domingo, junio 27, 2010

Grande Allende

Cumpleaños Salvador Allende

El día de ayer se realizó en el Gimnasio Municipal de San Miguel, en el sector sur de Santiago, el concierto Grande Allende. Este concierto tenía como finalidad juntar recursos para la construcción de un monumento de 7 metros de Salvador Allende en la intersección de las calles Las Industrias y Salvador Allende en la comuna de San Joaquín.

No es este el espacio para discutir sobre las proporciones del monumento, pero la importancia de una figura histórica no va por el tamaño de la estatua o monumento, sino que por otros derroteros. Si una figura de ese tamaño del papa se lo ponía a luchar contra godzilla, creo que el monumento de Allende de ese tamaño también va por el mismo camino de la fantasía.

Pero bueno, lo que vimos el día de ayer fue un concierto de homenaje hecho y derecho. Fue mucho mas generoso con los artistas que los organizados por la fundación Allende hace algunos años. En esta ocasión tuvieron el tiempo suficiente para mostrar su talento, para hacer una propuesta mas consistente, entregando su arte en tiempo y forma. Tal vez hubo problemas en el sonido, o en la continuidad que se quiso dar al encuentro, pero el empeño y el esfuerzo de los productores se notaba a cada instante… nunca les quedó chico el evento.

La concurrencia también fue generosa, considerando el frío que hacía afuera, y que poco disminuía en el interior del recinto.

El evento comenzó con Cholo Mandinga, mostrando su mezcla de funk, cumbia, rítmica afroamericana. Después siguió con Camila Moreno, era primera vez que la veía cantar en Vivo, y realmente me sorprendió su rabia-bestialidad en la interpretación, su rítmica, su fuerza, su ímpetu, una mezcla de bella rockera folclórica, que toca la guitarra con una rabia que sentía que en cualquier momento las cuerdas podían desaparecer en sus rasgueos; una voz bien puesta, buenas interpretaciones de sus canciones, que retoman el camino de la música popular, con ritmos folclóricos y con líricas contándonos sobre lo que nos pasa, mirándolo desde un punto de vista crítico y necesario. Casi todas las nuevas musas de la música chilena tienen interpretaciones refinadas, sofisticadas. Camila rompe con todo eso, y pone la naturalidad, la fuerza terrena en sus interpretaciones. Que siga en su camino de avanzada, y con nuevas facetas de desarrollo, y nos seguirá sorprendiendo gratamente a cada paso que dé.

Posteriormente vino Fulano, quien se mostró como en sus mejores tiempos, con interpretaciones sobre la luna, sobre el infierno, con su juego, sus improvisaciones perfectamente estudiadas y liberadas. Es un conjunto selecto de nuestro Chile, buenos músicos, excelentes obras, y que se mueven dentro del rango del mejor secreto musical que tenemos en nuestro país.

Después vinieron Los Trukeros con sus cuecas de los barrios bravos, Sol y Lluvía con sus tradicionales canciones.

Ya entrando en la recta final llegaron al escenario Los legua York, líricas incendiaras creadas bajo la dura vida de los sectores marginales de nuestra sociedad, esa marginalidad creada no por sus habitantes, sino por los sectores de poder que buscan tener las demandas sociales controladas bajo el alero de la desprotección social, de la inseguridad, de la drogadicción. Que mejor arma encontraron los sectores de poder que la droga para mantener apaciguadas las demandas sociales de los sectores desposeídos?, cada vez menos de ellos se preocupan de su desarrollo, de la manera de encontrar una mejor vida para ellos o para sus niño. Legua York viene a representar como los ojos se abren, como la forma de desarrollarse está en desnudar las formas de acción de los poderosos para poder mantener su posición.

El penúltimo número de la noche estuvo representado por Inti Illimani Histórico, que se presentó con su formación casi completa, ya que no estaba Horacio Durán. La presentación comenzó “La exiliada del Sur”, siguió con “Vuelvo”, “La Fiesta Eres tú”. “Montilla”, mas dos temas con el Quilapayún: El aparecido y Samba Landó.

Después del Inti, subió al escenario el conjunto Quilapayún, con Rubén Escudero, Fernando Carrasco, Eduardo Carrasco, Ricardo Venegas, Ismael Oddó, Ricardo Venegas Jr.. Se vio una presentación maciza, con ningún detalle que lamentar. Los temas que presentaron fueron “Plegaria a un Labrador”, “Quita Hurpillay”, “Ventolera”, “Juana La Cubana”, junto a Inti Illimani Histórico: “La Muralla”, “La Batea”, “Canción Final”, “El pueblo Unido”.


En resumen tuvimos la ocasión de presenciar una buena sesión de música comprometida, chilena y buena, en la comuna de San Miguel.



Escuchar Plegaria a un labrador

miércoles, junio 23, 2010

Adanowsky se refleja en Amador



  • Álbum independiente

El cantante francés Adanowsky promociona el disco Amador, en el que aborda la temática del amor desde diversas perspectivas

CIUDAD DE MÉXICO (23/JUN/2010).- Curiosamente sus genes paternales no influyeron en el arte del artista francés Adanowsky, quien a temprana edad mostró su preferencia por la música.

Después de haber lanzado su disco El ídolo, el solista se dio la oportunidad de sacar un álbum que fuera más íntimo, con un tono de purificación personal, sin importar el dinero para su creación, reflejando así un material auténtico que muestra que la música puede sanar cualquier pesar.

El cantautor Adán Jodorowsky mejor conocido en el ámbito musical como Adanowsky, hijo del reconocido cineasta y escritor Alejandro Jodorowsky, presenta su nuevo álbum Amador, el cual contiene 14 temas y contó con la participación de Rob de la banda francesa Phoenix, y los estadounidenses Devendra Banhart en el tema You are the one.

- En el ámbito familiar, ¿tu papá qué piensa de tu música?
- No sé, no escucha este tipo de música, yo hago mi arte y eso es todo, todo es muy separado.

- ¿No ha tenido influencia en tus canciones o lo que escribes?
- No, más bien fue mi madre, porque ella tocaba piano, me acuerdo cuando componía y tocaba se ponía a llorar, seguramente porque no lograba hacer nada y se frustraba, entonces para mí el piano era como un sinónimo de sufrimiento, cuando se fue mi madre yo tenia ocho años y enterré el piano en el jardín y le puse un árbol encima para que nazca algo positivo, ahí empecé a hacer música de verdad.

- ¿Que tan personal fue este álbum?
- He producido el disco, he tocado todos los instrumentos, también formé parte de la producción económica y en verdad me arruiné con este disco, pero así es esto; organice todo, llamé a los artistas para saber si querían trabajar conmigo, fue un gran trabajo, es el disco más personal que he hecho, es un personaje en una parte escondida, refleja lo que realmente he vivido.

- ¿Cómo fue tu primera experiencia como productor?
Me siento muy bien de haber realizado este disco, ahora ya no me pertenece, cuando lo creé no pensé en hacer sencillos, ni pensé en hacer canciones que me hagan ganar dinero, no quería que fuera un disco prostituido, es independiente totalmente, muy puro.

- Este disco muestra una obsesión. ¿Por qué cantarle tanto al amor?

- Le canto al amor, como lo hace la mayoría de la gente, pero ellos lo hacen de una manera muy cursi y yo al contrario, no quería caer en esa trampa, empecé a trabajar los textos y hablar del amor como una tercera entidad, como amor místico espiritual, sin caer en lo new age, quería que fuera como un poema de Neruda.

domingo, junio 20, 2010

Álvaro Henríquez: "Es bueno sacarse el traje de rockstar"

Antes de partir a Nueva York a grabar el nuevo disco con Los Tres, el músico habla del proceso creativo que surgió a partir de su hospitalización y que se reflejará en algunas de sus canciones. "Ya no estamos en esa vorágine de gira y trasnoche", asegura.

