lunes, octubre 28, 2013

Murió Lou Reed, el poeta que caminó por el lado salvaje de la música

El Mercurio

El cantautor estadounidense falleció ayer, a los 71 años. Fue pionero e influyente figura del rock junto a The Velvet Underground y posteriormente cimentó una exitosa carrera como solista.

Diego Rammsy y José Vásquez

Sin mayores anticipaciones ni advertencias, uno de los cantautores norteamericanos más influyentes de su generación dejó de existir. Lou Reed falleció ayer, a los 71 años, por causas que aún no han sido reveladas. Los antecedentes de su repentino deceso estarían ligados a un trasplante de hígado al que el músico se había sometido en abril de este año en Cleveland. Sin embargo, tras la operación, y aunque su esposa, la artista Laurie Anderson, aclaró que el músico no estaba totalmente recuperado, Reed manifestó a través de su sitio web, estar "más grande y fuerte" que nunca y se describió a sí mismo como un "triunfo de la medicina moderna".

El 20 de junio de este año regresó a los escenarios, pero al mes siguiente tuvo que ser internado de urgencia por una deshidratación severa. Su última aparición pública se produjo en octubre en Nueva York donde junto al fotógrafo Mick Rock lanzaron un libro de fotografías de ambos llamado "Transformer".

Su impasible voz dejó un rastro imborrable en la historia del rock, y su muerte fue lamentada por bandas como The Who, Weezer, Pixies y los músicos Nile Rodgers e Iggy Pop. Palabras como "irreemplazable", "leyenda" e "influencia" surgieron para retratar la importancia del gran poeta. Desde la vereda del cine, le hicieron reverencia Samuel L. Jackson, John Cusack, Julianne Moore y Mia Farrow.

Desde el reducto del arte se consagró como un músico vanguardista junto a la banda The Velvet Underground en los 60, y posteriormente, a bordo de una carrera como solista, terminó de concretar su camino en la historia del rock estadounidense, donde sin hacer mucho ruido y más bien alejado del éxito comercial, se transformó en un referente de alta calidad y singularidad en la música popular de fines del siglo XX.

Incansable vanguardista

Tomó el micrófono e invitó a todos los que llegaron al Estadio Víctor Jara -a quién homenajeó cuando cerró su presentación con "Perfect day", ese éxito que tuvo una segunda vida con la película "Trainspotting"- a caminar por el lado salvaje. Con la ejecución de "Walk on the wild side" -una de sus canciones más populares, producida en su etapa solista por David Bowie- ese show de noviembre de 2000 en Santiago dejó registros de un concierto alejado completamente de la mezquindad.

El leitmotiv de Lou Reed fue siempre transitar hacia un escalón artístico distinto. No descansar en la confortabilidad de un aplauso asegurado y buscar sonoridades que lo desafiaran.

A Chile llegó a presentar "Ecstasy", trabajo que lanzó en abril de ese año, y terminó haciendo un repaso a su carrera, ofreciendo una extensa panorámica de uno de los legados más influyentes no solo en la música popular, sino también en la literatura y la pintura.

En 1964 funda en Nueva York, junto a John Cale, The Velvet Underground, una banda de rock vanguardista y muy cercana al artista plástico Andy Warhol, quien para el debut discográfico del grupo diseñó una de las carátulas de álbumes más icónicas del rock, la del plátano.

En 1972 comenzó su carrera solista, la que sorprendió con álbumes como "Transformer" y "Berlín", en los que abordaba un mundo marginal de travestis y drogadictos. Luego de eso, e influido por las drogas, su ambición fue netamente experimental con trabajos que mezclaban distorsión y sintetizadores, algo que se reflejó en un disco como "Metal machine music", de 1975.

Los ochenta fueron una década más reflexiva para Reed, quien se alejó de las drogas y compuso trabajos como "The blue mask" y "New sensations". Se acercó al yoga y en el año 2000 editó "Pass thru fire", un libro que reunía todas las letras de sus canciones.

Más tarde comenzaría a salir de gira con su esposa, la artista experimental Laurie Anderson. A ella la acompañó en su show en Chile en agosto de 2008, la última vez que Reed estuvo en el país.

Su último experimento musical fue el álbum "Lulu" (2011) que grabó junto a Metallica, el cual tuvo dispares comentarios. Un disco inspirado en la obra del mismo nombre escrita por Frank Wedekind y que retrata la vida de una bailarina que sufre constantes abusos.

2 veces en ChileAdemás del concierto que realizó en noviembre de 2000 en el Estadio Víctor Jara, Reed acompañó a Laurie Anderson, su ahora viuda, cuando ella se presentó en Santiago en agosto de 2008.

El adiós desu ex compañero"El mundo ha perdido a un gran compositor y poeta. Yo he perdido a mi mejor amigo de juventud", dijo ayer el guitarrista John Cale, uno de los dos sobrevivientes de The Velvet Underground junto al baterista Mo Tucker.

 Discos esenciales

THE VELVET UNDERGROUND & NICO (1967)

Mientras la mayoría de su generación decoraba su vida con flores, The Velvet Underground -con una portada irrepetible de Andy Warhol y la voz misteriosa de la alemana Nico en primer plano- apostaba por un debut ambiguo y que sugería mirar en nuestro interior. Álbum eléctrico y de fría belleza, cuenta con textos sobresalientes de Reed sobre la espera a un dealer -"I'm waiting for the man"-, infiernos personales -"Heroin"- y el propio culto a Nico -"Femme fatale"-. Sin esta obra, no existirían Bowie, Sonic Youth, The Stooges y The Strokes, entre otros.

TRANSFORMER (1972)
Tras volver como poeta en 1971 -luego de su traumática expulsión de The Velvet Underground-, Reed coquetea con la música a través de otro de sus compinches: David Bowie. Con el inglés como productor y supuestamente pareja, "Transformer" es su disco más celebrado por público y crítica y el único que se acercó al mainstream . Historias que sueñan con una vida ejemplar -"Perfect day"- y retratos de su fascinación por héroes anónimos y callejeros -"Walk on the wild side"- asoman como los peaks de su carrera.


BERLIN (1973)
Álbum conceptual e incomprendido en su época, "Berlin" es, por lejos, la obra más ambiciosa de Lou Reed. Con Jim y Caroline, una pareja descontrolada por el amor, el sexo y las drogas, como punto de partida, el estadounidense -junto al productor Bob Ezrin que, años más tarde, alcanzaría la gloria con otro disco del mismo corte, "The wall"- traza un punto de unión entre Europa y su país, a través de un estudio musical que asume influencias de artistas de los 30 y los 40 como Max Steiner y Kurt Weill. Un trabajo visionario y arriesgado.

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