sábado, septiembre 26, 2020

Encrucijada ética: desprenderse de patrimonio o despedir empleados

 El Mercurio


Ante la grave crisis económica provocada por la pandemia, se discute cómo financiar estas instituciones.

Laura Ventura La Nación de Buenos Aires


Los tesoros de las galerías y de los museos son también víctimas de la pandemia. En Inglaterra, Francia, España y Estados Unidos, se debate sobre los modos de financiar las instituciones, azotadas económicamente tras la drástica merma de visitantes. La comercialización de su acervo es una de las estrategias y también de las polémicas que emergen como modo de evitar el recorte de su plantilla.


El Brooklyn Museum, en Estados Unidos, que dispone de una amplia colección de arte islámico, egipcio, asirio, de artistas europeos renacentistas, entre otros tesoros, ha puesto en la casa de subasta de Christie's 12 obras de arte que pertenecen a Gustave Courbet, Camille Corot y Cranach el Viejo. El valor de “Lucrecia”, de este último artista, que será subastada el 15 de octubre, oscila entre US$ 1.2 y 1.8 millones. El propósito es conservar el número de empleados.


Prestigiosos críticos no tardaron en alzar su voz de repudio ante estas ventas, aunque esta institución, como otras, se albergan en la resolución de la Association of Art Museum Directors (AAMD), que en abril último, y ya alertada por las consecuencias del coronavirus, levantaba las sanciones antes impuestas para los socios que se desprendieran de su patrimonio. Deaccessioning es el término (y eufemismo) que se utiliza en este universo para la venta de obras del patrimonio. Brent Benjamin, presidente de la AAMD, precisó que este permiso es solo temporal y que se extenderá hasta que concluya la pandemia.


También el Brooklyn Museum busca un modo de no reducir el número de empleados, mientras otras instituciones ubicadas en Nueva York, como el Guggenheim, que reabrirá sus puertas el 3 de octubre, ha confirmado a The New York Times que despedirá al 11% de su personal. La crisis económica que atraviesa esta institución es muy profunda: su déficit de US$ 15 millones. Poco después de desatarse la pandemia, el Metropolitan Museum, que iba a celebrar sus 150 años, ha despedido a 80 empleados, mientras que el Museum of Modern Art dio por concluidos los contratos de sus trabajadores que se encontraban en programas educativos.


El Museo Rodin de París siempre ha vendido obras de arte, como señala un comunicado de prensa de esta institución que se autofinancia: es decir, sin obtener subvención estatal alguna, atraviesa por una grave crisis económica. El comunicado fue la respuesta ante quienes criticaban la venta de bienes como modo de financiar la crisis y de pagar los sueldos de los empleados. “Ayuda hoy al Museo Rodin a llevar a cabo sus misiones esenciales. Tu donación es más útil que nunca”, dice en su sitio. Las obras que vende el Museo Rodin no integran la colección permanente, sino que son estatuas de bronce, reproducciones certificadas.

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