domingo, octubre 21, 2018

8 propuestas para definir el perfil del nuevo director del Museo de Bellas Artes

El Mercurio

El polémico llamado a concurso para dirigir este museo -destinado solo a funcionarios públicos- será declarado desierto y con ello se abre la posibilidad de una convocatoria abierta. Les preguntamos a ocho especialistas sobre las características que debiera tener el próximo encargado del museo público de arte más importante del país y el más antiguo de América Latina. Y recordamos algunos directores emblemáticos, acciones e hitos de la historia reciente. 

CECILIA VALDÉS URRUTIA
Una "Carta al Director" de este medio encendió las alarmas: la esperada postulación para nuevo director o directora del Museo Nacional de Bellas Artes ya había sido convocada. Para sorpresa de todos, se había tomado un procedimiento en el que solo podían postular al cargo funcionarios públicos. Una situación inédita que habría quedado amarrada en la nueva ley del Ministerio de las Culturas y que fue percibida como claramente perjudicial. Si se trata de elegir al encargado del más importante museo público de bellas artes del país, ello exige características difíciles de encontrar en materia de saberes y sensibilidades, de carácter y liderazgo, de gestión y conocimiento del mundo privado y del circuito internacional.

La nueva autoridad tendrá que afrontar y superar, además, los escasos fondos que el Estado destina a este museo para nuevas exposiciones, los que fueron para este año de poco más de 300 millones de pesos, de un total de $1.368 millones, aproximado, para su ejercicio administrativo. A diferencia de otros museos o centros creados como corporaciones de derecho privado (Cultural de la Moneda, Museo de la Memoria) que reciben una cifra mayor de apoyo estatal. Asimismo, los museos nacionales como el de Bellas Artes tienen muchas más dificultades burocráticas a la hora de gestionar recursos del sector empresarial.

Al cierre de esta edición, fuentes confiables informaban a Artes y Letras que el primer llamado para encontrar director del MNBA será declarado desierto. Y muy luego se abrirá un "segundo llamado", esta vez, abierto a cualquier postulante que cumpla con los requisitos.

Directores históricos y más celebrados

La historia de este museo contiene muchos de los principales hitos políticos, sociales y culturales del país, partiendo por la muestra inaugural en 1910 con cientos de valiosas pinturas llegadas desde 16 países del mundo, en lo que constituyó el principal evento de las celebraciones del Centenario. Mientras la lista de sus directores dibuja un esquema con nombres de excelencia como el escritor y pintor Pedro Prado, director entre 1921 y 1923; el artista Camilo Mori, entre 1928 y 1929, o el fundador del Grupo Montparnasse, considerado el primer pintor abstracto en Chile, Luis Vargas Rosas, quien estuvo desde 1946 hasta 1970.

En 1970 asumió el arquitecto, pintor y gestor Nemesio Antúnez Zañartu, reconocido por su calidad humana, liderazgo y transversalidad. Dirigió el museo en dos períodos muy complejos del país: durante la Unidad Popular y a partir de 1990, con el retorno a la democracia. En los años 60 había sido director del Museo de Arte Contemporáneo y agregado cultural en Nueva York. Antúnez, como director del MNBA, remodeló el edificio y construyó la Sala Matta. Se reconoce su preocupación por salvaguardar la colección patrimonial de arte del museo en tiempos turbulentos.

Con el golpe militar, en 1973, fue designada en ese cargo otra eximia figura del arte y la cultura, la primera mujer en llegar a la dirección del museo: la escultora y maestra Lily Garafulic. Es reconocida por las profundas reformas que llevó a cabo, entre ellas, la creación del Laboratorio de Restauración y Conservación de obras de arte del museo.

Durante la administración de la periodista y crítica de arte Nena Ossa (1978-90) se creó la Fundación de Bellas Artes, con el objetivo de obtener fondos del sector privado. Inauguró la última muestra importante llegada desde el MoMA, la del artista estadounidense Robert Rauschenberg. Y en arte nacional hubo exhibiciones emblemáticas como "Aquellos años 80".