David Ponce
Desde comienzos de este año, Álvaro Henríquez tiene un nuevo corte de pelo. El cantante de Los Tres se peina ahora un jopo como el de los rocanroleros de la más vieja escuela, que fueron una de las influencias tempranas de su grupo. Ya no es la chasquilla Beatle ni menos el pelo rojo de alguna vez en los 90. Esta vez es una vuelta más atrás a las raíces. Estilo profundo y estricto.
Podría ser sólo un jopo, pero también es una declaración. El 2010 ha sido para el cantante un año movido, ni siquiera tanto por el terremoto que asoló su ciudad natal de Concepción como por sacudidas personales, y tras ellas el artista ha vuelto a enfocarse en la raíz de la música. En el mismo sentido, Los Tres han vuelto al núcleo entre Henríquez, Ángel Parra y Roberto Lindl al frente, y el mes próximo se embarcan a Nueva York a grabar su próximo disco.
Al mismo tiempo, el grupo pudo palpar la reacción que genera entre un público nuevo, como el que copó las dos funciones que Los Tres dieron el fin de semana pasado en el Centro Cultural Amanda de la capital, en un show basado en canciones de sus discos previos. "Como ha pasado tiempo, la gente se da el gusto, y nosotros el lujo, de tocar esas canciones igual como sonaban antes, y es una cosa recíproca", dice Henríquez, en una pausa en la sala de ensayo del grupo. "Todos hemos crecido, y la gente también".
-¿Pero además reconoces gente más chica en el público? ¿Ves a tu generación viendo a Los Tres ahora?
"Creo que la generación de Los Tres no tiene mucho tiempo para escuchar tanta música, porque ahora son todos papás, tienen que trabajar. Sé que se compran los discos y se acuerdan de nosotros, pero no sé si puedan ir al concierto que empieza tarde si al día siguiente tienen que salir con los niños. Entonces el recambio ha sido entretenido, porque es gente de dieciocho, de veinticinco, de treinta. Como que pasaron la antorcha".
El nuevo disco de Los Tres, sucesor de "Hágalo usted mismo" (2006), aparecerá en octubre e incluirá dos cuecas carceleras de Roberto Parra, "con el beneplácito de Catalina Rojas", reconoce Henríquez, en alusión a la cantante y viuda del inventor de las cuecas choras y el jazz guachaca, y sobre todo contendrá una generación de música propia compuesta entre 2009 y 2010.
"El disco está tratado de una forma en que las canciones sean simples, de sacar más que de poner acordes", explica. "Estamos trabajando mucho más los roles de cada uno. El Ángel se está orientando a hacer partes de guitarra, más que solos o acompañamientos. Titae está buscando otros sonidos en el bajo. Yo también estoy más libre en la guitarra rítmica, sabiendo que Ángel está haciendo las partes más precisas. 'Hágalo usted mismo' es una etapa todavía un poco de transición. Ahora el rodaje está hecho".
Y en las letras también hay una continuidad, dice el autor, entre relatos de personajes ficticios como "Cárcel, hospital y cementerio" y versos personales como en "Hoy me hice la mañana". "Ésa es una de las más personales, y habla de un período en el que, pese a estar acompañado, estuve muy solo. Tocando fondo, se podría decir. La hice hace poco. Habla de un estado general en que no lo estaba pasando muy bien. No quería nada. Onda la 'Divina comedia' de Dante, pero la parte del infierno no más", se ríe.
-¿Aparte de lo reciente, habla de una recuperación además?
"Sí, son canciones que salieron realmente en ese momento. Ahora ya salí de todo ese hoyo negro y estoy de nuevo muy bien y contento, pero también con el respeto que merece haber estado en esa situación. Esa canción tiene esa ruta, ese camino, ese túnel, en que el uno se mete y es serio. No joke. No es broma".
-¿Tiene que ver con tu hospitalización (por problemas hepáticos) a fines del año pasado?
"Sí, pero fíjate que más que el problema real de salud era un estado de ánimo, que no sabía muy bien cómo sacarme de encima. Es como la época de 'Fome', con la canción 'Toco fondo', ¿te acuerdas? Todo ese período oscuro, sin embargo, siento que fue necesario también, pese a que puse en riesgo mi salud y todo, para pasar por el fuego para llegar a la luz, como dice Lou Reed. Eso fue tal cual para mí".
Al respecto, Álvaro Henríquez recuerda un detalle. "En la esquina de mi casa hay un (disco) Ceda el Paso. Y habían escrito con un stencil encima 'Vuelve a creer' (un verso de su canción 'Déjate caer'). Y ahí uno empieza a juntar cosas, de todas las letras que he hecho y las formas que tengo de decir las cosas. Y ésa es una de las frases que se han transformado en importantes en mi vida. Porque de repente uno deja de creer, y 'vuelve a creer' no quiere decir 'el sol es maravilloso' ni 'la vida es linda".
-¿Es una batalla contra uno mismo? "Toco fondo" es del 97, esta canción es del 2010. ¿Puede ser cíclico?
"Claro, también creo que es medio cíclico, y tiene que ver también con hacer canciones, y por eso siempre me han gustado los músicos que la sufren haciendo las canciones, porque de esa manera aparecen cosas reales, verdaderas, tangibles. Otra canción más: 'Me voy de viaje por el infierno / cielo, mar y tierra me sobra tiempo' (un verso de la canción 'Te desheredo'). Ahí está todo. Al menos para el tipo de persona que soy yo, aprendo así. Viviéndolo. Pasando por ahí. No la aprendo por un libro".
-Éste va a ser el quinto disco que graban en Nueva York. ¿Tiene un efecto distinto también ir a otro país a grabar?
"Es muy importante para cualquier artista salir, porque Chile es un país que adoramos, pero está al final del mundo y nos perdemos de muchas cosas que pasan afuera. Lo han hecho todos, desde Rosita Renard y Claudio Arrau hasta Violeta Parra y Víctor Jara. Es una necesidad. Y también para volver a quererlo. Hace falta echar de menos a Chile".
-Ahora hay más tiempo entre un disco y otro de Los Tres. ¿Con qué tiene que ver eso?
"Estamos con nuevos bríos, pero mucho más tranquilos también, como que hemos ido dejando de lado la onda rockera, y es bien agradable también sacarse ese traje de rockstar. Ya no estamos en esa vorágine de gira y trasnoche. Y además hemos dado más importancia a tocar en vivo. Hemos estado en el festival Vive Latino (en México), también tuvimos la gira con Cerati (en 2006), que, entre paréntesis, ojalá que se mejore".
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'' No lo estaba pasando muy bien. No quería nada. Onda la 'Divina comedia' de Dante, pero la parte del infierno no más", se ríe.
Con Cerati
"Gustavo (Cerati) fue al lanzamiento del primer disco de Los Tres (en 1991), en Le Trianon. Llegó al camarín, fue a saludar, estuvimos conversando. Y ahora estaba muy bien, estaba impecable, es muy injusto lo que le pasó. No soy una persona católica ni religiosa, pero todos los días pienso en él como tratando de darle fuerza. Lo único que espero y esperamos todos es que se mejore".

http://diario.elmercurio.com/2010/06/20/espectaculos/espectaculos/noticias/37E669F6-E8DE-4C9E-BFE9-F18BFF02F022.htm?id={37E669F6-E8DE-4C9E-BFE9-F18BFF02F022}

“Sufro mucho haciendo canciones”

Por Gabriela García / La Nación Domingo
Le gusta el invierno, Cerati y las canciones que paren corazones. La hija de Violeta Parra aprovechó la estación gris para relanzar todo su catálogo y un disco doble donde canta a la madre. Aquí su voz y manuscritos hablan sobre el origen del proyecto y revela unos poemas que escribió para el ex Soda Stereo.

Domingo 20 de junio de 2010 | | LND Cultura
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El padre Berríos se llevó mi canción en su celular


“Las canciones son desgarros”, dice Isabel Parra como mirando el horizonte. Y aunque no llueve sobre Santiago, su voz trasluce gotas que ha derramado por años sobre el papel.

Porque los estribillos para la hija de Violeta se construyen a la antigua, con lápiz, ojalá en invierno y con palabras que se estrellan contra la página en blanco.

Con recuerdos, porfías y uno que otro milagro, como el que dio origen a su último alumbramiento: el disco doble “Isabel canta a Violeta”, publicado junto a la reedición del resto de su catálogo por el Sello Oveja Negra, su nueva casa disquera después de Warner.

En la carátula la Chabe aparece en sepia, niña sonriente y mimada por los brazos largos de su madre en 1966.

“Se dice que quien se muda Dios le ayuda y yo creo en ese dicho popular. Este largo camino de canciones son de alguna manera mis diarios de vida. Son lo que soy, lo que he hecho, pero sobre todo mi trabajo. El núcleo de mi vida ha sido cantar, primero con mi madre, luego con mi hermano Ángel, posteriormente con mis hijas y mi nieto”, cuenta bebiendo una copa de agua en el Bar Liguria sobre el quehacer que creció, naturalmente, bajo la sombra de un árbol que hasta hoy riega con amor: Violeta Parra.

VENTE NIÑA

Pero el milagro que dio origen a “Isabel canta a Violeta” comenzó así. “Tengo unas canciones de las hermanas Parra”, le confesó Daniel Heffes a través del correo electrónico a la Chabe un día cualquiera.

Argentino, hombre de radio, ya había permitido a la familia editar una grabación que la Viola había registrado en Buenos Aires el año 61.

La encomienda encerraba, sin embargo, una nueva sorpresa: Isabel no se encontró con la voz de su tía Hilda, sino con la suya saliendo desnuda por los parlantes de su casa.

“Me reconocí cantando a dúo junto a mi madre. Fue fuerte. No tenía más de trece años. Y es que a pesar de la que la Violeta terminó ese grupo, mantuvo la marca y me empezó a llevar a mí para reemplazar a mi tía. Yo no me acordaba, pero mi amigo sí”, cuenta conmovida sobre el primero de cinco registros con los que acabó abriendo su último trabajo.

Canciones tradicionales que la hicieron llorar como alguna vez lo hizo frente al féretro de la Viola en el ’67 y luego en el París de su exilio, año 1975, en el que Isabel se armó de valor para escribir “El libro mayor”: una biografía sobre la mujer que mejor ha retratado la identidad chilena, que se suicidó dejándole una nube de interrogantes y que la Chabe ha ido resolviendo a medida que se encuentra con una herencia dispersa, repartida en pueblos y personas, como las apasionadas cartas que la folclorista le había escrito a su amado Gilbert Favré.

“Cuando mi madre muere yo tengo frente a mí muchos textos que no conocía. Encontré un baúl de papeles, lo agarré y me lo llevé para mi casa, eso fue lo que yo rescaté para este álbum”, explica por ejemplo sobre el tema “Al centro de la injusticia”, que se convirtió en célebre, o el texto “Me beberé tus lágrimas”, que Isabel musicalizó en 1984 y que sólo en febrero de 2010 se lanzó a grabar con arreglos de Roberto Trenca.

“Me ha pasado que he revisado sus escritos y le he puesto música de manera natural, como si en realidad tuvieran otra música además de la que traen esos textos solos. Son maravillas de pensamiento, con ese lenguaje de la Violeta que es magistral y único. Pero lo más impresionante es que no me cuesta nada dialogar con ellos”, revela Isabel y para explicar esa conexión cósmica se traslada a la vieja “Casa de palos” de su infancia.

“Ahí estaba la escuela, la forma de aprender, ahí estaba mi madre tocando la guitarra y nosotros escuchándola. Era improvisado. No nos juntábamos a ensayar. Todo se producía de manera natural. No era profesora, no enseñaba. A veces algunas instrucciones de rasgueos cuando yo empecé a tocar la guitarra. El resto lo aprendíamos solos. Siempre decía que la Chabelita cantaba lindo. Eso era la flor y punto. No era muy halagadora. Confiaba en nosotros”, recuerda sobre un ritual que comenzó cuando Isabel tenía cinco años y entonaba canciones españolas y que en un viaje en los ’60, comenzó a realizar sola. “En ese tren hacia París se estaba rompiendo ese cordón.

