El Mercurio
Su música nació en la Estación Central, se bautizaron en el Huaso Enrique y hoy están madurando en el Ópera Catedral y en la SCD. Tras ocho años de tradición cuequera, La Gallera terminó de grabar su tercer disco y lo hizo a la vieja usanza: en vivo y sin pistas, como una rueda que pide y pide otro pie de cueca. Ellos serán los encargados de ponerle música a Echinuco.
Jimmy Gavilán
Los cacareos y los graznidos golpean una y otra vez las murallas. Las gallinas, los gallos y los patos están ahí, día y noche. Se escuchan en las pichangas de los amigos, en los asados y en casi todo el Mercado de Abastos -o Los Polleros- de la Estación Central. Forman armonías con los cuchareos en los platos, en las cazuelas y en los caldos de pata y ni siquiera se detienen cuando los más viejos entonan -de pie- sus cuecas bravas.
Si todo el mundo canta, las aves en venta también lo hacen, porque mediante las voces de los cuequeros se desliza el roto chileno. De ello habla La Gallera, el destacado grupo de cueca que pondrá la música central en la Feria Echinuco, y que, con dos discos y un tercero en espera, se ha hecho un espacio en el folclore nacional. En sus ocho años de trayectoria, hay algo de Osvaldo Cerda, del "Nano" Nuñez o del "Picho", todos señores de la historia cuequera de Chile, todos amigos e inspiradores.
-Más que recuperar una tradición, tuvimos la suerte de entrar y ser parte de un grupo de amigos y de conversar con los viejos de la cueca. En un lugar vivo, donde no era ir a ver a los abuelitos al hogar. La tradición no es algo que se rescata, se vive en ella, con mi manera de cantar, de comer o con mis amigos-, señala Fernando Barrios, uno de los fundadores del grupo.
Junto a él, en escena, están Cristián Mancilla (voz y piano), Juan Pablo Villanueva (voz y guitarra), Horacio Hernández (voz y guitarra) y Giancarlo Valdebenito (voz y contrabajo). La Gallera -dice Barrios- es un grupo de cueca que hace bailar a la gente y que tiene inquietud artística, pero no va por fusionar estilos, porque su cueca es bien apegada a la tradición.
Frente a la pregunta por el estilo, la Gallera se define desde esa tradición, como cuequeros jóvenes que tocan en el hoy, en el 2012. En su primer disco incluyeron un bolero de autoría propia que refleja algo sobre ellos mismos. Quizás algo de cuando comenzaron a principios del 2004 o, tal vez, cuando conocieron a Los Trukeros. Quizás un poco de las tocatas de los jueves en el Huaso Enrique o los lunes de la Posada del Corregidor.
Carmen Gloria Araya, administradora del restaurante Huaso Enrique, recuerda que desde el principio les fue bien: "Es que ellos son, por naturaleza, vivaces para cantar. Sus voces son muy distintas, poco comunes y se acercan mucho a los cantores de La Vega. La gente los quiere mucho", dice mientras recuerda que su hermano Aldo les abrió las puertas del restaurante a varios cuequeros: "No tenían mucho donde ir".
El Ópera Catedral, La Chimenea, el Club Matadero, el Huaso Enrique y la sala SCD. Todos escenarios visitados, donde han compartido con otros músicos, entre ellos Daniel Muñoz. "Conservan el espíritu al mejor nivel, son de todo mi gusto. Absolutamente continuadores de la tradición de la cueca chilena", comenta quien los considera como uno de los mejores grupos jóvenes de cueca chilenera.
Tras "Invernal", su segundo disco, ya terminaron el tercero. Los tres son en vivo, para no perder la característica de rueda. El desafío que tienen por delante es seguir profesionalizándose tanto en la música como en las letras: "Queremos una poesía que pida cosas, no una barata o banal. Sin facilismos. Buscar esa palabra y darle el contenido apropiado. Queremos sacar la cueca desde el nicho pequeño del folclor dieciochero, de discos mal grabados y con carátulas rápidas, con respeto al esfuerzo que han hecho los otros grupos. Llevarla a la gran música, que esté en las radios, y para ello necesitas que suene bien", enfatiza Barrios.
La Gallera quiere hacer transitar su trabajo, llevarlo hacia otros escenarios. Hacer una cueca brava y urbana al mismo tiempo.
En noviembre de este año, en el Teatro Huemul, lanzarán su disco, en el mismo barrio donde ensayan hace tres años. Entonces, los paisajes del barrio Franklin pasarán por algunas de las letras de sus 18 nuevas canciones, junto a la bravura del gallo y en medio de las peleas. Cantando con los agallaos.
¡Que vivan las cuecas oiga!
ResponderBorrarÉjale..!!!