martes, diciembre 24, 2013

Los beneficios que trae la nueva Ley de Donaciones Culturales

La Tercera

La norma entra en vigencia el 1 de enero, ampliando los donantes.

por Denisse Espinoza A.

Desde su creación en 2006, el Premio de Arte Joven que organiza el Museo de Artes Visuales (MAVI), y que premia en dinero a los talentos emergentes locales, ha sido uno de los proyectos acogidos a la Ley de Donaciones Culturales, a través del aporte que ha hecho Minera Escondida. Una iniciativa exitosa, que sin embargo el museo no ha podido replicar en otros proyectos. “Hemos sido muy beneficiados, pero dentro de las limitaciones de la ley. Muchas veces personas particulares querían hacer aportes, pero no podían obtener los beneficios. También ha sucedido con las publicaciones acogidas a la ley, que sólo podíamos regalar y terminábamos con cientos guardadas en bodega”, cuenta Ana María Yaconi, directora del MAVI.

Desde el 1 de enero, varios de esos escollos terminarán con la entrada en vigencia de la nueva Ley de Donaciones Culturales. La norma impulsada en 1990 por el fallecido senador Gabriel Valdés, incentiva a las empresas privadas a financiar proyectos culturales a cambio de la reducción de impuestos. Veintitrés años después, la ley se modifica ampliando el tipo de donantes, con un crédito fiscal que será distinto para cada uno.

A las empresas con utilidades se suman las empresas con pérdidas, que tendrán un crédito tributario del 50% de lo que donen, el que podrá ser utilizado una vez que tengan utilidades. Además, el límite de la donación creció de 14 mil a 20 mil UTM (800 millones). “A todas las empresas les conviene tener más gastos para reducir sus impuestos, ya que éstos se pagan según las utilidades. Las empresas con pérdidas pueden guardar su crédito hasta por dos años”, explica Magdalena Aninat, directora de Contenidos del Consejo de la Cultura.

También se incluyen a las personas naturales con cargo al impuesto de herencia (reciben el 50% de crédito), los extranjeros y chilenos no residentes con actividad comercial en Chile y los trabajadores dependientes. Quizás este último es uno de los más interesantes. Ahora, por ejemplo, si un empleado quiere hacer una donación de $ 20 mil mensuales al desarrollo de una orquesta musical juvenil, este se descontará por planilla, pero sólo el 50% ($ 10 mil), ya que la otra mitad será aportada por el Estado a través de la rebaja de impuestos a la empresa. Con esto también se incentiva la alianza entre trabajadores y empresarios por una causa en común.

Este ítem es justamente uno de los que tiene más entusiasmada a la directora del GAM, Alejandra Wood. “Estamos esperando que salga el reglamento para lanzar un proyecto educativo que tiene que ver con que personas naturales apadrinen a niños o jóvenes en riesgo social para que venga al GAM a ver teatro o danza. Creo que esta nueva ley beneficiará a las artes escénicas que antes quedaban más marginadas”, dice Wood.

Las expectativas del CNCA son altas. “Esperamos duplicar los donantes para el 2018 (en 2012 fueron 812) y que se amplíe la fuente de esos recursos. Esto asegurará la libertad de gestores que no dependerán de una sola fuente de financiamiento”, dice el ministro Roberto Ampuero. Las cosas no han ido mal. En cuatro años el aporte de privado a la cultura ha crecido en un 84%. Si en 2009 fue de $ 13 mil millones, en 2012 fue de más de $ 25 mil millones. Eso sí, el aporte estatal sigue siendo mayor: de más de $ 146 mil millones en 2012.

Proyectos

La ley amplía quiénes pueden recibir donaciones. Se suman, así, las organizaciones de interés público (que hagan investigaciones o difusión cultural), los propietarios de inmuebles patrimoniales, la Dibam y los municipios que pretendan restaurar zonas típicas o de conservación histórica. En este sentido, el patrimonio es uno de los grandes beneficiados de la reforma.

Los proyectos se deben presentar a la Secretaría de Admisión para luego ser aprobados por el Comité de Donaciones Culturales, el que también cambia. Ahora habrá un representante del ministro de Hacienda, dos representantes de organizaciones culturales y un premio nacional.

Otro de los cambios aplaudidos es el tema de la retribución cultural, ya que ahora aparte del porcentaje de gratuidad para el público, que todo proyecto debe contemplar, se permitirá comercializar los bienes y destinar esos recursos a lo que el beneficiario estime conveniente.

“Nos parece positivo que se aclare que los bienes de un proyecto pueden ser comercializados, y también apreciamos la ampliación de los plazos de ejecución a máximo tres años. Esto nos ayuda a ejecutar proyectos más ambiciosos y traer muestras con mayor preparación”, dice Milan Ivelic, director de Fundación Itaú, que ya ha apoyado bajo la ley muestras como Pintura Flamenca: de Rubens a Van Dyck y una gira de obras del Museo de Bellas Artes a regiones.

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