El Mercurio
En plena pandemia, el sello Profil puso en el mercado un cofre con cuatro discos de esta olvidada pianista polaca, protagonista de una historia de leyenda.
Juan Antonio Muñoz H.
De pronto se piensa que en estos tiempos tan expuestos todo está dicho, visto y escuchado, y que lo nuevo es seguro que ya estará disponible. Pero siempre hay sorpresas y algunas de ellas provienen de personas que siempre estuvieron ahí y que, por alguna razón, no fueron vistas como les correspondiera.
Es el caso de la pianista polaca Halina Czerny-Stefanska (1922-2001), una artista notable que hoy, gracias al sello Profil, podemos escuchar otra vez en el repertorio al que consagró su vida.
Y no era Lipatti…
En 1966, el sello EMI editó lo que se creía era una antigua interpretación del legendario pianista rumano Dinu Lipatti del Concierto para piano número 1, de Chopin. Como se creía que era su única grabación de la obra, el disco pronto se convirtió en una referencia y fue aplaudido de manera unánime.
Sin embargo, en 1981, un auditor de la BBC, conocedor y muy atento por cierto, se dio cuenta de que el solista no era el gran Lipatti, sino Halina Czerny-Stefanska, quien había grabado la obra para el sello Supraphon en 1955, con la Orquesta Filarmónica Checa bajo la dirección de Václav Smetáèek. Ante la evidencia, hubo que admitir el error y todos los epítetos con que se homenajeó a Lipatti fueron trasladados a Halina: “El sonido del piano es soberano, de una naturalidad y una poesía de un nivel superior, la libertad de tono es absoluta, el ímpetu noble, la vitalidad ardiente y la emoción lírica, permanente”.
EMI retiró sin chistar su disco y, poco después, se descubrió otro registro auténtico de la misma obra por el pianista rumano, que fue también editado, pero la grabación de la pianista polaca fue olvidada y tan solo se publicó en el sello Polskie Nagrania.
Ahora, Profil acaba de recuperarla dentro de un álbum cuádruple que reúne todos los registros de Chopin realizados por Halina entre 1949 y 1960. Son cuatro horas de piano en manos de esta descendiente directa de Carl Czerny, discípulo de Beethoven y maestro de Liszt, que ganó, en 1949, el primer premio ex aequo con Bella Davidovich, en el primer Concurso Chopin de Varsovia realizado después del término de la guerra. Ese triunfo marcó el inicio de su carrera internacional.
Chopin en el cine
Estudió piano con su padre, Stanislaw Szwarcenberg-Czerny, y desde los 11 años, con Alfred Cortot en la École Normale de Musique de París, para más tarde seguir con Józef Turczynski y Zbigniew Drzewiecki. Grabó para varios sellos; entre ellos, Deutsche Grammophon, Decca, Supraphon, Telefunken, RCA y RCA-Japan, y participó en el famoso registro de la obra completa de Chopin que encargó Polonia en 1960 solo con artistas polacos.
Aunque interpretó a Mozart, Beethoven y Grieg, el repertorio de Halina Czerny-Stefanska comprendía preferentemente compositores polacos, como Paderewski, Szymanowski y Zarebskim, y especialmente Chopin, a quien “encarnó” en la película “El joven Chopin” (1952), dirigida por Aleksander Ford: otra vez oculta, ella es la que toca el piano mientras el personaje del músico es interpretado por el actor Czeslaw Wollejko.
La nueva caja editada por Profil (4 discos), titulada “In love with Chopin” (disponible en Spotify), contiene no solo una versión del Concierto 1 sino dos: la de 1955 y otra con data posible de 1959 o 1960, además de polonesas, mazurcas, baladas, nocturnos, preludios. “Un cofre que es un verdadero tesoro y que pone a Halina Czerny-Stefanska en el lugar que le corresponde: el de una de las intérpretes más capaces de traducir el mundo de Chopin”, como escribió Jean Lacroix en el magazine musical francés Crescendo.
Este es un blog que tiene como misión recopilar información o noticias sobre música chilena, la Industria musical y la industria cultural de nuestro país aparecida en diversos medios de comunicación. Por lo tanto los textos son propiedad de los medios y de los periodistas que encabezan cada nota.
lunes, agosto 31, 2020
domingo, agosto 30, 2020
El Festival de Viña enfrenta la mayor encrucijada de su historia
El Mercurio
La alcaldesa Virginia Reginato insiste en que los canales deben presentar un plan general para la edición 2021, pero estos están de manos atadas porque las bases estipulan un certamen con competencias y un aforo en la Quinta Vergara que no podría cumplirse por la pandemia. La autoridad sanitaria tiene la última palabra, pero señala que es muy temprano para pronunciarse.
PATRICIA CERDA y JOSÉ VÁSQUEZ
Luis Fonsi, Marco Antonio Solís y Ana Torroja estarían disponibles
Pese a la incertidumbre en la industria musical producto de la pandemia, sin certeza de cuándo regresarán las giras y los conciertos, hay varias figuras internacionales que, en conversaciones preliminares, se habrían mostrado dispuestas a ser parte del Festival de Viña, si se lleva a cabo.
“Manejo varios nombres de artistas que estarían dispuestos a venir en las diferentes modalidades en que se llegara a realizar un eventual Festival”, dice Carlos Lara, director de Swing Booking & Managment, quien comenta haber conversado con Luis Fonsi, Ana Torroja, Marco Antonio Solís y el grupo sensación juvenil colombiano Morat, entre otros, y que ellos han manifestado su intención de ser parte del evento, que todavía evalúa la opción de tener o no público en las tribunas con limitación de aforo o, incluso, ser realizado solo con exponentes nacionales si las fronteras estuvieran cerradas por la crisis sanitaria.
“El otro día conversaba con Marco Antonio Solís y él decía lo importante que sería llevarle una alegría a la gente en estos momentos”, señala Lara, quien agrega que, conscientes de la contigencia, algunos están dispuestos también a bajar sus pretensiones económicas.
“Todos, mánagers, artistas y sus oficinas deberían llegar a tener flexibilidad, sobre todo en caso de que el evento no se pudiera hacer por un tema de fuerza mayor”, plantea el productor, y añade que para los artistas, la vitrina del Festival es valorada por su repercusión internacional, porque además la mayoría del retorno de las giras mundiales se proyectan para el segundo semestre de 2021.
Desde Bizarro, la productora que gestiona a los artistas del certamen, señalan que la vocería del evento está en manos de los canales. Alfredo Alonso, director de la compañía, evita referirse al caso específico de Viña del Mar, pero da su visión sobre el complejo panorama que enfrenta la industria de conciertos, y se muestra optimista frente a lo que viene. Con su banda Aleste acaba de reprogramar para el 28 de noviembre su actuación en el Teatro Nescafé de las Artes, el primer recital con público en las tribunas que ahora se vende con distanciamiento sanitario. Un modelo que en este momento no quiere relacionar con lo que ocurriría eventualmente en la Quinta Vergara, si el certamen se hiciera con restricción de aforo.
“Lo de Aleste lo programamos con todas las normas que está dando la Fase 4 del Gobierno, vendiendo solo el 25% de la capacidad del recinto y utilizando asientos por medio y con filas cruzadas”, explica Alonso. “Nosotros nos dedicamos a hacer espectáculos y tenemos que mover esta industria, por eso ya estamos trabajando en próximos shows con los aforos que vaya permitiendo cada fase”.
En el gremio de los realizadores de espectáculos siguen evaluando el futuro de los eventos pospandemia. Jorge Ramírez, gerente de la Agepec, agrupación que reúne a las principales productoras de eventos, cree que Viña del Mar no es ajeno a este panorama global. “En estos momentos no debería existir espacio para la emoción, sino que para la razón. Y si la razón está del lado de la realización de un evento como ese (el Festival), pues adelante, pero si no lo está, no debería pasar de ser una declaración de intenciones”, señala. A su juicio, “lo deseable es que exista una luz que alimente la esperanza de tener un cierto regreso de la actividad, siempre y cuando tenga consistencia para los organizadores y desde un punto de vista en que cumpla con la factibilidad de hacerse”.
“La expectativa de los artistas, y no pensando solo en Viña, ha sido la de observar la evolución y el desarrollo de la enfermedad, que cambia todos los días, por lo que es muy temerario sacar una conclusión anticipada”, manifiesta el empresario frente a un panorama que ha presentado nuevos brotes, incluso en los países que han tenido una buena respuesta en la emergencia.
Consultado sobre cómo operan los seguros que se contratan para los espectáculos, responde que estos “no existen en pandemia, por lo que el riesgo de realizar un evento se transfiere completamente al organizador”, una situación que añade más dificultades a la operación.
La producción del Festival de Viña 2021 se está transformando en un dolor de cabeza para TVN y Canal 13, los canales socios, y para la Municipalidad de Viña del Mar. La petición a través de una carta de los respectivos directores ejecutivos de las señales, Francisco Guijón y Max Luksic, de cancelar la próxima edición del evento por razones sanitarias fue desestimada por la alcaldesa Virginia Reginato. El director de Concesiones del municipio, Mario Araya, contestó en otra misiva: “No existe claridad ni los fundamentos para acceder a tal petición”. Y sigue: “Existe un tiempo prudente aún para lograr la realización de la versión 2021 de nuestro Festival Internacional”.
La alcaldesa Reginato plantea a “El Mercurio” que su rol como autoridad es hacer valer el contrato que se adjudicaron las televisoras por una licitación pública. “Mientras yo no reciba una propuesta formal de los canales, como es su obligación hacerla, no me corresponde referirme a las condiciones sanitarias que existan en el mes de febrero”, sostiene. Y añade que el Festival de Viña es un importante activo para la comuna y “fundamental para la recuperación económica y de empleos de nuestra ciudad”.
Suspender Viña 2021, evento que cumple 62 años en febrero próximo, implicaría cambiar el contrato con Canal 13 y TVN, que originalmente era entre las ediciones 2019 y 2022. Pero si no se realizara esta versión, y el contrato se ampliara hasta 2023, el municipio dejaría de percibir recursos por el evento ese último año, a no ser que se acordara alguna compensación entre las partes.
Las televisoras están de manos atadas y, por lo mismo, ya analizan el tema con sus abogados. Una fuente conocedora de las negociaciones comenta que “el Festival de Viña con una gala, seis noches y artistas internacionales está estipulado por bases. No se puede presentar un proyecto que no se ajuste a ellas, como proponer un festival virtual. El año pasado, por ejemplo, se suspendió la gala por un decreto que emanó de la Gobernación y debido a que no estaban las condiciones de seguridad para realizarla”.
En esta oportunidad, es el Ministerio de Salud el encargado de decidir si se puede o no efectuar el evento. No obstante, el organismo señala a este diario que, por ahora, no se referirán al tema. Sí lo hace el seremi de Salud de Valparaíso, Francisco Álvarez, aunque sin respuesta definitiva: “Es muy prematuro, desde el punto de vista sanitario, confirmar si se puede llevar a cabo el Festival en las que fechas en que normalmente se realiza”, dice, junto con agregar que se seguirá evaluando el desarrollo de la pandemia.
Mientras, el tiempo pasa y los plazos vencen. El año pasado en esta fecha Martín Cárcamo y María Luisa Godoy ya habían sido confirmados como animadores, se había nombrado a Felipe Morales como el nuevo director de televisión del evento y lanzado las bases de las competencias, que sin estas normativas en 2021 ya no se podrían desarrollar.
Hoy, en cambio, ni siquiera ha habido una reunión en la Comisión Festival para evaluar el evento 2020. Todo esto provocó un quiebre interno y la renuncia de Pamela Hodar a esa entidad, aunque ella alude a “motivos personales”. Y añade: “Como concejales estamos a la espera de que se nos informe de las reuniones que han tenido con los canales y las decisiones que tomarán”.
El concejal Sandro Puebla, otro miembro de la comisión, pidió al municipio multar a los canales por no presentar aún una propuesta y poner como plazo las próximas dos semanas para hacerlo. “Entre las obligaciones de los canales está presentar un plan general del evento 2021 en marzo, por lo que llevarían más de 125 días de atraso y una multa de unos $160 millones (por el cobro de 25 UTM diarias)”. A esto se agregarían multas por el retraso en la presentación de una parrilla tentativa de artistas en el mes de julio, argumenta.
Desde los canales no se refieren oficialmente al tema, aunque señalan que no se pueden mantener los plazos en situación de pandemia. “Es imposible cerrar contratos con artistas si no puedes asegurarles en qué condiciones y por cuántos días debieran venir, porque también está la posibilidad de que tengan que hacer cuarentena”, dice una fuente.
Esta misma agrega que se espera un pronto pronunciamiento de la autoridad, porque no se sostiene hacer un Festival de Viña en las actuales condiciones. “Se estima que con la pandemia y la baja inversión publicitaria, las pérdidas podrían superar los $2.800 millones”, afirma.
La alcaldesa Virginia Reginato insiste en que los canales deben presentar un plan general para la edición 2021, pero estos están de manos atadas porque las bases estipulan un certamen con competencias y un aforo en la Quinta Vergara que no podría cumplirse por la pandemia. La autoridad sanitaria tiene la última palabra, pero señala que es muy temprano para pronunciarse.
PATRICIA CERDA y JOSÉ VÁSQUEZ
Luis Fonsi, Marco Antonio Solís y Ana Torroja estarían disponibles
Pese a la incertidumbre en la industria musical producto de la pandemia, sin certeza de cuándo regresarán las giras y los conciertos, hay varias figuras internacionales que, en conversaciones preliminares, se habrían mostrado dispuestas a ser parte del Festival de Viña, si se lleva a cabo.
“Manejo varios nombres de artistas que estarían dispuestos a venir en las diferentes modalidades en que se llegara a realizar un eventual Festival”, dice Carlos Lara, director de Swing Booking & Managment, quien comenta haber conversado con Luis Fonsi, Ana Torroja, Marco Antonio Solís y el grupo sensación juvenil colombiano Morat, entre otros, y que ellos han manifestado su intención de ser parte del evento, que todavía evalúa la opción de tener o no público en las tribunas con limitación de aforo o, incluso, ser realizado solo con exponentes nacionales si las fronteras estuvieran cerradas por la crisis sanitaria.
“El otro día conversaba con Marco Antonio Solís y él decía lo importante que sería llevarle una alegría a la gente en estos momentos”, señala Lara, quien agrega que, conscientes de la contigencia, algunos están dispuestos también a bajar sus pretensiones económicas.
“Todos, mánagers, artistas y sus oficinas deberían llegar a tener flexibilidad, sobre todo en caso de que el evento no se pudiera hacer por un tema de fuerza mayor”, plantea el productor, y añade que para los artistas, la vitrina del Festival es valorada por su repercusión internacional, porque además la mayoría del retorno de las giras mundiales se proyectan para el segundo semestre de 2021.
Desde Bizarro, la productora que gestiona a los artistas del certamen, señalan que la vocería del evento está en manos de los canales. Alfredo Alonso, director de la compañía, evita referirse al caso específico de Viña del Mar, pero da su visión sobre el complejo panorama que enfrenta la industria de conciertos, y se muestra optimista frente a lo que viene. Con su banda Aleste acaba de reprogramar para el 28 de noviembre su actuación en el Teatro Nescafé de las Artes, el primer recital con público en las tribunas que ahora se vende con distanciamiento sanitario. Un modelo que en este momento no quiere relacionar con lo que ocurriría eventualmente en la Quinta Vergara, si el certamen se hiciera con restricción de aforo.
“Lo de Aleste lo programamos con todas las normas que está dando la Fase 4 del Gobierno, vendiendo solo el 25% de la capacidad del recinto y utilizando asientos por medio y con filas cruzadas”, explica Alonso. “Nosotros nos dedicamos a hacer espectáculos y tenemos que mover esta industria, por eso ya estamos trabajando en próximos shows con los aforos que vaya permitiendo cada fase”.
En el gremio de los realizadores de espectáculos siguen evaluando el futuro de los eventos pospandemia. Jorge Ramírez, gerente de la Agepec, agrupación que reúne a las principales productoras de eventos, cree que Viña del Mar no es ajeno a este panorama global. “En estos momentos no debería existir espacio para la emoción, sino que para la razón. Y si la razón está del lado de la realización de un evento como ese (el Festival), pues adelante, pero si no lo está, no debería pasar de ser una declaración de intenciones”, señala. A su juicio, “lo deseable es que exista una luz que alimente la esperanza de tener un cierto regreso de la actividad, siempre y cuando tenga consistencia para los organizadores y desde un punto de vista en que cumpla con la factibilidad de hacerse”.
“La expectativa de los artistas, y no pensando solo en Viña, ha sido la de observar la evolución y el desarrollo de la enfermedad, que cambia todos los días, por lo que es muy temerario sacar una conclusión anticipada”, manifiesta el empresario frente a un panorama que ha presentado nuevos brotes, incluso en los países que han tenido una buena respuesta en la emergencia.
Consultado sobre cómo operan los seguros que se contratan para los espectáculos, responde que estos “no existen en pandemia, por lo que el riesgo de realizar un evento se transfiere completamente al organizador”, una situación que añade más dificultades a la operación.
La producción del Festival de Viña 2021 se está transformando en un dolor de cabeza para TVN y Canal 13, los canales socios, y para la Municipalidad de Viña del Mar. La petición a través de una carta de los respectivos directores ejecutivos de las señales, Francisco Guijón y Max Luksic, de cancelar la próxima edición del evento por razones sanitarias fue desestimada por la alcaldesa Virginia Reginato. El director de Concesiones del municipio, Mario Araya, contestó en otra misiva: “No existe claridad ni los fundamentos para acceder a tal petición”. Y sigue: “Existe un tiempo prudente aún para lograr la realización de la versión 2021 de nuestro Festival Internacional”.
La alcaldesa Reginato plantea a “El Mercurio” que su rol como autoridad es hacer valer el contrato que se adjudicaron las televisoras por una licitación pública. “Mientras yo no reciba una propuesta formal de los canales, como es su obligación hacerla, no me corresponde referirme a las condiciones sanitarias que existan en el mes de febrero”, sostiene. Y añade que el Festival de Viña es un importante activo para la comuna y “fundamental para la recuperación económica y de empleos de nuestra ciudad”.
Suspender Viña 2021, evento que cumple 62 años en febrero próximo, implicaría cambiar el contrato con Canal 13 y TVN, que originalmente era entre las ediciones 2019 y 2022. Pero si no se realizara esta versión, y el contrato se ampliara hasta 2023, el municipio dejaría de percibir recursos por el evento ese último año, a no ser que se acordara alguna compensación entre las partes.
