sábado, diciembre 14, 2013

¿Hay escenarios alternativos al Teatro Municipal?

El Mercurio

El reciente incendio que afectó al Teatro Municipal de Santiago ha vuelto a poner sobre la mesa esta pregunta: ¿Se necesita realmente la construcción de un espacio alternativo al coliseo de Agustinas, y cuáles serían sus requerimientos técnicos? Seis gestores culturales entregan distintas miradas respecto de la carencia de escenarios.

Maureen Lennon Zaninovic

"Hemos estado ayudando a Santiago a Mil (FITAM) buscando teatros, y ha sido un trabajo realmente complejo, porque prácticamente no hay espacios alternativos. No existen en Santiago escenarios que acojan montajes de grandes dimensiones, y los que hay, más o menos comparables, tienen su programación completamente ocupada, desde hace meses", comenta la alcaldesa de Santiago y presidenta de la Corporación Cultural de Santiago, Carolina Tohá.

Antes del incendio del 18 de noviembre, el coliseo de Agustinas tenía previsto acoger dos de los montajes imperdibles del Festival Santiago a Mil 2014. Tras el siniestro, y como es de público conocimiento, el Teatro Municipal de Santiago cerrará sus puertas hasta marzo, y por ello ha debido trasladar -con un gran esfuerzo técnico y económico- su programación de conciertos y ballet a escenarios alternativos, como el Teatro Caupolicán, la Cúpula y el Teatro de Carabineros. Y, por supuesto, FITAM también ha debido emprender una intensa búsqueda de locaciones, aún sin una salida satisfactoria.

Para la alcaldesa Tohá, "lo sucedido nos demuestra una vez más -y por si alguien tenía dudas- que hay una carencia real de espacios para artes escénicas. El incendio ha sido una luz de alerta y pone sobre la mesa que salas de 800 butacas no nos sirven. Lo que necesitamos son espacios con una capacidad cercana a las dos mil personas para que realmente sean sustentables. De que hay demanda, la hay; uno no lo puede poner en duda. Por algo la construcción de una sala de este tipo siempre ha estado en la agenda de construcción pública".

El debate quedó abierto, y seis gestores del mundo cultural respondieron dos preguntas sobre el tema planteadas por "Artes y Letras":

1 ¿Hay una crisis en Santiago de espacios para las artes de la representación?
2 ¿En qué estamos al debe y cuáles serían, a su juicio, los mejoramientos que se le deben realizar a nuestra infraestructura cultural?

Directora del Festival Santiago a Mil Carmen Romero:
"Santiago amerita al menos otros dos grandes teatros públicos"

1 Claramente hay un problema enorme, ya que en Santiago no hay espacios capacitados para recibir grandes montajes que convoquen a más de mil espectadores. Tenemos diferentes salas que abren sus puertas para presentar en sus escenarios cientos y miles de obras nacionales e internacionales, pero el Teatro Municipal de Santiago es uno de los pocos recintos del país que pueden acoger espectáculos de gran complejidad técnica, por sus dimensiones, altura, equipamiento, y porque cuenta con cerca de mil butacas.
2 Santiago amerita al menos otros dos grandes teatros públicos que permitan a los más de seis millones de habitantes acceder a los espectáculos que hoy no se pueden presentar por esta carencia enorme. Siguiendo el modelo del Teatro Municipal de Santiago, es fundamental que los escenarios cuenten con una profundidad y amplitud, con una diversa y completa ficha técnica de iluminación; además de una importante capacidad de la sala.
Hay que mirar un poco a ciudades como Montevideo, que tiene dos salas de esas características para un millón y medio de personas , un veinte por ciento de los habitantes de nuestra capital.
Como Fundación, seguimos haciendo el llamado para que se construya la gran sala Gabriela Mistral con urgencia y que todas las capitales regionales tengan un gran teatro subvencionado por el Estado . No puede ser que importantes ciudades como Concepción o Antofagasta no cuenten con estos espacios.


