viernes, septiembre 18, 2020

Paz Court y su giro musical en México: “Siento una liberación tremenda”

 El Mercurio


La cantante dejó atrás la imagen de diva de los años 50, los vestidos coloridos, las flores, también las temáticas luminosas y los sonidos alegres. Se radicó en Ciudad de México, y el próximo viernes 25 lanzará “La fuerza”, su nuevo disco solista que tiene colaboraciones con Ángel Parra y Fernando Milagros, en el que mezcla el folclor con sonidos que van del rock a la electrónica, para hablar de depresión, pérdida y violencia de género. Además, acompañará este trabajo con un montaje teatral que presentará en el GAM en 2021. Por Michelle Martínez Collipal


La imagen está en blanco y negro, y la cámara muestra a las 40 mujeres que integran El Palomar, el coro que acompaña a la cantautora mexicana Vivir Quintana en su interpretación de “Canción sin miedo”, una potente melodía de voz y guitarra que denuncia la violencia de género y que este año ha traspasado fronteras y se ha instalado como un himno feminista en varias manifestaciones latinoamericanas.


De vez en cuando, en el video se puede ver a la cantante chilena Paz Court. Tiene el pelo corto platinado, y un pañuelo en el cuello; con sus manos va guiando las vocalizaciones de las mujeres. En marzo se presentó junto a ellas en El Zócalo, en un concierto organizado por el gobierno mexicano, donde acompañaron a Vivir Quintana y Mon Laferte en la interpretación.


—Hasta el día de hoy me siguen pidiendo arreglos musicales para la “Canción sin miedo” —asegura Paz Court desde Ciudad de México, a través de la pantalla de Zoom, vestida con una blusa blanca, con el mismo peinado y color de pelo que aparece en el video.


Desde la capital mexicana, este viernes 25 presentará “La fuerza”, su nuevo disco solista del que ya ha dado varios adelantos. Los primeros, de hecho, los hizo mientras estaba en Chile, en agosto del año pasado, cuando dio su último concierto en Santiago, y mostró su recorrido musical como solista desde sus discos: “Cómeme” (2014) y “Veranito de San Juan” (2018), hasta las nuevas canciones que serán parte de “La fuerza”.


—Siento que mi música hasta ahora había rondado mucho en cierto estilo, cierta energía y letras que hablaban de los sueños, del amor, todo muy onírico. Y en algún punto, dentro de este viaje que ha sido “La fuerza”, nace en mí algo visceral, de sacar este lado más oscuro, que había estado apagado por mucho rato —dice la cantante.


UN SALTO AL VACÍO


Hasta hace dos años, el nombre de Paz Court (35) seguía asociado a su característica melena oscura de chasquilla recta, además de los vestidos coloridos y floreados que usaba en sus videoclips y presentaciones en vivo. Una estética que recordaba a las divas de los años 50, y que la cantante también exploró en montajes teatrales como “Divas del cine” (2011) o “Los Viudos de Marilyn” (2014). Antes de eso, su imagen también remitía a los sonidos del jazz, que exploró en el conjunto Jazzimodo , junto al pianista Lautaro Quevedo, y al pop más bailable en la banda Tunacola.


Pero de a poco, a principios de 2018, comenzó a crear canciones cada vez más alejadas de todo lo que había hecho.


—Después de tanto tiempo de solo hablar de un tipo de cosas, ya no pude más, e inconscientemente, incluso, empezaron a salir estas otras canciones —cuenta la artista sobre los primeros temas que compuso en esta nueva etapa: “La noche oscura” y “Pajarillo negro”, en los que habla de temas dolorosos como el duelo, la pérdida y la violencia contra la mujer.


—Había emprendido mi viaje a México, y me tocó vivir de cerca un feminicidio, asesinaron a la amiga de una amiga muy cercana, en Costa Rica. Fue una experiencia muy potente para mí, porque ya estaba cumpliendo este sueño de viajar, y me enfrenté a la situación de una mujer que había sido asesinada, que tenía mi misma edad, y que también había emprendido un viaje en busca de sus sueños —relata la cantante.


En otras canciones como “De qué sirve” o “Lamento”, junto al cantante Fernando Milagros, Paz Court habla de depresión, pérdidas y soledad. También mezcla el folclor con otros sonidos como el rock, la electrónica o la cumbia peruana. Además, se unió al músico Ángel Parra para hacer una versión de la canción “Ausencia”, de Violeta Parra.