Las televisoras están de manos atadas y, por lo mismo, ya analizan el tema con sus abogados. Una fuente conocedora de las negociaciones comenta que “el Festival de Viña con una gala, seis noches y artistas internacionales está estipulado por bases. No se puede presentar un proyecto que no se ajuste a ellas, como proponer un festival virtual. El año pasado, por ejemplo, se suspendió la gala por un decreto que emanó de la Gobernación y debido a que no estaban las condiciones de seguridad para realizarla”.
En esta oportunidad, es el Ministerio de Salud el encargado de decidir si se puede o no efectuar el evento. No obstante, el organismo señala a este diario que, por ahora, no se referirán al tema. Sí lo hace el seremi de Salud de Valparaíso, Francisco Álvarez, aunque sin respuesta definitiva: “Es muy prematuro, desde el punto de vista sanitario, confirmar si se puede llevar a cabo el Festival en las que fechas en que normalmente se realiza”, dice, junto con agregar que se seguirá evaluando el desarrollo de la pandemia.
Mientras, el tiempo pasa y los plazos vencen. El año pasado en esta fecha Martín Cárcamo y María Luisa Godoy ya habían sido confirmados como animadores, se había nombrado a Felipe Morales como el nuevo director de televisión del evento y lanzado las bases de las competencias, que sin estas normativas en 2021 ya no se podrían desarrollar.
Hoy, en cambio, ni siquiera ha habido una reunión en la Comisión Festival para evaluar el evento 2020. Todo esto provocó un quiebre interno y la renuncia de Pamela Hodar a esa entidad, aunque ella alude a “motivos personales”. Y añade: “Como concejales estamos a la espera de que se nos informe de las reuniones que han tenido con los canales y las decisiones que tomarán”.
El concejal Sandro Puebla, otro miembro de la comisión, pidió al municipio multar a los canales por no presentar aún una propuesta y poner como plazo las próximas dos semanas para hacerlo. “Entre las obligaciones de los canales está presentar un plan general del evento 2021 en marzo, por lo que llevarían más de 125 días de atraso y una multa de unos $160 millones (por el cobro de 25 UTM diarias)”. A esto se agregarían multas por el retraso en la presentación de una parrilla tentativa de artistas en el mes de julio, argumenta.
Desde los canales no se refieren oficialmente al tema, aunque señalan que no se pueden mantener los plazos en situación de pandemia. “Es imposible cerrar contratos con artistas si no puedes asegurarles en qué condiciones y por cuántos días debieran venir, porque también está la posibilidad de que tengan que hacer cuarentena”, dice una fuente.
Esta misma agrega que se espera un pronto pronunciamiento de la autoridad, porque no se sostiene hacer un Festival de Viña en las actuales condiciones. “Se estima que con la pandemia y la baja inversión publicitaria, las pérdidas podrían superar los $2.800 millones”, afirma.
sábado, agosto 29, 2020
Hoy se conmemora el centenario de “Bird”, el músico que revolucionó el jazz: La leyenda de Charlie Parker y su vuelo de un siglo
El Mercurio
Aunque la pandemia impidió una celebración en forma, el mundo de la música lo celebra hoy con una serie de ediciones y reediciones de sus obras.
IÑIGO DÍAZ
El episodio está rodeado de hipérboles y sobre él se ha dicho mucho en 65 años. Aparece muy real en la película “Bird” (1988), de Clint Eastwood, donde Forest Whitaker interpreta a Charlie Parker. El saxofonista, acabado, enfermo y asustado, pide refugio a la baronesa Pannonica de Koenigswarter, la benefactora de los músicos.
Tras pasar cuatro días bajo sus cuidados, la noche del 12 de marzo de 1955 Charlie Parker murió producto de un ataque de risa, provocado por un programa cómico de televisión. Sufría de cirrosis avanzada y úlceras gravísimas, que lo llevaron al colapso en ese simple acto. Tenía 34 años, aunque su aspecto era el de un hombre 20 años mayor, según el informe forense.
El mundo de la música celebra hoy el centenario de Charles Christopher Parker Jr., nacido en Kansas City, una ciudad que por años había provisto al jazz de grandes músicos. En Estados Unidos se ha articulado una celebración titulada “Bird 100”. Incluye el inédito disco “Bird in LA” y reediciones en vinilo con el arte original del sello Verve para álbumes como “Bird and Diz”, “Charlie Parker plays south of the border” y “Charlie Parker with strings”, entre otros. También, una colección de partituras de sus composiciones y la novela gráfica “Chasin' The Bird: Charlie Parker in California” (Z2 Comics).
¿Cómo fue que alguien que al comienzo solo tocaba las adormecidas notas en la tuba, se convirtió en el más grande improvisador de todos los tiempos y el revolucionario del jazz? Eso sigue siendo tema de debate.
Onomatopeya crucial
Para entenderlo, lo primero es el hecho de que su madre, que no podía costear una tuba, le compró un saxofón alto. Luego está el famoso episodio, también narrado en la película, del platillo lanzado por el baterista Papa Jo Jones, que con un estruendo interrumpió el deficiente solo de ese jovencito en una jam session. Esa humillación llevó a Parker a un trabajo decidido por descifrar los códigos de la música.
El historiador del jazz Joachim E. Berendt sistematiza las repercusiones de su aparición: “Si Louis Armstrong hizo que todos los trompetistas de jazz cambiaran su manera de tocar, entonces Charlie Parker empujó a todos los instrumentos a tocar distinto”.
El bebop fue un idioma nuevo para músicos cansados del swing, siempre curvilíneo. El bebop era una música de líneas y ángulos rectos, creada en el club Minton's de Harlem, junto a Thelonious Monk, Dizzy Gillespie y Charlie Christian. Una palabra que surge de una onomatopeya, la unión de una sílaba cerrada y otra abierta que representa la acentuación de la música en el tiempo débil.
Al ritmo de esa mecánica, Parker siguió adelante en un vértigo que le costaría muy caro. “Fue drogadicto, bulímico, alcohólico y tenía problemas mentales. Estas características, que él supo esconder, pesan más que cualquier forma de arte en una sociedad de la abundancia y la cosmética. Charlie estaba destinado a no ser motivo de orgullo colectivo (...). Su último acto vital fue un ataque de risa frente al televisor”, escribió su biógrafo, Ross Russell, un hombre que conoció de cerca esa vida de errante y más de una vez lo salvó de la muerte.
Según le contó la baronesa para esa biografía de 1972, en el momento de la muerte de Charlie Parker, se escuchó en Nueva York el estruendo de un trueno. Russell: “También se había oído el sonido de un trueno cuando Beethoven murió”.
Aunque la pandemia impidió una celebración en forma, el mundo de la música lo celebra hoy con una serie de ediciones y reediciones de sus obras.
IÑIGO DÍAZ
El episodio está rodeado de hipérboles y sobre él se ha dicho mucho en 65 años. Aparece muy real en la película “Bird” (1988), de Clint Eastwood, donde Forest Whitaker interpreta a Charlie Parker. El saxofonista, acabado, enfermo y asustado, pide refugio a la baronesa Pannonica de Koenigswarter, la benefactora de los músicos.
Tras pasar cuatro días bajo sus cuidados, la noche del 12 de marzo de 1955 Charlie Parker murió producto de un ataque de risa, provocado por un programa cómico de televisión. Sufría de cirrosis avanzada y úlceras gravísimas, que lo llevaron al colapso en ese simple acto. Tenía 34 años, aunque su aspecto era el de un hombre 20 años mayor, según el informe forense.
El mundo de la música celebra hoy el centenario de Charles Christopher Parker Jr., nacido en Kansas City, una ciudad que por años había provisto al jazz de grandes músicos. En Estados Unidos se ha articulado una celebración titulada “Bird 100”. Incluye el inédito disco “Bird in LA” y reediciones en vinilo con el arte original del sello Verve para álbumes como “Bird and Diz”, “Charlie Parker plays south of the border” y “Charlie Parker with strings”, entre otros. También, una colección de partituras de sus composiciones y la novela gráfica “Chasin' The Bird: Charlie Parker in California” (Z2 Comics).
¿Cómo fue que alguien que al comienzo solo tocaba las adormecidas notas en la tuba, se convirtió en el más grande improvisador de todos los tiempos y el revolucionario del jazz? Eso sigue siendo tema de debate.
Onomatopeya crucial
Para entenderlo, lo primero es el hecho de que su madre, que no podía costear una tuba, le compró un saxofón alto. Luego está el famoso episodio, también narrado en la película, del platillo lanzado por el baterista Papa Jo Jones, que con un estruendo interrumpió el deficiente solo de ese jovencito en una jam session. Esa humillación llevó a Parker a un trabajo decidido por descifrar los códigos de la música.
El historiador del jazz Joachim E. Berendt sistematiza las repercusiones de su aparición: “Si Louis Armstrong hizo que todos los trompetistas de jazz cambiaran su manera de tocar, entonces Charlie Parker empujó a todos los instrumentos a tocar distinto”.
El bebop fue un idioma nuevo para músicos cansados del swing, siempre curvilíneo. El bebop era una música de líneas y ángulos rectos, creada en el club Minton's de Harlem, junto a Thelonious Monk, Dizzy Gillespie y Charlie Christian. Una palabra que surge de una onomatopeya, la unión de una sílaba cerrada y otra abierta que representa la acentuación de la música en el tiempo débil.
Al ritmo de esa mecánica, Parker siguió adelante en un vértigo que le costaría muy caro. “Fue drogadicto, bulímico, alcohólico y tenía problemas mentales. Estas características, que él supo esconder, pesan más que cualquier forma de arte en una sociedad de la abundancia y la cosmética. Charlie estaba destinado a no ser motivo de orgullo colectivo (...). Su último acto vital fue un ataque de risa frente al televisor”, escribió su biógrafo, Ross Russell, un hombre que conoció de cerca esa vida de errante y más de una vez lo salvó de la muerte.
Según le contó la baronesa para esa biografía de 1972, en el momento de la muerte de Charlie Parker, se escuchó en Nueva York el estruendo de un trueno. Russell: “También se había oído el sonido de un trueno cuando Beethoven murió”.
Lanzan libro digital por los 10 años del Teatro Municipal de Las Condes
El Mercurio
Como parte de la celebración, mañana transmitirá en forma gratuita por streaming el espectáculo “Fire of Anatolia”.
BÁRBARA CASTRO
Frente a la emergencia sanitaria del covid-19, el Teatro Municipal de Las Condes se adaptó para festejar sus 10 años y llevar la celebración al escenario digital.
Desde el recinto, inaugurado en 2010, su director, Arturo Hughes, evalúa de manera positiva la reinvención remota de la sala, que ha incluido la liberación de contenidos por streaming y shows en vivo a través de plataformas como Instagram Live. “Estamos contentos con los resultados, hemos llegado a un alcance de ocho millones de personas mensuales, lo que demuestra la receptividad del público ante espectáculos que hemos transmitido de forma gratuita”, dice Hughes.
Los festejos comenzaron esta semana con el lanzamiento de un libro recopilatorio en formato digital que recorre la historia de la sala en estos años. En cuanto se regularice la situación sanitaria, desde el teatro planean imprimirlo de manera física.
El volumen, llamado “10 años juntos”, se encuentra disponible en la web del teatro e incluye, en sus más de 300 páginas, fotos y referencias a algunos de los espectáculos más celebrados que se han presentado en ese escenario, como los musicales “My Fair Lady” (2010), “La Novicia Rebelde” (2018) y “Billy Elliot” (2019), obras teatrales como “Sunset Limited” (2016) y “El Misántropo” (2019), así como montajes de danza, ópera y música clásica.
Mañana, a las 19:30 horas, se transmitirá de forma gratuita a través del sitio www.tmlascondes.cl un registro de “Fire of Anatolia”, espectáculo de danza turca y uno de los más vistos en los 10 años del teatro. En los próximos meses, el espacio espera reabrir sus puertas de manera progresiva e integrar contenidos digitales a la reprogramación de montajes que suspendieron temporada durante la primera mitad del año.
“Queremos abrir la sala a espectáculos en vivo en la etapa 4 de desconfinamiento, pensando en un aforo muy reducido, de un 25%, y vamos a seguir en paralelo con lo digital, eso es algo que llegó para quedarse, con nuevos shows grabados en el escenario del teatro, sin público, para transmitir por streaming”, anuncia Hughes.
El director también adelanta que para el próximo año se reagendarían las temporadas del musical “El violinista en el tejado" y de la comedia “¿Qué hacemos con Walter?”, obras que debieron cancelar sus estrenos en marzo pasado como consecuencia de la pandemia.
Como parte de la celebración, mañana transmitirá en forma gratuita por streaming el espectáculo “Fire of Anatolia”.
BÁRBARA CASTRO
Frente a la emergencia sanitaria del covid-19, el Teatro Municipal de Las Condes se adaptó para festejar sus 10 años y llevar la celebración al escenario digital.
Desde el recinto, inaugurado en 2010, su director, Arturo Hughes, evalúa de manera positiva la reinvención remota de la sala, que ha incluido la liberación de contenidos por streaming y shows en vivo a través de plataformas como Instagram Live. “Estamos contentos con los resultados, hemos llegado a un alcance de ocho millones de personas mensuales, lo que demuestra la receptividad del público ante espectáculos que hemos transmitido de forma gratuita”, dice Hughes.
Los festejos comenzaron esta semana con el lanzamiento de un libro recopilatorio en formato digital que recorre la historia de la sala en estos años. En cuanto se regularice la situación sanitaria, desde el teatro planean imprimirlo de manera física.
El volumen, llamado “10 años juntos”, se encuentra disponible en la web del teatro e incluye, en sus más de 300 páginas, fotos y referencias a algunos de los espectáculos más celebrados que se han presentado en ese escenario, como los musicales “My Fair Lady” (2010), “La Novicia Rebelde” (2018) y “Billy Elliot” (2019), obras teatrales como “Sunset Limited” (2016) y “El Misántropo” (2019), así como montajes de danza, ópera y música clásica.
Mañana, a las 19:30 horas, se transmitirá de forma gratuita a través del sitio www.tmlascondes.cl un registro de “Fire of Anatolia”, espectáculo de danza turca y uno de los más vistos en los 10 años del teatro. En los próximos meses, el espacio espera reabrir sus puertas de manera progresiva e integrar contenidos digitales a la reprogramación de montajes que suspendieron temporada durante la primera mitad del año.
“Queremos abrir la sala a espectáculos en vivo en la etapa 4 de desconfinamiento, pensando en un aforo muy reducido, de un 25%, y vamos a seguir en paralelo con lo digital, eso es algo que llegó para quedarse, con nuevos shows grabados en el escenario del teatro, sin público, para transmitir por streaming”, anuncia Hughes.
El director también adelanta que para el próximo año se reagendarían las temporadas del musical “El violinista en el tejado" y de la comedia “¿Qué hacemos con Walter?”, obras que debieron cancelar sus estrenos en marzo pasado como consecuencia de la pandemia.
viernes, agosto 28, 2020
Andrés Gomberoff: “Acá están mis dos amores”
El Mercurio
“La música del cosmos” es el nombre del libro de este científico que vincula su especialidad con bandas y compositores de todos los tiempos.
Maureen Lennon Zaninovic
“Las sesiones de Revolver mostraron cómo el estudio de grabación era el instrumento más noble para el futuro de la música popular”, escribe Andrés Gomberoff sobre este icónico álbum de la banda nacida en Liverpool, Los Beatles. Y destaca el papel de Paul McCartney y las posibilidades técnicas que se le abrieron con el uso de cintas magnéticas, tomando como inspiración “la obra de un alemán, Karlheinz Stockhausen”, afirma este científico chileno que está de regreso con “La música del cosmos” (Debate).
En nueve capítulos, el autor vincula en su último trabajo el legado de grandes pensadores e inventores de la ciencia con relevantes compositores y grupos de diversos estilos, desde el llamado “genio” de Bonn, Beethoven, hasta el Premio Nobel Bob Dylan.
Doctor en Física de la Universidad de Chile y posdoctorado en el Centro de Estudios Científicos de Valdivia, Andrés Gomberoff también es docente de la Universidad Adolfo Ibáñez, autor de numerosas columnas y de libros como “Física y berenjenas” y “Einstein para perplejos”. Comenta que viene desde hace un tiempo escribiendo sobre estos tópicos y ya había publicado algunos trabajos “donde la música y la ciencia se intersectan. Soy muy melómano. Amo mucho la música y me resulta natural hablar de estos dos amores”, dice. Agrega que lo motivó ahondar en historias paralelas porque en todas ellas “están las pasiones, los gustos e ideologías compartidas. Está el caso del matemático Jean-Batiste Joseph Fourier con Beethoven y la creación de su Tercera Sinfonía. A ambos los unió un ideal de libertad propio de la Revolución Francesa”, explica.
Los Beatles y el magnetismo
El autor de “La música del cosmos” dedica dos capítulos a Los Beatles y se centra en la canción “Tomorrow Never Knows” de un disco “como ‘Revolver' que combina todo: ahí hay música clásica, hay rock, hay sonidos de la India, hay humor… Es impresionante. Los Beatles estaban en la vanguardia máxima, sobre todo por Paul McCartney, a quien le interesaban las vanguardias que ocurrían en Londres y, en particular, la música concreta. Él tuvo la idea de adornar ‘Tomorrow Never Knows' con loops: bucles hechos de cinta magnética, en una de sus grabadoras Bernell”. Andrés Gomberoff continúa con su análisis y añade que le parece muy motivacional hablar de esa canción y relacionarla con el magnetismo y con un científico en particular. “Wolfgang Pauli, uno de los creadores de la física cuántica y el autor de la idea de la exclusión, comenzó su carrera en los años 20 del siglo pasado en Hamburgo. Los Beatles, 40 años después, dan inicio a su carrera internacional en bares de mala muerte, en el barrio rojo de Hamburgo. Es interesante también revisar las personalidades de estas figuras tan creativas y obsesivas. En el caso de Pauli, en algún momento se acercó mucho a Carl Jung. John Lennon, en tanto, para dar vida a ‘Tomorow Never Knows' se inspiró en un libro psicodélico de la época que tenía muchas ideas de Jung. Estas intersecciones, aunque parezcan accidentales, no son tan así. Creo sinceramente que hay algo profundamente común entre la forma de pensar de John Lennon y la de Wolfgang Pauli”. El autor señala que, además, ambos tuvieron personalidades similares, “personas muy críticas de sí mismas y de los demás, muy inseguros y que de algún modo mostraban su inseguridad siendo muy duros hacia el resto. Los dos perdieron a su madre a muy temprana edad y esa experiencia fue un duro golpe”.
