domingo, febrero 18, 2018

Claude Debussy: el gran enigma

El Mercurio


Este año, en marzo, se conmemoran 100 años de la muerte del compositor, a quien muchos especialistas, entre ellos Pierre Boulez, consideran como el autor que abrió las puertas de la música al modernismo, tras el desgaste del movimiento romántico. Innovador, aunque no iconoclasta, cuesta clasificar y definir a este músico. Aquí entregamos algunas pautas. 

Por Neil Fisher The Times

De todos los modernistas musicales, Debussy es quizás el más elusivo. "Es alguien a quien nunca le puedes dar en el clavo", dice el experto en música francesa, Roger Nichols, "y en 50 años aún no he logrado descifrarlo".

Nichols, quien se unirá, en marzo, en Londres al pianista Jean-Efflam Bavouzet en una exploración de todo el día de la música para piano del compositor , coloca a Debussy en un punto clave a fines del siglo XIX. "Llega en un momento en el que el movimiento romántico está mostrando señales de desgaste y es probable que suceda algo nuevo. ¿Pero qué? Y pienso que él es el gran qué".

El flautista Emmanuel Pahud agrega: "De todos los compositores, Debussy es el que más cuesta definir con palabras. Su música es más bien entremedio de notas...entre instrumentos... entre líneas". Aquí entregamos, con la ayuda de varios músicos especialistas en Debussy, algunas nociones introductorias sobre el compositor:

Ojo con calificarlo de impresionista

Los paisajes sonoros diáfanos e improvisados de Debussy, y su ascenso a la fama en la misma época que pintores como Monet y Pissarro, han alentado al público y a los críticos a tildarlo de impresionista. Pero si quiere describirlo como "músico impresionista", hágalo con fundamento.

"Debussy no tenía ningún vínculo con esa forma de arte", insiste Nichols. "Una vez, hablando de Turner, dijo que el impresionismo era un término usado por imbéciles para describir el arte de ese pintor."

El pianista Stephen Hough, en cambio, es más conciliador sobre este punto. "Si uno mira un cuadro de Monet y escucha a Debussy al mismo tiempo, no está forzando las cosas en ver la conexión desde el punto de vista estético. Cuando la armonía no tiene una función dentro de la estructura, está ahí por su propia belleza . Eso es algo que también se puede obtener de los pintores impresionistas; cuando hay algo que es maravilloso, pero no tiene una relación particular con el tema de la pintura".

Sigan al fauno danzante

La revolución silenciosa de Debussy empezó con "Preludio a la siesta del fauno", que representaba, como lo expresó el compositor, "los deseos y sueños del fauno en el calor de la tarde" y luego convirtió en un ballet coreografiado e interpretado por Nijinsky y presentado por los Ballets Russes de Diaghilev.

Pierre Boulez señaló que "la música moderna se despertó" con esta pieza apostando mucho a solo diez minutos de música. Para Nichols, es la libertad de la obra la que le da su poder. "El comienzo mismo lo delata. El solo de flauta toca un tritono entre un do sostenido mayor y un sol, que se supone no existe en 'música educada', y luego hay un compás de silencio, como si la música misma se sorprendiera con lo que acaba de hacer".

La directora lituana Mirga Grazinyte-Tyla, quien celebrará a Debussy con una serie de conciertos con la Orquesta Sinfónica de la ciudad de Birmingham, describe el "Preludio a la siesta..." como "una revolución silenciosa". Al flautista Pahud, la pieza le inspira pesadillas. "Cada vez que debo tocarla con una orquesta estoy aterrado. El director no es de ninguna ayuda. Uno está desnudo, solo. Es un momento muy solitario en la vida de un flautista".

Escándalo sobre el escenario

Donde Debussy simplemente insinuó lo que podría estar haciendo el fauno en su tarde de ocio, Diaghilev y Nijinsky fueron más allá, el bailarín terminando su número como solista con un gesto del fauno en el que parecía estar masturbándose. Y así estalló un clásico scandale parisino.

"Es justo decir que entendieron la obra", dice Nichols sobre los creadores del ballet. "No es solo una tarde calurosa para el fauno -están pasando cosas entre los arbustos, pero no eran lo suficientemente explícitas como para ofender a nadie hasta que apareció Diaghilev". Debussy, sin embargo, que rara vez colaboró de manera amigable, encontró la coreografía "repulsiva".