La Viola se quedó sola tres días en Génova. Y con mi hermano dimos una audición y al rato estábamos cantando canciones argentinas. Yo tenía un bombo que tocaba a la chilena. Y a los tres días estaba mi madre afuera de La Candelaria aplaudiendo como espectadora. Todo pasaba así de espontáneo en nuestras vidas”, revela Isabel sobre el trayecto que la llevaría más temprano que tarde a componer.

Luego vinieron los “15 minutos de fama” en las peñas, el compromiso político, los discos de Silvio cambiándole todos los parámetros del oído, el exilio, el retorno y la poesía de Cerati inspirando la suya al otro lado de la cordillera.

“Yo tenía la necesidad de decir cosas por mí misma y lo hice. Pero no sufrí. Hay canciones que son mías que son horribles, pero a la gente le gustan. Uno tiene que empezar por algo y bueno… son historias que están en el disco ‘Isabel canta a Violeta’, que he sentido necesario contar. Sufro mucho haciendo canciones. Son desgarros. La vida es una cuestión extrañísima, pero al menos en las canciones la dueña de la pelota soy yo”, dice riendo.

CON AMOR DE CONCÓN

1) Me simultáneamente halaga y asusta escribir acerca de tu música porque no la conozco. Tengo un solo disco de música folclórica chilena y es de tu mamá. Aunque no me gusta -te confieso- hablar de música intrínsecamente de ninguna parte. Ha pasado, me parece, demasiada agua bajo los puentes: Víctor Jara, Los Blops, Bach, Elvis Presley, Schoenberg, Los Beatles, John Cage, Buddy Richard, Los Tres, Charly Parker, toda la discografía del sello ECM, toda la discografía del sello Winter & Winter, la Lucha Reyes, Silvio Rodríguez, Rolando Alarcón y Cuncumén, entre otros. Es música irlandesa, es verdad, pero primero es música y después irlandesa. Es música chilena, es verdad, pero primero es música, y después chilena, etc.

2) Cuando escuché tu voz en el buzón del celular: “Soy Isabel Parra…”, pensé altiro: “Es igual de bonita que en un disco”, igual de clarita, limpia y luminosa. Más de una vez por supuesto escuché tu canto en la radio y me lo guardé hasta hoy día: Tienes la voz de chilena más linda que conozco.

3) Es de noche y hoy día te conocí a la hora de almuerzo y a Milena: me diste 5 cidís que no escucho todavía.

4) Una selección de títulos: Ay qué vida, Dulcecita, Por primera vez, Ni pan ni flores, Vengan conmigo chiquillos, Como un rayo de sol, La flor del olvido, Un puente en el aire, Las cosas van y vienen, Y cantan a veces, Miguelito.

5) Nietzsche no hacía diferencia entre lágrimas y música, y la dedicatoria del librito que te di: “Isabel tienes una voz como para llorar”, no es una invención ni cosa que se le parezca, es la pura verdad. Hace muchos años una vez escuché una de esas músicas una de esas voces que salen de una ventana o de una radio a la pasada y lo agarran por sorpresa a uno y sentí ese dolor en los ojos que viene antes de llorar. Era tu voz antes cantando una canción (creo) de tu mamá. Es lo primero que sentí ahora, cuando escuché tus cidís. Para bien o para mal tu voz no puede nunca caer del lado oscuro de la Fuerza (como cayó Darth Vader en “La Guerra de las Galaxias”. Pensando así a la rápida no conozco nada igual (en ningún idioma). Es como si las sacaras del vientecito, el ánima feliz, a todo lo que cantas. Da lo mismo que compres una boleta de compraventa.

O una canción. Siempre traes lo mismo: luz, cuidado, calorcito, ingravidez. Tu voz no brota de las cosas, se posa encima y las encanta. Es lo que me hace doler los ojos cuando la escucho (no todo el tiempo eso sí: no hay que exagerar). Tu voz y el Cuatro: ¡…….!

6) Nada más.

Claudio Bertoni Lemus
Poeta, vive en Concón, V Región Chile
junio de 2010.



Cerati 15A

Gustavo se llama el hombre
que ahora y siempre me conmueve
desde lejos Buenos Aires
al aliento que me lleve
Sus guitarras eternas
una tras otra
florecen en sus manos
cuando las toca
cuando las toca siempre
vuelan sus letras
por el espacio limpio
de este planeta
No necesito verlo
para quererlo
21 de agosto de 2000

Gustavo 15B

Gustavo se llama el hombre
que guarda plenos poderes
en la soledad del tiempo
en estaciones de trenes
Inventador de vidas
de tierra y sal
de misterios del aire
su claridad
su claridad a veces
se vuelve oscura
y allí sale a buscarla
con su ternura
De fuego y de dolor
su corazón
27 de octubre de 2000


http://www.lanacion.cl/-sufro-mucho-haciendo-canciones/noticias/2010-06-19/013218.html

jueves, junio 10, 2010

Isabel Parra reedita nueve discos y estrena grabaciones históricas junto a Violeta Parra

Los trabajos que la cantautora grabó en el exilio y durante su regreso a Chile aparecen hoy en una nueva colección. Emol Miércoles 9 de Junio de 2010 16:17 Isabel Parra y sus nuevos discos. La cantautora chilena reedita nueve álbumes y estrena otro más con canciones junto a Violeta Parra.
Foto: Oveja Negra


SANTIAGO.- “Este disco empieza con algunas de las primeras canciones tradicionales que aprendí, canté y grabé junto a mi madre, Violeta Parra”. La voz de Isabel Parra se siente otra vez cuando habla sobre el disco de doble duración Isabel canta a Violeta (2010), una colección de grabaciones y registros variados entre madre e hija.

Isabel Parra está presentando ese nuevo álbum temático a través del sello Oveja Negra, pero aprovecha además de estrenar una valiosa colección de antiguos títulos, ahora reeditados en formato de disco compacto que recupera parte de su obra.

Son nueve discos que recorren la historia de Isabel Parra en un profundo retrato poético y musical, con las canciones que grabó durante su exilio, que vivió principalmente en París, y luego a su regreso a Chile en 1987.

Los discos de la colección son Colores (1978), Acerca de quién soy y no soy (1979), Tu voluntad más fuerte que el destierro (1983) y Enlaces (1987), que pertenecen a esa primera época de exilio. Luego se enlistan Como dos ríos (1994), Como una historia (1999), Ni toda la Tierra entera (2003), Continuación (2007) y la reciente antología Afectos y compromisos (2009), como muestrario de la obra que la hija mayor de Violeta Parra grabó otra vez en Chile (ver recuadro).

Las lágrimas secretas

Isabel Parra comenzó a cantar junto a su madre a los siete años. “Cuando digo Isabel canta a Violeta, estoy mostrándole a la gente desde cuándo yo le canto a Violeta. Que no es una cuestión que se me ocurrió el año pasado, sino que es la historia de mi vida. Mi vida y mis inicios musicales transcurrieron con Violeta Parra”, dice la artista.

El disco Isabel canta a Violeta incluye además una grabación inédita, grabada por Isabel Parra junto al músico napolitano Roberto Trenca a partir de un texto original de su madre: “Me beberé tus lágrimas secretas”.

“Es un poema largo que saqué del baúl y que grabamos con nuevos elementos. Ella dejó muchos escritos que no son canciones. Y me ha pasado que he revisado esos escritos y les he puesto la música de una manera natural”, explicó Isabel Parra en la presentación de la colección, realizada esta mañana en una entrevista con el periodista Iván Valenzuela en el retaurant Liguria. “Y son maravillas de pensamiento y de contenidos y del lenguaje de la violeta, que es magistral y único”.

Canción animal: la poesía de Cerati

La cantante también tuvo palabras de consideración para Gustavo Cerati, cuya música ella conoció a llegar a Buenos Aires a mediados de los '80, durante los últimos años de su destierro. “Ése ha sido otro momento tremendo”, dijo.

“Llegamos después de un exilio de diez años en París a Buenos Aires, que también venía de una dictadura feroz. Y de repente descubrí por la tele a un grupo que se llamaba Soda Stereo, con un hombre maravilloso que cantaba, y empecé a seguir la carrera de Cerati. En esas horas difíciles empezamos a quererlo, a admirarlo. Yo no lo conozco personalmente, pero ha determinado para mí muchas cosas, me alimento de esa poesía que no tiene nada que ver con la mía pero sí tiene mucho que ver porque me emociona. Lo hemos sufrido como si se tratara de alguien que ha estado siempre con nosotros, y esperamos que se mejore”.


Los discos, uno a uno

Los nuevos títulos fueron reeditados por el sello Oveja Negra y ya están disponibles a un precio de $7.990

Colores (1978): Fue grabado entre Chile y Cuba junto a Silvio Rodríguez. "Es un disco maravilloso, donde vuelvo a la vida".

Acerca de quién soy y no soy (1979): Grabado en París, sobrepasa la figura de la mujer en el exilio y muestra a la Isabel Parrada artista y en acción. Tocan aquí el pianista de jazz Matías Pizarro y sus hijas Tita y Milena Parra.

Tu voluntad más fuerte que el destierro (1983): "Habla de la distancia, la imposibilidad de estar en el lugar que tú quieres con la persona que tú quieres. Me gustó mucho hacerlo. Pocas veces escucho mis discos y cuando lo oigo digo: fue mi trabajo, fue mi dolor, fue un desgarro, pero fue mi trabajo".

Enlaces (1987): Disco grabado entre Chile y Argentina, cuenta con las participaciones de León Gieco, Piero, Celeste Carvallo y Marilina Ross, además de la participación del grupo de jazz fusión Cometa.

Como dos ríos (1994): Es el primer disco grabado tras el destierro y se nota la alegría del regreso a Chile en canciones como "Tengo ganas de cantar".

