domingo, enero 13, 2019

Cinco razones para escuchar música contemporánea este verano

Romina de la Sotta Donoso
Cultura
El Mercurio

El festival que la Universidad de Chile le dedica a la creación actual fue completamente renovado y se volvió más amigable para el público general. Descubra las obras maestras del siglo XX y también la tinta fresca.



1 Adiós a las jornadas maratónicas. Nunca más un concierto se extenderá por dos horas, porque el nuevo director artístico del XIX Festival de Música Contemporánea del departamento de Música (DMUS) de la U. de Chile, Jorge Pepi-Alos, fijó una duración razonable. "La gente se agota cuando un concierto es extremadamente largo, y eso perjudica la escucha. Ahora durarán una hora y cuarto", explica el profesor.

Los conciertos son gratuitos y se realizarán a las 20 horas, desde mañana al jueves en la Sala Zegers (Compañía 1264), y el viernes a las 19:30 horas, en el Teatro U. de Chile (Providencia 043). Tienen apoyo de un Fondo de la Música.

2 Ahora el público sabe qué va a escuchar. Otra idea que se jubiló fue la creencia de que "más es mejor". "Antes se programaban muchas cosas, las más posibles, una al lado de la otra, pero sin ningún sentido. Ahora organizamos los conciertos, para que la gente sepa qué viene a escuchar y qué importancia tiene eso. No podemos hacer un festival donde solo los músicos se vayan a escuchar entre ellos", dice el docente.

Así, el martes se consagrará a la música de cámara, con dúos, tríos y cuartetos. El miércoles, en cambio, contrastarán solistas y grandes ensambles, de modo que el público aprecie, por ejemplo, el contraste entre la soprano Nancy Gómez, en la famosa "Sequenza" para voz femenina de Luciano Berio, y la Orquesta Andina, en "Siqchá", de Félix Cárdenas.

3 Las obras maestras del siglo XX vuelven a escena . "¿Para qué sirve saber lo que estamos haciendo hoy en la música si no sabemos de dónde viene? En este caso, debíamos mostrar de dónde viene la modernidad en la música, es decir, la ruptura del sistema tonal y todas las bifurcaciones que se generaron", explica Pepi-Alos.

Así, el lunes, el Ensamble DMUS -que dirige Andrés Maupoint- presentará una serie de obras chilenas que encargó a autores locales, inspiradas en "Preludio a la siesta de un fauno", de Debussy, y luego se ejecutará esta última, seguida de "Tres poesías japonesas", de Stravinsky; "La pregunta sin respuesta", de Ives, y "Oda a Napoleón", de Schoenberg. "Estos cuatro compositores nos muestran cómo cada uno encontró un camino nuevo a inicios del siglo XX. De ahí parte todo lo que hemos hecho durante el siglo XX y el siglo XXI", apunta Pepi-Alos.

4 Un aggiornamento para el público chileno. "Partiels" (1975), de Gérard Grisey, es una obra que los alumnos de 14 años estudian hoy en día en las escuelas públicas de Francia. Pero nunca se ha presentado en un festival chileno. El jueves, la Compañía de Música Contemporánea, que dirige Carlos Valenzuela, saldará esta gran deuda con esta pieza que, como explica Pepi-Alos, marca el retorno de la composición al sonido después de que el Postserialismo la había restringido a la especulación matemática.

5 El repertorio chileno se consolida en la programación. Además de estrenos, se articularán autores chilenos históricos y noveles. "El jueves, por ejemplo, tocaremos a los compositores del futuro, porque tienen entre 22 y 25 años", dice Pepi-Alos. El viernes, en tanto, cuando Juan Orrego Salas cumpla 100 años, la Sinfónica abordará su "Obertura Festiva" y también estrenará "El sol en mis raíces", de Nicolás Cortés, obra elegida por concurso abierto.

Asimismo, rendirán un homenaje a Leni Alexander (1924-2005) a lo largo de tres jornadas. "Es el momento de mostrar que hay una mujer de referencia en Chile, y que la gente pueda escuchar tres obras de ella", dice Pepi-Alos. Se trata de "Meralo", "Tres cantos líricos" y su "Concierto de Cámara".

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