viernes, septiembre 28, 2012

Gustavo Santaolalla:"El disco Corazones la rompió en todos lados"

El Mercurio


Si fuera por currículum, Gustavo Santaolalla podría ufanarse de sus méritos artísticos. Pero poco le importa. Ganador de dos Oscar por sus bandas sonoras -"Secreto en la Montaña" y "Babel"-, productor de "Corazones" de Los Prisioneros y de Café Tacuba, Juanes y Jorge Drexler, entre otros, e incipiente empresario del vino, el trasandino asegura que aborda la música por "la intuición" y que sus ídolos en su oficio son Rick Rubin y George Martin.

Felipe Rodríguez

Antes de entrar en conversación, Gustavo Santaolalla lo lanza como advertencia: está cansado que le digan que su proyecto Bajofondo Tango Club -con el que se presentará este 27 de septiembre en el teatro Caupolicán- es tango electrónico. "En realidad, nunca nos consideramos ni tangueros ni electrónicos, ni menos hicimos una cruzada por el estilo. Toda mi vida trabajé con el folclor y sentía que el tango era una asignatura pendiente en mi carrera. Pero Bajofondo es música contemporánea del Río de la Plata. Nada más", dice severo.

Santaolalla es un nombre de referencia en la música latinoamericana. Partió muy joven, con apenas 16 años, en el grupo folclórico trasandino Arco Iris y, progresivamente, la vida lo puso en distintos caminos artísticos. Su primer gran trabajo de productor fue junto a Los Prisioneros en "Corazones" (1990) -ver recuadro- y en su currículum cuenta con un hito inigualable: dos veces obtuvo el Oscar a la Mejor Banda Sonora por "Babel" (2007) y "Secreto en la Montaña" (2005). "Ganar mi primer Oscar fue alucinante. Yo trabajo mucho con la intuición y recuerdo que la primera vez que me reuní con el director, Ang Lee, me habló de que era una película sobre una relación gay oculta y me pasó el guión. El tipo no había grabado ninguna escena y me dejó en libertad de acción. 'Haz la música a tu gusto', me dijo. A las semanas, se la mostré y quedó encantado. Imagínate lo que fue después haber ganado el Oscar", afirma.

-¿Cuánto le cambió la vida haber ganado dos Oscar?
"La ecuación tradicional es que después de ganar dos Oscar, que son dos logros magníficos, tienes que convertirte en un monstruo. Pero te soy sincero: no me cambió la vida. Me levantaba como todos los días con ganas de trabajar de la misma forma que cuando no me conocía nadie. Lo que sí te sirve es para ponerte más agudo en tu trabajo. Sentí que me ponían más atención y eso hace que te comprometas el doble".

-Pero en su interior algo debe haber pasado...
"Mirá, lo que más me importó es que los estadounidenses pudieron comprender y mirar con otros ojos a los artistas de este continente. Allá no saben nada de nosotros porque les llegan pocas noticias de lo que ocurre fuera de su país. Y el hecho de que un latino trabaje con directores de diferentes nacionalidades les provoca un cuestionamiento. Tratan de saber quién eres".

-En su carrera, ha trabajado con gente como Elvis Costello, Won Kar Wai, Ry Cooder. ¿Qué es lo que se aprende al estar cerca de artistas de ese nivel?
"En primer lugar, son personas que manejan conceptos. Tú escuchas a Elvis Costello y te das cuenta que el tipo tiene una amplitud musical sobresaliente. En su carrera, ha hecho de todo y la mayoría le sale bien. Hizo discos con The Specials, una banda sensacional y fundacional, ha pasado por el jazz, por el pop. Ry Cooder es otro que puso las músicas del mundo en el primer lugar. Eso no es fácil. Pero yo me siento identificado con otras personas".

-¿Quiénes?
"Tipos como Rick Rubin o George Martin. Son personas que en su labor de productor jamás imponen su sonido. Están expuestos a la experiencia artística de los músicos y, desde ese lugar, sueltan señales para mejorar. Esa es la mejor manera de avanzar en la música. Tú puedes escuchar bandas buenas y malas porque así está hecha la música, pero si vas a trabajar con alguien, debes actuar como el hombre que indica el camino, no como el que hace el camino. Ahí está toda la clave".

-Está trabajando en el último disco de Café Tacuba. ¿Hay algún nuevo grupo que le interese?
"Con ellos sigo desde que hice su primer álbum porque son grandísimos y nos llevamos muy bien. He producido más de cien discos en mi vida y todos siempre significan algo nuevo. La magia de la música siempre está ahí, en cualquier lugar. Me gusta estar con los viejos porque son la sabiduría y con los jóvenes porque se dejan llevar por la intuición. En los últimos meses, he estado viendo a los chicos de las orquestas juveniles y hay un talento tremendo. Hace unos días, una chica de 15 años se acercó a mí porque quería que hiciéramos algo y era buenísima. En eso está todo".

-¿En qué etapa está Bajofondo?
"Partimos como un grupo de laboratorio, donde el 80 por ciento de la música estaba programada. Ahora nos pegamos un salto. Todo es orgánico y se siente la diferencia. Cuando nos veas en vivo, vas a disfrutar. Somos una mezcla rarísima, pero muy interesante".

Santaolalla asegura que el disco "Corazones" -donde las ofició de productor- conserva un lugar especial en su trabajo de productor. Fue, cuenta, el álbum que lo hizo conocido internacionalmente. "Es un disco al que le tengo mucho cariño. Gracias a él pude conseguir otros laburos. Para mí, Jorge González es un grande no sólo de Chile, sino de Latinoamérica. Ese disco la rompió en todos lados", rememora.

La ligazón con el ex líder de Los Prisioneros continúa hasta hoy. El argentino cuenta que hace poco se juntaron en Berlín y el sanmiguelino le mostró su nuevo trabajo. "Está buenísimo. Me gustaría hacer algo con él. 'Corazones' lo escucho regularmente. Hace poco anduve en Salta y me repetí 'Tren al Sur' unas cuantas veces. Es magnífico", cierra.

Su faceta de productor de vinos y cerveza

El vino es el último pasatiempo de Santaolalla. Desde 2005 que tiene una viña en Mendoza donde abastece al mercado interno y al exterior con vinos Malbec Premium. La bebida llena de orgullo al productor: ganó medallas de oro en concursos en Canadá. "Mi primer viaje escolar fue a Mendoza y me enamoré del lugar. Con los años, me llegó esta posibilidad y nos ha ido bastante bien. Estoy involucrado en las plantas y exportamos vino a California e Inglaterra, especialmente", cuenta.

Además, está sacando una cerveza llamada "Grosa" y extendió su labor vitivinícola a la provincia de Salta, en el norte argentino. "La cerveza es un negocio chiquito, que anda bien, y en Salta queremos dedicarnos al vino blanco. Me encanta dedicar mi tiempo en estos proyectos", finaliza.

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