Gomberoff también advierte que no es partidario de que etiqueten su obra con el nombre de divulgación científica. “Da la sensación de que uno está con un megáfono contando las cosas que pasan en un laboratorio. Lo que hago es una actividad académica que requiere ser original. Este no es un libro fácil. Hay un trabajo de investigación que me ha dado mucha alegría y significó esfuerzo. La divulgación tiene que ser creativa”, concluye.
“La música del cosmos” es el nombre del libro de este científico que vincula su especialidad con bandas y compositores de todos los tiempos.
Maureen Lennon Zaninovic
“Las sesiones de Revolver mostraron cómo el estudio de grabación era el instrumento más noble para el futuro de la música popular”, escribe Andrés Gomberoff sobre este icónico álbum de la banda nacida en Liverpool, Los Beatles. Y destaca el papel de Paul McCartney y las posibilidades técnicas que se le abrieron con el uso de cintas magnéticas, tomando como inspiración “la obra de un alemán, Karlheinz Stockhausen”, afirma este científico chileno que está de regreso con “La música del cosmos” (Debate).
En nueve capítulos, el autor vincula en su último trabajo el legado de grandes pensadores e inventores de la ciencia con relevantes compositores y grupos de diversos estilos, desde el llamado “genio” de Bonn, Beethoven, hasta el Premio Nobel Bob Dylan.
Doctor en Física de la Universidad de Chile y posdoctorado en el Centro de Estudios Científicos de Valdivia, Andrés Gomberoff también es docente de la Universidad Adolfo Ibáñez, autor de numerosas columnas y de libros como “Física y berenjenas” y “Einstein para perplejos”. Comenta que viene desde hace un tiempo escribiendo sobre estos tópicos y ya había publicado algunos trabajos “donde la música y la ciencia se intersectan. Soy muy melómano. Amo mucho la música y me resulta natural hablar de estos dos amores”, dice. Agrega que lo motivó ahondar en historias paralelas porque en todas ellas “están las pasiones, los gustos e ideologías compartidas. Está el caso del matemático Jean-Batiste Joseph Fourier con Beethoven y la creación de su Tercera Sinfonía. A ambos los unió un ideal de libertad propio de la Revolución Francesa”, explica.
Los Beatles y el magnetismo
El autor de “La música del cosmos” dedica dos capítulos a Los Beatles y se centra en la canción “Tomorrow Never Knows” de un disco “como ‘Revolver' que combina todo: ahí hay música clásica, hay rock, hay sonidos de la India, hay humor… Es impresionante. Los Beatles estaban en la vanguardia máxima, sobre todo por Paul McCartney, a quien le interesaban las vanguardias que ocurrían en Londres y, en particular, la música concreta. Él tuvo la idea de adornar ‘Tomorrow Never Knows' con loops: bucles hechos de cinta magnética, en una de sus grabadoras Bernell”. Andrés Gomberoff continúa con su análisis y añade que le parece muy motivacional hablar de esa canción y relacionarla con el magnetismo y con un científico en particular. “Wolfgang Pauli, uno de los creadores de la física cuántica y el autor de la idea de la exclusión, comenzó su carrera en los años 20 del siglo pasado en Hamburgo. Los Beatles, 40 años después, dan inicio a su carrera internacional en bares de mala muerte, en el barrio rojo de Hamburgo. Es interesante también revisar las personalidades de estas figuras tan creativas y obsesivas. En el caso de Pauli, en algún momento se acercó mucho a Carl Jung. John Lennon, en tanto, para dar vida a ‘Tomorow Never Knows' se inspiró en un libro psicodélico de la época que tenía muchas ideas de Jung. Estas intersecciones, aunque parezcan accidentales, no son tan así. Creo sinceramente que hay algo profundamente común entre la forma de pensar de John Lennon y la de Wolfgang Pauli”. El autor señala que, además, ambos tuvieron personalidades similares, “personas muy críticas de sí mismas y de los demás, muy inseguros y que de algún modo mostraban su inseguridad siendo muy duros hacia el resto. Los dos perdieron a su madre a muy temprana edad y esa experiencia fue un duro golpe”.
Gomberoff también advierte que no es partidario de que etiqueten su obra con el nombre de divulgación científica. “Da la sensación de que uno está con un megáfono contando las cosas que pasan en un laboratorio. Lo que hago es una actividad académica que requiere ser original. Este no es un libro fácil. Hay un trabajo de investigación que me ha dado mucha alegría y significó esfuerzo. La divulgación tiene que ser creativa”, concluye.
Maluma volvió con un flamante alter ego para interpretar el mismo rol
EL Mercurio
El colombiano presentó “Papi Juancho”, su último disco, que defiende como la evolución del “Dirty Boy”.
JOSÉ VÁSQUEZ
La fantasía resuena engañosa y en la práctica, en un paralelo con el universo cinematográfico y de las series, termina resultando una especie de reboot musical dentro de la saga de Maluma, que busca contar una nueva historia estrenando una chapa diferente, pero para acabar interpretando al mismo personaje.
El colombiano dice que “Papi Juancho”, el alter ego homónimo que entrega su último disco ––y que también es una alusión a su verdadero nombre, Juan Luis Londoño––, que lanzó hace algunos días, es de cierta manera la progresión natural del “Dirty Boy”, con el que modeló su actual fama global, que lo ha llevado a grabar junto a estrellas del pop tan importantes como Madonna y Ricky Martin.
Lo que presenta la voz de “Felices los 4” no es una novedad en la industria, aunque el juego esta vez le resultó poco llamativo con un relato que continúa la fiesta a ritmo del reggaetón y versos sexualizados, nada distinto a lo que ya ha mostrado antes, y que evidencien este “crecimiento” que promueve él mismo.
Las letras lo sitúan en su tierra, en los Emiratos y en Miami describiendo a un personaje que cita a Christian Grey y su lujuriosa habitación secreta; de un tipo que se siente como un jeque árabe cuando le bailan twerk ––esa danza urbana que sacude con fuerza las caderas–– y que se define como un diablo, parte de la ética del género.
El disco, ha señalado el cantante, fue realizado durante la cuarentena y su lanzamiento llegó justo en medio del aluvión mediático provocado por el futbolista brasileño Neymar a través de irónicos videos en redes sociales, quien hoy tendría una relación con la expareja del colombiano, la modelo estadounidense Natalia Barulich.
“Papi Juancho” anunció su estreno de manera supuestamente sorpresiva aprovechando el revuelo. La publicidad ya era gratuita y su éxito en el streaming solo continuó consolidando su escalada ganadora en las diversas plataformas.
Quizás lo más llamativo que muestra este alter ego viene con “Medallo city”, donde decodifica su barrio a ritmo de hip hop, trap y salsa, un experimento excluyente dentro de la uniformidad de un trabajo que se extiende en 22 tracks.
El colombiano presentó “Papi Juancho”, su último disco, que defiende como la evolución del “Dirty Boy”.
JOSÉ VÁSQUEZ
La fantasía resuena engañosa y en la práctica, en un paralelo con el universo cinematográfico y de las series, termina resultando una especie de reboot musical dentro de la saga de Maluma, que busca contar una nueva historia estrenando una chapa diferente, pero para acabar interpretando al mismo personaje.
El colombiano dice que “Papi Juancho”, el alter ego homónimo que entrega su último disco ––y que también es una alusión a su verdadero nombre, Juan Luis Londoño––, que lanzó hace algunos días, es de cierta manera la progresión natural del “Dirty Boy”, con el que modeló su actual fama global, que lo ha llevado a grabar junto a estrellas del pop tan importantes como Madonna y Ricky Martin.
Lo que presenta la voz de “Felices los 4” no es una novedad en la industria, aunque el juego esta vez le resultó poco llamativo con un relato que continúa la fiesta a ritmo del reggaetón y versos sexualizados, nada distinto a lo que ya ha mostrado antes, y que evidencien este “crecimiento” que promueve él mismo.
Las letras lo sitúan en su tierra, en los Emiratos y en Miami describiendo a un personaje que cita a Christian Grey y su lujuriosa habitación secreta; de un tipo que se siente como un jeque árabe cuando le bailan twerk ––esa danza urbana que sacude con fuerza las caderas–– y que se define como un diablo, parte de la ética del género.
El disco, ha señalado el cantante, fue realizado durante la cuarentena y su lanzamiento llegó justo en medio del aluvión mediático provocado por el futbolista brasileño Neymar a través de irónicos videos en redes sociales, quien hoy tendría una relación con la expareja del colombiano, la modelo estadounidense Natalia Barulich.
“Papi Juancho” anunció su estreno de manera supuestamente sorpresiva aprovechando el revuelo. La publicidad ya era gratuita y su éxito en el streaming solo continuó consolidando su escalada ganadora en las diversas plataformas.
Quizás lo más llamativo que muestra este alter ego viene con “Medallo city”, donde decodifica su barrio a ritmo de hip hop, trap y salsa, un experimento excluyente dentro de la uniformidad de un trabajo que se extiende en 22 tracks.
Liam Gallagher promete concierto en Argentina si Lionel Messi ficha por el Manchester City
El Mercurio
En respuesta a una propuesta de un seguidor trasandino, el cantante británico respondió: “Hecho”. Su promesa se da justo cuando el jugador analiza si abandona el Barcelona para irse al club inglés, del cual el exvocalista de Oasis es un reconocido fanático.
En respuesta a una propuesta de un seguidor trasandino, el cantante británico respondió: “Hecho”. Su promesa se da justo cuando el jugador analiza si abandona el Barcelona para irse al club inglés, del cual el exvocalista de Oasis es un reconocido fanático.
jueves, agosto 27, 2020
Ídolos de los 60 se reúnen para cantar sus éxitos en un concierto virtual
El Mercurio
José Alfredo Fuentes, Wildo, los Hermanos Zabaleta y Germán Casas, acompañados por la orquesta de Horacio Saavedra, presentarán un show el 13 de septiembre.
José Vásquez
La cita fue hace dos semanas en el Estudio 1 de TVN, donde se pudieron decir a la cara todas las bromas que durante los últimos cinco meses han debido escribir en su grupo de WhatsApp, “Los Inolvidables de Siempre”, igual que el proyecto que reúne en vivo a José Alfredo Fuentes, Wildo, Germán Casas, Antonio y Miguel Zabaleta y la orquesta de Horacio Saavedra.
La voz de “Te perdí” cuenta que se ríen mucho acerca de la edad, la que al final, dicen, representa solo un número para este grupo de ídolos de los años 60 que mantiene su vigencia artística, pese a la pandemia, un desafío que Wildo busca sortear rompiendo la inercia, pero con los cuidados correspondientes.
“Mi intención es que no nos quedemos sentados en la casa esperando que se termine todo esto del covid-19. Mi lucha, mi bandera, es que debemos hacer cosas y estar presentes para demostrarle al adulto mayor que a pesar de todas las dificultades, no nos podemos quedar en la casa llorando estas tragedias”, plantea el cantante.
Con esta motivación, el grupo se juntó para registrar un concierto con un amplio despliegue técnico de pantallas led, cámaras HD y sonido de alta definición ––los mismos recursos que se usaron para los shows de Cami y Los Tres para el Cosquín Rock Virtual––, que será emitido el próximo 13 de septiembre en la plataforma de streaming Tu Butaca, donde posteriormente quedará bajo la modalidad de on demand. Las entradas tienen un valor de $6.000 más cargo por servicio y se consiguen a través de Passline.cl.
“Este es un momento único en nuestras vidas y en el que gracias a la tecnología podemos seguir en contacto con la gente, llegando a sus casas”, dice el “Pollo” Fuentes, quien cuenta que para grabar este espectáculo estuvieron trabajando durante muchas horas antes del registro, que previamente incluyó un extenso ensayo general repasando todo el repertorio. “Después de cinco meses encerrados, la falta de ejercicio se hizo sentir, nos cansamos más, aunque eso no se notó en el escenario”, apunta el exanimador de Canal 13.
“Es raro cantar sin la gente al frente, pero pese a la falta de público y de extrañar los aplausos cuando terminábamos cada canción, nos imaginamos cantando en la Quinta Vergara, con ese espíritu hicimos esto”, cuenta Wildo, quien señala que ha recibido pedidos de Australia y Europa para poder verlos por streaming.
La reunión se realizó cumpliendo los protocolos sanitarios y los músicos respetaron la distancia física. “Nos sacamos la mascarilla solo para cantar y mantuvimos una separación de dos metros, como el escenario era grande no había necesidad de estar tan pegados”, señala José Alfredo Fuentes, quien agrega: “Esto que estamos haciendo hoy, yo creo que se va a mantener por mucho tiempo más, así que hay que acostumbrarse, por lo menos hasta que tengamos una vacuna”.
Insertos en esta nueva realidad, Wildo ya proyecta los próximos shows en este formato. “Los siguientes pasos serán nuestros conciertos individuales”, adelanta el cantante.
José Alfredo Fuentes, Wildo, los Hermanos Zabaleta y Germán Casas, acompañados por la orquesta de Horacio Saavedra, presentarán un show el 13 de septiembre.
José Vásquez
La cita fue hace dos semanas en el Estudio 1 de TVN, donde se pudieron decir a la cara todas las bromas que durante los últimos cinco meses han debido escribir en su grupo de WhatsApp, “Los Inolvidables de Siempre”, igual que el proyecto que reúne en vivo a José Alfredo Fuentes, Wildo, Germán Casas, Antonio y Miguel Zabaleta y la orquesta de Horacio Saavedra.
La voz de “Te perdí” cuenta que se ríen mucho acerca de la edad, la que al final, dicen, representa solo un número para este grupo de ídolos de los años 60 que mantiene su vigencia artística, pese a la pandemia, un desafío que Wildo busca sortear rompiendo la inercia, pero con los cuidados correspondientes.
“Mi intención es que no nos quedemos sentados en la casa esperando que se termine todo esto del covid-19. Mi lucha, mi bandera, es que debemos hacer cosas y estar presentes para demostrarle al adulto mayor que a pesar de todas las dificultades, no nos podemos quedar en la casa llorando estas tragedias”, plantea el cantante.
Con esta motivación, el grupo se juntó para registrar un concierto con un amplio despliegue técnico de pantallas led, cámaras HD y sonido de alta definición ––los mismos recursos que se usaron para los shows de Cami y Los Tres para el Cosquín Rock Virtual––, que será emitido el próximo 13 de septiembre en la plataforma de streaming Tu Butaca, donde posteriormente quedará bajo la modalidad de on demand. Las entradas tienen un valor de $6.000 más cargo por servicio y se consiguen a través de Passline.cl.
“Este es un momento único en nuestras vidas y en el que gracias a la tecnología podemos seguir en contacto con la gente, llegando a sus casas”, dice el “Pollo” Fuentes, quien cuenta que para grabar este espectáculo estuvieron trabajando durante muchas horas antes del registro, que previamente incluyó un extenso ensayo general repasando todo el repertorio. “Después de cinco meses encerrados, la falta de ejercicio se hizo sentir, nos cansamos más, aunque eso no se notó en el escenario”, apunta el exanimador de Canal 13.
“Es raro cantar sin la gente al frente, pero pese a la falta de público y de extrañar los aplausos cuando terminábamos cada canción, nos imaginamos cantando en la Quinta Vergara, con ese espíritu hicimos esto”, cuenta Wildo, quien señala que ha recibido pedidos de Australia y Europa para poder verlos por streaming.
La reunión se realizó cumpliendo los protocolos sanitarios y los músicos respetaron la distancia física. “Nos sacamos la mascarilla solo para cantar y mantuvimos una separación de dos metros, como el escenario era grande no había necesidad de estar tan pegados”, señala José Alfredo Fuentes, quien agrega: “Esto que estamos haciendo hoy, yo creo que se va a mantener por mucho tiempo más, así que hay que acostumbrarse, por lo menos hasta que tengamos una vacuna”.
Insertos en esta nueva realidad, Wildo ya proyecta los próximos shows en este formato. “Los siguientes pasos serán nuestros conciertos individuales”, adelanta el cantante.
miércoles, agosto 26, 2020
El complejo escenario que enfrentan Lollapalooza y los conciertos de fin de año
El Mercurio
Al igual que otros eventos masivos como Creamfields y los shows de Kiss y Metallica, que se reagendaron por la pandemia, ahora apuntan a 2021.
JOSÉ VÁSQUEZ
Van Morrison va contra la corriente. El músico norirlandés inició una campaña para dejar atrás los conciertos con distanciamiento físico y volver a los recintos a plena capacidad, una proclama que choca con la realidad de una pandemia que se continúa expandiendo en el mundo.
En Chile, como en el resto del planeta, el panorama de la industria musical sigue siendo incierto en el corto y mediano plazo para la vuelta de los espectáculos masivos. Una situación que hoy, encaminándose al último trimestre del año, cuando la cartelera de shows planificaba el retorno de la actividad, asoma como una opción impracticable, debido al alcance de la emergencia sanitaria.
En este escenario, Lollapalooza aparece como el ejemplo más emblemático de esta situación. El festival que más gente moviliza en el país, con venta de entradas que en sus últimas ediciones ha alcanzado los 240 mil boletos —y que cuando anunció su cartel para la nueva versión vendió más del 60% de esa cantidad—, busca alternativas para encontrar una nueva fecha para su décima edición, que inicialmente sería en marzo pasado y que luego fue reagendada para noviembre.
Desde la productora confirman que, producto de la pandemia, el evento no se podrá realizar este año, pero que siguen trabajando para su nuevo calendario. El festival, cuyo cartel de artistas ofrece cerca de 50 nombres solo en el ítem de extranjeros, intenta ajustar una compleja hoja de ruta, que debe acordar una agenda común para Buenos Aires, Santiago —ciudades donde se ha realizado de manera simultánea en los últimos años— y São Paulo, que llegaría una semana más tarde.
La oficialización de las nuevas coordenadas, junto con el proceso de devolución de las entradas, para quienes lo requieran, será informada cuando se resuelvan todas estas aristas y se presente un plan que esperan, homologue la cita inicial.
Creamfields es otro evento que en el escenario actual no se podrá hacer. La fiesta electrónica ya ha pasado por tres diferentes fechas desde que se suspendiera en noviembre pasado, producto de la crisis social. El festival se trasladó luego a mayo y por el covid-19 se volvió a anunciar para el 21 y 22 noviembre próximo —una semana antes de Lollapalooza— en el Club Hípico de Santiago. Desde la producción de ese show señalan que siguen trabajando y que pronto entregarán noticias respecto de su realización.
