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domingo, abril 29, 2018
Juan Pablo Izquierdo y su gran año en el Municipal
El Mercurio
Importantes compromisos Conciertos y su regreso al género lírico.
La legendaria batuta chilena, designado director emérito de la Filarmónica de Santiago, se prepara para un desafiante 2018 en el teatro de Agustinas. A principios de mayo dirigirá obras de Beethoven, Webern y Bernstein, y en agosto protagonizará el estreno en Chile de la provocadora ópera "Lulú", de Berg.
Por Maureen Lennon Zaninovic
En estos días, Juan Pablo Izquierdo, Premio Nacional de Música 2012, descansa junto a su esposa, Trinidad Jiménez, en su residencia en Tunquén, disfrutando de una vista privilegiada de la costa chilena. "Hay un silencio en este lugar tan fantástico que me permite trabajar de manera muy productiva. Tratamos de venir lo más posible", señala en un contacto telefónico con "Artes y Letras". Revela que su casa se encuentra invadida por las partituras de "Lulú": la ópera de Alban Berg cuyo estreno en Chile está programado a partir del 22 de agosto (ver nota relacionada).
"A Tunquén me llevé los nueve tomos. ¡Es una cosa enorme! ¡Una maravilla! y un desafío tremendamente complejo. 'Lulú' es la coronación de la obra de Alban Berg. Es una oportunidad única dirigir esta pieza que en el mundo se toca muy poco, precisamente por su complejidad", dice.
En un compromiso más inmediato -también en el Municipal-, dirigirá a la Orquesta Filarmónica de Santiago en un programa que promete convertirse en otra de las cumbres musicales del 2018. Bajo el título "Romanticismo y espiritualidad", el 9 y 10 de mayo el conductor abordará "Passacaglia, Op. 1", de Anton Webern; Tres meditaciones de "La Misa", de Leonard Bernstein, y la Tercera Sinfonía, de Beethoven.
Germán Reyes Busch, destacado melómano chileno y colaborador-editor del Foro Mahler en español, profundiza en el intenso 2018 que desplegará este legendario director chileno de 82 años:
"Será un doble regreso al Municipal de Santiago. La 'Eroica' de Beethoven y la Passacaglia de Webern lucirán todo el desgarro, drama y lucidez que ya le hemos oído en otras lecturas de referencia en el país y en el mismo teatro". Reyes añade que su segundo compromiso promete ser todo un hito, ya que tras largos años de ausencia, regresará al foso del escenario, "esta vez para dirigir una obra del repertorio que ama y, sin duda, domina: 'Lulú' de Berg. Estamos hablando de un compositor cuyo estilo fue aprendido y madurado directamente de uno de los adalides de la música de vanguardia: Hermann Scherchen. El expresionismo le queda muy bien al maestro Izquierdo y dudo de que haya muchos directores en el mundo que sepan traducir esta música con la dosis exacta de alucinación, jamás reñida con la claridad".
"Mi vida ha sido muy cercana a la Filarmónica"
Es sabido que en la década de los 80, al Premio Nacional Música 2012 le tocó liderar una de las mayores revoluciones musicales en Chile: al asumir como titular de la Filarmónica Santiago impuso concursos y trajo a músicos "importados" como jefes de fila, quienes fundaron verdaderas escuelas en nuestro país. Los protagonistas de esos años coinciden en que Izquierdo les exigía hasta sacar el máximo nivel. "Fueron prácticamente ocho años donde me tocó asumir una verdadera reforma. Traje a músicos estadounidenses como el cornista Edward Brown y el trompetista Eugene King, quienes finalmente se quedaron en Chile y siguen en la Filarmónica. Ellos han formado a muchas generaciones de instrumentistas nacionales", rememora el profesional quien -en 2018- fue designado por Frédéric Chambert, actual director del Municipal de Santiago, director emérito de este conjunto. "Para mí esto es un gran honor y una constatación de que mi vida ha sido muy cercana a la Filarmónica. Lamentablemente ese vínculo se rompió por un tiempo largo, pero lo que me tiene muy ilusionado es que se está restableciendo una conexión laboral y sentimental. Ser director emérito, al igual que lo soy de la Orquesta de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, es simplemente un reconocimiento. No estamos hablando de un puesto estable o remunerado; o que vaya a tener mayor incidencia en el diseño de programación del teatro, aunque igual me consultan. Es un honor que sí significa una mayor presencia en este escenario. En 2019 regresaré a dirigir conciertos y en 2020 conduciré otra ópera".
