jueves, abril 25, 2013

Fallece Carmen Waugh, la primera galerista del arte chileno

La Tercera

 Creó la primera sala en Santiago y organizó la colección del Museo de la Solidaridad. Tenía 80 años.

La gestora cultural Carmen Waugh, la primera galerista de arte que tuvo el país, en la década del 50', murió ayer en Santiago producto de una larga enfermedad. Tenía 80 años.
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Los dejamos con una entrevista realizada a Carmen Waugh publicada por El Mercurio el 8 de Enero de 2012.


Carmen Waugh revela pasajes de sus intensos años en la historia cultural de Chile y del exterior

Muy cercana a Matta, Cortázar, Antúnez, la Payita, y muchos más, Carmen Waugh no sólo creó museos y galerías, sino que fue puente entre mundos ideológicos opuestos. Fue uno de los pilares del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, del que la expulsaron en 2005. Dio también un fuerte impulso a la escena del arte en pleno régimen militar. Aquí nos cuenta su verdad.

Por CECILIA VALDÉS URRUTIA

En España y Francia, en los años 70, Carmen Waugh reunía en una noche a personajes como Julio Cortázar, los Saura, Geraldine Chaplin, Jesús Soto, la Payita Contreras y Jack Lang. Y en "La Casa Larga", en plena década del ochenta, era la única capaz de exhibir en Chile obras de Matta, Nemesio Antúnez, Jesús Soto, Le Parc o Venturelli. Muchos autores latinoamericanos sólo confiaban en ella. El surrealista chileno la nombró su representante, a fines del 60.

Hoy, a los 79 años, en su luminosa casa ubicada a los pies de la Cordillera, en La Florida, donde los árboles, plantas y flores invaden cada rincón, mantiene vivos testimonios de ello: pinturas de sus grandes amigos Matta y Ricardo Irarrázabal, singulares acuarelas y dibujos de Antúnez y de Couve. Trabajos de Iommi y de cinéticos de Latinoamérica y más. El grueso de su colección internacional se encuentra, eso sí, en la exposición que acaba de inaugurar Isabel Aninat en homenaje a ella.

"La casa larga" sin censura

En la mesa blanca de centro de su living (una suerte de plinto de su ex galería de Madrid) descansa un gran libro de Cortázar. Nos muestra fotos. El célebre escritor formó parte, en algún momento, de su también intensa vida personal. En otros álbumes hay imágenes y escritos que develan más capítulos de su trayectoria y su trabajo con artistas e intelectuales.

Carmen Waugh fue la primera galerista chilena, en los años 50. También tuvo galerías en Buenos Aires y en Madrid. Fundó el Museo de Arte Latinoamericano de Nicaragua, a principios de los 80, en cuya casa reunía a creadores como García Márquez, Benedetti, Cardenal, Chico Buarque y Harold Pinter.

Fue uno de los pilares en la formación y desarrollo del Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Descubrió a muchos artistas chilenos, entre los años 60 y 90. Pero, al mismo tiempo, abrió puertas a gente de extrema izquierda y derecha, a pesar de su propia realidad. Esos creadores y amigos suyos integran parte de su biografía, la de una de nuestras grandes protagonistas de la historia cultural reciente. Un hecho real muy a pesar suyo y de su carácter: el de una mujer introvertida y de bajo perfil, que nunca ha buscado ostentar nada. Pero "que es una sostenedora de historia", como precisa su hija María José Fontecilla en el nuevo libro sobre Waugh (ver recuadro).

-Carmen, en "La Casa Larga" vimos por primera vez, en los años 80, muestras de Matta, Antúnez, Téllez. Logró traerlos durante el régimen militar.

"Yo volví a Chile a fines de 1984 y abrí "La Casa Larga" en 1985 con una exposición que se llamó "30 años después". Estaban Balmes, Barrios, Nemesio, la Roser Bru, Opazo... Pero fue fácil conseguir las obras. Estaban felices con este nuevo espacio; claro que artistas como Matta, Téllez, Le Parc, Cruz Díez sólo expusieron conmigo durante esos años.".