Aunque la información oficial es que los conciertos de Harry Styles (14 de octubre) y Kiss (24 noviembre), en el Movistar Arena, y Metallica (7 de diciembre), en el Estadio Nacional, mantienen sus fechas, todos ellos deberían reagendarse por la misma razón señalada por el evento que se hace en el Parque O'Higgins.
“No es un misterio que este 2020 hay que darlo por perdido. La industria lo tenía internalizado, pero había una cuota de esperanza en que el pronóstico pudiera evolucionar a fin de año, tesis que fue derrumbada por la pandemia”, dice Jorge Ramírez, gerente de la Agepec, que agrupa a las principales productoras de espectáculos del país. El empresario opina que una vuelta a la actividad plena solo se dará cuando exista una vacuna.
Ramírez, además, apunta otro factor: “La programación de conciertos también dependerá de los mercados vecinos. Si Argentina y Brasil no están en condiciones de recibir shows, será imposible traerlos solo a Chile”, advierte.
Al igual que otros eventos masivos como Creamfields y los shows de Kiss y Metallica, que se reagendaron por la pandemia, ahora apuntan a 2021.
JOSÉ VÁSQUEZ
Van Morrison va contra la corriente. El músico norirlandés inició una campaña para dejar atrás los conciertos con distanciamiento físico y volver a los recintos a plena capacidad, una proclama que choca con la realidad de una pandemia que se continúa expandiendo en el mundo.
En Chile, como en el resto del planeta, el panorama de la industria musical sigue siendo incierto en el corto y mediano plazo para la vuelta de los espectáculos masivos. Una situación que hoy, encaminándose al último trimestre del año, cuando la cartelera de shows planificaba el retorno de la actividad, asoma como una opción impracticable, debido al alcance de la emergencia sanitaria.
En este escenario, Lollapalooza aparece como el ejemplo más emblemático de esta situación. El festival que más gente moviliza en el país, con venta de entradas que en sus últimas ediciones ha alcanzado los 240 mil boletos —y que cuando anunció su cartel para la nueva versión vendió más del 60% de esa cantidad—, busca alternativas para encontrar una nueva fecha para su décima edición, que inicialmente sería en marzo pasado y que luego fue reagendada para noviembre.
Desde la productora confirman que, producto de la pandemia, el evento no se podrá realizar este año, pero que siguen trabajando para su nuevo calendario. El festival, cuyo cartel de artistas ofrece cerca de 50 nombres solo en el ítem de extranjeros, intenta ajustar una compleja hoja de ruta, que debe acordar una agenda común para Buenos Aires, Santiago —ciudades donde se ha realizado de manera simultánea en los últimos años— y São Paulo, que llegaría una semana más tarde.
La oficialización de las nuevas coordenadas, junto con el proceso de devolución de las entradas, para quienes lo requieran, será informada cuando se resuelvan todas estas aristas y se presente un plan que esperan, homologue la cita inicial.
Creamfields es otro evento que en el escenario actual no se podrá hacer. La fiesta electrónica ya ha pasado por tres diferentes fechas desde que se suspendiera en noviembre pasado, producto de la crisis social. El festival se trasladó luego a mayo y por el covid-19 se volvió a anunciar para el 21 y 22 noviembre próximo —una semana antes de Lollapalooza— en el Club Hípico de Santiago. Desde la producción de ese show señalan que siguen trabajando y que pronto entregarán noticias respecto de su realización.
Aunque la información oficial es que los conciertos de Harry Styles (14 de octubre) y Kiss (24 noviembre), en el Movistar Arena, y Metallica (7 de diciembre), en el Estadio Nacional, mantienen sus fechas, todos ellos deberían reagendarse por la misma razón señalada por el evento que se hace en el Parque O'Higgins.
“No es un misterio que este 2020 hay que darlo por perdido. La industria lo tenía internalizado, pero había una cuota de esperanza en que el pronóstico pudiera evolucionar a fin de año, tesis que fue derrumbada por la pandemia”, dice Jorge Ramírez, gerente de la Agepec, que agrupa a las principales productoras de espectáculos del país. El empresario opina que una vuelta a la actividad plena solo se dará cuando exista una vacuna.
Ramírez, además, apunta otro factor: “La programación de conciertos también dependerá de los mercados vecinos. Si Argentina y Brasil no están en condiciones de recibir shows, será imposible traerlos solo a Chile”, advierte.
Claudia Acuña frente al nuevo orden de la pandemia: “Los músicos estamos en una absoluta reinvención”
El Mercurio
La chilena vivió días muy duros en Nueva York. Acaba de dar sus primeros conciertos a teatro vacío, con audiencia a través de pantallas, y ahora estrena el videoclip de la canción “Agüita de corazón”, de su disco nominado al Grammy Latino.
IÑIGO DÍAZ
Parece que todo ocurrió hace muy poco, pero fue hace largos seis meses. El aterrizaje fue duro para Claudia Acuña en su regreso a Nueva York, después de haber estado en Chile durante el verano para visitar a su familia y dar un concierto en el Teatro Regional del Biobío. El 4 de marzo se encontraba en una ciudad presa de la angustia por la llegada del coronavirus. En menos de diez días se iniciaba allí una larguísima cuarentena.
“El ambiente era de una tremenda confusión. Tuve muchos conocidos que muy pronto dieron positivo a covid-19. También personas cercanas que no sobrevivieron. Esta es una realidad frente a la que todavía nadie tiene certeza de cómo navegar, salvo usar tu mascarilla, mantener distancia física y no hacer estupideces, como las personas que se juntan entre diez porque están aburridos de no ver a sus amigos”, dice la cantante chilena desde Brooklyn.
Su vida personal se vio alterada. También su vida laboral, como trabajadora del arte y la cultura. Acuña recibió el golpe del cierre de los escenarios en la ciudad y la cancelación de todos sus conciertos que tenía programados durante el verano en Manila, Shanghái, Singapur, Tokio y Osaka.
“No solo los músicos quedamos desprotegidos, sino también los técnicos que trabajan con nosotros. La música es una industria que genera muchos empleos. Y se han perdido”, dice. “Los músicos somos como los bomberos. Nos llaman para ayudar en beneficios, porque la música conecta a las personas y transmite sentimientos. ¿Quién apoya a los músicos cuando necesitamos que nos den una mano?”, agrega.
La reactivación musical en Nueva York vino junto con el desconfinamiento. “Los músicos estamos en un tiempo de absoluta reinvención”, define Acuña. Hace unos días ofreció dos conciertos en North Hampton, Massachusetts. Primero una presentación al aire libre en un prado, con el cuarteto luciendo mascarillas y situado en una caballeriza abierta al público. La gente, a distancias mayores de tres metros, presenció el concierto con quitasoles y canastas para pícnic, en un intento por volver a una vida como la conocíamos.
La noche siguiente actuó a teatro vacío en la Academy of Music Theatre, la opera house más antigua de Estados Unidos, junto a los chilenos Pablo Vergara (piano) y Rodrigo Recabarren (batería), y el estadounidense Carlos Henderson (contrabajo).
Agüitas para todo
“Ese día asistieron unas 250 personas vía pantallas. Nosotros mismos teníamos a esas personas frente a nosotros a través de otras pantallas. Es un formato nuevo que estamos explorando: el público paga un ticket o dona dinero a las organizaciones (en este caso, Violence Intervention Program). Con esto estamos generando una nueva práctica, porque la gente estaba acostumbrada a tener acceso gratuito a la música”, dice Acuña, quien a fines de año volverá al mismo teatro para dar otra serie de conciertos con la misma modalidad.
Mientras, la música de “Turning Pages”, un disco de 2019 que fue nominado al Grammy Latino, sigue teniendo eco. Esta semana se estrenó un videoclip de una de las canciones de ese repertorio. En “Agüita de corazón”, una pieza de inspiración en la tonada, Claudia Acuña recorre parajes de Colina, canta en una pradera o en el remanso de un río: “En Chile tenemos agüitas para todo. Ha sido así siempre en nuestras vidas. Necesitamos más agüita del corazón para seguir adelante este año”.
lunes, agosto 24, 2020
El rock de los 80 revive sus historias en libro de fundador de Valija Diplomática
El Mercurio
Andrés Escalona escribió la bitácora de una gira con varias figuras de esa década. El registro también será un documental.
JOSÉ VÁSQUEZ
En sus páginas, Andrés Escalona cuenta que comenzó a documentar su viaje escribiendo en el bloc de notas de su teléfono lo que iba pasando. Hoy, el miembro fundador de Valija Diplomática sorprende al señalar que el libro entero que acaba de publicar, “Ochenteros en gira”, fue redactado en su celular. “Es que no uso computador; desde años, cuando apareció el BlackBerry, que trabajo así”, dice el bajista.
Escalona fue parte de los primeros dos discos de la banda tras los éxitos “Mi vida vale más” y “Tú lo sabes bien”, cuando cambió los instrumentos por la ingeniería civil, la publicidad, un trabajo en Warner Music y la producción de eventos.
Alejado de los escenarios, su regreso se dio de manera fortuita cuando su hermano, Álvaro Scaramelli, lo invitó en 2016 a tocar con él en un show que tenía en un casino, porque su amigo Germán Céspedes (Aterrizaje Forzoso) le había avisado que no lo iba a poder acompañar en esa ocasión. Desde entonces, la propuesta fue creciendo y sumando a varios de los actores que hace 30 años eran los ídolos locales de la juventud de la época, como Claudio Millán (Viena), Juan Ricardo Weiler (Aparato Raro) y Pancho Puelma, formando un equipo que iba a salir de gira al verano siguiente.
El libro es el resultado de una bitácora de viaje personal de Escalona, con anécdotas del momento y sobre todo recuerdos de sus tiempos de fama, intercalando las historias de todos estos músicos y la suya personal, como miembro de Valija Diplomática. “Tenía ganas de visibilizar todo lo que fue el rock de los 80, que fue mucho más que un par de bandas. Mostrarlo con este grupo de amigos, con flashbacks a los orígenes por un lado, con un éxito que llegó demasiado rápido, y por otro, me pareció coherente homenajear a mis compañeros, que todavía viven de esto y lo sacrificado que es este trabajo en este momento de sus vidas”, dice Escalona.
Fue precisamente el tiempo en la carretera, los largos viajes en bus para actuaciones en festivales de provincia y los regresos de madrugada a la ruta, mientras todavía sonaban los aplausos, los que hicieron que el bajista tomara una cámara para seguir registrando la historia.
“Me di cuenta que tenía que grabar todo esto que estábamos viviendo y me propuse hacer un documental, que ahora está en construcción, donde yo soy un observador de lo que va pasando y donde cada uno cuenta sus sensaciones, sus vidas con sus dolores y sus alegrías”, adelanta el autor, que espera terminar este proyecto antes de fin de año para que se estrene durante 2021. “Ahora estoy en conversaciones con algunas distribuidoras, me encantaría que esto llegara a plataformas como Netflix o Amazon”, se entusiasma Escalona, quien señala que ha seguido conectado con sus compañeros durante el confinamiento, incluso estrenando un tema.
“Al inicio de la pandemia lanzamos un video hecho en cuarentena de una canción que teníamos desde el año pasado”, cuenta el autor y anticipa que próximamente podrían realizar un show virtual.
“La gente nos pregunta mucho por redes sociales cuándo vamos a tocar”, plantea.
Andrés Escalona escribió la bitácora de una gira con varias figuras de esa década. El registro también será un documental.
JOSÉ VÁSQUEZ
En sus páginas, Andrés Escalona cuenta que comenzó a documentar su viaje escribiendo en el bloc de notas de su teléfono lo que iba pasando. Hoy, el miembro fundador de Valija Diplomática sorprende al señalar que el libro entero que acaba de publicar, “Ochenteros en gira”, fue redactado en su celular. “Es que no uso computador; desde años, cuando apareció el BlackBerry, que trabajo así”, dice el bajista.
Escalona fue parte de los primeros dos discos de la banda tras los éxitos “Mi vida vale más” y “Tú lo sabes bien”, cuando cambió los instrumentos por la ingeniería civil, la publicidad, un trabajo en Warner Music y la producción de eventos.
Alejado de los escenarios, su regreso se dio de manera fortuita cuando su hermano, Álvaro Scaramelli, lo invitó en 2016 a tocar con él en un show que tenía en un casino, porque su amigo Germán Céspedes (Aterrizaje Forzoso) le había avisado que no lo iba a poder acompañar en esa ocasión. Desde entonces, la propuesta fue creciendo y sumando a varios de los actores que hace 30 años eran los ídolos locales de la juventud de la época, como Claudio Millán (Viena), Juan Ricardo Weiler (Aparato Raro) y Pancho Puelma, formando un equipo que iba a salir de gira al verano siguiente.
El libro es el resultado de una bitácora de viaje personal de Escalona, con anécdotas del momento y sobre todo recuerdos de sus tiempos de fama, intercalando las historias de todos estos músicos y la suya personal, como miembro de Valija Diplomática. “Tenía ganas de visibilizar todo lo que fue el rock de los 80, que fue mucho más que un par de bandas. Mostrarlo con este grupo de amigos, con flashbacks a los orígenes por un lado, con un éxito que llegó demasiado rápido, y por otro, me pareció coherente homenajear a mis compañeros, que todavía viven de esto y lo sacrificado que es este trabajo en este momento de sus vidas”, dice Escalona.
Fue precisamente el tiempo en la carretera, los largos viajes en bus para actuaciones en festivales de provincia y los regresos de madrugada a la ruta, mientras todavía sonaban los aplausos, los que hicieron que el bajista tomara una cámara para seguir registrando la historia.
“Me di cuenta que tenía que grabar todo esto que estábamos viviendo y me propuse hacer un documental, que ahora está en construcción, donde yo soy un observador de lo que va pasando y donde cada uno cuenta sus sensaciones, sus vidas con sus dolores y sus alegrías”, adelanta el autor, que espera terminar este proyecto antes de fin de año para que se estrene durante 2021. “Ahora estoy en conversaciones con algunas distribuidoras, me encantaría que esto llegara a plataformas como Netflix o Amazon”, se entusiasma Escalona, quien señala que ha seguido conectado con sus compañeros durante el confinamiento, incluso estrenando un tema.
“Al inicio de la pandemia lanzamos un video hecho en cuarentena de una canción que teníamos desde el año pasado”, cuenta el autor y anticipa que próximamente podrían realizar un show virtual.
“La gente nos pregunta mucho por redes sociales cuándo vamos a tocar”, plantea.
Su vida y trayectoria: Documental sobre Gastón Soublette
El Mercurio
La Corporación Cultural de Las Condes, en su página de YouTube, ofreció ayer el preestreno del documental “El Hombre del Poncho. Las múltiples vidas de Gastón Soublette”, de José Luis Villalba. Con una duración de una hora y 45 minutos, este trabajo estará disponible hasta el miércoles en el sitio de la corporación.
La Corporación Cultural de Las Condes, en su página de YouTube, ofreció ayer el preestreno del documental “El Hombre del Poncho. Las múltiples vidas de Gastón Soublette”, de José Luis Villalba. Con una duración de una hora y 45 minutos, este trabajo estará disponible hasta el miércoles en el sitio de la corporación.
Cinco imperdibles grabaciones nacidas en tiempos de pandemia
El Mercurio
Meditaciones sobre la muerte, el amor, el crimen y la tortura, en obras maestras de Orlando di Lasso, Franz Joseph Haydn, Giuseppe Verdi y Richard Strauss, junto a las inesperadas propuestas sonoras de Erich Korngold, Luigi Nono y Gerald Grisey.
Juan Antonio Muñoz H.
UN STRAUSS GIGANTESCO. “Die Frau ohne Schatten” (“La mujer sin sombra”) es la ópera más enorme compuesta nunca por Richard Strauss. ¿El tema? La trascendencia, nada menos. No abundan sus registros, pero el sello Orfeo propone una excelente versión: la que se escogió en 2019 para celebrar los 150 años del edificio de la Ópera de Viena. Al frente de la orquesta de la casa —una máquina muy bien aceitada— está Christian Thielemann, que se enfrenta a una trama polifónica de dimensiones desplegando un fulgor sonoro deslumbrante junto a un elenco donde resplandecen las mujeres. En particular, Nina Stemme, como la Mujer del Tintorero, en un rol tan temible como el de la Emperatriz, encarnada por una estupenda Camilla Nylund. Con ellas, Evelyn Herlitzius, que ofrece una Nodriza de inefable intensidad. El rol del Emperador es uno de los más arduos y difíciles del repertorio para tenor, pero muchas veces pasa inadvertido por la potencia de las tres mujeres. Aquí está en voz de Stephen Gould, que lo aborda con entereza más que con holgura. Un verdadero documento.
HAY QUE CONOCER MEJOR A KORNGOLD. Teatros y casas discográficas se preocupan cada vez más de Erich Wolfgang Korngold (1897-1945). El año pasado, Múnich estrenó una versión antológica de “Die Tote Stadt” (“La ciudad muerta”) y en marzo Chandos lanzó una placa con su Concierto para violín y su Sexteto de cuerdas, compuesto por el músico a los 17 años. Tras radicarse en Estados Unidos, Korngold se ganó la vida componiendo bandas sonoras de películas y es por eso que en los movimientos del concierto surgen imágenes de cintas como “El príncipe y el mendigo” y “Otro amanecer”. Como siempre en su música, los hallazgos sonoros van de la mano con poesía y dulzura melódica, a la vez que el sonido diáfano comparte vida con la energía de un entusiasmo exuberante. El trabajo es de John Wilson al frente de la RTÉ Concert Orchestra, junto al violinista Andrew Haveron.
UN MORO BIPOLAR. Era la grabación de ópera más esperada del año; tras dos postergaciones, llegó en junio: un nuevo “Otello” (Verdi) nacido en tiempos en que los registros en estudio de óperas completas ya casi no existen. Jonas Kaufmann despliega un trabajo teatral y vocal minucioso, repleto de detalles exquisitos, y plasma un ser impredecible, de una bipolaridad aterradora, con una voz de bronce oscuro que maneja admirablemente. Con él, un excelente Carlos Álvarez, como Iago, y la debutante Federica Lombardi, como Desdémona. Antonio Pappano, que dirige a la Orquesta y el Coro de la Academia Santa Cecilia de Roma, permite atender las numerosas capas que constituyen el océano que es esta obra maestra. Pappano también se propone develar la modernidad de esta música, como ocurre en el dúo de amor del primer acto, donde convergen riqueza cromática, cambios de tono y audacias armónicas.
