El multifacético artista destacó por dirigir 26 obras de teatro, tres películas y 25 clásicos universitarios. También fue autor de seis libros y se identificó, además, con las mejores tradiciones chilenas.
"En lo que escribo, no encontrarán ni odios contenidos ni amores desbocados", consignó Germán Becker Ureta en las primeras líneas de su autobiografía "De memoria", un texto que publicó en 2002 y que repasa su multifacética trayectoria. Becker destacó como cineasta, director teatral, figura televisiva y radial, escritor, productor deportivo de clásicos universitarios, empresario del entretenimiento y cercano a la élite intelectual. También por su fervor católico y por su férrea defensa a las tradiciones patrias.
Tuvo una carrera intensa y agitada. Proyecto tras proyecto. Sin embargo, durante el último tiempo las limitaciones de su edad y de algunas enfermedades disminuyeron ese ritmo. Y ayer, a las 15:20 horas, falleció en la casa de su hija María Eugenia tras complicaciones derivadas de la diabetes y el párkinson. Recientemente había cumplido 90 años.
"Mi papá era un entretenedor y congregó a mucha gente", dice el dr. Pedro Becker Rencoret, uno de sus cinco hijos. "Me gustaría que recordaran lo auténtico que era. Hizo películas cuando se trataba de un asunto mucho más complejo que ahora y uno de sus temas favoritos siempre fue la chilenidad. El lema 'Dios, Patria y Familia' calzaba perfecto con él. Siempre hizo mucha familia", agrega.
También resalta los momentos en que ellos, como hijos, participaban en sus obras teatrales y revela detalles de su personalidad: "Era un poco patriarca, con una dosis de machismo, aunque para él mi mamá era fundamental. Su muerte, hace diez años, le llegó como un golpe muy duro; pero superó la pena y siguió trabajando hasta el final".
De Maestranza a Mac Iver
Germán Becker Ureta nació en Santiago, el 8 de junio de 1927. Según los recuerdos difundidos en sus memorias, vivió sus primeros años en calle Maestranza (hoy Portugal) y siempre escuchó a sus padres hablar de Norma, una hermana que "murió guagüita" antes de que él naciera. Luego se trasladaron a una casa de tres pisos en calle Mac Iver. Al frente vivía Pedro Aguirre Cerda.
Entró a estudiar al Colegio San Ignacio justo cuando el arquero Sergio Livingstone cursaba su último año en ese plantel. En su fanatismo deportivo, siempre lo tomó como un referente.
Su trayectoria incluyó múltiples áreas de desarrollo profesional. Destacó en el deporte, los espectáculos masivos, la industria audiovisual, la literatura y la asesoría política.
Legado teatral
El teatro fue uno de sus principales intereses y donde dejó uno de sus mayores legados. Tuvo una breve carrera actoral -en montajes como "El burlador de Sevilla" y "La comedia de la felicidad" y en la película "El último guapo" (1947) con Lucho Córdoba- y dirigió 26 obras. Una de las primeras fue "El retablo de las maravillas", de Cervantes, en la década del 40, pero su puesta en escena más trascendente fue, sin duda, la adaptación de "Martín Rivas" en 1954, con un potente montaje escenográfico en el Teatro Municipal, protagonizado por Lautaro Murúa. Para entonces, Becker era director y profesor de la Academia de Arte Dramático de la Universidad Católica.
"En 'Martín Rivas' trabajaron más de 400 personas: colaboraron facultades enteras de la universidad, incluso en actuación. Para reconstruir la época se trabajó con gente de arquitectura, de historia, de música y folclore. Esto hizo que la pieza fuera, sin ser chovinista, muy chilena", declaró el propio Becker, según el libro "Historia del teatro en Chile 1941-1990".
Al año siguiente recibió el Premio Caupolicán por su dirección de "Juana de Lorena". En 1956, junto a los alumnos de su último curso del Teatro Ensayo de la Universidad Católica (TEUC), decidió fundar el Teatro Ictus. Entre los integrantes figuraban Mónica Echeverría, Paz Irarrázabal, Julio Retamal y Emilio Cánepa.
También tuvo una estrecha relación con el grupo folclórico Los Huasos Quincheros, con quienes trabajó por primera vez en 1950 cuando dirigió la Fiesta de la Vendimia en Curicó. Luego mantuvo una colaboración constante con ellos en espectáculos realizados en el Estadio Nacional, en la Quinta Vergara, en el Teatro Municipal y en el Casino de Viña del Mar. También los convocó a la presentación de Chile en Alemania para el Mundial de 1974.
Cine y TV
Corría la década de los 60 cuando Becker hizo su primer programa de televisión para la entonces UC-TV (Canal 13). El espacio, titulado "Ayúdeme Ud. compadre", apelaba, como era su sello, a la chilenidad y contaba con Los Perlas, el coro de Vicente Bianchi y el apoyo de Los Quincheros. El proyecto, según reportes de la época, tuvo una gran audiencia. "Ante la elocuencia de la sintonía, me desligué del teatro y de los espectáculos de masa. La TV era el camino", confesó en sus memorias.
Luego decidió transformar esa propuesta televisiva en una película. Entonces comenzó a registrar un filme con el mismo título que reunió a figuras como Mario Kreutzberger, Los Quincheros, Fresia Soto, Pedro Messone, Myriam, Sergio Livingstone y Gloria Simonetti. La cinta debutó en 1968 y, aunque concitó opiniones en contra porque no presentaba directamente una historia, se transformó en la más exitosa de la taquilla hasta 1999 ("El chacotero sentimental") al vender más de 370 mil entradas.
En 1969 estrenó "Volver" con un elenco internacional que incluyó a Pedro Vargas y Chabuca Granda. Dos años después presentó su último filme, "Con el santo y la limosna", una comedia rural en la que participaron Emilio Gaete y Leonardo Perucci. En televisión también destacó por ser un buen conversador al participar en espacios como "A esta hora se improvisa" y "Tertulia".
Y más allá de su vinculación con el campo audiovisual, Germán Becker igualmente fue reconocido por la organización de conmemoraciones para celebraciones nacionales, como las del 21 de mayo, en las que congregaba a numerosos grupos de familiares y amigos.
Su familia realizará hoy el velorio en la Iglesia San Vicente Ferrer, ubicada en Los Dominicos. Mañana se efectuarán sus funerales luego de una misa a las 11:00 horas en ese recinto.
Todo mi aprecio y recuerdo eterno a don Germán Becker Ureta, figura señera de nuestra historia del siglo XX, por su aporte a la cultura e historia de Chile, fui seguidor de todos sus programas Tertulia tanto del primer ciclo en los años '80 y luego en 2003 a 2007. Junto a don Willy Arthur, don Domingo Durán, don José Luis Rosasco y en su segundo etapa con don Luis Eugenio Silva y don Hugo Zepeda Coll. Notable conversador, cultísimo, de humor fino, respetuoso. He sentido mucho su partida y lamento que haya pasado desapercibida para la mayoría de mis compatriotas del presente, que no aprecian a sus antepasados. Soy el profesor e historiador Juan Javier Vargas Oria
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