El primer ballet contra la guerra

Este no sería, sin embargo, el último coqueteo de Debussy con la danza. Volvería a trabajar con Nijinsky en el que debe ser el único ballet sobre el tenis del mundo, "Jeux "("Juegos"), una obra radical que describe a un hombre y dos mujeres que no solo juegan al tenis, sino otro tipo de juegos más sugerentes.

De acuerdo con Millicent Hodson, quien resucitó con éxito el ballet con la coreografía de Nijinsky, la obra, que sería un punto de inflexión, no solo terminó con tabúes sexuales, sino que el clímax de la pieza también anticipó la carnicería de la I Guerra Mundial. "Cuando la música se divide en compases de 2/4 a partir de sus variaciones sobre el vals, el trío marcha como si fuera a su perdición Es -sostiene Hodson- el primer ballet contra la guerra".

Su búsqueda de la belleza

Debussy intentó dejar fuera de su música lo que odiaba de los desgarbados bailarines de Nijinsky: podría decirse que toda su obra representa una incansable búsqueda de la belleza.

"Escribió sobre permanecer de pie mirando las nubes durante horas, y mientras lo hacía decía que sus manos adoptaban solas una actitud de oración. Eso demuestra la necesidad absoluta qué era para él encontrar belleza, tanto en la vida como en la música", dice Grazinyte-Tyla.

El resultado es una paradoja seductora: un compositor totalmente perfeccionista tratando de expresar lo inexpresable. "Un crítico le preguntó por qué no había resuelto un acorde. Su respuesta fue: '¿Por qué tendría que resolverlo? Es bello como está'. Era una estupidez para él seguir reglas que no tenían nada que ver con lo que él consideraba hermoso".

La discutida ópera Pelleas et Melisande

Por cada admirador de la única ópera que terminó Debussy, la enigmática tragedia simbolista "Pelleas et Melisande" -estrenada en 1902-, hay alguien que la detesta.

Se trata de un hecho reconocido por una renombrada intérprete de Melisande, la soprano Barbara Hannigan. "Enfureció a mucha gente en aquel tiempo, y aún lo sigue haciendo, hay una gran cantidad de personas a la que realmente no le gusta esta ópera." Hannigan enumera las habilidades que se necesitan para hacerlo bien como cantante-actor: "Modestia, misterio, secretismo, contención", ninguna de ellas tradicional en tan jactanciosa forma de arte como es la ópera.

El punto de apoyo para la afirmación subyacente de la ópera es la propia Melisande, quien nunca revela quién o qué es, a pesar de que los hombres en su vida se lo preguntan continuamente. "Ella tiene básicamente tres líneas", dice Hannigan. 'Sí, no y no lo sé'. Pero la forma en que responde y el momento en que responde es extraordinario".

"Pelleas..." es la obra de Debussy que Pahud elegiría para estar en una isla desierta. "Cuando Pelleas le dice a Melisande, 'Je t'aime', hay algo cercano al silencio en la orquesta, es como el ruido que hacen las cenizas justo antes de encenderse y morir. Esta intensidad es el modo en el que Debussy le deja mucho espacio a su héroe para que hable sobre el amor".

 El muy interpretado "Clair de lune"

También conocido como el tercer movimiento de la Suite Bergamasque (aunque no por muchos), esta es la pieza por la que todos los alumnos de piano deben pasar. Ha aparecido en películas tan distintas como "La gran estafa", "Expiación, deseo y pecado" y uno de los capítulos de "Crepúsculo", como también en cualquier cantidad de arreglos cursi que se escuchan en los vestíbulos de hoteles.

"Es el tipo de música que las jovencitas pueden tocar sin molestar a nadie ni a ellas mismas", es como la describe Nichols, pero Hough no está de acuerdo. "Yo no la aprendí cuando era joven sino después, a insistencia de mi compañero quien me dijo que sería un lindo bis. Y ahora estoy comenzando toda una velada con ella. A la gente le encanta escucharla".