RENACIMIENTO FUTURISTA. “Omnia tempus habent” (“Todo tiene su tiempo”), apunta Orlando di Lasso (1532-1594) en este disco titulado “Inferno” (“Infierno”), que reúne 12 motetes (compuso 530) para seis y ocho voces que demuestran por qué su música es una cumbre del estilo franco-flamenco del Renacimiento. Aparte de la maestría polifónica y armónica, y de la severidad de las reflexiones sobre el sufrimiento —“Vidi calumnias”, “O mors quam amara”, “Media vita in morte sumus”—, las partituras dejan entrever el futuro musical: cromatismos y progresiones que recién se escucharían en el siglo XX. Todo a cappella, interpretado con exhaustiva precisión y gran belleza por la notable Cappella Amsterdam, dirigida por Daniel Reuss.
QUIEBRES SONOROS Y TRAGEDIA. Directora de orquesta y cantante experta en el mundo contemporáneo, Barbara Hannigan dice que su nuevo disco es un “tríptico de tres noches transfiguradas”. La mezcla es desestabilizadora y también fascinante: Luigi Nono (1924-1990), Haydn (1732-1809) y Gerald Grisey (1946-1998). La voz meliflua, inmaterial, de Hannigan abre con “Djamila Boupacha” (Nono), dedicada a una militante argelina arrestada por el ejército francés, que fue torturada para obtener una confesión: la música es puro malestar, confusión y violencia. Produce un quiebre incómodo pero atractivo en contraste con la Sinfonía 49 de Haydn (“La Passione”, que da título al álbum), que habla de tragedia a gran escala. La interpretación es hermosísima y muy personal (qué buena directora es), al punto que se da el lujo de agregar en la obra la participación de un clavicémbalo, según ella, para “hacer escuchar su propia voz”. Termina con “Quatre chants pour franchir le seuil” (“Cuatro cantos para cruzar el umbral”), de Gerald Grisey.
Meditaciones sobre la muerte, el amor, el crimen y la tortura, en obras maestras de Orlando di Lasso, Franz Joseph Haydn, Giuseppe Verdi y Richard Strauss, junto a las inesperadas propuestas sonoras de Erich Korngold, Luigi Nono y Gerald Grisey.
Juan Antonio Muñoz H.
UN STRAUSS GIGANTESCO. “Die Frau ohne Schatten” (“La mujer sin sombra”) es la ópera más enorme compuesta nunca por Richard Strauss. ¿El tema? La trascendencia, nada menos. No abundan sus registros, pero el sello Orfeo propone una excelente versión: la que se escogió en 2019 para celebrar los 150 años del edificio de la Ópera de Viena. Al frente de la orquesta de la casa —una máquina muy bien aceitada— está Christian Thielemann, que se enfrenta a una trama polifónica de dimensiones desplegando un fulgor sonoro deslumbrante junto a un elenco donde resplandecen las mujeres. En particular, Nina Stemme, como la Mujer del Tintorero, en un rol tan temible como el de la Emperatriz, encarnada por una estupenda Camilla Nylund. Con ellas, Evelyn Herlitzius, que ofrece una Nodriza de inefable intensidad. El rol del Emperador es uno de los más arduos y difíciles del repertorio para tenor, pero muchas veces pasa inadvertido por la potencia de las tres mujeres. Aquí está en voz de Stephen Gould, que lo aborda con entereza más que con holgura. Un verdadero documento.
HAY QUE CONOCER MEJOR A KORNGOLD. Teatros y casas discográficas se preocupan cada vez más de Erich Wolfgang Korngold (1897-1945). El año pasado, Múnich estrenó una versión antológica de “Die Tote Stadt” (“La ciudad muerta”) y en marzo Chandos lanzó una placa con su Concierto para violín y su Sexteto de cuerdas, compuesto por el músico a los 17 años. Tras radicarse en Estados Unidos, Korngold se ganó la vida componiendo bandas sonoras de películas y es por eso que en los movimientos del concierto surgen imágenes de cintas como “El príncipe y el mendigo” y “Otro amanecer”. Como siempre en su música, los hallazgos sonoros van de la mano con poesía y dulzura melódica, a la vez que el sonido diáfano comparte vida con la energía de un entusiasmo exuberante. El trabajo es de John Wilson al frente de la RTÉ Concert Orchestra, junto al violinista Andrew Haveron.
UN MORO BIPOLAR. Era la grabación de ópera más esperada del año; tras dos postergaciones, llegó en junio: un nuevo “Otello” (Verdi) nacido en tiempos en que los registros en estudio de óperas completas ya casi no existen. Jonas Kaufmann despliega un trabajo teatral y vocal minucioso, repleto de detalles exquisitos, y plasma un ser impredecible, de una bipolaridad aterradora, con una voz de bronce oscuro que maneja admirablemente. Con él, un excelente Carlos Álvarez, como Iago, y la debutante Federica Lombardi, como Desdémona. Antonio Pappano, que dirige a la Orquesta y el Coro de la Academia Santa Cecilia de Roma, permite atender las numerosas capas que constituyen el océano que es esta obra maestra. Pappano también se propone develar la modernidad de esta música, como ocurre en el dúo de amor del primer acto, donde convergen riqueza cromática, cambios de tono y audacias armónicas.
RENACIMIENTO FUTURISTA. “Omnia tempus habent” (“Todo tiene su tiempo”), apunta Orlando di Lasso (1532-1594) en este disco titulado “Inferno” (“Infierno”), que reúne 12 motetes (compuso 530) para seis y ocho voces que demuestran por qué su música es una cumbre del estilo franco-flamenco del Renacimiento. Aparte de la maestría polifónica y armónica, y de la severidad de las reflexiones sobre el sufrimiento —“Vidi calumnias”, “O mors quam amara”, “Media vita in morte sumus”—, las partituras dejan entrever el futuro musical: cromatismos y progresiones que recién se escucharían en el siglo XX. Todo a cappella, interpretado con exhaustiva precisión y gran belleza por la notable Cappella Amsterdam, dirigida por Daniel Reuss.
QUIEBRES SONOROS Y TRAGEDIA. Directora de orquesta y cantante experta en el mundo contemporáneo, Barbara Hannigan dice que su nuevo disco es un “tríptico de tres noches transfiguradas”. La mezcla es desestabilizadora y también fascinante: Luigi Nono (1924-1990), Haydn (1732-1809) y Gerald Grisey (1946-1998). La voz meliflua, inmaterial, de Hannigan abre con “Djamila Boupacha” (Nono), dedicada a una militante argelina arrestada por el ejército francés, que fue torturada para obtener una confesión: la música es puro malestar, confusión y violencia. Produce un quiebre incómodo pero atractivo en contraste con la Sinfonía 49 de Haydn (“La Passione”, que da título al álbum), que habla de tragedia a gran escala. La interpretación es hermosísima y muy personal (qué buena directora es), al punto que se da el lujo de agregar en la obra la participación de un clavicémbalo, según ella, para “hacer escuchar su propia voz”. Termina con “Quatre chants pour franchir le seuil” (“Cuatro cantos para cruzar el umbral”), de Gerald Grisey.
Filme abordará los últimos días de Chris Cornell
El Mercurio
En septiembre comenzará el rodaje de “Black Days”, película que se centrará en los últimos días de Chris Cornell, la voz de Soundgarden, que se suicidó en mayo de 2017. Su figura será representada por Johnny Holiday, quien fue parte del reparto de “Walk the Line”, cinta basada en la vida de Johnny Cash. La semana pasada la familia del músico lamentó que la estatua de la voz de “Black Hole Sun” fuera vandalizada con pintura en Seattle.
En septiembre comenzará el rodaje de “Black Days”, película que se centrará en los últimos días de Chris Cornell, la voz de Soundgarden, que se suicidó en mayo de 2017. Su figura será representada por Johnny Holiday, quien fue parte del reparto de “Walk the Line”, cinta basada en la vida de Johnny Cash. La semana pasada la familia del músico lamentó que la estatua de la voz de “Black Hole Sun” fuera vandalizada con pintura en Seattle.
sábado, agosto 22, 2020
De Buenos Aires al mundo: Los conciertos que se abren en septiembre por streaming
El Mercurio
José Vásquez
Aunque en Europa ya se han realizado conciertos con público ––incluso en Chile hay un proyecto de un festival para octubre––, en el corto plazo la cartelera de espectáculos a este lado del mundo sigue optando por el streaming, pero ahora, subiendo la apuesta en cuanto a calidad.
A partir del próximo mes, desde el Movistar Arena de Buenos Aires se realizará el ciclo “Se siente desde casa”, con recitales que tendrán un alto despliegue técnico, con 150 metros de pantallas led y una transmisión a cargo de cinco cámaras HD, dos cámaras robóticas y otra en una grúa, para shows que, como el nombre del evento lo indica, solo tendrán público desde los hogares.
El combo súper pop de Miranda! iniciará este 4 de septiembre la serie de presentaciones, que continuará durante ese mes con los ganadores de la Competencia Folclórica de Viña del Mar en 2019, Destino San Javier (5); Dante Spinetta (10), Mya & Ruggero (19), Axel (20), David Lebon (26), y para octubre Vicentico y Soledad, cuyas fechas serán anunciadas próximamente.
Los conciertos podrán ser vistos desde todo el mundo, comprando entradas a través de livepass.com.ar a un valor de 620 pesos argentinos (alrededor de $6.600).
La cartelera local
En Chile, en el Movistar Arena de Santiago, todavía se evalúa esta posibilidad en el corto plazo, aunque no hay shows confirmados. La realización de este tipo de espectáculos implica una ecuación de difícil equilibrio entre los costos de producción y el valor de una entrada que pueda atraer al público, una experiencia que pondrá en práctica Myriam Hernández este domingo, con el primero de sus tres conciertos virtuales, donde estará acompañada de su banda completa, replicando certeramente, promete, lo que mostraría en cualquiera de sus conciertos en vivo. Los boletos a través de Tickethoy tienen un valor de $8.960.
Hoy en Blondie se dará inicio al “Live Music Experience” con la banda de glam rock local Exxocet y que en las próximas fechas tendrá a Canal Magdalena, Adelaida y Yajaira, todos tocando en vivo, con formación completa. Las entradas se consiguen por Eventrid y dan la opción de acceder desde $0 hasta la posibilidad de realizar donaciones con montos entre $1.000 y $10.000.
Anoche comenzaba el ciclo gratuito, emitido por las redes sociales de DG Medios, Didi y Entel, “Seguimos sonando”, que presentará semanalmente a los artistas desde sus casas. Los argentinos de Miranda! arrancaban ayer en formato íntimo, una serie de presentaciones que va a continuar este mes, con Francisca Valenzuela (28), y en septiembre, con Gepe (4) y Cristóbal Briceño (12).
El Stgo. Music, que se iba a realizar desde el Club Amanda con intérpretes como Camila Moreno y Pedropiedra, entre otros, se ha debido reagendar dos veces producto de la pandemia y aún busca dar a conocer sus nuevas fechas.
En este escenario todavía complejo, el empresario José Antonio Aravena trabaja en la producción del primer festival realizado con público desde el inicio de la crisis sanitaria, que proyecta sin una fecha definida, para octubre, aunque todo dependerá de la evolución del covid-19 en el país. El evento se desarrollaría en Espacio Broadway con Chancho en Piedra como los primeros comprometidos a participar.
José Vásquez
Aunque en Europa ya se han realizado conciertos con público ––incluso en Chile hay un proyecto de un festival para octubre––, en el corto plazo la cartelera de espectáculos a este lado del mundo sigue optando por el streaming, pero ahora, subiendo la apuesta en cuanto a calidad.
A partir del próximo mes, desde el Movistar Arena de Buenos Aires se realizará el ciclo “Se siente desde casa”, con recitales que tendrán un alto despliegue técnico, con 150 metros de pantallas led y una transmisión a cargo de cinco cámaras HD, dos cámaras robóticas y otra en una grúa, para shows que, como el nombre del evento lo indica, solo tendrán público desde los hogares.
El combo súper pop de Miranda! iniciará este 4 de septiembre la serie de presentaciones, que continuará durante ese mes con los ganadores de la Competencia Folclórica de Viña del Mar en 2019, Destino San Javier (5); Dante Spinetta (10), Mya & Ruggero (19), Axel (20), David Lebon (26), y para octubre Vicentico y Soledad, cuyas fechas serán anunciadas próximamente.
Los conciertos podrán ser vistos desde todo el mundo, comprando entradas a través de livepass.com.ar a un valor de 620 pesos argentinos (alrededor de $6.600).
La cartelera local
En Chile, en el Movistar Arena de Santiago, todavía se evalúa esta posibilidad en el corto plazo, aunque no hay shows confirmados. La realización de este tipo de espectáculos implica una ecuación de difícil equilibrio entre los costos de producción y el valor de una entrada que pueda atraer al público, una experiencia que pondrá en práctica Myriam Hernández este domingo, con el primero de sus tres conciertos virtuales, donde estará acompañada de su banda completa, replicando certeramente, promete, lo que mostraría en cualquiera de sus conciertos en vivo. Los boletos a través de Tickethoy tienen un valor de $8.960.
Hoy en Blondie se dará inicio al “Live Music Experience” con la banda de glam rock local Exxocet y que en las próximas fechas tendrá a Canal Magdalena, Adelaida y Yajaira, todos tocando en vivo, con formación completa. Las entradas se consiguen por Eventrid y dan la opción de acceder desde $0 hasta la posibilidad de realizar donaciones con montos entre $1.000 y $10.000.
Anoche comenzaba el ciclo gratuito, emitido por las redes sociales de DG Medios, Didi y Entel, “Seguimos sonando”, que presentará semanalmente a los artistas desde sus casas. Los argentinos de Miranda! arrancaban ayer en formato íntimo, una serie de presentaciones que va a continuar este mes, con Francisca Valenzuela (28), y en septiembre, con Gepe (4) y Cristóbal Briceño (12).
El Stgo. Music, que se iba a realizar desde el Club Amanda con intérpretes como Camila Moreno y Pedropiedra, entre otros, se ha debido reagendar dos veces producto de la pandemia y aún busca dar a conocer sus nuevas fechas.
En este escenario todavía complejo, el empresario José Antonio Aravena trabaja en la producción del primer festival realizado con público desde el inicio de la crisis sanitaria, que proyecta sin una fecha definida, para octubre, aunque todo dependerá de la evolución del covid-19 en el país. El evento se desarrollaría en Espacio Broadway con Chancho en Piedra como los primeros comprometidos a participar.
Canal 13 y TVN plantean la posibilidad de suspender la próxima edición del Festival de Viña del Mar
El Mercurio
La iniciativa partió desde TVN en junio pasado de cambiar las bases de la licitación del evento que realizan en conjunto con Canal 13 y no hacer la versión 2021 ante la crisis sanitaria que vive el país. Tras varias reuniones entre los directores ejecutivos Max Luksic (Canal 13) y Francisco Gijón (TVN), acordaron enviar una carta a la alcaldesa Virginia Reginato oficializando la postura de ambas estaciones. Pero la edil respondió esta semana que aún es prematuro tomar una decisión y pidió una propuesta para realizarlo en la fecha establecida con los resguardos del caso. Una idea que se ha barajado es hacerlo solo con artistas nacionales y con un aforo reducido en el anfiteatro de la Quinta Vergara.
La iniciativa partió desde TVN en junio pasado de cambiar las bases de la licitación del evento que realizan en conjunto con Canal 13 y no hacer la versión 2021 ante la crisis sanitaria que vive el país. Tras varias reuniones entre los directores ejecutivos Max Luksic (Canal 13) y Francisco Gijón (TVN), acordaron enviar una carta a la alcaldesa Virginia Reginato oficializando la postura de ambas estaciones. Pero la edil respondió esta semana que aún es prematuro tomar una decisión y pidió una propuesta para realizarlo en la fecha establecida con los resguardos del caso. Una idea que se ha barajado es hacerlo solo con artistas nacionales y con un aforo reducido en el anfiteatro de la Quinta Vergara.
viernes, agosto 21, 2020
Conversatorio - lanzamiento de primer single de Comparsa JuanyRosa
Comunicado de prensa
Agrupación de ritmos chinchileneros estrena su primer single
Comparsa JuanyRosa lanza "Nina" con conversatorio por Facebook
El colectivo artístico que reúne música, danza, poesía popular y teatralidad bajo los preceptos de "tradición e innovación" mostrará el tema de Pablo Guzmán que da la partida a la difusión del disco que esperan presentar en 2021.
Con un conversatorio por sus redes sociales la Comparsa JuanyRosa hará el lanzamiento de "Nina", primer single de disco debut que espera publicar a inicios de 2021.
"Nina" es un foxtrot de Pablo Guzmán, integrante de la agrupación, que se enmarca en la búsqueda del grupo de trabajar sobre ritmos que definen como "fuentes de la cultura popular" y parte de "una identidad popular mestiza chilena y latinoamericana", que incluye también otros ritmos como la cueca, la cumbia y el vals, que son parte del imaginario musical urbano del país.
Para promocionar este nuevo tema, el grupo emitirá un programa el viernes 21 de agosto a las 21 horas, en el que contarán la historia de la agrupación, hablarán del primer single, mostrarán material audiovisual con el proceso de grabación y harán un breve adelanto del primer disco, que se encuentra grabado y en proceso de posproducción.
Del disco que esperan lanzar el próximo año dice Juan José Lazcano, fundador de la agrupación, que "responde a inquietudes creativas de distintos integrantes, pero que tienen en común tomar ritmos tradicionales y hacer una reinterpretación o una mezcla de estos elementos con nuevos recursos". Para ejemplificarlo en el single dice Lazcano que "en 'Nina' usamos el chinchín pero no lo tocamos como se hace usualmente, sino que se toca en el piso. Buscamos una vuelta de tuerca de cada instrumento o recurso que tenemos para reivindicarlo e innovar a la vez".
Integran la comparsa, además de Lazcano, Rosa Jiménez (danza, canto, animaciones), Pablo Guzmán (guitarra, composición, voz), Paulina Martínez (acordeón, voz), Camilo Campos (saxofón, composiciones), Felipe González (trombón, composición), Daniel Trincado (trompeta), Lesli Lizana (organillo) y Constanza Mundaca (acordeón y voz). Para el disco el grupo contó con la colaboración de Alfonso Pozo en la producción musical (quien también participará del conversatorio de lanzamiento), Nicolás Rios en grabación, mezcla y masterización en el estudio Palo Quemado y el artista visual Álvaro Gómez (@gomblu) en diseño e ilustraciones.