Director ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho Arturo Navarro:
"Hubiera bastado con completar la segunda etapa del GAM"

1 No creo. Sólo podemos hablar de un lamentable accidente que afectó al Teatro Municipal de Santiago y, por consecuencia, a aquellas producciones que planeaban ocuparlo en el corto y mediano plazo. De hecho, en la semana que termina se han realizado conciertos sinfónicos en el Teatro Caupolicán -Paolo Bortolameolli dirigiendo "La Consagración de la Primavera", con gran éxito- y en el Municipal de Las Condes. Y se prepara otra nueva sala que anuncia Corpartes para 2014.
Para que no estemos siquiera hablando de una crisis hubiera bastado con que se completara la segunda etapa del GAM, mandatada por el número 8 de las Definiciones de Política Cultural 2005-2010, formuladas por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes: "Creación de un Centro Nacional que contenga, de acuerdo a los estándares internacionales, espacios para la representación de las artes escénicas y de la música".
Tal mandato implicó que, producido el desafortunado incendio del entonces Edificio Diego Portales, la Presidente Bachelet constituyera una Comisión Interministerial que recomendó instalar en el lugar el Centro Nacional de Artes Escénicas y Musicales, cuya obra comenzó de inmediato con el respectivo Concurso de Arquitectura, Estudio de Audiencias y una Consultoría sobre Unidades de Negocios que contribuirían al financiamiento del flamante Centro Nacional.
2 Estamos al debe, precisamente, con la edificación de la gran sala del GAM debidamente actualizada con los avances técnicos surgidos durante este retraso. Mirando esta supuesta crisis como oportunidad, sería una buena idea que elencos estables como los del Municipal, el CEAC y otros se vinculen institucionalmente a las principales salas, de modo que sus administradores conozcan anticipadamente su programación y así poder contribuir colectivamente a enfrentar imprevistos como el que nos aqueja.


Director del Centro de Extensión Artístico y Cultural de la Universidad de Chile Ernesto Ottone:
"No creo que haya que construir espacios para 1.600 personas"

1 Si entendemos por crisis "un cambio brusco o una modificación importante en el desarrollo de algún suceso", corresponde hablar de crisis. Si hacemos referencia a otra definición -es decir, "una situación complicada o de escasez"-, también, y de manera crónica. La falta de espacios en Santiago, de modo generalizado, es real, y no sólo para las artes de la representación. Claramente las cifras de participación, consumo y uso de tiempo libre han aumentado; sin embargo, esto se ha producido sobre todo en las industrias culturales y en eventos masivos urbanos o callejeros que, obviamente, no necesitan una infraestructura tan especializada y permanente como un espacio cultural. Esta crisis, que vale recalcar ha sido permanente, se ve gatillada por un evento trágico como un incendio.
2 Cuando se habla de lo que necesitamos, habría que hablar de lo que no se hizo en estos últimos cuatro años, como, por ejemplo, la paralización de la construcción de la sala grande del GAM y el Teatro de la Teletón (dos de los compromisos adquiridos en la campaña de 2009). A esto se agregan dos licitaciones desiertas de un teatro con una ubicación privilegiada, como el Teatro Oriente.
¿Si es que creo que haya que construir nuevos espacios para 1.600 o 2.000 personas? No, lamentablemente no lo creo. Esto lo afirmo desde mi experiencia como gestor cultural, habiendo trabajado y conocido de cerca diversos espacios, como el Teatro Nacional, la Estación Mapocho, Matucana 100 o, ahora último, el Teatro de la Universidad de Chile, y teniendo la convicción de que decir que tenemos audiencias para llenar todos estos espacios durante todo el año es un absurdo . En el mejor de los casos podemos asegurar unos meses al año. Finalmente, concluyo que sin una política de creación de hábitos culturales, sin una mayor cantidad de horas de clases de arte en el sistema educativo formal, de nada sirven mayores infraestructuras. Obviamente que faltan espacios, y a eso estamos abocados con los elencos estables de la Universidad de Chile. ¡Pero espacios especializados y acotados al público real! Una cancha de fútbol no me sirve para jugar tenis, y viceversa.


Directora del Centro Gabriela Mistral (GAM) Alejandra Wood:
"Existe una oferta que no logra encontrar cabida en el país"

1 Más que crisis, hablaría de la carencia de un espacio para espectáculos de gran escala. Chile necesita una infraestructura que permita acoger montajes de gran despliegue escenográfico y alta complejidad técnica. La experiencia que hemos tenido en GAM nos hace pensar que existe una oferta que no logra encontrar cabida en el país, debido a que las instalaciones disponibles son acotadas y no necesariamente cuentan con los requerimientos técnicos. Una sala de estas características es lo que se ha pensado para la segunda etapa de GAM.
2 En programación estamos en deuda con las artes escénicas y musicales que se producen en la actualidad, como circo contemporáneo de gran escala, compañías de danza reconocidas a nivel internacional, conciertos de música popular para un determinado tipo de capacidad. Un gran aforo facilita la gestión. Para eso técnicamente necesitamos considerar un espacio capaz de contener entre 1.600 y 1.800 espectadores, que es el equilibrio entre una capacidad mínima para conciertos de música popular y capacidad máxima para montajes de teatro y danza de gran formato. Se necesitan butacas retráctiles y móviles, para lograr una mayor flexibilidad de la sala para conjugar esta oferta. También falta que la infraestructura permita activar dos escenarios simultáneos. A diferencia de las capitales de alta oferta artística, Santiago no cuenta con una plataforma que permita programar dos escenarios paralelos para distintas disciplinas. Falta un espacio multiuso, para una programación interdisciplinaria con tecnología de punta para espectáculos contemporáneos de gran formato.


