lunes, noviembre 23, 2020

José Luis Urquieta en acción. Del aire al aire: el oboe chileno alcanza nuevos espacios

 El MERCURIO


Solista, investigador y divulgador de una obra que sigue creciendo, lanza su tercer disco, con seis composiciones.

IÑIGO DÍAZ


Lo que podría haber sido una celebración de música terminó siendo un embrollo. En 2008, al oboísta chileno José Luis Urquieta, entonces estudiante en Alemania, le solicitaron realizar un programa dedicado a la música para oboe de su propio país. “Solo pude encontrar una obra, de Alejandro Guarello. Casi no había material chileno dedicado, y si había era muy complicado de acceder. En cambio mis compañeros de Francia o Italia tenían todo a la mano”, rememora.


De vuelta hoy en La Serena, Urquieta sigue avanzando en ese propósito que se planteó en Alemania: ampliar el repertorio chileno para oboe, estrenar obras, grabar discos, publicar partituras y divulgar de todas las maneras posibles una creación dedicada a este formidable instrumento de viento de la familia de las maderas.


Urquieta está presentando un tercer álbum, parte de ese plan central que comenzó con encargos a compositores y grabaciones de material para oboe solo y para oboe con ensambles diversos, cuartetos de cuerdas, pianos, saxofones o percusiones. “La primera obra que recibí de un compositor chileno fue ‘0+1', de Guillermo Rifo. Luego él me ha dedicado muchas otras. Para mí la búsqueda de repertorio es un manifiesto y también mi proyecto de vida”, dimensiona.


El disco se titula “Nuevos aires chilenos para oboe 2020”, que reúne otra serie de piezas para oboe solo. Pero a diferencia del primer disco publicado en 2016, que contenía una música de cierta abstracción, las seis composiciones actuales tienen una relación directa con el año más complejo del siglo. “Hay referencias a lo que hemos vivido como país a nivel social. También el impacto que produjo la pandemia: son obras escritas en 2020 que iban a estrenarse en conciertos este año. Todo quedó suspendido”, dice.


Entre esas composiciones están “Niebla ficticia” (de Cristian Pereira) y “Dignidad” (de David Cortés), surgidas como correlato del estallido de octubre, y también “¿Qué pasaría si la tierra pudiera hablar?” (Andrián Pertout), dedicada al pueblo mapuche.

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