Nueve horas de electroacústica femenina tendrá la Noche Blanca en el MAC

El Mercurio


Hoy se escucharán obras acusmáticas de 19 compositoras que abordarán las cinco etapas del sueño.

IÑIGO DÍAZ

"Se ha creado una noción de experiencia auditiva y otra de comunidad de auditores. Cada persona que asiste a estos conciertos sabe que forma parte de algo importarte en la música electroacústica", dice el compositor chileno Federico Schumacher.

Es uno de los impulsores de este experimento llamado Noche Blanca, idea introducida desde Francia: un gran concierto en el MAC Parque Forestal que se extiende durante toda una noche como el rito de cierre del Festival Ai-Maako, de música electroacústica de academia y laboratorio y electrónica "de fronteras". En 2009 se realizó la primera edición, con 70 personas en Matucana 100, y tres años después la convocatoria sumaba un millar de participantes.

El público asiste con sacos de dormir, pijamas, almohadas, colchonetas "e incluso sofás-cama, lo último que vimos el año pasado", dice Schumacher. "Lo interesante es que se da como una experiencia absolutamente libre. Hay gente que llega a ver de qué se trata, se va y vuelve una hora después con su saco de dormir. Otros pueden salir y entrar, ir al bar de la esquina y regresar a escuchar. El año pasado, 600 personas despertaron ahí", agrega.

La Noche Blanca se inicia hoy a las 23:00 horas con el concierto "Transacústico" (la inglesa Manuella Blackburn, la argentina Beatriz Ferreyra y las chilenas Cecilia García-Gracia y Renätä Anäyä), pero desde las 2 de la madrugada abordará las cinco etapas del sueño a través de obras acusmáticas: sueño ligero, descanso subjetivo, bloqueo sensorial, sueño profundo y despertar.

Será una noche dedicada a la composición femenina, con obras de diecinueve creadoras de diez nacionalidades, entre quienes destacan compositoras y artistas sonoras como Hildegard Westerkamp (Alemania), Natasha Barret y Monique Jean (Inglaterra), Annette Vande Gorne (Bélgica) y Elsa Justel (Argentina).

"Los músicos, los compositores, los intérpretes y las obras están al servicio del auditor y de una experiencia favorable. Y ha sido toda una sorpresa para nosotros también: ver conciertos de este tipo con mil personas no se da en ninguna parte del mundo", concluye Schumacher.