- Usted venía de la disidencia en el exterior y llegaba a trabajar en pleno gobierno de Pinochet, ¿qué se planteó con "La Casa Larga", ese espacio emblemático de los 80?

"Cuando vivíamos en el exterior -Nemesio en Barcelona, Balmes en París, Téllez en Canadá y otros- nos encontrábamos siempre y decíamos que cuando volviéramos íbamos a hacer algo juntos. Ese fue el motivo de que "La Casa Larga" fuera un espacio de todos nosotros y no sólo fuera para exponer. Por ejemplo, Enrique Lihn hizo una obra de teatro, José Donoso presentó varios libros. En ocasiones había reuniones medio políticas. Pero también aparecía gente partidaria del régimen como Allamand".

-¿Tuvo alguna censura ?

"Nunca me clausuraron. Una vez fueron 'los pacos' al lanzamiento de un libro, pero la editorial curiosamente se atrasó y no había nada cuando llegaron. "La Casa Larga" era un lugar de encuentro y de libertad. Ahí Volodia presentaba un libro; yo traje, por ejemplo, la obra sobre el "No" que hizo Matta . Pero también venía mucha gente del régimen militar a ver exposiciones, a comprar cuadros, y ojalá hubieran venido más".

- Usted dio a conocer nuevos y buenos artistas.

"Fui la primera en exponer a la Hormiga (Delia del Carril), a pintores como Pablo Domínguez, exhibí a Bororo, a Samy Benmayor, la Pancha Núñez. Le vendí el primer cuadro a Pablo".

"Nunca entendí el arte conceptual"

-Contrario a lo que proclamaban grupos de arte de izquierda, en los 70 y 80, que seguían sosteniendo la muerte de la pintura y el conceptualismo duro, usted exponía pintura, escultura, buenas instalaciones.

"Nunca me casé con ninguna corriente. No entendía mucho el arte conceptual y no me metí en ese ambiente. En el exterior tampoco se me hubiera ocurrido involucrarme".

-Los conceptualistas combatían a Couve, entre otros, y usted tuvo mucha relación con él.

"Sí. Muy buena y durante mucho tiempo. Era un personaje fantástico y un tremendo artista. Le exhibí su primera muestra, en 1968, en la galería que tenía en Moneda con Estado. También expuse a Claudio Bravo en sus inicios. A Couve seguí exhibiéndolo en La Casa Larga...".

-Usted fue la primera galerista en Santiago

"Hubo una anterior: la Hormiga (Delia del Carril) con la mujer de Manuel Solimano abrieron una galería que duró poquísimo, en 1955. Les fue mal, eran demasiado políticas, del PC, no deben haber tenido mucha difusión".

-¿Y quién fue la persona clave que la ayudó a internarse en el arte?

"Nemesio Antúnez. Yo no conocía a nadie. Era una niña que había estudiado en las Monjas Francesas. Y llegué a Nemesio a través de Pilar de Castro. Fui a hablar con él y se entusiasmó. No había ninguna galería, salvo las librerías Pacífico y Francesa que hacían algunas muestras. Nemesio me dijo que era la indicada; con él llegaron todos los artistas: mi gran amigo Ricardo Irarrázabal, Opazo, Balmes. La primera muestra que hice fue con pinturas de Nemesio y fotografías de Sergio Larraín, en 1956".

La verdad sobre el Museo de la Solidaridad

-Usted fue también uno de los pilares del Museo de la Solidaridad.