Como una historia (1999): Tiene una canción dedicada a Víctor Jara. “Él inspiró todos esos versos, inspiró el recuerdo de un hombre muy creador que tuve la suerte de conocer y ser muy buena amiga. Él me traspasó su fortaleza para que yo siguiera cantando”.

Ni toda la Tierra entera (2003): Disco-libro, elaborado gracias a la beca Gunggenheim que da cuenta del exilio vivido en Francia. “Aquí están la primera canción que hice cuando me tuve que ir y la última, cuando volví”.

Continuación (2007): Fue realizado junto al italiano Roberto Trenca, conocedor de la historia y la música de la Nueva Canción Chilena.

Afectos y compromisos (2009): Es una antología de canciones inéditas como “En septiembre canta el gallo” y “La sábana en el balcón”, además de canciones de coautoría como “Al centro de la injusticia” (con Violeta Parra), “Como una historia” (con Silvio Rodríguez) o “La muerte” (con Luis Advis).


Chile y la música francesa

A raíz de la "Tiersenmanía" ¿Qué pasó con la canción francófona en Chile?:
La música francesa que nos hemos perdido

El éxito de público de los conciertos de Yann Tiersen recuerda, aunque en menor escala, el lugar que alguna vez tuvieron los artistas francófonos en Chile, cuando Aznavour peleaba los primeros puestos de los rankings con los Beatles. Tras los 60, la huella francesa se perdió, pero no desapareció: varios músicos han venido estos últimos años a restablecer ese lazo.

Evelyn Erlij
Escuchar las creaciones más célebres de Yann Tiersen es transportarse inevitablemente a una Francia simbólica o, más específicamente, a las calles parisinas del barrio de Montmartre por donde Amélie, el personaje de la popular película de Jean-Pierre Jeunet, se paseaba acompañada por las melodías de un acordeón y un violín. El éxito de esta música -y del resto del repertorio de este compositor francés- se confirmó en su segunda visita a Chile: las entradas para su presentación del 28 de mayo pasado en el Teatro Nescafé de las Artes se agotaron, por lo que la productora debió sumar dos fechas extras, una en Concepción y otra en Santiago. La prensa habló, incluso, de una "Tiersenmanía".
"Chile es un país muy sentimental y su música tiene ese toque melancólico e introspectivo que llega mucho a la fibra de los chilenos", comenta Philippe Boisier, el productor y músico que trajo al compositor galo a través de su productora No+Studio. "No estoy tan seguro de que haya un interés por lo francés en su éxito, porque hoy la música francesa no se conoce en Chile. He traído muchos artistas de Francia. Algunos han sido exitosos y otros para nada, como pasó en 2008 con Jane Birkin , un ícono de los años 60".
Boisier ha sido uno de los artífices de la presencia de la música de ese país en Chile en los últimos años, ya que gracias a sus gestiones -y con la ayuda de organismos gubernamentales franceses- han pisado suelo chileno una buena cantidad de artistas como Benjamin Biolay , Nouvelle Vague , Olivia Ruiz y Dominique A . Sin embargo, el cancionero francés actual está lejos de ocupar el lugar que tuvo alguna vez en Chile, un país que durante el siglo XIX y las primeras décadas del XX posó sus ojos sobre Francia y lo convirtió en su principal referente cultural.
Fue tal el afrancesamiento de la alta sociedad chilena hacia fines de 1800, que incluso los antiguos "saraos" -o reuniones de diversión con danzas y música- pasaron a denominarse " soirées ". Más aún, toda la tradición de bailes de salón fue importada desde Francia: valses, mazurcas y polcas-estas dos últimas popularizadas por Chopin en París-, entre otras, son las composiciones que animaron las fiestas de la clase alta nacional.
La música popular francesa, no obstante, viviría su última etapa de esplendor en los años 60. A partir de entonces quedaron atrás los días en que una buena cantidad de artistas francófonos se pelearon con estrellas tan grandes como los Beatles y Raphael los primeros lugares en los rankings , las páginas de las revistas juveniles y los suspiros de las fans .
Quienes vivieron los años 50 y 60 lo recuerdan bien: cantantes como Gilbert Bécaud y Charles Aznavour y galanes como el belga Salvatore Adamo y Hervé Vilard fueron ídolos tan grandes de la música popular como los artistas del mundo anglo. Es más, a diferencia de las estrellas de habla inglesa, gran parte de ellos incluso llegaría a Chile para cantar y desatar, a la vez, los más increíbles episodios de fanatismo de parte de sus fieles fans chilenas.
La hegemonía anglo
El punto de desconexión con esa escena musical se remonta a los años 70, y así como en Chile se pasó por alto toda la discografía setentera de Serge Gainsbourg -"sin él no existiría gran parte del rock alternativo de hoy, desde Air hasta Beck", explica Boisier- y de otros artistas posteriores, lo mismo ocurrió desde la década de los 80 hasta la actualidad. Poco y nada se sabe, por ejemplo, de Les Rita Mitsouko , el gran fenómeno del pop-rock galo ochentero, o de Noir Désir , una de las bandas de rock más famosas de ese país.
"En los 70 la canción francesa atraviesa un momento de reconversión que tiene que ver con una influencia norteamericanizante, al mismo tiempo que Chile pasa por un período en que, después del golpe, se abre al mundo de forma desequilibrada, ya que no hay una atención hacia la cultura popular europea, sino sólo a la norteamericana", explica el historiador Claudio Rolle, uno de los autores de los dos tomos de "Historia social de la música popular chilena".
Aunque afirma que en ese período hubo algunos cantantes que se conocieron en Chile, como Francis Cabrel , Gerard Lenorman -creador de la clásica Michèle - y Michel Sardou , se trata de figuras menores. "En los 70 y 80 Chile deja de comunicarse con Europa también por el aislamiento que produce la situación política. La gente que viene en esos años asume lo que significa cantar en un país con dictadura. Por ejemplo, para la italiana Iva Zanicchi tiene un costo venir a cantar al Chile de Pinochet", comenta Rolle.
Desde entonces -y a excepción de algunos cuantos artistas como Joe Dassin , creador de varios éxitos como À toi y Et si tu n'existais pas -, la música en francés llegaría a los chilenos en pequeñas dosis. Si en los 80 sonaron en las radios éxitos como Ella, elle l'a de una reinventada France Gall, o la pegajosa Joe le taxi, de una adolescente Vanessa Paradis , también hubo espacio para una buena cantidad de one-hit wonders , como Voyage voyage de Desireless e incluso el éxito Ouragan de la princesa Estefanía de Mónaco .
"También llegaron a Chile influencias cruzadas, como Manu Chao con Mano Negra , artistas que tienen una doble identidad, que están en parte en Francia y en el mundo español. Lo que hacen los Gypsy Kings a fines de los 80 también es un suceso de público, de descubrimiento de un ritmo muy mixto y de fusión, ya que ellos también son franceses", señala el historiador de la UC.
Después de los 60, la música francesa no pudo competir con la hegemonía del mundo de la música anglo y su esfera de influencia se redujo principalmente a una pequeña elite movida por una cierta inquietud intelectual, como ya había ocurrido a fines de los 40 y en los 50 con Edith Piaf , Yves Montand , Maurice Chevalier y otras figuras como la musa del existencialismo, Juliette Gréco (su versión de Les feuilles mortes se convirtió en una canción de culto). A diferencia de ídolos como Aznavour, Georges Moustaki y Bécaud, estos artistas no tuvieron interés en adaptarse al mercado hispanohablante haciendo versiones en castellano de sus éxitos. "El francés siempre ha tenido esa aura de idioma culto, vinculado a la cultura y el refinamiento, por lo que este tipo de artistas francoparlantes impactaron mayormente entre los más entendidos", comenta el musicólogo Juan Pablo González.
"Hay un tema de segunda línea, pero constante en la presencia francesa en Chile y que tiene que ver con la fascinación que producen en el plano intelectual los ambientes parisinos", considera Rolle. De aquí que toda la llamada chanson à texte -con letras elaboradas, cargadas de poesía y a veces de humor- de grandes como Georges Brassens , Jacquel Brel y Serge Gainsbourg haya impactado poco la escena nacional y se haya limitado a un sector bilingüe, y por lo tanto, más elitista.
El músico Eduardo Peralta, autor de numerosas traducciones de Brassens al español, es el mayor ejemplo de esta influencia, aunque asegura que no es el único: "(Están) los que han vivido en Francia, como Quilapayún, los Parra, Los Jaivas, Mariana Montalvo, Cacho Vásquez, Patricio Manns -cómo no pensar en (Leo) Ferré al oír algunos de sus clásicos- y el gran Desiderio 'Chere' Arenas, quien le debe mucho a Renaud, Gainsbourg y a la mejor canción de autor gala", enumera.
Del amor al cliché
A pesar de la pérdida de espacio que tuvo Francia en las últimas décadas en la música popular, Chile y la canción gala sí vivieron una etapa de enamoramiento. Lo demuestran las visitas ilustres que recibió el país desde los años 40 en adelante, entre las que se cuentan grandes estrellas de la chanson como Henri Salvador , Charles Trenet , Jean Sablon y Gilbert Bécaud , quien era "el favorito" del cantante chileno Antonio Prieto.
Más adelante se sumarían Aznavour, Adamo y Vilard, la última gran estrella francesa en el Chile de los 60. Mientras el primero todavía es dueño de uno de los más grandes récords de venta de la historia de la Feria del Disco, el segundo fue capaz de congregar a 7 mil fans en el aeropuerto de Santiago en 1968 y tuvo casi 40 canciones en los rankings entre 1966 y 1970.
Todos ellos importaron el modelo del chansonnier , "esa mezcla entre cantante y actor que dramatiza la letra de sus canciones -señala González- y que adopta el concepto del recital como espectáculo, el que más adelante explotarán Buddy Richard, José Alfredo Fuentes y Gloria Simonetti", los tres artistas chilenos que graban discos en vivo a fines de la década del 60.
Dando un salto hasta la actualidad, ni el éxito de Tiersen ni la mayor presencia en Chile de artistas franceses hoy -en las radios y en recitales, desde bandas como Louise Attaque y Holden , hasta cantantes como Yelle que se hicieron famosos vía MySpace- tienen que ver necesariamente con un resurgimiento de esta tradición en el país, sino con el escenario distinto que hoy existe mundialmente en la industria de la canción gracias a la aparición de internet, principal ventana a la música de todo el orbe y gran motor de la segmentación del mercado musical.
"Como productor y músico me he dado cuenta de que Chile es un país donde hay muchos artistas que son de culto. Mañana puedo traer un grupo que sea desconocido, pero si es de culto, voy a atraer mucha gente. Eso explica por qué los conciertos de Yann Tiersen fueron tan exitosos", opina Philippe Boisier. "Ese es el mercado que hay que tomar, ya que el interés del chileno tiene que ver más con el artista que con el país de donde viene. Nos dimos cuenta de que la música francesa como eslogan era un cliché muy grande".
Aunque ya no se puede hablar de un interés particular por lo francés en lo musical, el hecho de que en las últimas décadas las radios chilenas hayan dado espacio tanto a músicos y bandas de ese país consagradas a nivel mundial - Daft Punk , Air y Justice en la música electrónica, por ejemplo-, como a figuras menores -desde el pequeño Jordy con su (in)olvidable C'est dur d'être bébé! hasta la popera Alizée , surgida de un programa de talentos- es porque el rastro de Francia en lo musical no ha desaparecido. Así lo explica Rolle: "Lo francés en la música popular tiene un sello que nunca se ha perdido, ya que hasta hoy tiene en Chile un espacio de culto especial".



