Alexandre Desplat: El compositor más nominado de la última década

El Mercurio

El músico francés, postulante a Mejor Banda Sonora por "La forma del agua", se ha convertido en un invitado frecuente de la Academia, acumulando 9 nominaciones y un Oscar. 

Por Patricio Zenklussen

Desde la inclusión de la categoría Mejor Banda Sonora, en la quinta entrega de los Oscar en 1934, cientos de músicos han estado nominados por sus composiciones para películas. Algunos han pasado a la historia con sus obras, y en la última década ha aparecido un nombre que podría ser el nuevo integrante de ese sitial de honor: Alexandre Desplat.

Con más de treinta años de carrera, el compositor francés ha creado música para más de 100 largometrajes y ha sido galardonado con dos Globos de Oro, tres BAFTA y dos Grammy, además de un Oscar en 2015 por su trabajo en "El gran hotel Budapest".

En el caso de la Academia, desde su primera postulación en 2007 por la película "La reina", el compositor ha recibido otras ocho nominaciones, más que cualquier otro en los últimos diez años. Hoy, Desplat es el favorito para ganar su segunda estatuilla por "La forma del agua", trabajo por el que ya ha recibido 14 galardones.

"La magia de la música de películas recae en la capacidad de traer a la luz emociones y sensaciones que no están todavía en la pantalla", comentó el artista en una entrevista para el documental "Score".

El estilo de las composiciones de Desplat suele ser melódico e intimista, en contraposición a los formatos grandilocuentes que han desarrollado otros compositores, como el también multinominado Hans Zimmer (que en esta ocasión compite con "Dunkerque").

Para la "La forma del agua", por ejemplo, el compositor echó mano a instrumentos como arpas y flautas, y el tema principal está guiado por un silbido. Y aunque la orquesta sigue estando presente, Desplat explicó cómo debería funcionar: "Es todo muy suave. No hay nada estridente. Es todo un cuento de hadas que no debe detenerse".

"Lo más importante es encontrar el balance entre función y ficción" -explica a la revista especializada Gramophone- "La función asegura que la música calce bien con la mecánica del filme, pero la ficción permite entrar a lo invisible, a la psicología de los personajes".