sábado, enero 26, 2019

Más allá del folclor: La nueva escena musical de Rapa Nui

Constanza Rojas Valdés, desde Rapa Nui
Vidactual
El Mercurio

En los últimos años, bandas de la isla han irrumpido en grandes escenarios del Chile continental mostrando rock, reggae y folk en lengua rapanuí.



Las primeras veces siempre les ocurría lo mismo: se presentaban en el escenario y el público se preguntaba dónde están las plumas. Dónde están el ukelele y el bombo. Lo que veían no calzaba con su imagen mental de músicos rapanuís.

La banda Tumu Tapu define su música como "reggae de isla" o "reggae rapanuí", y es exactamente así como suena. No visten trajes tradicionales indígenas y tocan con guitarras eléctricas, bajo, teclado y batería. Crecieron juntos en Isla de Pascua, escuchando el folclor local, pero también Bob Marley y Alpha Blondy. Se presentaron por primera vez fuera de su tierra en Pichilemu, cuando nadie los conocía. Dicen que desde entonces el público que los sigue solo ha aumentado. Así también han crecido los escenarios en los que han tocado. Entre otros, Club Chocolate, Amanda, Rockódromo y, en 2018, Lollapalooza.

En las últimas décadas siempre ha habido algún grupo o solista rapanuí circulando en grandes escenarios del Chile continental. Pero Mario Tuki, vocalista y guitarrista de Amahiro, reconoce que por primera vez se ve una escena de bandas que exploran estilos de música más allá del folclor tradicional -que no deja de estar activo-. "Por eso promovemos el eslogan #Nuevomoai. Es el nuevo aporte creativo que está generando el pueblo rapanuí en adición al legado de los antiguos. La economía de la isla y la vida en conjunto funcionan sobre la base de lo que dejaron los antiguos, que son los moái. Nosotros opinamos que desde el mestizaje, desde la visión contemporánea, tenemos que aportar algo y no solo estar viviendo de eso, del folclor. El nuevo legado es la música contemporánea", explica.

Los estilos que han adoptado estas bandas son diversos, hay rock, reggae y folk; pero según Tuki existen puntos en común: "La base de todo sigue siendo el folclor local, pero después viene toda la influencia de música de afuera. Las misiones norteamericanas influyeron con el rock clásico y el country. También está la Polinesia Francesa, desde donde entró el zouk, y el folclor de las islas del Pacífico".

Amahiro ha estado presente en Lollapalooza, Fiis de Viña del Mar y Santiago, y próximamente en Rockódromo. Definen su música como "rock indígena"; se compone de dos guitarras eléctricas, bajo, batería y coro. La mayoría de sus canciones son en rapanuí, al igual que las del resto de las bandas de esta nueva escena. Para Enrique Icka, otro de los integrantes de esta camada, esto es algo vital: "Decidí subirme a cantar por ver que nuestra lengua se estaba perdiendo, y nuestras generaciones estaban dispersas y necesitaban un mensaje compartido. La música tiene que ser un legado importante, para traspasar la lengua e inspirar a las generaciones nuevas".

La música de Icka podría definirse como folk, y con su guitarra acústica también ha pasado por Lollapalooza, la Expo Milán y otros grandes escenarios. Muchas veces se lo puede ver acompañado por su mujer, Mahani Teave, pianista rapanuí que ha alcanzado un nombre a nivel internacional en el ámbito de la música docta, y con la que creó la escuela de música Toki para formar a niños y jóvenes.

Todos frente al mar

En Rapa Nui, la mayoría de estas bandas puede verse constantemente tocando en bares, restaurantes o discos. Y hace unas semanas se reunieron (casi) todas en un mismo escenario: el Festival Ka Ma'u te Re'o, que nació hace siete años como una plataforma de difusión de los músicos locales. A la par de estos, el encuentro ha crecido sostenidamente, y en esta última versión dio un gran salto en cuanto a producción y convocatoria. En un escenario frente al mar, acompañado de humeantes parrillas ofreciendo comida, el publicó triplicó al del verano pasado.

"La cultura rapanuí es muy musical; es impresionante la cantidad de bandas y este año estaban más organizadas", dice Francisco Haoa, gerente de la Corporación de Arte y Cultura Rapa Nui. Además de gestionar el festival, esta institución apoya a los artistas en sus giras, grabación de discos y hasta compra de instrumentos, por lo que ha visto de cerca su desarrollo y apertura a nuevos géneros. "Como cultura tenemos que ir expandiéndonos, no quedarnos solo con la canción del 60, 70, 80. Tenemos que adaptarnos también a las tecnologías, a los nuevos públicos", agrega.

En el festival se pudo ver también a bandas como Topatangi, Peti e Tahi y Tao'a, con su neofolclor bailable; al músico country Etó, que también tocará en Rockódromo 2019, y Haumoana, quien al igual que Yoyo Tuki está desarrollando su carrera más en el extranjero que en Chile. El primero hizo una gira por Estados Unidos y el segundo está radicado en Australia. "Salir a tocar ha servido para que se profesionalicen más, y al hacerlo ellos, nos empiezan a profesionalizar a nosotros. Ahora estamos adecuándonos técnicamente a lo que se hace afuera", comenta Torea Laroche, quien es dueño de tres escenarios donde tocan bandas frecuentemente. Porque el desarrollo de estos músicos finalmente termina arrastrando a todo su sector; uno que, sin perder su identidad rapanuí, actualmente explora nuevos territorios. Loti Haoa, vocalista de Tumu Tapu, resume: "Las otras bandas nos ven salir y se motivan, ven que es posible".

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