—Violeta en general es una de las inspiraciones más grandes de este disco, tanto en su legado como compositora, como también en la forma que ella tuvo para hacer denuncia social y política a través del folclor. Creo que gracias a ella encontré, de algún modo, un lugar desde donde hablar este tipo de cosas —dice, y cuenta que ese impulso fue lo que la llevó a reinventar su imagen por completo en el proceso.


—Siempre me gusta construir personajes en torno a mi música y siento que había un desafío en volver creíble que yo cantara lo que estaba cantando. Sentí que el personaje de diva florida de los años 50, que cantaba canciones desde ese lugar, no podría haber sido, porque para mí hacer este disco implicó toda una transformación personal. Estas canciones son tan distintas que me llevaron incluso a cambiar ese personaje, y la estética de todo lo que estaba haciendo —asegura.


La producción de las nueve canciones que componen “La fuerza” la hizo junto a Esteban Sumar, y en el proceso dice que se reencontró con sus inicios como compositora y arreglista en música popular, una disciplina que estudió en la Escuela Moderna de Música. También quiso hacer más explícito su fanatismo por Radiohead, algo que ya había demostrado en su proyecto de banda tributo RH Trío, junto a Roberto Dañobeitía y Nicolás Vera, en 2009.


—Hacer este disco fue un riesgo tremendo, un salto a lo desconocido, a manifestar algo a lo que siempre le tuve temor, que era mi lado oscuro. Me requirió de mucha valentía decir: “Ok, vamos a hacer esto, y si lo vamos a hacer, va a ser con todo” —señala la cantante, que también llevará las canciones de “La fuerza” a una puesta en escena de teatro experimental, en la que combinará música, danza y arreglos audiovisuales en un montaje unipersonal que actualmente está preparando a distancia, y que planea estrenar en septiembre de 2021 en el GAM. Ahí dice que buscará “darle al público la experiencia de un videoclip en vivo”.


UN RETORNO INSTANTÁNEO


Al momento de esta entrevista, Paz Court había cumplido un año radicada en México. Aunque las ganas de vivir en ese país se instalaron en ella en 2011, ese año se presentó por primera vez en un escenario mexicano como parte del dúo Jazzimodo.


—En ese tiempo no existía Spotify ni nada, éramos una banda chilena por primera vez en México, en una onda de mucha exploración. Pero este es un lugar en donde ocurren cosas especiales, una llega sin nunca antes haber estado, y de pronto hay alguien con una sonrisa pidiendo un autógrafo, preguntándote el nombre y siguiéndote de una —relata la cantante y dice que volvió varias veces a México después de ese primer concierto. Su primer disco solista lo produjo allá y también formó alianzas, como parte del colectivo Núcleo Distante, que reúne a 23 cantautores de Latinoamérica.


—En el tiempo que he estado acá me he dado cuenta de que hay una industria, muchas posibilidades para el desarrollo de proyectos que son más alternativos, porque por cosas de proporciones el público alternativo de acá es mucho más grande que el de Chile, tiene mucho movimiento ese retorno casi instantáneo de la gente a las cosas que una hace —asegura.


Previo al confinamiento por el avance de la pandemia en México, Paz Court pisó más escenarios del país dirigiendo a las 40 mujeres del coro El Palomar. Ha sido telonera de Julieta Venegas, y del cantante argentino Kevin Johansen. Además, presentó la canción “Pajarillo negro” en La Feria Internacional de la Música para Profesionales (Fimpro), uno de los encuentros más importantes para la industria musical latinoamericana.


—Creo que si hay algo que me caracteriza como artista ha sido el no ponerme límites en la experimentación, ir siempre más allá, con proyectos muy ambiciosos. De algún modo llego a ese punto en el que pienso: “Que ni yo misma me pueda decir que no lo intenté”, y la verdad es que ahora siento una liberación tremenda, ha sido desafiante, radical, todo lo que quieras, pero por sobre todo ha sido liberador, porque ha significado permitirme mostrar todo lo que soy, que es mucho más que lo que la gente esperaba de mí —dice, sonriendo. —Como artista, me motiva estar en sintonía conmigo, y también con el entorno. Creo que como sociedad estamos en un momento de repensarlo todo. Y tal como ocurrió con el estallido social, que nadie se puso de acuerdo, pero la gente se manifestó en las calles porque era algo que necesitaba hacer, lo mismo me ocurrió a mí con estas canciones.

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