El "hijo" chileno de Brassens
"Francia es uno de los pocos países que reconocen a sus trovadores de excelencia como poetas. Georges Brassens recibió el Gran Premio de Poesía de la Academia Francesa", cuenta Eduardo Peralta, el cantante y compositor chileno que ha traducido más de 60 de canciones de este grande de la chanson à texte francesa, caracterizadas por sus letras poéticas cargadas de humor e ironía. Cada lunes -y desde hace 11 años- presenta su repertorio en El Mesón Nerudiano. "Ya van 427 Lunes Brassensianos ", detalla Peralta. Al repertorio creado por él y al de Brassens, se suman versiones suyas de Leo Ferré, Jacques Brel, Francis Lemarque, Boby Lapointe, Félix Leclerc, Boris Vian y Georges Moustaki.
Esta perseverancia francófona le ha valido dos importantes premios de Francia: la medalla Chevalier des Arts et des Lettres -que entrega el Ministerio de Cultura de Francia- y el Grand Prix Sacem (Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música de Francia) al repertorio francés en el extranjero, galardón que han recibido, entre otros, Nana Mouskouri.
Durante junio, los Lunes Brassensianos tendrán sólo invitadas mujeres: el 7, Sol Domínguez ; el 14, Pascuala Ilabaca, y el 21, Cecilia Astorga .


http://diario.elmercurio.com/2010/06/06/artes_y_letras/_portada/noticias/DD10DA6B-169E-4BA2-B42B-46C7829B8181.htm?id={DD10DA6B-169E-4BA2-B42B-46C7829B8181}


Jaime Torres recuerda a Violeta Parra

En esta entrevista, sacada del sitio http://testimoniosconguitarra.blogspot.com/, el charanguista argentino Jaime Torres recuerda, entre otras cosas, como conoció a nuestra Violeta Parra...

Jaime Torres. “La murga de los bolivianos”

Luis Rico Cantor entrevista a Jaime Torres Charanguista

Conocí a Jaime Torres en Erlangen, Alemania. Desde entonces, manteniendo distancia o buscando acercamiento, llevamos adelante una amistad que se reafirmó en una sentida noche de Mayo, en la zona de Irpavi de la ciudad de La Paz.


Luis Rico.- Cuéntame la historia de tu esfuerzo para poner el charango en escenarios argentinos.
Jaime Torres.- Me alegra mucho que una persona del arte musical comprometido me haga la pregunta que un periodista pudiera hacerme, porque cobra mayor valor, porque somos nosotros mismos, los protagonistas, los que nos interesamos por saber un poco más, cómo han sido nuestras historias con las que estamos comprometidos con una causa común de identificación, porque detrás de la música, detrás del instrumento, está una persona. Yo soy un poco esa respuesta y viniendo de dónde yo vengo, de padres bolivianos. No solo de padres, sino de familia boliviana. Mi madre, una chola nacida accidentalmente en Calama con familia cochabambina, mi padre chuquisaqueño, hicieron que yo tuviera esta cosa que fue amasando el tiempo. Incentivado por mi padre, yo era componente de una murga llamada “La murga de los bolivianos” y cantábamos: Esta murga se formó Atrás de un piano Por eso le pusimos La murga de los bolivianos. En 1943 tuve conocimiento del instrumento cuando Don Mauro Núñez llegó a Buenos Aires. Sentí realmente una atracción por el instrumento. Don Mauro Núñez para mi fue la persona más importante y definitiva para poder aprender y aprehender lo que él manifestaba. El respeto al instrumento. Me gustaba lo que decía y hacía, pero yo, con el respeto que le tenía y le tengo, yo no quería imitarlo, yo tenía que hacer otra cosa. Había asumido un compromiso. Hacer música enrolada en el arte, fundamentalmente como un hecho social en el tiempo en que los hijos hablaban alemán y tocaban piano o violín que eran instrumentos bien vistos y causaba alegría en los padres emigrados de Alemania, increíble ¿no? Claro si los padres eran alemanes, los hijos debían hablar alemán ¿no? Nosotros nunca vimos esa misma alegría, ese orgullo, cuando un chico hablaba quéchua. Yo comencé grabando para Don Carlos Vega, famoso musicólogo en América Latina y te digo que la ficha técnica estaba escrita y decía: En Buenos Aires encontramos un bicho raro que tocó charango.

L.R.- Don Mauro te enseñó muchas cosas?

Jaime Torres.- Si. Sobre todo me enseñó la fidelidad al instrumento, mientras intentaba ser fiel al instrumento, era fiel a mi mismo, y con esto, yo podía mirar con orgullo los ojos de mis padres, los ojos de la gente, sin nada que esconder. La música, la llevé en el alma. Dejé mis estudios. Toda mi familia coincidía en opinión adversa, excepto mi padre que me dijo –Tienes que hacerlo bien- Yo hacía el esfuerzo en mis ratos libres del trabajo de carpintero bajo la mirada de mi padre. Me casé y mi mujer me dijo que debía tener cuidado. Yo no quería tocar en las peñas. No quería porque de alguna manera podía ser seguramente una cosa exótica risueña y sólo de acompañamiento. Ahora si puedo tocar en las peñas porque se que va haber un silencio para el charango. En 1948 vine a La Paz y me presenté en el primer Festival del Instituto del Cine. Eso era como tocar en el lugar de origen del instrumento ¿no? Me alegré. Por supuesto que me alegraba mi búsqueda para que el instrumento tuviera su propio espacio. Eso hacía por Don Mauro Núñez porque él para mi, fue fundamental.

L. R.- Piano y Charango con Ariel Ramírez.

Jaime Torres.- A mis 18 años conocí a Ariel Ramírez y acepté el trabajo con el piano de Ariel, trabajo que había que hacerlo en los teatros, a pesar de eso, siempre había una broma ¿no? Algunos comentaban:-Che mirá lo que toca. Pa´ mi que se le encogió la guitarra después de la lluvia- y se reían. Mientras tanto yo, trataba de mostrar ese personaje que yo quería representar como hombre andino, como hombre de la puna, del altiplano en el lugar que le correspondía. Volvimos a Bolivia con Ariel Ramírez. Recuerdo que hablamos con Jaime Ocampo Director de Phillips en Bolivia que comenta y me dice: Qué sorpresa podría darle a usted, porque usted es como si fuera nuestro ¿no? Yo le digo: ¿Por qué no lo buscan a Don Mauro Núñez? Y Ocampo pregunta: ¿Y quien es Mauro Núñez? Yo sé lo que cuesta ser artista en Bolivia, se lo que les ha costado a ustedes para que ahora el país tenga más identidad. Una Identidad más firme.

L.R.- Naciste en Buenos Aires?

Jaime Torres.- No. Nací en Tucumán y sabiendo que ese trabajo con Ariel Ramírez podía tener sólo por un tiempo, inmediatamente armamos un grupo con Uña Ramos Quenista argentino, Pepe Ramírez eminente músico boliviano

L.R.- A qué otros charanguistas conociste?

Jaime Torres.- Conocí a Tarateño Rojas, Antonio Pantoja. Don Mauro Núñez había conformado un grupo llamado “Pachamama” donde estaba Mario Rudón guitarrista orureño, Tito Veliz, también charanguista era parte de la gente que había quedado del grupo de Ima Sumac en Buenos Aires. Yo era parte de ellos, era la mascota del grupo, yo tenía que cantar, recitar, tocar charango y bailar con una pareja

L.R.- Conociste a William Ernesto Centellas?

Jaime Torres.- Si. Lo conocí en Buenos Aires. Vino a encontrarme. Le pedí que tocara. No quiso diciendo –Mira, otro día vamos a tocar-. Después fuimos grandes amigos. Lo estimé mucho, creo que fue un hombre que marcó mucha huella con su estilo de tocar.

L.R.- A Ernesto Cavour?

Jaime Torres.- Por supuesto, Ernesto fue uno de los primeros que conocí. Por supuesto que tengo el mayor de los respetos y creo que es un hombre que ha trabajado muchísimo por el instrumento

L.R.- Qué has sentido cuando Violeta Parra compone “Gracias a la vida” con charango?