El regreso de Antúnez en 1990, con la elección del Presidente Patricio Aylwin, abrió el museo a un mayor público y trajo más muestras del exterior. Se centró en la difusión y enseñanza. Y a partir de 1993 vino la dirección del reconocido académico e investigador de historia del arte en Chile, Milan Ivelic (1993-2012), la que estuvo marcada por la estabilidad. Se amplió a más exposiciones de arte nacional, al rescate de figuras, y a la restauración del patrimonio. Inauguró muestras notables del exterior: Moore, Rodin, Degas, Stella, además de la exposición con originales de la cultura etrusca, entre otras. Fue, asimismo, objeto de algunas críticas, por no dar mayor espacio a la colección patrimonial y por curatorías débiles para determinadas muestras sobre esa misma colección. El resto de la historia es reciente y habla de una crisis en la gestión y en los objetivos del museo en el siglo XXI.

 "Es de esperar que en la elección no predomine la fidelidad política"
Ante los conflictos internos del MNBA, la tarea de la elección de la próxima directora o director de este museo parece particularmente compleja. Deberá tener la capacidad de enfrentar, organizar y cohesionar un equipo humano dividido, con todas las limitaciones, además, que tiene el sistema público. Es evidente que debiera ser una persona cuya disciplina esté vinculada con la historia y la teoría del arte, que sea reconocida y valorada en este ámbito por sus aportes y que tenga formación o experiencia probada en gestión del patrimonio y la articulación de equipos colaborativos. Pienso, además, que es fundamental que tenga un claro sentido de la misión pública de la cultura y que su capacidad de liderazgo no se vea empañada por un afán de figuración personal.

Es de esperar que en la elección no predomine su fidelidad política. A corto plazo, esto volvería al museo una institución aún más burocrática, en desmedro de su rol en la difusión, investigación y preservación del patrimonio artístico y de su condición de espacio abierto y formador de conciencias críticas de nuestra sociedad y cultura, condición al que todo museo de arte debiera aspirar.

Sandra Acattino es doctora en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte. Directora del Magíster en Estudios de la Imagen de la Universidad Alberto Hurtado.

"El director es la imagen del museo en cualquier parte donde esté"
El perfil deseable para el director(a) del MNBA:

1.- Proceder del campo de las artes visuales, como creador con conocimientos de historia de arte, ojalá con posgrado en esa especialidad. También podría ser historiador del arte con especialidad correspondiente a contenidos propios del museo.

2.- Importante experiencia de gestión en instituciones culturales.

3.- Deseable que posea experiencia en docencia universitaria, requisito que ofrece garantías de idoneidad.

4.- Experiencia curatorial en toda su complejidad. Selección de artistas u obras, conocimiento de las condiciones que impone la arquitectura. Montaje de obras en coherencia con el discurso que respalda la curatoría. Manejo de iluminación y de las condiciones climáticas especiales a cada montaje.

5.- Capacidad de dirección de actividades editoriales, de prensa y diseño, las cuales deben obedecer a una imagen y carácter corporativo.

6.- Experiencia en jefaturas académicas o administrativas.

7.- Capacidad de relaciones sociales. El director es la imagen del museo en cualquier lugar donde esté. Debe además tener la capacidad de trabajar con un directorio, consejo asesor y una posible corporación privada que colabora con la tarea institucional.

8.- Manejo de idiomas, inglés es fundamental.

Francisco Brugnoli es director del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, ex decano Facultad de Artes U. de Chile.