Con respecto al programa del 9 y 10 de mayo, Juan Pablo Izquierdo parte por profundizar en la "Passacaglia, Op. 1". A su juicio, el vienés Anton Webern (1883-1945) si bien es conocido por haber pertenecido a la gran vanguardia de la entreguerra, "acá está más cerca del período romántico. Esta obra tiene un dejo post romántico en la que se pueden oír reminiscencias de 'Noche Transfigurada', de Arnold Shoenberg y de su compañero de estudios, Alban Berg. Es una composición corta y muy concentrada, que consiste en variaciones sobre una passacaglia . Es una obra de gran belleza y tiene un aspecto brahmsiano. El cuarto movimiento de la Cuarta Sinfonía de Brahms es una passacaglia . Sin duda Brahms fue el gran motor, el gran impulsor de ir hacia los límites de la tonalidad, eso sí de una manera más tradicional que lo que hizo Wagner en la misma época".
-También va a dirigir Tres meditaciones de "La Misa" de Leonard de Bernstein. ¿Qué destacaría de esta obra tan polifacética?
"En 1971, el Kennedy Center de Washington recibió el estreno de 'La Misa'. Lo que hizo Bernstein fue sacar tres fragmentos de esta composición para que fueran ejecutados por el gran chelista ruso Rostropovich. La primera meditación es como un canto judío. Su interválica y forma expresiva son muy próximas al Medio Oriente. La tercera meditación, en tanto, está basada en un fragmento de la Novena Sinfonía de Beethoven. Menciono esto porque es característico de la obra de Bernstein aglutinar distintos estilos y épocas. En ese sentido, es una pieza muy postmoderna, pero también una muy hermosa unidad dentro de una multiplicidad de estilos".
-¿Cuál sería, a su juicio, el principal legado de este músico, al cumplirse el centenario de su nacimiento?
"Bernstein fue un gran director de orquesta. Lo pude apreciar, ya que tuve el privilegio de ser su asistente cuando le tocó liderar la Filarmónica de Nueva York. Combinó estilos en composiciones diferentes, entre otras en el musical 'West Side Story'. Supo, de manera magistral, unir el jazz, el rock y el blues con la música clásica. Fue un compositor que representó, en su momento, una opción norteamericana por el postmodernismo, frente a una música de tradición que provenía de Stockhausen, Xenakis o Pierre Boulez. Además fue un gran pedagogo. Los programas que hizo para la televisión transformaron la apreciación de la música clásica en Estados Unidos. Multifacético".
- El programa cierra con la "Eroica" de Beethoven. ¿Hay algún vínculo con los otros compositores?
"Absolutamente. Arnold Shoenberg, maestro de Webern, siempre impulsó en sus alumnos el estudio de las obras de Bach y Beethoven. Y como ya lo señalé, la tercera meditación de Bernstein está basada en una serie de 11 sonidos de la Novena Sinfonía de Beethoven. La presencia del músico de Bonn en este programa es muy evidente. La Sinfonía Eroica se puede entender de muchas maneras. Representa un ciclo de la vida, con un primer movimiento que es una lucha por la existencia, y luego continúa con la muerte y el renacer: el gran triunfo espiritual de la verdad. Estamos ante un pensamiento muy cercano a Webern y Bernstein. Hay una conexión muy fuerte entre todos estos compositores".
MUNICIPAL DE SANTIAGO:
Orquesta Filarmónica
Director: Juan Pablo Izquierdo
Programa: "Passacaglia, Op. 1", de Anton Webern
Tres meditaciones de "La Misa", de Leonard Bernstein y la Tercera Sinfonía de Beethoven
Fechas: 9 y 10 de mayo, a las 19:00 horas
Desde $2.000
Con "Lulú" , y después de 34 años, Izquierdo vuelve a dirigir una ópera
En 1984 fue la última vez que condujo una ópera en el Municipal de Santiago. "Dirigí 'Aida', de Verdi, pero en años anteriores me tocó 'La bohème' y 'Madama Butterfly', de Puccini", dice. Su debut en el género lírico en el teatro de Agustinas data de 1970 con "Un ballo in maschera" de Verdi. "Fue una experiencia inolvidable porque me tocó trabajar un mes con Ramón Vinay, quien en esa oportunidad fue el régisseur de esta producción", rememora Izquierdo.
34 años después de "Aida", el Premio Nacional de Música 2012 volverá a colocarse en el foso de la orquesta, esta vez para dirigir el estreno en Chile de "Lulú", de Alban Berg, a partir del 22 de agosto.
"Es una obra dodecafónica, absolutamente, de principio a fin", adelanta, y añade que es muy difícil, tanto para los músicos como para los cantantes. "Es realmente un tour de force para todo el equipo. Tres horas que no dan respiro. Es una ópera larga, casi el doble de duración de 'Wozzeck'. Está la técnica dodecafónica y, además, está el empleo de distintas formas tradicionales, como la sonata. Berg no pierde una unión con la música del pasado".
Izquierdo remata que el viernes 4 de mayo grabará la sección de música interna de esta ópera y que tiene como protagonista a una jazz band . "Con 'Lulú' no se termina nunca de trabajar. Es un pozo incansable y complejo".
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