Jaime Torres.- Conocí a Violeta Parra el año ´58 cuando fuimos a Chile. No voy a contar la anécdota porque hasta a mi me da vergüenza. Claro ella, una mujer grande Violeta me decía: ¡Puta que bonito que tocai! Y de dónde sois? ¿Eres boliviano? Yo era mucho más joven en ese momento y no me resultaba nada atractivo. Después en la noche fuimos y le escuché tocar charango uuuuuuu que desastre decía dentro de mi. Mirá vos la arrogancia de jovencito ¿no? La verdad yo dije:-La vocecita…pero cuando empezó a decir las cosas que decía…a los tres minutos era un gigante que estaba en el escenario. Digo con esto, lo irrespetuoso que fui yo con ella. ¡Pero que torpe, qué ordinario, que falta de sensibilidad la mía! Me acerqué y le dije -Qué linda su música-. Después me enteré que había emigrado a Europa y de su muerte.


Jaime Torres, maestro del charango, reconocido en miles de escenarios del mundo, ser humano que levanta la bandera de la cultura en el Tantanacuy. Con un fraternal abrazo nos despedimos pensando en el reencuentro.

martes, junio 08, 2010

Juan Pablo Izquierdo anuncia sala propia para la Orquesta de Cámara de Chile

Era un tema pendiente. El eslabón que faltaba para ver los frutos de la intensa itinerancia que realiza la Orquesta de Cámara de Chile, con 75 conciertos gratuitos al año, por todo el país. "Necesitamos tener una casa donde invitar al público; cada día se hace más evidente. Por ejemplo, en noviembre hicimos un concierto para 10 mil personas en Vitacura. Y nos dio gran felicidad que el público de un concierto que habíamos dado dos meses antes en La Granja llegó a Vitacura", cuenta Juan Pablo Izquierdo, su director titular.

Y como esta agrupación depende del Ministerio de Cultura -el mismo que asigna recursos a la Fundación Beethoven para que produzca sus conciertos-, Izquierdo le planteó el tema al ministro Luciano Cruz-Coke el sábado 29 de mayo.

"Para gran satisfacción nuestra, el ministro me ha dicho que dentro de muy poco vamos a tener nuestra propia sala. Le pregunté: '¿Será el lunes?'. Y me dijo: 'bueno, quizás no el lunes' -ríe-. No hay fecha fija, pero sí un compromiso del ministerio. Se están barajando varias posibilidades; debemos probar cada acústica", revela.

Estos exámenes acústicos partirán en julio, en la sala de conciertos del Centro Cultural Gabriela Mistral (256 butacas). "Es una sala magnífica; según las especificaciones de los ingenieros, tendrá una reverberación de 1,58, lo que está muy bien para la música clásica. Para una orquesta mediana, claro; si una sinfónica toca ahí un fortissimo , le rompe los tímpanos al público".

Cuando Izquierdo se hizo cargo de la Orquesta de Cámara, tenía dos misiones: perfeccionarla como instrumento y ampliar su repertorio. "Existe un plan, a nivel de ministerio, de agrandar el público, y por eso tocamos en lugares tradicionales, pero también en otros sitios. Ha sido muy exitoso. Por ejemplo, en Curacaví tocamos 'La Canción de la Tierra', de Mahler. Muchas de esas personas no habían tenido la oportunidad de ir a conciertos. Fue impresionante ver a la gente totalmente concentrada escuchando. No volaba una mosca. Igual de buena es la recepción de música nacional que incluimos en cada programa".

Rumbo internacional

Famoso es Izquierdo por ser el único director chileno con un contrato vigente con el sello Mode, de Nueva York. En febrero completó en Pittsburg la grabación de la Cuarta Sinfonía de Mahler, que suma a otros registros de Schoenberg y Debussy. "Lo próximo es la Séptima de Bruckner", anuncia. "Las grabaciones de Mahler espero que salgan en 2011, en el centenario de su muerte".

Pero Izquierdo siempre quiere más. "En este convenio que tengo con Mode Records hemos incluido a la Orquesta de Cámara de Chile. En abril debíamos grabar acá en Santiago 'La Orestíada', de Xenakis. Por el terremoto, lo postergamos hasta abril de 2011".

Y eso no es todo. "El próximo año estamos fijados el 8 de junio en el Teatro Colón de Buenos Aires. Y vamos a combinar con Bolivia y Ecuador, donde estamos invitados".

Tierra chilena

En lo inmediato, esta semana Izquierdo conduce a la Orquesta de Cámara de Chile en obras de Bach y Beethoven, más "Eclosión", de León Schidlowsky. Son cuatro conciertos, que desde el miércoles 9 ofrecerán en Las Condes, Lo Barnechea, Ñuñoa y Valparaíso. Siempre gratuitos (www.fundacionbeethoven.cl).

La agrupación, además, actuará en la temporada de la Fundación Beethoven: con el solista-director Shlomo Mintz hará "Las Cuatro Estaciones", de Vivaldi, y con el solista Horacio Lavandera, el Cuarto y Quinto Concierto de Beethoven (octubre).

En el esperado programa del 24 de junio hubo un cambio: se mantiene la Sinfonía de Cámara de Schoenberg, pero se bajó la selección de "Auge y Caída de Mahagonny", de Kurt Weill. "Nos informaron de Buenos Aires que la Fundación Kurt Weill decidió que esas obras se deben tocar en su integridad o no tocarlas. Es bastante extraño y contrario a la tradición, pero haremos el Réquiem de Mozart, que siempre es un desafío extraordinario, porque es una de las obras más profundas de la historia de la música".

Izquierdo, además, desmiente el rumor de que la Orquesta de Cámara de Chile pasaría a depender de la Fundación Beethoven (que hoy sólo la administra). "Eso es falso. Soy contratado por el Ministerio de Cultura, y no pertenezco a la Fundación Beethoven, al igual que los músicos de la orquesta. Siempre se han discutido dos posibilidades: que la gestión quede enteramente en manos del ministerio, y la otra es la gestión mixta actual, que continuará según se ha decidido. Privatizar la orquesta sería un error muy grande. La orquesta está donde corresponde, está muy bien atendida por el Ministerio de Cultura".

''Existe un plan, a nivel de ministerio, de agrandar el público, y por eso tocamos en lugares tradicionales, pero también en otros sitios. Ha sido muy exitoso".


http://diario.elmercurio.cl/2010/06/06/actividad_cultural/actividad_cultural/noticias/5669abd7-0758-4e3f-8c4d-e4dd0bcd701b.htm


Patricio Manns

Patricio Manns contra teleserie de Chilevisión: «Manuel Rodríguez pasa culeando y ni dispara»


Patricio Manns encuentra una “estupidez” El Guerrillero del Amor y no le gusta la versión rockera de su canción El cautivo de Til-Til que usaron para musicalizar la teleserie. Tras siete años de silencio, el escritor y cantautor saca nuevo disco y, acá, habla de su pasado como dependiente de una farmacia, de la odiosidad que le tiene Camilo Marks, de su rol en el FPMR y de literatura chilena.

07/06/2010 MEDIOS

Por Macarena Gallo para The Clinic


Patricio Manns
© Alejandro Olivares
¿Por qué tardaste siete años en sacar un disco?¿Qué estuviste haciendo, musicalmente, todo este tiempo?



-Nuestros sellos están todos quebrados. Tengo contrato con Alerce y está incapacitado de producir discos nuevos. Así que nos presentamos a uno de estos concursos, no sé cuál, y uno de ellos nos pasó cinco millones para hacer andar el proyecto. Junté a los músicos y la cosa anduvo medio rápido. En este tiempo he estado trabajando en dos libros, trabajando en una Cantata Bolivariana para la cosa del Bicentenario en Venezuela y en este disco que tiene canciones nuevas. Le dimos un cáracter un poco ecológico.



Tiene una canción sobre Pascualama.



-Los ríos de Chile tienen dueño y La araucarita,también. Me gusta que los discos tengan una personalidad propia y una temática con cancha rayada. Aquí vamos a hablar de tal cosa y listo.



Ahora cae de cajón pues están de moda los temas medioambientales.



-No sé si en la música. Los chicos que componen ahora no se preocupan de eso. Se preocupan de “I love you, I love you, I love you”. Y eso. Yo también le pongo su “I Love You” de repente, pero en dos canciones de diez, para equilibrar un poco y que haya de todo.



ANTICUMBIA



¿Hay grupos o movimientos musicales tan potentes como lo que pasó hace 40 años con la Nueva Canción Chilena (NCCH)?



-Ah, no, eso no se va a producir nunca más. Ni la calidad de las composiciones ni nada. Además, soy uno de los últimos exponentes de ese movimiento. El resto ya murió. Eso no se ha vuelto a reproducir. Es una pena. Porque no hay movimientos potentes.



Pero, ¿qué te parece la música ochentera que sepultó un poco a la NCCH, con grupos como Los Prisioneros?



-Tanto como sepultarla, ¡no! Ellos eran más bien un grupo, a mi modo de ver, que se publicitaba mucho y sabía promocionarse. Y hacían pequeños escándalos para llamar la atención. Nosotros no hicimos eso. Vamos al grano con nuestro trabajo. Yo no me empeloto en la calle. No hago ninguna cosa que no sea estrictamente musical. Lo mío es levantar polémica con mis propios temas.



Tu tema más reconocido, sin lugar a dudas, es Arriba en la cordillera. A estas alturas, ¿es una sombra tener que cantarla siempre o es un orgullo tener un Poema 20?



-Me siento orgulloso de la canción, de que lleve 50 años ahí en los primeros lugares en cualquier país del mundo, no solamente acá. Por eso la toco siempre en los recitales, si no lo hago, me empiezan a pifiar.



¿Qué te parece los nuevos aires que está tomando la cumbia con Américo y Leo Rey? Has dicho que daña la creatividad para poder fabricar música nacional con buen ritmo.