"La designación será una oportunidad para revisar y afinar las funciones del museo"
Trazar un perfil del futuro director del Museo de Bellas Artes requiere aludir a los objetivos y misión de esta institución. Actualmente, estas funciones están en parte desdibujadas, en particular su rol patrimonial y sus relaciones con la gestión y exhibición de arte contemporáneo. La designación será una oportunidad para revisar y afinar las funciones del museo que expone, investiga, protege, conserva y difunde las colecciones de "bellas artes". El elegido tendrá que poseer conocimientos de historia del arte universal e historia del arte chileno, teoría y estética; manejar información del área curatorial y especialmente de museología, que permitan mejorar las "puestas en escena" de las muestras. Su comprensión de las diferencias entre un Museo de Bellas Artes y uno de Arte contemporáneo le permitirá graduar la proporción de exposiciones sobre artistas recientes. Mejorar la calidad y difusión de las muestras requiere de investigación. Para ello son importantes cualidades de carácter -empatía, buen trato, "habilidades blandas"- que favorezcan la formación de equipos afiatados y eficientes. Su manejo de temas de conservación y restauración contribuirá al resguardo y exhibición de las piezas. Para la captación de recursos, difusión y atracción de audiencias debe manejar habilidades de gestor, poseer contactos nacionales e internacionales que le permitan "poner al día al museo".

Isabel Cruz es Doctora en historia del arte. Miembro de la Academia Chilena de la Historia

"Debe crear confianza en el empresariado culto para conseguir fondos"
La mujer o el hombre que asuma la dirección del museo debe tener conciencia de los sucesos importantes de la historia de la cultura visual y las obras de arte que se muestran en un lugar que ha ido impregnándose de una suerte de sacralidad cultural, como es el museo. Tendrá que asumir tres tareas fundamentales: la más importante es la conservación y difusión del patrimonio que el museo custodia; hacer del museo el lugar de llegada de las grandes exposiciones internacionales y conservarlo como lugar de consagración de los artistas visuales.

Para hacerlo, debe ser capaz de conectarse con sus pares de los museos de Latinoamérica y el mundo; manejar con destreza el equipo de especialistas del museo; saber moverse en el aparato cultural del Estado; crear confianza en el empresariado culto para conseguir fondos. Promover donaciones de nuevas colecciones en manos de particulares. Y lo más importante es que tenga conciencia de su posición de figura clave en la misión de difundir la cultura que hemos generado los artistas. Dar a conocer el tesoro que el museo encierra, a un pueblo que avanza en forma creciente a un estado de miseria cultural.

Francisco Gazitúa es escultor. Miembro de la Academia de Bellas Artes

"Es relevante que pueda establecer vínculos sólidos con instituciones extranjeras"
Debiera ser una persona con iniciativa y entusiasmo por contribuir a la difusión y promoción del patrimonio artístico nacional. No debe tener color político y obviamente, ser probo. Es muy importante que tenga aptitudes para el levantamiento de fondos, saber y conocer qué ofrece, por qué y para qué.

Trascendental resulta que posea una visión a corto, mediano y largo plazo; un plan de desarrollo, un proyecto con metas medibles. De la misma manera, debe ser una persona que incentive otros aparatos propios de la actividad museal, como el fortalecimiento de la mediación -abriéndose a diferentes públicos-; la conservación y restauración de sus colecciones y puesta en valor; la adquisición permanente de nuevas piezas.

Sería de gran valor para un país tan aislado como el nuestro, que el museo tenga acceso a muestras internacionales de artistas que estén marcando tendencia o hayan dejado huella en los lenguajes de las artes visuales. Por eso es relevante que pueda establecer vínculos sólidos con instituciones extranjeras -o bien artistas- dispuestos a prestar sus obras. Debe saber asesorarse por curadores reconocidos y establecer una línea editorial clara y definida, velando por la excelencia.

Daniela Rosenfeld G., licenciada en Estética. Directora de Extensión Cultural de la UC

"Debe estudiar la factibilidad de construir un nuevo museo de arte contemporáneo"
El nuevo director debería tener estudios de Historia del Arte, conexiones internacionales en el mundo de los museos y saber de gestión, para que junto a los fondos que provee el Estado -que deben incrementarse- pueda levantar fondos de fundaciones nacionales y extranjeras, junto a donaciones de la empresa privada.

