenta el director.
El sueño de Violeta no será la única participación de Bravo en el teatro de Las Condes. Antes, en abril, volverá a protagonizar la obra para niños Mozart, el niño monstruo, donde inmortaliza a otro rebelde de la música universal.
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