COMPARSA JUANYROSA PRESENTA "NINA"
Viernes 21 de agosto, 21 horas
https://www.facebook.com/comparsajuanyrosa
Agrupación de ritmos chinchileneros estrena su primer single
Comparsa JuanyRosa lanza "Nina" con conversatorio por Facebook
El colectivo artístico que reúne música, danza, poesía popular y teatralidad bajo los preceptos de "tradición e innovación" mostrará el tema de Pablo Guzmán que da la partida a la difusión del disco que esperan presentar en 2021.
Con un conversatorio por sus redes sociales la Comparsa JuanyRosa hará el lanzamiento de "Nina", primer single de disco debut que espera publicar a inicios de 2021.
"Nina" es un foxtrot de Pablo Guzmán, integrante de la agrupación, que se enmarca en la búsqueda del grupo de trabajar sobre ritmos que definen como "fuentes de la cultura popular" y parte de "una identidad popular mestiza chilena y latinoamericana", que incluye también otros ritmos como la cueca, la cumbia y el vals, que son parte del imaginario musical urbano del país.
Para promocionar este nuevo tema, el grupo emitirá un programa el viernes 21 de agosto a las 21 horas, en el que contarán la historia de la agrupación, hablarán del primer single, mostrarán material audiovisual con el proceso de grabación y harán un breve adelanto del primer disco, que se encuentra grabado y en proceso de posproducción.
Del disco que esperan lanzar el próximo año dice Juan José Lazcano, fundador de la agrupación, que "responde a inquietudes creativas de distintos integrantes, pero que tienen en común tomar ritmos tradicionales y hacer una reinterpretación o una mezcla de estos elementos con nuevos recursos". Para ejemplificarlo en el single dice Lazcano que "en 'Nina' usamos el chinchín pero no lo tocamos como se hace usualmente, sino que se toca en el piso. Buscamos una vuelta de tuerca de cada instrumento o recurso que tenemos para reivindicarlo e innovar a la vez".
Integran la comparsa, además de Lazcano, Rosa Jiménez (danza, canto, animaciones), Pablo Guzmán (guitarra, composición, voz), Paulina Martínez (acordeón, voz), Camilo Campos (saxofón, composiciones), Felipe González (trombón, composición), Daniel Trincado (trompeta), Lesli Lizana (organillo) y Constanza Mundaca (acordeón y voz). Para el disco el grupo contó con la colaboración de Alfonso Pozo en la producción musical (quien también participará del conversatorio de lanzamiento), Nicolás Rios en grabación, mezcla y masterización en el estudio Palo Quemado y el artista visual Álvaro Gómez (@gomblu) en diseño e ilustraciones.
COMPARSA JUANYROSA PRESENTA "NINA"
Viernes 21 de agosto, 21 horas
https://www.facebook.com/comparsajuanyrosa
Lucybell: “El disco acústico era una espina que teníamos clavada hace mucho tiempo”
El Mercurio
La banda estrena hoy “Culpable”, tema inédito que será parte de “Mil caminos”, su álbum de reversiones desenchufadas que trae colaboraciones de Beto Cuevas y Manuel García.
José Vásquez
En un momento, el primer proyecto acústico de Lucybell estuvo demasiado cerca de postergar su grabación, realizada finalmente en noviembre pasado en Estudio del Sur. La crisis social iniciada en octubre de 2019 en el país, cuenta ahora Claudio Valenzuela desde Boise, la capital de Idaho, en Estados Unidos, donde reside, puso sobre la mesa la posibilidad de trasladar todo hasta marzo, cuando entonces no había indicios de una pandemia.
“Mirándolo ahora, tomamos una decisión divina y muy intuitiva”, dice el cantante, porque de haber hecho efectivo el cambio de planes hubiera significado, muy probablemente, no tener hoy “Mil caminos”, su primera incursión discográfica acústica, que saldrá a comienzos de octubre.
El disco, que será visual ––con Felo Foncea en la dirección de video––, tendrá 18 reversiones de sus éxitos más “Culpable”, un tema inédito, el primero en tres años, que estrenan hoy. “Cuando empezamos el proceso, siempre tuvimos la idea clara de incluir canciones nuevas. Desde ‘Sesión futura' (2001), que fue un disco en vivo, siempre nos ha gustado, además de explorar nuestro catálogo, sorprender con algo nuevo”, cuenta el músico.
La canción es la más íntima del proyecto, solo con el trío en su ejecución, con Valenzuela en voces y guitarra, Eduardo Caces en el piano y Cote Foncea en el bajo. “Buscamos una sonoridad diferente, yendo más allá de la intimidad misma del disco”, señala la voz de “Luces no bélicas”.
Para el proceso comenzaron con una selección de 50 temas de su repertorio, antes del proceso de descarte, que dejó fuera prácticamente dos tercios de ese dibujo inicial. “El disco acústico era una espina que teníamos clavada hace mucho tiempo, fue un trabajo que se había ido postergando hasta que en noviembre nos encerramos una semana en el Estudio del Sur, donde montamos todo para grabar estas canciones que remasticamos en este formato diferente con la colaboración de varios músicos importantes”, cuenta Valenzuela, sobre la participación de Cuti Aste, arreglos de vientos de Andrés Pérez y de cuerdas de Sebastián Vergara.
El disco fue producido por Barry Sage, quien ha colaborado con los Rolling Stones y New Order, y mezclado en Los Angeles por Dave Collins, con créditos en trabajos de Bruce Springsteen, Sting y Soundgarden, entre otros. Como invitados aparecen Beto Cuevas, quien grabó el primer sencillo estrenado en marzo pasado, “Milagro”; Consuelo Schuster, en “Carnaval”, y Manuel García, cuyo canción será revelada próximamente.
“Con Beto siempre habíamos tenido ganas de trabajar juntos y esta vez se dieron los tiempos de todos. Él se adaptó muy bien y fue muy fácil unir nuestras voces desde el primer ensayo”, señala Claudio Valenzuela y adelanta que la voz de “Acuario” aparecerá en otro tema clásico de la banda. “Para nosotros es un honor que ellos hayan participado, tenemos un respeto gigante por lo que hace cada uno, en su distinto lenguaje artístico”, plantea el cantante de Lucybell.
La banda estrena hoy “Culpable”, tema inédito que será parte de “Mil caminos”, su álbum de reversiones desenchufadas que trae colaboraciones de Beto Cuevas y Manuel García.
José Vásquez
En un momento, el primer proyecto acústico de Lucybell estuvo demasiado cerca de postergar su grabación, realizada finalmente en noviembre pasado en Estudio del Sur. La crisis social iniciada en octubre de 2019 en el país, cuenta ahora Claudio Valenzuela desde Boise, la capital de Idaho, en Estados Unidos, donde reside, puso sobre la mesa la posibilidad de trasladar todo hasta marzo, cuando entonces no había indicios de una pandemia.
“Mirándolo ahora, tomamos una decisión divina y muy intuitiva”, dice el cantante, porque de haber hecho efectivo el cambio de planes hubiera significado, muy probablemente, no tener hoy “Mil caminos”, su primera incursión discográfica acústica, que saldrá a comienzos de octubre.
El disco, que será visual ––con Felo Foncea en la dirección de video––, tendrá 18 reversiones de sus éxitos más “Culpable”, un tema inédito, el primero en tres años, que estrenan hoy. “Cuando empezamos el proceso, siempre tuvimos la idea clara de incluir canciones nuevas. Desde ‘Sesión futura' (2001), que fue un disco en vivo, siempre nos ha gustado, además de explorar nuestro catálogo, sorprender con algo nuevo”, cuenta el músico.
La canción es la más íntima del proyecto, solo con el trío en su ejecución, con Valenzuela en voces y guitarra, Eduardo Caces en el piano y Cote Foncea en el bajo. “Buscamos una sonoridad diferente, yendo más allá de la intimidad misma del disco”, señala la voz de “Luces no bélicas”.
Para el proceso comenzaron con una selección de 50 temas de su repertorio, antes del proceso de descarte, que dejó fuera prácticamente dos tercios de ese dibujo inicial. “El disco acústico era una espina que teníamos clavada hace mucho tiempo, fue un trabajo que se había ido postergando hasta que en noviembre nos encerramos una semana en el Estudio del Sur, donde montamos todo para grabar estas canciones que remasticamos en este formato diferente con la colaboración de varios músicos importantes”, cuenta Valenzuela, sobre la participación de Cuti Aste, arreglos de vientos de Andrés Pérez y de cuerdas de Sebastián Vergara.
El disco fue producido por Barry Sage, quien ha colaborado con los Rolling Stones y New Order, y mezclado en Los Angeles por Dave Collins, con créditos en trabajos de Bruce Springsteen, Sting y Soundgarden, entre otros. Como invitados aparecen Beto Cuevas, quien grabó el primer sencillo estrenado en marzo pasado, “Milagro”; Consuelo Schuster, en “Carnaval”, y Manuel García, cuyo canción será revelada próximamente.
“Con Beto siempre habíamos tenido ganas de trabajar juntos y esta vez se dieron los tiempos de todos. Él se adaptó muy bien y fue muy fácil unir nuestras voces desde el primer ensayo”, señala Claudio Valenzuela y adelanta que la voz de “Acuario” aparecerá en otro tema clásico de la banda. “Para nosotros es un honor que ellos hayan participado, tenemos un respeto gigante por lo que hace cada uno, en su distinto lenguaje artístico”, plantea el cantante de Lucybell.
Música nueva en circulación: La discografía del jazz chileno contra viento y pandemia
El Mercurio
Desde Estados Unidos, Alemania, México, Francia y Ecuador, además de Chile, llegan títulos para sumarse a una creatividad que no se detiene.
IÑIGO DÍAZ
El saxofonista Agustín Moya retoma hoy la inspiración que tuvo en sus inicios del fundamental Sonny Rollins, a partir del trío pianoless, es decir sin piano como apoyo armónico. Así se lanzó a una saga de discos para el sello Vértigo que hoy finaliza su largo recorrido.
Es “Standards sessions”, grabado junto a Maximiliano Flynn (contrabajo) y Carlos Cortés (batería) en dos sesiones intensivas, cuyos resultados dieron para llenar cuatro discos. A ritmo de uno por año desde 2017, Agustín Moya está publicando el cuarto volumen de la serie.
La nueva música de los jazzistas chilenos le ha hecho frente a la crisis con decisión. Clausurados todos los escenarios y limitada al máximo la posibilidad de salir a trabajar, ellos han continuado componiendo, también grabando en sus casas durante la cuarentena y presentándose ante el público de manera virtual, a pantallas divididas. La discografía, incluso en pandemia, sigue adelante y suma nuevos títulos.
El saxofonista Alejandro Sánchez nació en Argentina, vive en México y grabó este disco en Alemania, pero se le considera parte de la escena local. No solo por la década que vivió en Chile sino por la creación del sello discográfico Vértigo.
“El jazz moderno está basado en la improvisación y la interacción de los músicos. Muchas veces la composición queda en un segundo plano. Quise recuperar el trabajo de ensamblaje de partes alrededor de la composición, con música para distintos instrumentos: nueve más uno, como dice el disco, o sea un ensamble de diez”, dice Sánchez desde Monterrey sobre el álbum “Schärfe einer sekunde”. “Se grabó en 2005 en Núremberg y se edita en Chile ahora. Creo que su título es súper actual: la nitidez de un segundo, el momento en que las cosas se hacen claras y cobran otro significado. El mundo vive hoy ese momento a momento”, agrega.
Vértigo publica también a los guitarristas Diego Riedemann, con “4M”, grabado en Múnich con quinteto y voz; Cristóbal Piña con “FBP”, un trabajo más orientado al jazz fusión que llega desde Quito, y Felipe Peña, con la formidable “Suite espontánea”: “La veo como la historia de un día en la vida de una persona”, comenta Peña. También está “Música para jazz octeto”, del clarinetista Rodrigo Tapia, un trabajo de amplias dimensiones en la composición y nuevos nombres para escuchar.
Arquitectura del sonido
El trompetista Juan Pablo Salvo reúne a un contingente de muy jóvenes músicos para el hardbop de su álbum “Chincol”. Discos Pendiente lanza “Far away” y “Mixture”, dos series grabadas en Múnich por el pianista Sebastián Castro, mientras que Animales en la Vía pone en circulación “All the wrong notes”, del vibrafonista Diego Urbano y su trío estadounidense, y “Django Jara”, el noveno disco del guitarrista Diego Aguirre en nueve años, desde la francesa Huningue. Su hermano saxofonista, Rodrigo Aguirre, se estrena como líder con “Tal cual”, un trabajo para cuarteto donde comparte espacios con el guitarrista Diego Farías, quien también lidera el disco “The living cuarteto”. Fue grabado en una sala de estar antes de la pandemia. Su lema parece ser “quédate en casa”.
Las fronteras se amplían en la música moderna, como en el caso de “Jazz peñy en New York”, del pianista César Ibacache y el saxofonista Maxi Alarcón, donde el jazz se encuentra frente a frente con las raíces mapuches. Pero más en evidencia queda esto con “Cinema tornamesa”, disco jazzístico de DJ Spacio (Carlos Meza). “Vengo del hip-hop como beatmaker. Trabajé las maquetas con samples y una antigua máquina MPC. Luego vinieron los músicos de jazz para reconstruir todo ello y llevarlo mucho más allá con su sensibilidad y virtuosismo”, cuenta sobre el disco donde tocan Sebastián Jordán (trompeta), Cristián Gallardo (saxofón), Raimundo Santander (guitarra) y Milton Russell (contrabajo).
Desde Estados Unidos, Alemania, México, Francia y Ecuador, además de Chile, llegan títulos para sumarse a una creatividad que no se detiene.
IÑIGO DÍAZ
El saxofonista Agustín Moya retoma hoy la inspiración que tuvo en sus inicios del fundamental Sonny Rollins, a partir del trío pianoless, es decir sin piano como apoyo armónico. Así se lanzó a una saga de discos para el sello Vértigo que hoy finaliza su largo recorrido.
Es “Standards sessions”, grabado junto a Maximiliano Flynn (contrabajo) y Carlos Cortés (batería) en dos sesiones intensivas, cuyos resultados dieron para llenar cuatro discos. A ritmo de uno por año desde 2017, Agustín Moya está publicando el cuarto volumen de la serie.
La nueva música de los jazzistas chilenos le ha hecho frente a la crisis con decisión. Clausurados todos los escenarios y limitada al máximo la posibilidad de salir a trabajar, ellos han continuado componiendo, también grabando en sus casas durante la cuarentena y presentándose ante el público de manera virtual, a pantallas divididas. La discografía, incluso en pandemia, sigue adelante y suma nuevos títulos.
El saxofonista Alejandro Sánchez nació en Argentina, vive en México y grabó este disco en Alemania, pero se le considera parte de la escena local. No solo por la década que vivió en Chile sino por la creación del sello discográfico Vértigo.
“El jazz moderno está basado en la improvisación y la interacción de los músicos. Muchas veces la composición queda en un segundo plano. Quise recuperar el trabajo de ensamblaje de partes alrededor de la composición, con música para distintos instrumentos: nueve más uno, como dice el disco, o sea un ensamble de diez”, dice Sánchez desde Monterrey sobre el álbum “Schärfe einer sekunde”. “Se grabó en 2005 en Núremberg y se edita en Chile ahora. Creo que su título es súper actual: la nitidez de un segundo, el momento en que las cosas se hacen claras y cobran otro significado. El mundo vive hoy ese momento a momento”, agrega.
Vértigo publica también a los guitarristas Diego Riedemann, con “4M”, grabado en Múnich con quinteto y voz; Cristóbal Piña con “FBP”, un trabajo más orientado al jazz fusión que llega desde Quito, y Felipe Peña, con la formidable “Suite espontánea”: “La veo como la historia de un día en la vida de una persona”, comenta Peña. También está “Música para jazz octeto”, del clarinetista Rodrigo Tapia, un trabajo de amplias dimensiones en la composición y nuevos nombres para escuchar.
Arquitectura del sonido
El trompetista Juan Pablo Salvo reúne a un contingente de muy jóvenes músicos para el hardbop de su álbum “Chincol”. Discos Pendiente lanza “Far away” y “Mixture”, dos series grabadas en Múnich por el pianista Sebastián Castro, mientras que Animales en la Vía pone en circulación “All the wrong notes”, del vibrafonista Diego Urbano y su trío estadounidense, y “Django Jara”, el noveno disco del guitarrista Diego Aguirre en nueve años, desde la francesa Huningue. Su hermano saxofonista, Rodrigo Aguirre, se estrena como líder con “Tal cual”, un trabajo para cuarteto donde comparte espacios con el guitarrista Diego Farías, quien también lidera el disco “The living cuarteto”. Fue grabado en una sala de estar antes de la pandemia. Su lema parece ser “quédate en casa”.
Las fronteras se amplían en la música moderna, como en el caso de “Jazz peñy en New York”, del pianista César Ibacache y el saxofonista Maxi Alarcón, donde el jazz se encuentra frente a frente con las raíces mapuches. Pero más en evidencia queda esto con “Cinema tornamesa”, disco jazzístico de DJ Spacio (Carlos Meza). “Vengo del hip-hop como beatmaker. Trabajé las maquetas con samples y una antigua máquina MPC. Luego vinieron los músicos de jazz para reconstruir todo ello y llevarlo mucho más allá con su sensibilidad y virtuosismo”, cuenta sobre el disco donde tocan Sebastián Jordán (trompeta), Cristián Gallardo (saxofón), Raimundo Santander (guitarra) y Milton Russell (contrabajo).
Mañana: Ciclo de música y poesía con el pianista Roberto Bravo
El Mercurio
La Corporación Cultural de Las Condes presenta al destacado pianista nacional con cápsulas que reúnen poemas de autores chilenos y extranjeros, acompañados al piano. Este encuentro se presentará mañana y el próximo sábado 29, a las 19:00 horas, gratis, en Culturallascondes.cl y en el canal de YouTube de la Corporación Cultural. Mañana habrá poemas de Gabriela Mistral, Rabindranath Tagore y Rumi, acompañados por música de J. S. Bach, Yiruma (Corea) y Joe Hisaishi (Japón).
La Corporación Cultural de Las Condes presenta al destacado pianista nacional con cápsulas que reúnen poemas de autores chilenos y extranjeros, acompañados al piano. Este encuentro se presentará mañana y el próximo sábado 29, a las 19:00 horas, gratis, en Culturallascondes.cl y en el canal de YouTube de la Corporación Cultural. Mañana habrá poemas de Gabriela Mistral, Rabindranath Tagore y Rumi, acompañados por música de J. S. Bach, Yiruma (Corea) y Joe Hisaishi (Japón).
jueves, agosto 20, 2020
Biógrafa de Sandro: “No es casualidad el nuevo tema… Se descubrió cuando él tuvo ganas”
El Mercurio
Graciela Guiñazú habla de la canción inédita del artista, estrenada ayer, justo cuando el fallecido ídolo argentino hubiera cumplido 75 años.
