lunes, noviembre 25, 2013

Infierno patrimonial: la incultura chilena en prevención de incendios

El Mercurio

El lunes se quemó parte del Teatro Municipal de Santiago. Y este mismo año: los palacios Aldunate e Íñiguez, también en la capital; el Mercado de Concepción y la iglesia San Francisco en Valparaíso. Sergio Albornoz, de la Academia Nacional de Bomberos; Emilio de la Cerda, secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, y Alejandro Coronel, experto en gestión de riesgos, evalúan la situación.

JUAN IGNACIO RODRÍGUEZ MEDINA

"Mientras en el Louvre hay una compañía de bomberos interna y todo un sistema de detección y descarga de agentes limpios (es decir, que no dañan las obras) para prevenir y controlar incendios, aquí tu vas al GAM y hay un extintor colgado en la pared. Esa es la triste distancia que existe". Bastan estas palabras de Sergio Albornoz, jefe de desarrollo técnico de la Academia Nacional de Bomberos (ANB), para calibrar lo desprotegidos que están frente al fuego, en Chile, los edificios patrimoniales.

Esa realidad volvió a manifestarse el pasado lunes en el incendio que quemó parte del Teatro Municipal de Santiago (bodegas de vestuario y salas de ballet). Ya lo había hecho ocho días antes, cuando se quemó el Palacio Aldunate, en Alameda con Ejército. También en el incendio del Palacio Íñiguez y en el del Liceo Amunategui. ¿Más muestras?, en abril las llamas se ensañaron con el Mercado de Concepción; en agosto, con la iglesia San Francisco de Valparaíso.

El problema es la falta de protocolos para prevenir siniestros o acotar los daños cuando se producen (ver entrevista a Emilio de la Cerda). Sin ir más lejos, la semana pasada, luego de la destrucción del Palacio Aldunate, la Municipalidad de Santiago anunció la realización, en 2014, de un catastro de las construcciones en peligro en la comuna, además de trabajar en la creación de un protocolo especial para prevenir incendios.
A la espera de esos protocolos, Albornoz dice que el admistrador de un edificio patrimonial puede pedirles a las direcciones de obras municipales o a Bomberos que revisen sus construcciones e identifiquen problemas de seguridad. De hecho, la Ley 20.389 faculta a Bomberos a revisar los edificios públicos y aquellos que albergan a cien o más personas, lo pida o no la institución respectiva. Por eso -para hacer uso de esa facultad-, desde el viernes y hasta hoy, la ANB realiza, con voluntarios de todo Chile, el primer curso para formar "monitores de inspección de edificaciones", que permitirá iniciar un proceso de revisión de "los edificios públicos más sensibles de cada comunidad", incluyendo construcciones patrimoniales.

Alejandro Coronel -arquitecto y director de desarrollo y proyectos de Infobox, una empresa chilena especializada en prevención, protección y respuesta contra incendios, cuyas líneas de trabajo incluyen el patrimonio mueble e inmueble- señala: "Tenemos mucho que avanzar para dar un real marco regulatorio a la Protección Patrimonial en su contexto global, no solo se trata de los inmuebles, barrios o sitios que puedan caer en algún nivel de protección con la legislación vigente, sino de implementar planes para el resguardo y salvaguardia del contenido de los mismos". Por eso, cuenta, han estado trabajamdo con Bomberos: "Es una tarea adicional a las múltiples que ellos asumen como propia, el ejemplo de ese compromiso fue justamente el incendio del Teatro Municipal de Santiago y meses atrás la Iglesia San Francisco de Valparaíso, y entre estos una serie de otros edificios, donde Bomberos no solo asume sus tareas de control del siniestro sino de preservar por lo menos las estructuras y evitar un daño mayor. Nos queda entregar instrucción en la manipulación técnica de los bienes de interés cultural, la administración de las colecciones en emergencia, el uso racional del agua al interior de estos inmuebles y otros temas que deben ser desarrollados en conjunto de acuerdo a los propios protocolos de Bomberos de Chile. Los incendios que afectan al patrimonio no son cosa nueva para ellos, solo resta adecuar algunas condiciones para la protección de los contenidos, ya que las técnicas de control sobre los inmuebles no difieren tanto del control de otros siniestros de edificios de otros usos, en eso Bomberos tiene su experiencia y prestigio ganado".

Fuera de esas especificidades, también ayuda que se facilite el trabajo de extinción del fuego, pues Bomberos -según cuenta Albornoz- suele encontrarse con obstáculos en los alrededores de los edificios para acercar los carros (ocurrió en el Municipal), falta de planos de los edificios, remodelaciones interiores que convierten los lugares en laberintos, grifos con presión insuficiente, mallas y otros elementos que dificultan el acceso a través de los techos, y varios etcéteras. Súmese a eso instalaciones eléctricas defectuosas o sobrecargadas, bodegas con exscesivo contenido inflamable, entre otros descuidos.
En términos preventivos, cuando se trata de recintos patrimoniales, Coronel señala que deben hacerse estudios especializados para instalar sistemas de detección temprana, "es la clave", y de control del fuego, como rociadores. Albornoz destaca que hoy la tecnología permite instalar estos sistemas de manera armónica con el carácter patrimonial de los inmuebles y sin que dañen el edificio o los objetos en él: "Existen alternativas al agua como gases extintores, polvo o espuma, dependiendo de lo que se quiera proteger", dice, "eso lo diseña y lo diagnostica un ingeniero en prevención contra incendios".