-Es que la cumbia es ajena a Chile. Ellos cantan lo mismo que otros chorrocientos mil en Centroamérica, Colombia, Costa Rica, Cuba, en todos lados. Cuando estoy curado, me encanta la cumbia. Y bailo. Pero, si la tomo seriamente, como música, digo que es excesiva. Me gustaría que hubiera más de otra cosa, más boleros por ejemplo, otros tangos. Siempre ha habido gente que se va por lo fácil, y prefiere la cumbia a otras cosas, gente que le cuesta pensar, le molesta pensar, para los cuales jamás Silvio Rodríguez tendría auditorio, porque Silvio es un tipo totalmente expositivo de ideas.



LA BOTICA



Fuiste dependiente de una farmacia. ¿Cómo era esa pega?



-Estuve como ocho meses en Concepción, a fines de los 50.



En ese tiempo eran boticas.



-No, era una farmacia como las de ahora, una gran farmacia que tenía una cadena.



¿De estas que se coluden?



-Jajaja, me imagino que sí. Sólo me dedicaba a vender medicamentos, desde preservativos hasta agujas hipodérmicas. Cuando me echaron de la farmacia, me dediqué a otras cosas. Pero estas cosas, como la colusión, son nuevas. A mí me han colgado muchas cosas.



¿Sí? ¿Cómo qué?



-Bueno, han dicho que soy proxeneta, qué sé yo. Es por echarme mierda encima.



¿Quién te ha dicho eso? ¿músicos, escritores?



-Gente que escribe. Tengo una leyenda negra. Dicen que desayuno vino y no es así. Mira, son las doce del día y no he tomado nada. Pero es así mi historia. Hay gente que no me quiere bien e inventa cosas, gente que está celosa de que me vaya bien. La envidia es una cosa… ¡uufff! Eso viene de los mismos músicos, de escritores, de gente que me conoce vagamente. Hay críticos literarios que se han dedicado a buscar lo más malo de mi literatura.



¿Te refieres a Camilo Marks?A él tú le dedicaste un personaje, Camila Marcos, una puta travesti en el libro Buenas noches los pastores.



-Eso lo puse porque me enojé con él. No lo conozco, no soy amigo suyo, nunca lo he saludado. Pero él no sé por qué me tira tanta mierda. Le da lo mismo qué novela realice, todo para él vale lo mismo y son Manns, por lo tanto, hay que pegarle. No sé cómo un tipo que escribe tan mal, como él, critique libros. Los propios colegas le han sacado la cresta.



EL FRENTE



Fuiste vocero del FPMR. ¿Cómo llegaste a serlo?



-Porque me lo pidieron. Llegó un grupo de comandantes y me dijo que necesitaban una vocería en Europa, debe haber sido por el año 84. Hice giras por Europa dando discursos. Tenía que explicar lo que el Frente estaba haciendo, y lo que no: porque de repente ponían una bomba en una parte, pasaba un gallo y quedaba sin piernas. Había que decir que no era el Frente, y no había sido el frente. Tenía que explicar por qué se ponían bombas, porque se apagaban las luces. Era una lucha contra la dictadura.



¿Sigues creyendo que la vía armada es la única manera de conseguir algo?



-No es la única. Es una posibilidad. Éramos capos en ese entonces. Teníamos una idea grandiosa. Sin nosotros no se habría caído la dictadura. Después del primer atentado, Pinochet flaqueó mucho y se dio cuenta que era vulnerable. Y eso no lo ha reconocido la gente de la Concertación, porque no quiere. Pinochet conquistó este país por la vía armada. Entonces, sigue siendo una vía.



¿Contra qué te rebelarías hoy día y por qué?



-Me levanto en la mañana en contra de todo. Apenas pongo el pie en el suelo, ya estoy pensando a quién le voy a sacar la chucha. Creo que hay que corregir cosas. Me molesta, por ejemplo, que la Concertación le haya entregado el poder a la derecha.



¿Qué pasa con el rodriguismo hoy día? ¿En qué están?



-Están insertos un poco en la Concertación, otros están por la libre. Pero no son un movimiento. Ahora a uno no le queda más remedio que ser partidario de personas, ya no de movimientos. Del Partido Comunista se ha ido mucha gente valiosa. Está quedando en las últimas extremas posiciones. Nunca ha estado más bajo.



Pero ahora tiene tres parlamentarios.



-Sí, pero con el auxilio de la Concertación. Sin eso, no habrían llegado ni a la esquina.



¿Tienes contacto aún con rodriguistas?



-Sí, claro. Vienen acá, comemos. Pero son amigos, nomás. No hablamos del rodriguismo, porque esa etapa pasó y está superada.



¿Qué te parece que la figura de Manuel Rodríguez esté de moda hoy en la tele?



-El Guerrillero del Amor es una estupidez. Me río cuando canto en los conciertos y digo “¿cómo se llamará esta canción ahora?, ¿se llamará el Guerrillero del Amor?”. Y la gente se ríe a gritos. Porque fue una estupidez farandulizarla tanto. Además, uno ve un pedazo de la teleserie, aparece Rodríguez y está culeando, entra a una pieza y la mina se saca la ropa apenas lo ve. Y el tipo, hasta aquí, no ha peleado nada, no ha pegado ni un tiro, no ha llevado ni un mensaje a San Martín. Vive entre faldas, nomás.



¿Qué te parece la versión de El Cautivo de Til-Til que hicieron para la teleserie?



-No me gusta. Pero con tal que respetaran la letra, todo bien. Hay otras versiones mucho más lindas. Ésta es una cosa rock que hicieron por ahí y el tema mío era el menos que se prestaba para hacerlo rock. Y lo hicieron.



ENA, LA ZURCIDORA



Sigues pensando, como has dicho, que Chile es una dictadura militar permanente. ¿En qué fundamentas eso?



-Ahora no. La fuerzas armadas han retrocedido mucho. Están muy bajo perfil. Tengo un libro, Las masacres, donde decía que cada gobierno, cuando se veía en apuros, sacaba las fuerzas armadas a la calle y mataba a la gente que estaba en huelga. Paraba una salitrera en el norte, y la fuerza armada se metía a cañonazo limpio. Cuando se podía hacer, se hacía a cada rato. Pinochet sacaba por cualquier cosa a los militares. En la Araucanía sigue pasando lo mismo. Convirtieron el conflicto en guerra. En vez de mandar abogados, mandaron milicos. Ese fue un error de la Michelle. Militarizó el conflicto.



¿Qué te parece que la derecha haya sido elegida democráticamente?



-Siempre pensé que habría una alternancia. Pero, para mí, no pasaba por Piñera el asunto. Él no tiene carácter ni estatura de estadista.



¿Por quién pasaba, entonces?



-Por una figura en la derecha que no tuviera las connotaciones de Piñera. En un momento dado, me pareció positivo el gesto de Longueira cuando negoció con Lagos. Me dio la impresión en ese momento que el tipo tenía nociones de estadista. Además, pensé en su momento que sería el candidato a temer de la derecha. Pero, obviamente, después se mandó cagadas y ahora está metido en el montón de nuevo. Está criticando a Piñera, está celoso.



¿Cómo ves a Piñera en el poder? ¿Qué piensas del ejército de chaquetas rojas, de sus condoros cuando habla?



-Es bien lamentable este gobierno. Pensaba otra cosa. Que iba a llegar la eficacia, una nueva manera de gobernar, pero ¡no es ninguna otra manera de gobernar! Están haciendo lo que pueden. No tienen idea de gobierno. Han estado mucho tiempo fuera del poder real. No tienen dedos para el piano. Los ministros andan dando vuelta. Hasta la Von Baer se cae con las cosas que dice. Ella que tendría que ser la zurcidora japonesa del asunto, no zurce ni siquiera su propio plan de trabajo.



¿Y la Concertación crees que pueda ser una nueva alternativa? Tomás Moulián dijo en The Clinic que la Concertación debía reformularse.



-De acuerdo, pero cómo, con quiénes, quién va a dirigir la operación. Pienso que la Michelle puede hacer eso. No veo otra figura. Necesitamos crear una oposición fuerte, eficaz, digna, decente, para sacar a la derecha del poder. Ella se saltó su partido e hizo una cosa bien personal. Se nota mucho que era mejor gobernante que Piñera, que está con las manos a cuatro patas, haciendo unos enredos y toda la culpa es del terremoto y de la gobernación anterior. Pero todos tuvimos administraciones anteriores. Y Michelle se defendió bien en los 4 años que estuvo. Si se repostula estaré con ella hasta que haga una cagada grande y me enoje. Es lo mejor que hay en Chile.



¿Qué te pareció el discurso del 21 de mayo?



-Lo encontré prepotente, porque Piñera es prepotente. Es un tipo que cree que se las sabe todas, que está preparado para todo. Si le pasan un chuteador se lo pone y tira la patada. Si le pasan un casco minero, se lo pone y se pega cabezazos en el techo. Anda haciendo el rídiculo vestido de todo, menos de presidente.



EL NACIONAL



¿Qué estás leyendo? ¿Qué escritores chilenos te gustan y disgustan?



-Una biografía de Carlos Marx y a Engels con su Dialéctica de la Naturaleza. Leo puras huevadas, jajaja. Para empezar, en Chile no hay literatura. Los grandes poetas no están. No hay un recambio. Aquí hay fetiches, gente que se proclama mucho. En América Latina pasa lo mismo, las grandes figuras van desapareciendo. No se ven nuevas capas de escritores. No se ven nuevos Huidobros, nuevos Nerudas, nuevas Mistral.



Fuiste amigo de Carlos Droguett. ¿Es cierto que tenía un carácter de mierda?



-Sí. Una vez dijo “traigánme al mono para acá y le pego un puñete”. El mono era yo y estaba picado por algo que había hecho yo. Quería sacarme la cresta. Tenía un carácter fuerte. Me hice amigo cuando yo tenía 18 años. Me corregía las novelas a mano. Me decía “esto no, esto lo podría escribir Lafourcade”. Disparaba mierda para todos lados.



Otra que tenía un carácter de mierda, dicen, era la Violeta Parra.



-Terrible. Pero todos los Parra tapan el carácter de la Violeta. Creen que diciendo que tenía un carácter de mierda se achicará una parte de ella y no será la figura así de grande que es. Pero es una tontera. Además, le decíamos la Dolly Pen, porque no se bañaba nunca, jajaja.



