Camila Moreno: "Me aburrí que me encasillaran en el folk y en toda esa movida tan estrecha"

El Mercurio

La cantante lanza el 21 de diciembre "Panal", el disco con el que busca sacudirse el éxito de su debut que la llevó al Grammy Latino por "Millones", una canción que no quiere volver a tocar.

JOSÉ VÁSQUEZ

Pasó dos años sin componer y se preocupó. La atención que había conseguido con su single "Millones", que le valió una nominación al Grammy Latino de 2009 como Mejor Canción Alternativa, la tenía abrumada. "Todo el mundo hablaba de que esa era una canción social, cuando no era más que el canto con rabia de una niña estúpida hablando de su impotencia", cuenta Camila Moreno a días de lanzar "Panal", un disco con el que oscureció su registro, en un auspicioso viraje musical de acuerdo con su propósito: dejar atrás la imagen con la que todos la recordaban.

"Me aburrí que me encasillaran en el folk y en toda esa movida tan estrecha", dice la compositora que tomó su guitarra y emprendió viaje al extremo sur. Se instaló en una cabaña en Tierra del Fuego y buscó respuestas frente al Lago Deseado, al por qué del bloqueo en su proceso creativo. "Fue preocupante porque se trataba de mi trabajo. Finalmente encontré mi panal -'el lugar íntimo donde encontrar mi inspiración'- y aparecieron dos canciones".

-¿Sintió que las expectativas a su trabajo le estaban afectando?
"Había gente que decía que debía hacer una canción para los estudiantes o para alguna actividad equis, pero no. Yo no iba a hacer una canción porque hubiera un tema de moda. Hago temas desde mi emoción y no desde líneas intelectuales".

-¿En algún momento pensó dejar de hacer canciones?
"Nunca".

Camila Moreno descubrió que lo que quería era un disco "opaco". Se juntó con Cristián Heyne (Javiera Mena y Gepe, entre otros) y comenzó a grabar "Panal", un disco con claros y oscuros, igual que el cambiante clima del extremo sur.

En los Carnavales Culturales de Valparaíso conoció a la vocalista de Aterciopelados, Andrea Echeverri, y creó un lazo de amistad que terminó en música. Igual que el anecdótico encuentro en Santiago con el guitarrista Trey Spruance (Mr. Bungle y un breve paso por Faith No More). Con ellos grabó "Incendié", el primer single del disco que terminó gracias al financiamiento social de 220 personas que colaboraron con dinero.

La cantante se acogió a la modalidad del crowfunding, una iniciativa en la que la gente realiza un depósito, el cual después puede ser retribuido desde discos hasta conciertos exclusivos, dependiendo del monto de la inversión.

Los 11 mil dólares recolectados le permitieron mezclar su disco en Nueva York con Héctor Castillo, ingeniero que ha trabajado con artistas como Björk y Lou Reed, con quien logró un resultado "superior a lo que esperaba", dijo la compositora. "Con él logré las texturas que quería, además de la oscuridad. Él había escuchado las maquetas y le gustaron mucho, lo que para mí es fundamental, porque elijo trabajar con gente que se entusiasme con el material que tiene en sus manos".

-Recién es su segundo disco, pero es indiscutible que es su mejor trabajo.
"Siento que tiene mucha honestidad y es la mejor forma que encontré para volver a componer. Habla de cosas que me pasan súper egocéntricamente, lo que le da mayor cercanía".

-Lanza "Panal" el 21 de diciembre, ¿hará algo especial por la locura que despierta esa fecha?
"Sólo fue coincidencia, porque quería hacerlo en Matucana 100 y no había otro día disponible, así que lo tomé. La vida es muchísimo más misteriosa como para tener un fin en determinada fecha. Prefiero la idea de tomarlo como un nuevo comienzo, igual que el disco".