El director musical de Inti Illimani Histórico, elegido como presidente del organismo, aborda las críticas a Álvaro Scaramelli y se abre a revisar propuestas para mejorar la transparencia en los repartos de los derechos de autor.
JOSÉ VÁSQUEZ
"Hay muchas cosas por hacer y hay que ponerlas en práctica pronto", dice Horacio Salinas, el director musical de Inti Illimani Histórico, quien desde el miércoles preside la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD).
El músico fue elegido de forma unánime por el Consejo Directivo del organismo y llegó a suceder a Álvaro Scaramelli, quien luego de las críticas de sus pares tras conocerse los millonarios ingresos que recibió por sus derechos de autor, que se incrementaron notablemente en el último año y medio alcanzando una cifra cercana a los $130 millones, decidió no repostular al cargo, anticipando su salida.
"No sé si de manera exagerada, pero todos han visto en mí a una persona que puede producir cambios", dice Salinas, que habla de "crisis" en el consejo, aborda los cuestionamientos a Scaramelli y analiza las propuestas de cambios a los estatutos de la SCD. "Podríamos conversar y revisar. Esta es una sede en la que se conversa y se discute bastante", afirma.
-¿Hay división en el consejo? En días recientes ex miembros como Mario Rojas y Florcita Motuda se han criticado en las redes sociales.
"Ha habido una incomprensión tremenda de determinadas tareas que le competen al consejo. A mí me da tristeza que entre los propios músicos subamos el tono de la confrontación. A veces hay distintos modos de entender la participación y llegan estas crisis".
--La repartición de los derechos de autor genera dudas en los socios. ¿Han pensado cómo aclararlo?
"Hay que hacer cambios. Hay que revisar qué cambios se han producido en la acumulación de derechos que llegan a la sociedad y cómo se distribuyen. Hay ponderaciones que de repente producen distorsiones, pero eso es parte de la vida y de esta sociedad. Sin duda que esta crisis que vivimos, entre otras cosas, sucede porque hemos pasado a repartir una cantidad muy importante de derechos de autor a muchos más músicos. Esto nos obliga a ser más eficientes y a cumplir con la transparencia, que es una obligación".
-¿Tienen los consejeros o el presidente acceso a información privilegiada, como dicen algunos socios pudo suceder con Scaramelli?
"Es muy difícil que alguien meta mano en un computador de la SCD. Todo el sistema informático que provee la información no puede ser alterado, es ingenuo pensar eso. Tampoco he sabido que se maneje información privilegiada. Lo que sucedió con Álvaro fue una mala coincidencia entre un trabajo que él tiene como músico, que lo tienen varios, con un modo que vamos a revisar de distribución de esos derechos específicos. El fenómeno de las rotaciones de música, de jingles, es un fenómeno de distribución y uso de la música que hay que revisar para que sea justo y ponderado equilibradamente".
-La auditoría en curso puede que no encuentre problemas legales, ¿pero no hay un tema ético en este punto?
"En pocos días se va a despejar la posibilidad de que haya informaciones torcidas. Los músicos saben quiénes se preocupan de la gestión de sus derechos, saben que en determinado momento pueden ganar mayor dinero haciendo determinadas músicas. Hay artistas que se dedican a hacer jingles, hay otros que cantan cueca. El derecho de autor está muy relacionado con la difusión. Si tu música no la toca nadie, no vas a recibir ningún derecho, y en ese sentido hay un deseo ingenuo que surge desde muchos colegas de pensar que por el solo hecho de estar en la SCD van a recibir derechos de autor. Y también es muy ingenuo pensar que el derecho de autor que recibe la SCD lo vamos a partir en partes iguales en los músicos que están inscritos".
-La música en TV, según los hechos, es el ítem más lucrativo. ¿Qué le parece la propuesta de emitir un boletín con ofertas de trabajo para los socios?
"Todo lo que sea repartir la información y sobre todo evitar que existan concentraciones en la distribución del trabajo, entra en una acción democrática necesaria. Pero tampoco soy ingenuo para decir que si yo me pongo a hacer jingles me va a ir bien, porque tengo otras aptitudes. Tenemos que pensar que este es un trabajo variado y yo no soy nadie para menoscabar la importancia que pudiera tener el trabajo de un músico que con tres notas se gana muchos millones".
-¿Es correcto que, pese a los cuestionamientos, Scaramelli se mantenga como miembro del consejo?
"Él es una persona muy trabajadora. Le imprimió una gran energía a la SCD y no lo creo responsable de lo que sucede. Es una persona muy respetada en el mundo de los músicos y no vemos motivos para que él deje de pertenecer".
-¿Qué desafíos enfrentará la SCD?
"El primero es cuidar a la SCD, ya que hay muchos interesados en resquebrajarla. No ha sido fácil instalar el derecho de autor en este país como una necesidad ligada a la dignidad de los músicos y los artistas. Queremos cuidar esta estructura que irá creciendo y que, esperamos, cada vez va a tener más ingresos. El desafío es ir haciendo más justo el reparto. Los músicos tienen que vivir bien y de su trabajo. No está mal que la gente viva muy bien. Tenemos que luchar contra cierta práctica inmediata como es el chaqueteo".
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