¿A quién le darías el Premio Nacional de Literatura? ¿O te lo darías a ti mismo?



-A Isabel Allende. Es una mina muy reconocida, universalmente, es traducida a 30 idiomas. Sus temas incluyen muchas cosas de la dictadura. Ha llevado a Chile a un mapa y está de moda poner en mapa el nombre de Chile. Es un tema pendiente con ella. Mi turno vendrá después. Si es en cuanto a la calidad literaria, no he dicho nada. Porque en cuanto a calidad, me lo daría a mí mismo.



No te falta modestia.



-Es que aspiro a ganármelo. Ahora, en estos momentos, lo encuentro prematuro. Prefiero esperar un poco más. También me están debiendo el de música hace años. El año pasado se lo dieron a un afinador de órganos, porque no tienen a quién dárselo. Y eso no está bien.


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Para citar esta página: http://www.cancioneros.com/co/ 1559/2/patricio- manns-contra- teleserie- de-chilevision- manuel-rodriguez -pasa-culeando- y-ni-dispara- medios

domingo, junio 06, 2010

Música chilena: Amistades peligrosas

Por Marcos Moraga L./ La Nación Domingo
Dos o más mundos colisionan en duplas ganadoras como la de Zalo Reyes y los Shamanes. O en la dimensión de Nick Calaveras, un productor que aprovechó el terremoto para juntar a gente como Roberto Márquez, Quique Neira y Juan Sativo. La tradición musical se anota con un lifting en manos de nuevos discos.

Lo decía Jorge González hace un par de años, cuando reapareció como nombre frecuente en la discografía nacional reciente, en la sección de “invitados”: “Es la primera generación que entiende la canción de la manera que yo la entiendo, hecha con computadoras, elementos del pop basura, folclor urbano y con énfasis en el color de los instrumentos y el pulso endiablado más que en ‘la energía del rock’, pelotudez que ya 23 años atrás se había desinflado”.

Quizás sea una de las razones que expliquen el reflote de colaboraciones insignes con un puente generacional considerable. Como Quilapayún -el que opera desde Chile, con Eduardo Carrasco-, registrando una canción junto a Jimmy Fernández, ex La Pozze Latina para su último disco “Solistas” (2009, Warner). O JuanaFé reservando una pista completa para Mauricio Redolés a capella en su nuevo disco, “La makinita” (2010, Oveja Negra). O Gepe, anotándose con una nueva aparición del ex Los Prisioneros en su reciente álbum “Audiovisión” (2010, Quemasucabeza).

“La época de ‘Hungría’ (2007, Quemasucabeza) fue puro ‘Corazones’ (1990). Yo hace tiempo que quería hacer algo con él. Lo conocí en México y me dijo que ningún problema. Súper profesional, mandó todo listo”, decía Daniel Riveros durante las entrevistas por la salida de su último álbum. Uno más de los vínculos que dan cuenta de las interesantes coaliciones. Acá van dos ejemplos.

Gourmet

Nicolás Melloni llegó a Santiago a finales de 2007, tras vivir varios años en Miami y forjarse en las artes de la producción rapera, codeándose con gente como Dj Manuvers y Fatlip. Recién instalado en Chile le robaron el computador. Perdió todo el material que iba a ser su primer disco. Después vino la recolección, la necesidad de juntar plata y equipos para reamar un estudio casero. Que es, realmente, casero. No suda cables, ni equipos enchapados, ni amplificadores-reliquias. Un computador con Cool Edit de hace 12 años, un par de teclados, monitores y estamos. “Con lo mismo se grabó el ‘Vida salvaje’ de Makiza. Así que yo lo voy a ocupar siempre”. Hasta allá se trasladó un picado nacional que pidió algún espacio en “La receta” (Bitlove Records), el disco que Nick Calaveras -su alias- tiene preparado hace un tiempo y que aguarda en la puerta del horno. El lanzamiento será durante la segunda semana de julio.

“Quería hacer el disco que siempre quise escuchar. DJ Raff y Bitman hicieron algo parecido, pero es otro sonido. Mi mezcla va por otro lado. Es talvez más orgánica; es rap, pero lo mío no son esas tendencias futuristas. Quiero que los sonidos sean identificables en la realidad”, explica. “Y para eso tenía que llamar a la selección nacional de la música según mi criterio: a la gente que crecí escuchando y con quienes trabajo ahora”. El terremoto del 27 de febrero le dio la oportunidad: fueron diez días de desempleo para él y sus invitados. Todos se aparecieron a grabar.

Por las pistas de “La receta” dicen presente Juan Sativo (Tiro de Gracia), Tea Time y Rulo (Funk Attack), Roberto Márquez (Illapu), Búfalo Beat, Vitami, Dj Vaskular, Sonido Ácido, Seo2 y Quique Neira, entre otros. Para su segundo disco, ya baraja invitaciones para Claudio Narea y Florcita Motuda, su primer profesor de guitarra. “Y si llegas a poner esto. Claudio García, de Los Miserables: te ando buscando y te voy a encontrar”.

Como a Claudio Parra, a quien se encontró a la salida del restaurante Las Lanzas, después de haber tapado en correos a Los Jaivas para solicitarles el permiso de “La Conquistada”, el único cover que quedó en “La receta”. “A ti te ando buscando”, lo paró en la calle. Le puso los audífonos. Y el de bigote lo acarreó hasta los cuarteles Jaivas, para enseñarle su solo de teclado, apretarse las manos y cederle todos los permisos. Para una canción que terminó cantando Roberto Márquez de Illapu junto a Juan Sativo de Tiro de Gracia, con apariciones de Rulo (Funk Attack, Esencia), DJ Vascular (Colectivo Etéreo).

“Con Roberto Márquez tenemos un lazo casi familiar. Me presenta como su sobrino. Crecí escuchándolo. Para mí, Michael Jackson es ídolo. Pero se me hace más relevante Illapu. Hay quien me crucificaría por decir esto, pero yo prefiero a Illapu a Frank Sinatra”, dice. Y así con Los Jaivas y Los Prisioneros. “Soy un fan y ni cagando pierdo esa condición. Pero he tenido la oportunidad de codearme con esta gente y es todo lo que esperaba. Quizás nuestros tiempos son parecidos. (...) Me inscribí para votar, pero escuché mucho algo con lo que estoy de acuerdo: las opciones eran caca o pichí. Así como le pasó a la generación de los 80, hoy hay de qué hablar. No nos están matando, no nos ponen electricidad en los testículos, pero socialmente está la cagada. Ojalá salgan 100 mil personas más haciendo cosas que me gustan. Y si aparecen, quiero hacer cosas con ellos”.

Nick Calaveras se presentará en forma de DJ set este jueves en el Barabajo (Erasmo Escala, 2185), a la espera de un lanzamiento con todos sus invitados.

El dancehall de la cárcel

Y así fue como Kymani Marley se apareció por Puente Alto. El hijo de Bob Marley recibió unas pistas de manos del mánager de Shamanes. Le gustó lo que escuchaba. Estaba de visita en Chile y reservó una parada para los cultores del dancehall. Timbre: el hijo de Bob Marley, quien estampó su primera colaboración en una canción de un artista latinoamericano. Pero curiosamente, no es la invitación que más ha sonado en radio del segundo disco de la banda, “Reden-Zion” (2010, Feriamusic). Esa jineta quedó reservada para Zalo Reyes y su “Prisionera”.

“Hace un tiempo hicimos el lanzamiento del disco con la familia”, relata Daniel Montero, alias Browen. “Ves a tu papá en el público y tú compartiendo escenario con la persona que creciste escuchando. Desde chico uno nace con esto. Mi papá también fue músico. Vas seleccionando a los artistas y enfocándote en ellos. Tratando de lograr lo que otros han logrado. Para mí, que nací con su música sonando, es un honor”.

Así que “Prisionera” vivía en la oreja de Browen. Y un día, mientras probaba unas bases para algún tema nuevo, el músico advirtió que los acordes en sus manos eran los mismos sobre los cuales cantaba Zalo. Grabaron su versión. Y aunque los Shamanes gozan de grandes números en difusión radial y se empinan por sobre las ocho mil copias vendidas para su álbum, les dio pudor abordar al Gorrión de Conchalí. Hasta que un día coincidieron en un aeropuerto de la Región de Coquimbo, ambos varados esperando su vuelo. “Estábamos así como ‘ya, ¿quién le va a preguntar?’, harto rato, hasta que Zalito nos cachó complicados y se nos acercó: ‘A ver, cabros. Ustedes tienen cara de artistas’”. Vieron el video de Shamanes haciendo “Prisionera” por YouTube y el romántico comprometió su participación.

Los Shamanes están próximos a realizar el lanzamiento de su disco ya a escala masiva, que será durante los primeros días de julio. Un dancehall de vocación futurista y romántica, que junto a Movimiento Original, Boomer o 12 Tribus están tomando a su manera la posta del reggae radial en Chile. “Teníamos algo de miedo cuando hacíamos el cover de Zalo. Pero a mí me gusta, a mi hijo le gusta, y a mi abuelo le gusta. ¿Qué más se puede pedir?”.

UNA GALERÍA DE SALTOS

La práctica del puente generacional tiene historia. Ahí está el trabajo conjunto entre Ángel Parra Trío con Óscar Arriagada o Valentín Trujillo. O la promoción realizada por Titae Lindl para las estrellas del Bar Cinzano.

La modalidad se intensificó con “Generaciones” (2003), un disco de duetos que metió en la juguera a Los Tetas, Germaín de la Fuente, Los Tres, Buddy Richard, Dracma, Los Galos, Santo Barrio, Los Jaivas, Luis Dimas, Canal Magdalena y la Sonora de Tommy Rey, entre varios más.

http://www.lanacion.cl/musica-chilena-amistades-peligrosas/noticias/2010-06-04/234321.html