José Vásquez
El anuncio de un nuevo tema de Sandro fue sorpresivo, incluso para su familia. Graciela Guiñazú, periodista y biógrafa del cantante, autora de “Sandro de América”, libro que repasa la historia del artista, cuenta que su viuda, Olga Garaventa, y los suyos, se enteraron de la existencia de “No te vayas todavía”, la canción inédita que se estrenó ayer, apenas diez días atrás.
“Él tenía un lado místico muy fuerte y no creía en las casualidades, para él no existían, por eso esto me resulta una sorpresa maravillosa que literalmente cayó del cielo”, cuenta a este diario Guiñazú sobre este lanzamiento que se liberó ayer, justo cuando el fallecido ídolo argentino hubiera cumplido 75 años y sus “nenas” ––como les llamaba a sus seguidoras–– no iban a poder celebrarlo como cada año lo han seguido haciendo, reuniéndose en las afueras de su hogar en Banfield.
La pandemia esa vez fue el impedimento para un ritual que a cambio, en esta sincronía que consideran divina, se recordará con nueva música. “Sandro volvió para estar con nosotros este 19 de agosto, cuando nosotros no íbamos a poder estar con él”, señala la biógrafa.
Este 2020 iba a ser especial para los seguidores del cantante, que ya habían marcado el calendario como el “Año de Sandro”, recordando en enero los 10 años de su muerte, en abril, los 50 años de su debut en el Madison Square Garden de Nueva York y ahora, también en agosto, además de su cumpleaños, los 50 años del estreno de su película “Muchacho”.
La canción “No te vayas…” fue rescatada de un casete que contenía otros tres temas, que fueron publicados en distintos momentos de su carrera. “Yo te haré mujer” y “Yo la necesito” aparecieron en “Vengo a ocupar mi lugar” (1984) y el otro, “Qué sabes del amor”, que fue grabado luego con otro nombre, “Es mucho más mujer”, en la edición estadounidense del mismo disco. “No se sabe con certeza a qué fecha corresponde esta grabación inédita, pero por mi investigación, sería también de 1984”, dice Guiñazú.
El casete en cuestión estaba en poder de Rubén Aguilera, arreglador y director musical de la voz de “Tengo” entre 1981 y 1991, y fue su hijo Jon junto a Nelson Pombal el que revisando el material dio con el hallazgo. “Por eso no es casualidad que el nuevo tema llegue ahora… Se descubrió cuando él tuvo ganas, no hay otra explicación. Ese casete estuvo dormido 36 años y apareció de golpe ahora, en un momento tan especial”, explica Guiñazú.
La canción, apunta la escritora, tuvo una fugaz aparición sonora en la Teletón de Chile de 1988 cuando él participó. “Él debió tener la melodía en su cabeza, porque esa vez cantó el tema, pero con otra letra, hablando de la infancia de los niños”, cuenta la argentina, quien da las razones que explicarían el que no se haya publicado antes. “Pasa, como me dijo Rubén (Aguilera), que a veces para un disco tenían demasiados temas o no reunía los aspectos estéticos de ese material”.
Hoy la posibilidad de encontrar nuevas canciones sigue abierta. “Eso no se descarta, se están revisando las cintas, pero también es necesario que tengan la calidad suficiente para ser restauradas”, plantea la escritora. Por ahora, “No te vayas…” será parte de un próximo álbum de Sandro editado por Sony Music y que incluirá nuevas versiones de sus éxitos, el que será lanzado próximamente.
Graciela Guiñazú habla de la canción inédita del artista, estrenada ayer, justo cuando el fallecido ídolo argentino hubiera cumplido 75 años.
José Vásquez
El anuncio de un nuevo tema de Sandro fue sorpresivo, incluso para su familia. Graciela Guiñazú, periodista y biógrafa del cantante, autora de “Sandro de América”, libro que repasa la historia del artista, cuenta que su viuda, Olga Garaventa, y los suyos, se enteraron de la existencia de “No te vayas todavía”, la canción inédita que se estrenó ayer, apenas diez días atrás.
“Él tenía un lado místico muy fuerte y no creía en las casualidades, para él no existían, por eso esto me resulta una sorpresa maravillosa que literalmente cayó del cielo”, cuenta a este diario Guiñazú sobre este lanzamiento que se liberó ayer, justo cuando el fallecido ídolo argentino hubiera cumplido 75 años y sus “nenas” ––como les llamaba a sus seguidoras–– no iban a poder celebrarlo como cada año lo han seguido haciendo, reuniéndose en las afueras de su hogar en Banfield.
La pandemia esa vez fue el impedimento para un ritual que a cambio, en esta sincronía que consideran divina, se recordará con nueva música. “Sandro volvió para estar con nosotros este 19 de agosto, cuando nosotros no íbamos a poder estar con él”, señala la biógrafa.
Este 2020 iba a ser especial para los seguidores del cantante, que ya habían marcado el calendario como el “Año de Sandro”, recordando en enero los 10 años de su muerte, en abril, los 50 años de su debut en el Madison Square Garden de Nueva York y ahora, también en agosto, además de su cumpleaños, los 50 años del estreno de su película “Muchacho”.
La canción “No te vayas…” fue rescatada de un casete que contenía otros tres temas, que fueron publicados en distintos momentos de su carrera. “Yo te haré mujer” y “Yo la necesito” aparecieron en “Vengo a ocupar mi lugar” (1984) y el otro, “Qué sabes del amor”, que fue grabado luego con otro nombre, “Es mucho más mujer”, en la edición estadounidense del mismo disco. “No se sabe con certeza a qué fecha corresponde esta grabación inédita, pero por mi investigación, sería también de 1984”, dice Guiñazú.
El casete en cuestión estaba en poder de Rubén Aguilera, arreglador y director musical de la voz de “Tengo” entre 1981 y 1991, y fue su hijo Jon junto a Nelson Pombal el que revisando el material dio con el hallazgo. “Por eso no es casualidad que el nuevo tema llegue ahora… Se descubrió cuando él tuvo ganas, no hay otra explicación. Ese casete estuvo dormido 36 años y apareció de golpe ahora, en un momento tan especial”, explica Guiñazú.
La canción, apunta la escritora, tuvo una fugaz aparición sonora en la Teletón de Chile de 1988 cuando él participó. “Él debió tener la melodía en su cabeza, porque esa vez cantó el tema, pero con otra letra, hablando de la infancia de los niños”, cuenta la argentina, quien da las razones que explicarían el que no se haya publicado antes. “Pasa, como me dijo Rubén (Aguilera), que a veces para un disco tenían demasiados temas o no reunía los aspectos estéticos de ese material”.
Hoy la posibilidad de encontrar nuevas canciones sigue abierta. “Eso no se descarta, se están revisando las cintas, pero también es necesario que tengan la calidad suficiente para ser restauradas”, plantea la escritora. Por ahora, “No te vayas…” será parte de un próximo álbum de Sandro editado por Sony Music y que incluirá nuevas versiones de sus éxitos, el que será lanzado próximamente.
miércoles, agosto 19, 2020
Burna Boy, la sensación africana que enfrenta el racismo con su nuevo álbum
El Mercurio
El músico nigeriano acaba de lanzar “Twice as Tall”, que incluye una colaboración con Chris Martin, el líder de Coldplay, y que defiende como un disco sobre “la lucha por la libertad”.
José Vásquez
La música para Burna Boy (29) es definida por él como un misterio espiritual. El actual suceso nigeriano sobrevuela a gran altura su momento de mayor atención artística a una carrera discográfica que comenzó en 2011 con un par de mixtapes y que ahora con su último álbum, el quinto de estudio, “Twice as Tall”, lanzado el jueves pasado, acapara un interés mediático que The New York Times ha planteado que “tiene a todo el mundo escuchándolo”.
Un éxito que el cantante explica al diario estadounidense es generado de una manera poco convencional. “Nunca he tomado un papel y un lápiz para componer una canción en mi vida”, reveló y agregó que “todo simplemente viene a mí, como si alguien estuviera parado allí señalándome qué decir”.
Pero más allá de la particular explicación sobre el origen de su música, algo concreto en Burna Boy es que su carrera solo ha ido en ascenso, sobre todo en estos dos últimos años, colaborando en los trabajos de populares voces como Beyoncé, Lily Allen y Sam Smith y sacando dos discos, separados por prácticamente solo 12 meses, que lo instalaron como un nuevo referente musical de su país.
“African Giant” (2019) ––nominado al Grammy como Mejor Álbum de World Music–– y su reciente estreno “Twice as…”, donde invitó a figuras como el rapero británico Stormzy, la estrella de la canción senegalesa Youssou N'Dour y a Chris Martin, lo tienen de vuelta en el mercado con una grabación que otra vez fue recibida con muy buenas críticas.
La estrella nigeriana que transita entre el hip hop, el reggae y el dancehall define su música como “Afrofusión”, separando aguas con el característico “Afrobeats” que envuelve a la electrónica y el pop de su país. Un mestizaje sonoro, nutrido por los años que ha vivido en Londres y cuyas sus raíces defiende principalmente a través de sus letras, que tienen en “Monsters You Made”, el tema que grabó junto al líder de Colplay, como uno de los emblemas de su lucha.
La canción le sube los decibeles al popular beat jamaiquino para dar lista a los problemas históricos que han enfrentado los africanos en el mundo, desde el racismo al saqueo de recursos y tierras. “Cuando han estado trabajando como esclavos para obtener un salario mínimo”, canta el nieto del mánager de Fela Kuti, que agrega “te das la vuelta y los culpas por su ira y por su rabia”.
“Esa canción viene con mucha ira y dolor. Yo tengo que ser testigo de primera fuente de lo que pasa mi gente y cómo se ven a sí mismos”, dijo a The New York Times, exponiendo una problemática que, asegura, se traspasa a otras culturas. “Simplemente trato de mezclar todo eso y dejar en claro que todos estamos pasando por los mismos problemas, solo que hablamos distintos idiomas”, planteó al hablar de un disco que ha definido como “la lucha por la libertad”.
Periódicos británicos como The Daily Telegraph y The Guardian le otorgaron 4 de 5 estrellas a su último trabajo. “Es mejor que los guardianes de la música occidental hagan algo de espacio”, publicó el primero y el segundo destacó que “en la era de internet, los estilos globales de música negra deben ser adoptados, no rehuidos”, instando a abrir las fronteras sonoras a África.
El músico nigeriano acaba de lanzar “Twice as Tall”, que incluye una colaboración con Chris Martin, el líder de Coldplay, y que defiende como un disco sobre “la lucha por la libertad”.
José Vásquez
La música para Burna Boy (29) es definida por él como un misterio espiritual. El actual suceso nigeriano sobrevuela a gran altura su momento de mayor atención artística a una carrera discográfica que comenzó en 2011 con un par de mixtapes y que ahora con su último álbum, el quinto de estudio, “Twice as Tall”, lanzado el jueves pasado, acapara un interés mediático que The New York Times ha planteado que “tiene a todo el mundo escuchándolo”.
Un éxito que el cantante explica al diario estadounidense es generado de una manera poco convencional. “Nunca he tomado un papel y un lápiz para componer una canción en mi vida”, reveló y agregó que “todo simplemente viene a mí, como si alguien estuviera parado allí señalándome qué decir”.
Pero más allá de la particular explicación sobre el origen de su música, algo concreto en Burna Boy es que su carrera solo ha ido en ascenso, sobre todo en estos dos últimos años, colaborando en los trabajos de populares voces como Beyoncé, Lily Allen y Sam Smith y sacando dos discos, separados por prácticamente solo 12 meses, que lo instalaron como un nuevo referente musical de su país.
“African Giant” (2019) ––nominado al Grammy como Mejor Álbum de World Music–– y su reciente estreno “Twice as…”, donde invitó a figuras como el rapero británico Stormzy, la estrella de la canción senegalesa Youssou N'Dour y a Chris Martin, lo tienen de vuelta en el mercado con una grabación que otra vez fue recibida con muy buenas críticas.
La estrella nigeriana que transita entre el hip hop, el reggae y el dancehall define su música como “Afrofusión”, separando aguas con el característico “Afrobeats” que envuelve a la electrónica y el pop de su país. Un mestizaje sonoro, nutrido por los años que ha vivido en Londres y cuyas sus raíces defiende principalmente a través de sus letras, que tienen en “Monsters You Made”, el tema que grabó junto al líder de Colplay, como uno de los emblemas de su lucha.
La canción le sube los decibeles al popular beat jamaiquino para dar lista a los problemas históricos que han enfrentado los africanos en el mundo, desde el racismo al saqueo de recursos y tierras. “Cuando han estado trabajando como esclavos para obtener un salario mínimo”, canta el nieto del mánager de Fela Kuti, que agrega “te das la vuelta y los culpas por su ira y por su rabia”.
“Esa canción viene con mucha ira y dolor. Yo tengo que ser testigo de primera fuente de lo que pasa mi gente y cómo se ven a sí mismos”, dijo a The New York Times, exponiendo una problemática que, asegura, se traspasa a otras culturas. “Simplemente trato de mezclar todo eso y dejar en claro que todos estamos pasando por los mismos problemas, solo que hablamos distintos idiomas”, planteó al hablar de un disco que ha definido como “la lucha por la libertad”.
Periódicos británicos como The Daily Telegraph y The Guardian le otorgaron 4 de 5 estrellas a su último trabajo. “Es mejor que los guardianes de la música occidental hagan algo de espacio”, publicó el primero y el segundo destacó que “en la era de internet, los estilos globales de música negra deben ser adoptados, no rehuidos”, instando a abrir las fronteras sonoras a África.
Registro en cuatro episodios: El Gran Concierto por la Hermandad a la pantalla
El Mercurio
El documental “Cuatro mujeres en sinfonía” expone las dimensiones y significados de un hito en la música reciente.
IÑIGO DÍAZ
“Me cuesta mucho entender una postura como esa”, dice la directora de orquesta Alejandra Urrutia, actual titular de la Orquesta de Cámara del Municipal de Santiago, respecto de un tema de debate que terminó siendo decisivo para ella y para el proyecto que encabezó: la inmigración en Chile vista como un problema. De ahí surgió la idea de un concierto sinfónico que celebrara la unidad en la diversidad.
Así, esa reflexión se transformó en el Gran Concierto por la Hermandad, efectuado en la Estación Mapocho antes de la pandemia y antes del estallido social. Se trata de un proyecto llevado a cabo por Alejandra Urrutia en la dirección y otras tres mujeres, que se podrá conocer a través del documental “Cuatro mujeres en sinfonía”, realizado por La Ventana Cine y que da cuenta de los alcances que tuvo esa jornada de enero de 2019.
La primera parte de cuatro capítulos fue estrenada hace una semana en las plataformas digitales de Súbela Radio. Se puede ver descargando la aplicación Súbela App para iPhone (disponible para dispositivos Android desde el 30 de agosto). Allí se exhiben no solo las dimensiones de la experiencia con esa Novena sinfonía de Beethoven en vivo, sino todos los significados detrás de un concierto subtitulado “La música como territorio común”.
“Organizamos una orquesta con 115 músicos y abrimos una convocatoria para que el coro fuera formado por ciudadanos, inmigrantes de distintos países y chilenos unidos en un espacio común. Llegaron muchísimas solicitudes y solo pudimos tener a 200 voces”, recuerda Urrutia. Bajo la dirección de Paula Elgueta, una de las cuatro mujeres en sintonía y en sinfonía, junto con las curadoras Caroline Ward y Angélica Fanjul, el elenco coral ensayó durante seis meses.
A los que partieron
“El resultado en el escenario fue muy conmovedor. Fuera de él fue muy solidario: financiamos el proyecto con apoyo de la propia gente, en una campaña de ‘una luca por nuca'. El Concierto por la Hermandad perteneció a todos”, comenta Angélica Fanjul. Ella y sus compañeras en el proyecto protagonizan lateralmente los capítulos restantes del documental, que se liberarán el 27 de agosto y el 10 y el 24 de septiembre.
Esa Novena sinfonía estrenó la serie de conciertos. Este verano se realizó una segunda parte, con la Sinfonía N° 2 de Mahler. Y el equipo gestor ya está enfocado en un tercer Gran Concierto por la Hermandad, a la espera de la evolución sanitaria en Chile y la definición de las medidas de seguridad para los próximos tiempos.
“Elegimos el Réquiem alemán de Brahms, una obra de 1868 para orquesta, coro, soprano y barítono. El mismo Brahms decía que era una música para honrar a los que se van y consolar a los que se quedan. Será un momento para recordar a quienes han partido debido a la pandemia”, cierra Alejandra Urrutia.
El documental “Cuatro mujeres en sinfonía” expone las dimensiones y significados de un hito en la música reciente.
IÑIGO DÍAZ
“Me cuesta mucho entender una postura como esa”, dice la directora de orquesta Alejandra Urrutia, actual titular de la Orquesta de Cámara del Municipal de Santiago, respecto de un tema de debate que terminó siendo decisivo para ella y para el proyecto que encabezó: la inmigración en Chile vista como un problema. De ahí surgió la idea de un concierto sinfónico que celebrara la unidad en la diversidad.
Así, esa reflexión se transformó en el Gran Concierto por la Hermandad, efectuado en la Estación Mapocho antes de la pandemia y antes del estallido social. Se trata de un proyecto llevado a cabo por Alejandra Urrutia en la dirección y otras tres mujeres, que se podrá conocer a través del documental “Cuatro mujeres en sinfonía”, realizado por La Ventana Cine y que da cuenta de los alcances que tuvo esa jornada de enero de 2019.
La primera parte de cuatro capítulos fue estrenada hace una semana en las plataformas digitales de Súbela Radio. Se puede ver descargando la aplicación Súbela App para iPhone (disponible para dispositivos Android desde el 30 de agosto). Allí se exhiben no solo las dimensiones de la experiencia con esa Novena sinfonía de Beethoven en vivo, sino todos los significados detrás de un concierto subtitulado “La música como territorio común”.
“Organizamos una orquesta con 115 músicos y abrimos una convocatoria para que el coro fuera formado por ciudadanos, inmigrantes de distintos países y chilenos unidos en un espacio común. Llegaron muchísimas solicitudes y solo pudimos tener a 200 voces”, recuerda Urrutia. Bajo la dirección de Paula Elgueta, una de las cuatro mujeres en sintonía y en sinfonía, junto con las curadoras Caroline Ward y Angélica Fanjul, el elenco coral ensayó durante seis meses.
