miércoles, diciembre 14, 2011

Presentación Misa de Schubert

El Mercurio

Jaime Donoso dirige mañana al Coro de Cámara UC, al Coro de Estudiantes UC y a la Orquesta UC, más solistas. Se trata de su contrastante Missa Solemnis en La Bemol Mayor.

Romina de la Sotta Donoso
Murió a los 31 años, de una fiebre nerviosa posiblemente causada por los fármacos que recibía para tratar la sífilis. Su obra pasó rápidamente al olvido, hasta que Schumann y Mendelssohn empezaron a rescatar su legado diez años más tarde.

Su vigencia es indiscutible, sobre todo en el lied , en la música para piano y en la de cámara. "No hay pianista ni cantante que no tenga a Schubert en su repertorio. Marca la pauta hasta el día de hoy", dice Jaime Donoso, quien dirigirá mañana su Missa Solemnis en La Bemol Mayor, D. 678.

El concierto gratuito será a las 19:30 horas, en el Centro de Extensión UC (Alameda 390). Actuarán los solistas Andrea Aguilar (soprano), Sofía Pollack (contralto), Rodrigo del Pozo (tenor) y Eduardo Jahnke (bajo), el Coro de Cámara UC, el Coro de Estudiantes UC y la Orquesta de Cámara UC.

"Schubert es un compositor de transición. Tiene obras que son todavía muy apegadas a su ídolo Beethoven. Pero sus lieder y cierta parte de su música de cámara son indiscutiblemente románticas", aclara Donoso y apunta que es la quinta misa que compuso el vienés y la más importante, junto con la sexta. "Se propuso hacer algo distinto y, de hecho, no hay constancia de otra obra a cuya composición le haya dedicado tantos años", asegura.

Schubert la compuso entre 1819 y 1822, periodo en el que, además, produjo una decena de obras sinfónicas, de cámara y solistas que nunca terminó, entre ellas, la famosa Octava Sinfonía, "La Inconclusa".
La Missa Solemnis en La Bemol Mayor, explica Donoso, "es una obra muy contrastante entre la intimidad absoluta y grandes e impactantes volúmenes de sonido. El Kyrie con el que se inicia es absolutamente tenue e íntimo, y se desarrolla todo en un pian o - pianissimo - pianissisimo . Después de eso nadie se espera que vaya a venir un Gloria tan potente como el que viene".

Lejos de ser un ejercicio mecánico, este contraste da cuenta de las ambiciones y del genio expresivo de Schubert. Porque el vienés fue un pionero en sus propuestas tonales y armónicas, siempre en función de la expresividad. Adelantos que recién serían reconocidos a fines del siglo XIX, por Brahms, Dvorak, Bruckner y Mahler. Y esos adelantos están presentes en la obra que se interpretará mañana.

"Toda la primera parte del Benedictus los solistas cantan apoyados por un puro pizzicato de los cellos , y ése es un recurso completamente inédito, una cuestión desnuda, delicada como relojería", apunta Donoso. "Los recursos armónicos de esta misa resultan de particular dificultad para el coro, la orquesta y los solistas. A las voces, Schubert les pide cosas realmente difíciles de hacer".

PROGRAMARSE
A las 19:30 horas, mañana, en el Centro de Extensión UC (Alameda 390). Gratis, previo retiro de invitaciones.

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