domingo, noviembre 17, 2013

La imperturbable vigencia del velorio de angelito

El Mercurio

Dos antropólogos recorrieron desde Illapel hasta Pirque, y registraron los versos de este rito fúnebre en el disco doble "No es permitido de Dios que esa flor permaneciera".

Romina de la Sotta Donoso

"Todos tenemos el tema en la cabeza", dice el antropólogo Danilo Petrovich, quien junto a su colega Daniel González ganaron un Fondo de la Música para investigar el velorio de angelito. El resultado es el CD doble "No es permitido de Dios que esa flor permaneciera". "Queríamos saber si todavía se hacían, cuáles versos se cantaban y si había versos prohibidos", explica Petrovich.

Micrófono en mano, partieron en la zona de Illapel y Salamanca, y recorrieron hasta Pirque, tras la huella del velorio de angelito, uno de los fundamentos (temas) del canto a lo divino.

"Confirmamos que se siguen realizando, pero sin la teatralidad de antes. Ya no les ponen alitas, vestidos blancos ni granos de trigo en los ojos", detalla. Determinaron, también, los versos propios de este rito fúnebre: de Nacimiento, Padecimiento, Muerte, Juicio Final, Gloria, y por la Madre.

Igualmente, que el velorio de angelito se canta a la rueda, concatenando las décimas. "Se parte con un verso por salutación; se saluda a padrinos, a los astros, a las flores, al altar y a los presentes. Y luego hay varios fundamentos del canto a lo divino que se pueden cantar. El cierre, al alba, es con un despedimiento de angelito: el cantor asume la vista del niño y se va despidiendo de todos", revela Petrovich.

Los antropólogos y su equipo grabaron en terreno a 22 cultores. En un CD construyeron un relato con versos sueltos, y en el otro, cuatro cantos a la rueda.

"Llegamos a realidades súper fuertes, en comunas pobres. Pero la inteligencia y el conocimiento asociados al canto a lo divino son impresionantes. La pobreza social no es un rasgo identificatorio de la pobreza cultural", comenta Petrovich.

De "No es permitido de Dios que esa flor permaneciera" se editaron 500 copias. Y además está disponible, gratis, en www.soundcloud.com y www.issuu.com. "No es nuestro objetivo venderlos; la mitad son para devolvérselos a las comunidades, y también estamos distribuyendo en escuelas y archivos", aclara Petrovich.
"Más adelante tenemos que abordar el sur y las salitreras. Hasta ahora hemos visto que el repertorio sigue existiendo, y hay cantidades inmensas de cantores en algunas localidades, aunque pocos son jóvenes", agrega.

"El canto a lo divino en Chile está muy vigente. Mueren menos guagüitas, pero cuando se hace el ritual, se hace exactamente como antes. La diferencia es que hoy día los estamentos del mundo prohíben tener el cuerpo de la guagüita al descubierto, se le canta adentro de un cajoncito", dice Arnoldo Madariaga hijo, desde Las Chacarillas, a 40 kilómetros de Cartagena. Es hijo de cantor, y su hija, de once, también canta.
Se suma Alfonso Rubio, de Pirque: "El velorio del angelito sigue vigente. De hecho, mañana voy a cantarle a Santiago a una guagüita que tuvo un accidente". Él aprendió el oficio familiar en los años 80: "Ganaba más plata cantando que cesante. De ahí me fui haciendo conocido, y logré vivir como vive la gente normal, no con grandes pagos", cuenta.

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