La Tercera
El ingeniero en sonido que produjo The Cycle (2017) de Recrucide, álbum que llevó a la banda a obtener su segundo premio Pulsar en categoría Artista Metal, analiza con Culto su método de grabación y la actualidad del metal en Chile.
Por Alan Alfaro
Francisco Arenas (35), ingeniero en sonido y civil industrial, conoció a los integrantes de Recrucide en 2015 durante un show en Talca, y dos años después produjo The Cycle (2017), álbum que llevó a la banda a obtener su segundo premio Pulsar en categoría Artista Metal.
A fines del año 2016, la banda llegó con una meta clara para su próximo disco: lograr un sonido moderno en un género musical categorizado por la potencia. Desde el comienzo se consideró uno más de la banda, incluso planteando exigencias: quitar cualquier ego de las grabaciones. “Lo que interesa es la obra”, reconoce.
Francisco Arenas y Recrucide querían plasmar las mejores sensaciones en el cuarto larga duración, donde la pre producción fue esencial para “cerrar los temas” sin coartar las espontaneidades; siendo estas algunas de las claves que lo llevaron a considerar The Cycle como el reflejo de su lenguaje en la producción de un disco.
La posproducción es un paso para oxigenar, al menos así lo ve él. Comúnmente no mezcla ni realiza el mastering, prefiere enviar el registro al extranjero, para así salir de la cadena de producción y tratar de ser objetivo a través de la visión y apoyo de otros profesionales. “Se tiene que dar una serie de instancias, que siendo metódico, puedes lograr. Y eso pasó con Recrucide”, comenta.
Sobre metal en Chile y su carrera de productor
Para Francisco ser músico o productor musical, es tener un oficio profesionalizado y en Chile funciona muy distinto a como lo hacen las grande potencias, especialmente por la preparación. “Aquí con el título te válidas, pero después te golpeas con las piedras de la frustración que nublan tu foco definitivo”, argumenta.
Crítico de la ‘escena’ metalera en Chile, apunta a que el género, si se estudia, tiene gran potencial inexplorado en nuestras tierras. “Yo diría que aquí no hay escena. Esto se aproxima cuando eres telonero de una banda extranjera”, indica con seguridad. Para dar el gran paso cree que se debe deslumbrar al público “por el sonido, por cómo te ves y por la experiencia que entregas”, algo que considera al debe en gran parte de las bandas emergentes.
Recuerda épocas cuando el metal tenía mayor masividad con el público, y comenta que “ahí existía comunidad que apoyaba, el público se reflejaba con la visión entregada por las bandas. Así se logró el éxito y eso falta para volver a lograr aquella situación”.
Francisco cree que para ser una banda eficiente hay que tener algo que personalmente llama “visión 360°”, es decir, no solo preocuparse del sonido y la grabación, también del arte del disco, de la parte audiovisual y del booking. “Debes tener una visión más amplia. Para formar una escena metalera en Chile las bandas deben perfeccionar la experiencia que entregan, con un concepto plasmado en un disco que termine convocando las masas”, subraya.
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