 Chile también celebra al genio francés con música en vivo

La vigencia de Claude Debussy es visible: los músicos de nuestro país suelen tocarlo con cierta frecuencia. Quizás más en el caso de los pianistas y los músicos de cámara, pero también las grandes agrupaciones orquestales. Y pese a que aún no se han terminado de diseñar las temporadas musicales 2018, ya se advierte que Debussy tendrá un espacio importante en nuestra cartelera musical.

En el Teatro CorpArtes, el 10 de mayo, la Orquesta de la Suisse Romande y el director Jonnathan Nott -una de las agrupaciones más prestigiosas del mundo y una de las grandes batutas de la actualidad -abordarán el "Preludio a la siesta de un fauno", la obra con la cual Debussy inauguró la música moderna.

Esta pieza fundamental es también la elegida por la Orquesta Filarmónica de Santiago y su director titular, Konstantin Chudovsky, quienes la presentarán el 19 y 20 de octubre en el Municipal de Santiago, mientras la Sinfónica Universidad de Concepción y Francisco Rettig la abordarán el 24 de noviembre.

También en el ámbito orquestal, la Sinfónica Nacional de Chile presentará la "Petite Suite" de Debussy el 6 y 7 de julio, con la dirección de David del Pino Klinge. Además, entre agosto y septiembre habrá siete funciones de una coreografía que la premiada británica Caroline Finn -directora de la Compañía Nacional de Danza de Gales- estrenará con el Ballet Nacional Chileno, como homenaje a Debussy. La Sinfónica Universidad de Concepción , en tanto, interpretará "Danza Sacra y Danza Profana", con la dirección del maestro japonés Koji Kawamoto y la solista en arpa Patricia Reyes, el 29 de septiembre.

Nicolas Rauss tiene pensado presentar los "Trois Nocturnes", en mayo, con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. "Es algo por confirmar, pero me encantaría pues es uno de los tres trípticos sinfónicos de Debussy, junto con 'La Mer' e 'Iberia', ¡cada cual más interesante que el otro!", dice el director suizo.

Música de cámara

También será rescatado en el centenario de su muerte el repertorio de cámara de Debussy. El Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado programó el Trío en Sol mayor para piano, violín y chelo, a cargo de Pablo Morales, Rodrigo Pozo y Roberto Becerra, en la Fundación Cultural de Providencia (13 de junio). "Es una obra de juventud, recientemente descubierta y editada que, si bien aún no manifiesta el estilo impresionista del compositor, sirve para conocer mejor la impronta romántica de la que procede", comenta el musicólogo Juan Pablo González, director de ese instituto.

El Municipal de Santiago, a través del ciclo "Domingos Musicales" que ofrece en la Sala La Capilla, también se hará presente durante este aniversario. El 3 de junio, Luis Alberto Latorre y Tamara Buttinghausen tocarán "Seis epígrafes antiguos", para piano a cuatro manos. Y el 13 de diciembre, el Ensamble Zero, que integra al propio Latorre más Guillermo Lavado en flauta, y Celso López en chelo, ofrecerá un monográfico, tocando "Las canciones de Bilitis"; la Sonata para chelo y piano, y el Trío en Sol, para flauta, chelo y piano.

Por otra parte, el dúo de Alexandros Jusakos (piano) e Ivanka Milosevic (violín) itinerará en varias regiones del país, pasando por Arica, Santiago, Puerto Montt y Punta Arenas, entre otras ciudades, con un programa especial que reúne la Sonata para violín y piano y la "Suite Bergamasque" para piano, además de una selección de los "Preludios" de Debussy (confirmar fechas en Fundacionpianosparachile.cl).

En cuanto a recitales de piano, podemos destacar dos. En el Ciclo de Grandes Pianistas del Municipal, el prometedor tecladista francés Wilhem Latchoumia abordará "Una noche en Granada" y selecciones de los "Preludios" de Debussy el 25 de abril. Y Paulina Zamora , la pianista chilena que grabó para el sello estadounidense Delos los 12 Estudios de Debussy, interpretará 8 de esos Estudios en el GAM, el 18 de abril.

La reconocida pianista Edith Fischer , quien protagonizó un hito en 1962 al ofrecer con Alfonso Montecino la obra integral para piano de Debussy en la Biblioteca Nacional, cuenta que se centrará en el genio francés todo el año, pero en Londres, Suiza y China. "Iré con la música a otra parte... Es una lástima", dice.

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