Coordinador Artístico Teatro Municipal 1994-2004, director gerente de MúsicaPlus Cristóbal Giesen:
"Urge que Santiago cuente con una sala de conciertos o auditorio con una capacidad para 1.800 butacas con visión frontal"

 1 No me atrevería a ser tan tajante en la respuesta; más bien, diría que faltan salas para música de conciertos y de cámara que acojan tanto a artistas locales como internacionales. Lo ocurrido en el Teatro Municipal de Santiago revive el tema de la necesidad de dotar a la capital de una moderna sala, complementaria a las temporadas del coliseo de Agustinas, y me parece que es el momento de retomar el proyecto de la gran sala del GAM, dos veces postergado. Lo anterior lo veo como un compromiso efectivo del Estado para con la cultura de sus ciudadanos. Pero insisto, no es necesario un teatro para las artes de la representación, sino uno para los conciertos. ¿Por qué el Estado va a financiar un escenario para los musicales, si esa es labor de los privados? ¿Por qué tiene que apoyar a un género más bien comercial?".
2 Necesitamos un Teatro Municipal de Santiago renovado y modernizado en cuanto a sus instalaciones y servicios, trasladando su administración a un edificio cercano para dar mayor funcionalidad a sus espacios internos. Todo ello, para presentar fundamentalmente óperas de repertorio y producciones de ballet en su sala principal, y música de cámara en la Sala Arrau, que es estupenda, pero muchas veces por falta de espacios se ocupa para los ensayos de los cuerpos estables del teatro. Pero también urge que Santiago cuente con una sala de conciertos o auditorio con una capacidad para 1.800 butacas con visión frontal, donde puedan presentarse las orquestas locales, internacionales, grandes solistas y un amplio espectro de conciertos de un menor formato. Estoy hablando de una sala que cuente con una acústica natural, con el espacio suficiente para instalar un piano de concierto, con salas de ensayo y de descanso para los músicos".


Director del Teatro Municipal de Santiago Andrés Rodríguez:
"Comparados con nuestros vecinos, seguimos tremendamente atrasados"

 1 El incendio ha sido un drama para todos, y revela una crisis, una carencia enorme de teatros en Chile. Nosotros, por ejemplo, estamos llevando nuestros conciertos y el "Cascanueces" al Teatro Caupolicán, porque no hay lugares disponibles con una cierta cantidad de butacas. En muchas de las alternativas que analizamos, o bien no cabía la orquesta, tampoco el público, o simplemente tenían todas sus fechas ocupadas. Nuestro teatro, por ejemplo, cuenta con una caja escénica que es única. No hay otro espacio en Santiago que cuente con una caja de estas características y que pueda albergar espectáculos de gran envergadura. Lamentablemente tuvo que producirse un evento de esta magnitud para que quedara en evidencia la falta de espacios alternativos.
2 Lo que necesita Chile es otro teatro para las artes escénicas, con un aforo cercano a las 1.600 butacas y con tecnología de punta donde se puedan ofrecer conciertos, ballet, danza y espectáculos extraordinarios como los grandes musicales de Broadway, que son altamente complejos. Un gran caso a imitar es el de Uruguay, que cuenta con dos teatros estupendos, como el Solis y el Sodre: ambos poseen condiciones impresionantes, tanto en la sala como en su caja escénica. Lima, por ejemplo, es otro ejemplo notable. Antes de finalizar su mandato, el Presidente Alan García autorizó la construcción del Gran Teatro Nacional: un espacio nuevo, moderno, con un gran escenario -complementario al Teatro Municipal de Lima-, y se construyó en apenas 11 meses, por voluntad presidencial. Nosotros vemos la realidad de nuestros vecinos, y nos damos cuenta de que seguimos tremendamente atrasados. Santiago se tiene que poner a la altura de una capital de más de seis millones de habitantes".

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