El problema es que en Chile no existen esos profesionales (aunque se están formando bomberos en esa línea); sin embargo, Albornoz dice que el administrador de un edificio patrimonial puede contratar a empresas en Chile, o a instituciones como el Dictuc y el Idiem, "que tienen contacto con expertos internacionales, para que les hagan una evaluación y les den alternativas de prevención de incendios en edificios patrimoniales; eso existe, y es el camino correcto, cualquier otra cosa es una solución parche". "Cuando uno habla de prevención contra incendios te dicen 'no, si yo tengo extintores' o 'tengo una red húmeda', y te muestran la típica manguerita: eso no es protección contra incendios", afirma Albornoz.

A lo dicho, Coronel suma "acciones complementarias, como diseño y selección de materiales incombustibles, estudio de las condiciones que la arquitectura de áreas comunes entrega para la propagación, compartimentación de los espacios [para que no se propague el fuego] y estanqueidad de bodegas y recintos de acopio [que no tengan fisuras, grietas u otros que permitan el paso del fuego, gases e incluso el agua]". Y además, herramientas de información "como fichas de cada edificio que permitan visualizar el interior del mismo, sus dependencias y usos, materialidad de sus revestimientos, detalle de su estructura, en especial la techumbre, el contenido y sus características de comportamiento ante el fuego, accesos, vías de ingreso adicionales y un sinfín de datos con los que Bomberos no cuenta".

Quizás el Louvre es apuntar muy alto en la comparación, pero a la luz de las llamas, en Chile ni siquiera hemos avanzado los pasos intermedios. Albornoz no descarta que pueda haber esfuerzos locales o algún convenio específico entre alguna institución o municipio y el cuerpo de Bomberos correspondiente. Pero la idea, con los cursos de inspectores que comenzaron este viernes, "es que esos esfuerzos locales tengan un solo criterio". Sin embargo, aclara, lo primordial sigue siendo la protección de las personas, porque ni en eso estamos al día. De ahí la pregunta: ¿Hoy los edificios patrimoniales garantizan la vida de las personas en caso de incendios? Responde Albornoz: "Hay que revisarlos uno a uno, pero de acuerdo a lo que ha pasado... En la iglesia San Francisco de Valparaíso había ocurrido un incendio antes, la estaban reparando, con fondos carísimos, estaba prácticamente terminada, ocurre otro incendio y se quema completa. Mi pregunta es: esa remodelación, con esa tremenda inversión, que contemplaba pintura, cemento, techo, todo lo que quieras, ¿contemplaba la protección contra incendios? Yo solo hago la pregunta".

 Informe del Consejo de Monumentos Nacionales: "El Teatro Municipal cuenta con 160 extintores... nadie los utilizó".

El miércoles, funcionarios del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) visitaron el Teatro Municipal para elaborar un informe técnico sobre el incendio. El documento llegó el jueves a manos de Emilio de la Cerda, secretario ejecutivo del CMN, quien destaca el quinto punto del mismo: "Todas las salas afectadas constaban con extintores y los funcionarios tienen la capacitación para utilizarlos. El teatro cuenta con 160 extintores aproximadamente (...) en el momento del incendio nadie los utilizó", se lee.

Respecto a los sistemas de seguridad, el informe dice: "... ayer (martes) visitamos la Escuela de Ballet que se ubica por calle Tenderini. Estas instalaciones están recién remodeladas por la Municipalidad de Santiago y no fueron afectadas por el incendio. No sabemos los motivos (creemos que por costo), se eliminó la instalación de sprinklers o rociadores contra incendio y a cambio se ubicaron exitintores de carro de 50 kg. en complemento a los puntos de redes húmedas".

A partir del informe, De la Cerda adelanta que oficiarán al Teatro Municipal para que "todos los usos que supongan la instalación o acopio de materiales inflamables puedan salir de ahí". Y, en el caso de que el material no se pueda retirar, "que cuenten con protocolos adecuados para amainar un eventual incendio".
Un convenio no implementado

Lo dicho parece darle la razón a Sergio Albornoz (ver texto principal) cuando habla de la necesidad de contar con ingeniería para protección contra incendios. ¿El CMN contempla algo así en los proyectos que visa? "No", responde Emilio de la Cerda, quien reconoce, primero, una deuda del Estado chileno en materia de gestión de riesgo de su patrimonio, y, segundo, la necesidad de reunirse con Bomberos para establecer protocolos. De hecho, dice, descubrió este viernes que, desde el año 2000, existe un convenio entre el CMN y la Junta Nacional de Cuerpos de Bomberos, en el que ambas instituciones se "comprometen a trabajar en conjunto con el objeto de promover la protección del patrimonio monumental nacional en contra de riesgos de incendios y siniestros de similar índole y, asimismo, coordinar las tareas de combate y control de emergencias relacionadas con estos inmuebles".

El detalle es que dicho convenio -que entre otras cosas dice que el Consejo remitirá a Bomberos un listado de la declaratorias de Monumentos Históricos, Zona Típica, Santuario de la Naturaleza y Monumentos Arqueológicos, para que la segunda institución pueda efectuar diagnósticos, "a lo menos", sobre el riesgo de incendio, además de proponer recomendaciones para prevenirlos- "nunca se hizo efectivo", cuenta De la Cerda, quien de todos modos advierte que -ya que "la responsabilidad legal de mantener los monumentos nacionales reside en sus propietarios", sin perjuicio de que el Consejo tenga facultades para supervisar la correcta mantención y elaborar lineamientos a modo de apoyo- "no reside en este convenio y sus alcances la responsabilidad de lo ocurrido con los incendios" en el Municipal y otros edificios. De todos modos, cuenta, la idea es reactivar los alcances del acuerdo con Bomberos; para eso el primer paso será, ahora sí, "hacerlo efectivo".

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