Tendría que profesionalizar y actualizar el MNBA. Tiene que ser capaz de realizar cambios de estructura, y pensar en el museo que se requiere en el siglo 21. El museo es una edificación de comienzos del siglo 20, con algunas modificaciones posteriores y sus salas no están adecuadas para mostrar obras de arte contemporáneo. El actual edificio debiera exhibir, principalmente, las colecciones de arte colonial, clásico y moderno; por tanto, el nuevo director tendría que estudiar la factibilidad de construir un nuevo museo de arte contemporáneo, de alto nivel, para poder mostrar arte actual.

Y es de vital importancia, para mantener activo un museo, la realización de exposiciones temporales, de artistas nacionales e internacionales, llevar exposiciones a regiones y abrir el museo a actividades con la comunidad. Pero sin dinero, como ha funcionado el museo hasta este momento, no veo posibilidad alguna de que un nuevo director pueda sacar adelante esta labor".

Benjamín Lira es artista visual, miembro de la Academia de Bellas Artes

"Yo lo intervendría, nombrando a una persona como Carlos Aldunate"
Quien asuma la dirección del museo debe entender que toda autoridad de museo asume un cargo político. Es ingenuo pensar que se trata solo de una cuestión de especialistas. El museo está en ruinas en cuanto a su programación, convertido en un centro cultural con exposiciones de nivel muy disparejo y debilitado estructuralmente, producto de los problemas que se revelaron a partir de la destitución del último director. Por lo anterior, las competencias que tiene que tener quien esté a cargo van más allá de guiar un museo. Es una entidad que ha sido debilitada por el modelo de gestión que ha tenido en los últimos 30 años, con presupuestos miserables y un concepto de curatorías personales, muy alejado de la investigación histórica e historiográfica que debiera ser su principal labor. Ahora, si fuera por mí, simplemente lo intervendría, nombrando a una persona como Carlos Aldunate como director, para que por fin lo lidere alguien de comprobada excelencia y probidad, y se haga cargo de regularizar la marcha a nivel administrativo, curatorial, historiográfico y económico.

Pablo Chiuminatto es doctor en filosofía con mención en estética y teoría del arte. Profesor PUC

"Hay una evidente crisis del formato tradicional de museo para dar cuenta de una situación desbordada del arte contemporáneo"
Primero debemos saber cómo es el Museo de Bellas Artes que queremos, o mejor dicho, el "Museo que hoy Chile necesita". Sin duda, una definición pendiente. Hay una evidente crisis del formato tradicional de "museo" para dar cuenta de una situación desbordada del arte contemporáneo respecto de sus ideas, medios y soportes, imposibles de contener dentro de los espacios convencionales e incluso reticentes a una inscripción sesgada a la denominación de "arte" a secas.

Todo esto hace pensar que es el momento de dar un salto cualitativo en cuanto a concebir sus paradigmas, gestión y mecanismos de divulgación. La institucionalidad y el sistema del arte en Chile ha crecido, se ha diversificado y también descentralizado, las viejas lógicas caseras que han prevalecido en su administración son insuficientes y extemporáneas. Y en ese contexto nuevo, la orfandad por parte del Estado de Chile es impresentable, pero especialmente por la valoración e interés que la sociedad actual le entrega al arte como construcción de imaginario y representación simbólica para un mundo en crisis.

El Museo Nacional de Bellas Artes es de algún modo el buque insignia de nuestra institucionalidad artística por su presencia, identidad, envergadura y patrimonio, su posición jerárquica lo obliga a orientar, educar, integrar y dialogar. Dicho esto, no me queda más por señalar que el perfil del nuevo director debe contemplar la capacidad de encabezar una misión previamente establecida (y no desarrollar su propio proyecto).

Enrique Zamudio es Decano de la Facultad de Arte de la Universidad Finis Terrae

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