"El museo tuvo varias etapas. Se creó antes del golpe: entre 1972 y septiembre del 73. Y se inauguró en el MAC, en apoyo al gobierno de la UP. Surgió a raíz de una actividad que se llamó "Operación verdad", organizada en 1971, a la que vinieron intelectuales de muchas partes del mundo. Fue algo muy político. A mí me contrataron como relacionadora pública, porque tenía mi galería en Buenos Aires y conocía a muchos artistas de Latinoamérica. Pero estaban en ello Miguel Rojas Mix y Mario Pedroza, éste último un crítico importantísimo, muy de izquierda, pero que conocía a todos los artistas y directores de museos. Él fue el alma del museo, entonces".

-¿Y usted?

"Me tocó viajar y visitar a artistas que conocía como Matta, Clorindo Testa, Iommi, Gamarra, etc. Pero después del golpe vino otra etapa del museo. Muchos tuvieron que salir; yo también, pero nunca fui exiliada. En 1975 se creó una suerte de comité para pedir más obras para el museo. El motivo era allí el retorno de la democracia. Yo participé desde España y conseguí muchísimas obras de creadores como Miró, Vasarely, Cruz Diez, Jesús Soto. Y estuve en la organización".

-Sin embargo, después al estar a cargo del museo en Chile, debió librar las peores batallas .

"Había un problema para traer las obras que se consiguieron en esa segunda etapa en Europa, porque debían pagar unos impuestos draconianos. La familia Allende creó, entonces, una fundación, en 1990. Era la manera de ingresar las piezas de arte. Yo empecé a trabajar para la fundación y realicé todas las gestiones de ingreso de más de 200 obras. Me tocó también recibir aquellas de la primera etapa que se habían guardado en el MAC. Muchos decían que se las habían robado durante el gobierno militar, pero estaba todo. Yo lo recibí y lo firmé. La segunda parte de la colección del museo llega a nombre de la Fundación Salvador Allende, la que presido desde 1990 al 2005".

-¿Qué pasó en 2005?

"Yo había planteado, en 2003, que las obras no podían pertenecer a la Fundación Allende, pues habían sido donadas por todos los artistas al Estado de Chile. Me conseguí todas las cartas de los artistas y fui a hablar con Ricardo Lagos, quien también me apoyó. Al poco tiempo, me entero que Tencha Bussi, Isabel Allende y Carmen Paz van a hacerle finalmente la entrega a Lagos de las obras del museo para el Estado. Al día siguiente de ello, me citan a una reunión en la oficina del ex ministro Enrique Correa, que era miembro de la fundación y, junto a otras personas, me dicen que ya no trabajo más en la institución. Me echaron a mí y a todos los que trabajaban conmigo, y pusieron a unos ex GAP de guardias del museo".

-Y Balmes asume como director .

"Él no me contó nada. Me enteré por un pintor. Fuimos muy amigos la vida entera y no se portó a la altura. Hasta hoy no nos hablamos".

Fuera del establishment

-La amistad con Matta fue distinta

"Sí, fue más que un hermano y hasta el final. Tengo miles de cartas suyas. Me pasaba tardes completas en su casa en París o Tarcuinia... Le hice como cinco exposiciones en Chile y en Madrid. Lo llevé de gira a museos de Latinoamérica...".

-Algunos dicen que su protagonismo con el mundo cultural tiene mucho que ver también con su posición política de izquierda, con el establishment...

"No. Trabajé con artistas de todos lados. En Madrid básicamente di a conocer a los latinoamericanos. Aquí no voté por Allende, sino que por Tomic. Después me radicalicé en España, por mis amistades y las circunstancias. Fui como hermana con la Paya, pero la conocí antes como galerista. Me compraban grabados para regalar a los invitados de la UP ".

-¿Y cómo ve el galerismo hoy ?

"(Guarda silencio)... Está poco dinámico, pero no puedo decir más porque voy poco a exposiciones."

-¿....Qué opina de la escena creativa actual?

"(Vuelve a callar)... Creo que la fotografía ha sido un aporte, nosotros no la tomábamos tanto en cuenta. En mi época eran dos los buenos y punto. Y en la pintura están buscando: ¡de ahí algo tiene que resultar!"

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