lunes, diciembre 28, 2015

Biografía coral rescata a Jorge Peña Hen: un visionario maestro musical

El Mercurio

En solo siete meses logró que cien niños aprendieran a tocar instrumentos. La Orquesta Sinfónica Infantil de La Serena, que debutó en 1964, fue la primera de Hispanoamérica. Pero esa es solo una de las múltiples hazañas que Miguel Castillo Didier recupera en un libro.  

Romina de la Sotta Donoso 

"Para mí, era una deuda inmensa, desde que supe de las experiencias maravillosas de las orquestas infantiles y juveniles, y de la creación de tantas instituciones musicales en La Serena, Antofagasta y Copiapó. Cuando su vida fue tronchada a los 45 años por la Caravana de la Muerte, me sentí moralmente comprometido a dar a conocer su trabajo", dice Miguel Castillo Didier, director del Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de Chile.
Tras una larga investigación, autoeditó 50 ejemplares de un libro que donó a escuelas artísticas, y que ahora LOM reedita: "Jorge Peña Hen (1928-1973). Músico, maestro y humanista mártir" (234 páginas, $10 mil).

La biografía coral articula con finura testimonios de distintas texturas y tonos, desde cartas hasta documentos judiciales, que exploran todas las dimensiones del músico serenense, quien expresa a los 20 años su motivación. "Entonces plantea que por qué solo los chilenos en Santiago tenían oportunidades musicales. Y esto se enlaza con una inquietud social que tuvo siempre: por qué solo podían estudiar música las personas de clase acomodada, algo que en la provincia era peor aún", apunta Castillo Didier.

Cada hito de su meteórica carrera es revisado, partiendo por haber fundado la Sociedad Bach de La Serena a los 22 años, con tal impacto que en tres años ya había 25 conciertos anuales en la ciudad, los que en 1965 se convirtieron en 302, más otros 107 en la región.

"Él podía haber hecho carrera como director o compositor, pero se dedicó, con gran generosidad, a crear agrupaciones infantiles y a enseñar música en un liceo en La Serena", dice el autor.

Pero Peña Hen tiene un plan maestro, y lo ejecuta en 1964. Toma a cien niños con cualidades rítmico-auditivas y de afinación, nada más, y les enseña a tocar. En solo siete meses, la Orquesta Sinfónica de Niños de La Serena da su primer concierto y se convierte en la primera de Hispanoamérica. En los primeros cuatro años darán 45 presentaciones y dos giras internacionales.

Entrevistado por "El Mercurio" en 1970, Peña Hen es enfático: "Los que llegan a formarse a los conservatorios tradicionales lo hacen seleccionados socioeconómicamente y por talento. Van los que pueden costearse un instrumento y cuyos padres se preocupan. Por el contrario, nosotros queremos incorporar a niños de todos los sectores. Y dentro de un sistema masivo".

Se intercalan testimonios de figuras como Alfonso Letelier, Gustavo Becerra y Agustín Cullel, con los de ex alumnos como Clarina Ahumada: "Era un hombre extremadamente trabajador y un gran músico".

Tras el golpe, Peña Hen es detenido en el Regimiento Arica de La Serena -donde tantos conciertos había dado- y trasladado luego a un lugar desconocido, donde es ejecutado. Veinte años después, Fernando Rosas retomará su proyecto.

"La deuda con él no solo la tiene Chile, sino también países como Venezuela, donde sus ex alumnos formaron las orquestas, y el maestro José Antonio Abreu siempre ha dicho que Jorge Peña Hen tuvo la idea. Hoy hay más de 12 mil niños chilenos tocando; es un inmenso legado espiritual y cívico", sentencia Castillo Didier.


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