A los que partieron
“El resultado en el escenario fue muy conmovedor. Fuera de él fue muy solidario: financiamos el proyecto con apoyo de la propia gente, en una campaña de ‘una luca por nuca'. El Concierto por la Hermandad perteneció a todos”, comenta Angélica Fanjul. Ella y sus compañeras en el proyecto protagonizan lateralmente los capítulos restantes del documental, que se liberarán el 27 de agosto y el 10 y el 24 de septiembre.
Esa Novena sinfonía estrenó la serie de conciertos. Este verano se realizó una segunda parte, con la Sinfonía N° 2 de Mahler. Y el equipo gestor ya está enfocado en un tercer Gran Concierto por la Hermandad, a la espera de la evolución sanitaria en Chile y la definición de las medidas de seguridad para los próximos tiempos.
“Elegimos el Réquiem alemán de Brahms, una obra de 1868 para orquesta, coro, soprano y barítono. El mismo Brahms decía que era una música para honrar a los que se van y consolar a los que se quedan. Será un momento para recordar a quienes han partido debido a la pandemia”, cierra Alejandra Urrutia.
martes, agosto 18, 2020
Los nuevos acordes de Melissa Aldana
El Mercurio
Hace diez años la jazzista se radicó en Nueva York y se abrió paso en la escena musical, ganó competencias y se consagró en escenarios de prestigio mundial. Hoy habla de lo más duro de vivir el apagón de la ciudad y de cómo se reinventa en una metrópolis sin espectáculos.
Por Muriel Alarcón desde Nueva York. Ilustración: Francisco Javier Olea.
Casi llegando a Prospect Park por Lincoln Road, colgando de las escaleras de emergencias de sus edificios, en lienzos pintados se leen mensajes como: “Cancelen el pago de la renta” y “Las vidas de los negros importan”. Frente a la ventana corredera de un camión rosado, que parece como de juguete, cinco personas hacen fila con distanciamiento social para comprar un cono de helado.
—Vengo todas las mañanas y las tardes aquí. Es sagrado, necesito mucho la naturaleza, me hace muy bien —dice Melissa Aldana, 31 años, una de las saxofonistas más respetadas de Nueva York.
Son las 8 de la noche y el sol y la humedad pegan todavía fuerte. Melissa camina a paso rápido, ocupando una mascarilla negra y se adentra a Prospect Park, el Central Park de Brooklyn, lleno de árboles, sombras, puentes de piedra y calles serpenteantes recorridas por ciclistas. Aquí pasa gran parte de sus días, después de un confinamiento voluntario que la tuvo cerca de cuatro meses varada en la misma ciudad.
En Nueva York, donde vive hace diez años, la cuarentena siempre fue un asunto opcional para sus residentes. Incluso cuando, en abril, se convirtió en el foco mundial de la pandemia del coronavirus, con 800 muertes reportadas a diario, y luego, en mayo, fuera uno de los puntos de las movilizaciones ciudadanas en respuesta al racismo policial tras el asesinato de George Floyd.
A Prospect Park, Melissa viene a caminar. También a tocar el saxofón con sus músicos en un rincón al que solo ellos saben llegar. Melissa y sus músicos tocan, pero sin público.
—Poder volver a hacerlo es un privilegio. Me ha hecho muy bien para el espíritu. Me ha motivado mucho. Estoy contenta y agradecida por tener esto, que es un contexto, con lo que estoy estudiando y con lo que estoy tratando de hacer.
***
Si las cosas hubiesen sido como estaban planificadas, este 2020 su saxofón la habría llevado a países como Finlandia, Alemania, Italia o Inglaterra, entre otros. Pero Melissa Aldana no tiene planes de moverse. Estos meses de encierro su vida ha transcurrido entre conciertos y festivales online, Lives en los que mantiene conversaciones en línea con sus seguidores y clases particulares por Zoom y Skype que ella misma promociona por sus redes sociales a chilenos, pero también a aprendices de otras partes.
—Me gusta mucho enseñar. No es un problema. Aprendo mucho teniendo que hacer clases a buenos y a malos estudiantes.
A Brooklyn llegó a vivir hace solo unas semanas, cuando abandonó el departamento en el que vivía en Harlem, a unas cuadras del río Hudson, para venirse a vivir a una pieza en la casa de su amiga, la músico Camila Meza, al otro costado de la ciudad. “Se siente como que hay una comunidad”, dice de su nuevo barrio.
—Tengo muchos amigos chilenos que viven por acá. Amigos americanos. Amigos de todas partes. Veo a gente todos los días. Dentro de todo se siente como más en casa.
Antes del confinamiento por la pandemia, Melissa dio su último concierto en vivo el 14 de marzo pasado. Entonces volcó su vida profesional puertas adentro. Con presentaciones suspendidas y salas de jazz de culto cerradas hasta nuevo aviso, el apagón temporal de la ciudad para ella “ha sido un shock”.
—Para mí es muy nuevo darme cuenta de que (el lugar) por el que uno ha luchado toda su vida ya no existe. Nueva York, (la ciudad) por la cual yo me mudé, en la cual yo he vivido tantos años, ya no existe. ¿Qué quiero hacer? ¿Dónde quiero vivir? No sé. Mentiría si digo: “esto es lo que pienso”. Son muchas cosas en las que pienso.
Por estos días recibe invitaciones de clubes de jazz legendarios de la ciudad como el Smalls, en el Greenwich Village (reconocido, entre músicos, como el semillero de nuevos talentos), y Jazz Gallery, un centro cultural de jazz en el midtown (que funciona en el quinto piso de un edificio de la calle Broadway). Este último ofrece residencias y talleres, y a Melissa le gustaba venir cuando todavía se podía ver jazz en vivo. Ahora estos lugares han innovado en su formato, tal como lo han hecho algunos eventos deportivos. Organizan espectáculos en sus locales, sobre sus icónicos escenarios, y ocupando la iluminación baja de siempre, pero al modo pandémico: sin público ni aplausos.
—Con todo lo que estamos viviendo, estoy muy contenta de tener la posibilidad de tocar. He estado pasando por un proceso más personal y musical, entonces no me estoy preocupando ni cómo es (el presente) o cómo va a ser el futuro. Estoy intentando vivir el día a día. No es algo que me lo haya planteado. Nueva York no va a ser el mismo, pero el mundo no va a ser el mismo tampoco. ¿Cómo puedo tratar de aprovechar este tiempo para que no pase en vano a nivel personal y a nivel musical? Pienso cómo puede estar presente (este momento), en vez de estar preocupada de lo que va a pasar o no. Creo que es la forma más sana de llevar esta situación.
***
Melissa Aldana aprendió el jazz gracias a su papá, el saxofonista chileno Marcos Aldana, hijo del saxofonista Kiko Aldana, director de la banda de música tropical Huambaly.
—Pero de mi abuelo no me acuerdo. Él murió cuando yo era muy chica —dice Melissa Aldana, quien creció en una casa antigua, en la comuna de Independencia, escuchando a Charlie Parker y a John Coltrane. Su padre montaba ahí su academia musical.
—Nunca tuve una buena relación con Marcos. Crecí con un asunto familiar medio conflictivo que yo creo fue el empujón grande para irme a Estados Unidos y no querer volver más. Yo creo fue un escape de Marcos y de la familia. Ahora tengo una muy buena relación con mi mamá y con mi hermana, pero con él no tengo ninguna —dice y luego agrega:
—Él me enseñó a tocar saxo, pero eso no significa que yo tenga que tener una relación con él o estar agradecida, porque yo no sé quién es. No nos conocemos.
Melissa Aldana llegó a vivir a Nueva York una semana después de haberse graduado de Berklee College of Music en Boston, Massachusetts, la universidad de música contemporánea más grande del mundo, con una lista larga de exalumnos ganadores de premios como el Grammy, Emmy y Tony Awards. Había llegado a vivir a Estados Unidos en 2007 becada, tras intensos años de estudio en Chile.
Tenía 21, tenía el talento y tenía la determinación de que su viaje era uno sin retorno.
—Cuando yo tomé el avión desde Chile para venirme, sabía que no iba a volver. Yo creo que en gran parte es porque no tengo ese apego familiar. Siempre he estado sola. Esa transición no fue tan difícil. Lo que me costó mucho fue aprender a hablar inglés. Y luego acostumbrarme a la cultura, y entenderme yo como adulta, crecer, entender relaciones, con amigos, como el típico desarrollo.
Reconoce que a Nueva York “se mudó súper a las locas”.
—No lo haría así de nuevo.
Para integrarse al circuito, empezó a tocar todas las noches en Smalls.
—Fue mi inicio en Nueva York. Fue como conocí gente, como empecé a tocar conciertos, como empecé a armarme y a crecer.
En 2013 ganó el Thelonious Monk, la competencia de jazz mundial más importante para menores de treinta años. Fue la primera sudamericana y la primera mujer instrumentista en conseguirlo. Y su nombre pasó a sonar en circuitos más sénior, en los que le empezaron a pedir ‘exclusividad'.
—Pero yo siempre trato de negar el hecho de que ‘porque soy mujer' debería estar orgullosa por el Thelonious Monk. Siempre he querido que me consideren más como músico. Yo estaba en el lugar adecuado en el momento preciso. Eso abrió muchas más puertas rápido.
El premio le permitió ahorrar, comprarse un piano, estabilizarse y la puso en el mapa de los talentos que hay que mirar. Hoy está a la espera de presentarse online en 2021 en el Village Vanguard, un club abierto en Greenwich Village en 1935. De acuerdo con The New York Times “el mejor club de jazz en Nueva York y posiblemente de cualquier lugar”, donde se han presentado leyendas como John Coltrane y Bill Evans. A pesar de cerrar el 16 de marzo —tres semanas después de su cumpleaños número 85—, para ella hoy significa su máximo orgullo.
—Es como lo mejor que te puede pasar como músico de jazz aquí en Nueva York. Es un lugar donde se grabaron los discos de jazz más importantes, es donde todos mis héroes tocaron.
***
Melissa aparece en un cuadrado por Zoom con su saxofón dorado. Delgada y minúscula, sentada de cara a su computador, audífonos inalámbricos negros, con el pelo tomado, los ojos cerrados, el ceño fruncido, las cejas arqueadas, toca con fuerza la balada “Spring can really hang you up the most”, original de la poeta y compositora estadounidense Fran Landesman. Los auditores de su live-stream se multiplican en segundos. 103, 180, 208.
—Lo sentimos mucho. Teníamos muchas ganas de estar ahí con ustedes presentando nuestro último proyecto —dice Melissa a sus auditores virtuales. La acompañan, en pantalla, los músicos estadounidenses Sam Harris, Joel Ross y Kush Abadey, también desde lo que parece el living de sus casas.
Su más reciente proyecto es “Visions”, un álbum musical inspirado en la obra de Frida Kahlo y que incluye la improvisación del solo que la llevó a ser nominada este año a los premios Grammy en la categoría de Best Improvised Jazz Solo. “Visions” es también el resultado de un trabajo terapéutico.
—Es como abrazar tu historia, y representarla en el arte. Yo no tengo la familia ideal, pero esta soy yo. Esta es Melissa. Y el hecho de no haber tenido un suelo firme me permitió crecer y ser madura desde chica. Yo partí de la nada en Nueva York. Saber que no iba a contar con nadie si me pasaba cualquier cosa, me hizo fortalecerme desde chica, y estar clara en lo que quería hacer.
Un auditor virtual le pregunta: “Cuando compones, ¿confías más en tu inspiración o en la experimentación?”
—Yo creo que en la experimentación —dice ella, muy atenta a la cámara —. Quiero decir, obviamente hay días donde me siento y puedo escuchar, y todo fluye muy fácilmente, pero eso no ocurre siempre. Lo trato y soy disciplinada con esto. Tiene que ver con compromiso y con tratar de sacar ideas cada día.
Pero Melissa dice, más tarde, en privado, que le cuesta. No le ha sido fácil compartir su proceso personal en estas “sesiones” online que en tiempos pandémicos se han convertido en el lugar donde los músicos hoy se muestran en pantalla sin sus instrumentos.
—Me ha costado. Porque todo el proceso (creativo) es súper personal. Me siento como muy desnuda frente a la audiencia. Qué es lo que estás haciendo, qué es lo que estás estudiando. Yo estoy como en un período donde uno está con uno mismo, replantéandose y tratando de mejorar. Compartirlo se me hace difícil.
Melissa dice que estos meses se ha vuelto a conectar con la primera vez que tocó saxofón.
—Con ese mismo sentimiento que uno tiene de niño cuando está enamorado del instrumento. Recuerdo cuando quería practicar, absorber información y saber lo que más pudiera. Si bien siempre practico, hoy lo hago en una forma más profunda y consciente. Me he vuelto a encontrar con esa esencia del músico y de su instrumento.
Cuando empezó la cuarentena, meses atrás, imaginó que este sería un tiempo disciplinado, con prácticas diarias de diez horas y un período “de aprender esto y esto otro”.
—Yo me he sentido forzada a lidiar con cosas a las que hasta ahora no me había visto enfrentada, por la vida que llevaba, siempre viajando o trabajando. Ahora estoy tratando de estar sana. Haciendo ejercicios. Tratando de hacer lo que sea que me ayude a mantener mi mente estable y positiva.
La pausa —la de ella y la de la ciudad— la ha llevado a ver en su encierro una oportunidad.
—Evado mucho las cosas. Y este es un buen momento para pensar en mí misma. Aunque lo creas o no, siendo tan independiente, como que me cuesta mucho estar en silencio y tener tiempo para pensar. Es un privilegio como artista poder tenerlo.
Hace diez años la jazzista se radicó en Nueva York y se abrió paso en la escena musical, ganó competencias y se consagró en escenarios de prestigio mundial. Hoy habla de lo más duro de vivir el apagón de la ciudad y de cómo se reinventa en una metrópolis sin espectáculos.
Por Muriel Alarcón desde Nueva York. Ilustración: Francisco Javier Olea.
Casi llegando a Prospect Park por Lincoln Road, colgando de las escaleras de emergencias de sus edificios, en lienzos pintados se leen mensajes como: “Cancelen el pago de la renta” y “Las vidas de los negros importan”. Frente a la ventana corredera de un camión rosado, que parece como de juguete, cinco personas hacen fila con distanciamiento social para comprar un cono de helado.
—Vengo todas las mañanas y las tardes aquí. Es sagrado, necesito mucho la naturaleza, me hace muy bien —dice Melissa Aldana, 31 años, una de las saxofonistas más respetadas de Nueva York.
Son las 8 de la noche y el sol y la humedad pegan todavía fuerte. Melissa camina a paso rápido, ocupando una mascarilla negra y se adentra a Prospect Park, el Central Park de Brooklyn, lleno de árboles, sombras, puentes de piedra y calles serpenteantes recorridas por ciclistas. Aquí pasa gran parte de sus días, después de un confinamiento voluntario que la tuvo cerca de cuatro meses varada en la misma ciudad.
En Nueva York, donde vive hace diez años, la cuarentena siempre fue un asunto opcional para sus residentes. Incluso cuando, en abril, se convirtió en el foco mundial de la pandemia del coronavirus, con 800 muertes reportadas a diario, y luego, en mayo, fuera uno de los puntos de las movilizaciones ciudadanas en respuesta al racismo policial tras el asesinato de George Floyd.
A Prospect Park, Melissa viene a caminar. También a tocar el saxofón con sus músicos en un rincón al que solo ellos saben llegar. Melissa y sus músicos tocan, pero sin público.
—Poder volver a hacerlo es un privilegio. Me ha hecho muy bien para el espíritu. Me ha motivado mucho. Estoy contenta y agradecida por tener esto, que es un contexto, con lo que estoy estudiando y con lo que estoy tratando de hacer.
***
Si las cosas hubiesen sido como estaban planificadas, este 2020 su saxofón la habría llevado a países como Finlandia, Alemania, Italia o Inglaterra, entre otros. Pero Melissa Aldana no tiene planes de moverse. Estos meses de encierro su vida ha transcurrido entre conciertos y festivales online, Lives en los que mantiene conversaciones en línea con sus seguidores y clases particulares por Zoom y Skype que ella misma promociona por sus redes sociales a chilenos, pero también a aprendices de otras partes.
—Me gusta mucho enseñar. No es un problema. Aprendo mucho teniendo que hacer clases a buenos y a malos estudiantes.
A Brooklyn llegó a vivir hace solo unas semanas, cuando abandonó el departamento en el que vivía en Harlem, a unas cuadras del río Hudson, para venirse a vivir a una pieza en la casa de su amiga, la músico Camila Meza, al otro costado de la ciudad. “Se siente como que hay una comunidad”, dice de su nuevo barrio.
—Tengo muchos amigos chilenos que viven por acá. Amigos americanos. Amigos de todas partes. Veo a gente todos los días. Dentro de todo se siente como más en casa.
Antes del confinamiento por la pandemia, Melissa dio su último concierto en vivo el 14 de marzo pasado. Entonces volcó su vida profesional puertas adentro. Con presentaciones suspendidas y salas de jazz de culto cerradas hasta nuevo aviso, el apagón temporal de la ciudad para ella “ha sido un shock”.
—Para mí es muy nuevo darme cuenta de que (el lugar) por el que uno ha luchado toda su vida ya no existe. Nueva York, (la ciudad) por la cual yo me mudé, en la cual yo he vivido tantos años, ya no existe. ¿Qué quiero hacer? ¿Dónde quiero vivir? No sé. Mentiría si digo: “esto es lo que pienso”. Son muchas cosas en las que pienso.
Por estos días recibe invitaciones de clubes de jazz legendarios de la ciudad como el Smalls, en el Greenwich Village (reconocido, entre músicos, como el semillero de nuevos talentos), y Jazz Gallery, un centro cultural de jazz en el midtown (que funciona en el quinto piso de un edificio de la calle Broadway). Este último ofrece residencias y talleres, y a Melissa le gustaba venir cuando todavía se podía ver jazz en vivo. Ahora estos lugares han innovado en su formato, tal como lo han hecho algunos eventos deportivos. Organizan espectáculos en sus locales, sobre sus icónicos escenarios, y ocupando la iluminación baja de siempre, pero al modo pandémico: sin público ni aplausos.
—Con todo lo que estamos viviendo, estoy muy contenta de tener la posibilidad de tocar. He estado pasando por un proceso más personal y musical, entonces no me estoy preocupando ni cómo es (el presente) o cómo va a ser el futuro. Estoy intentando vivir el día a día. No es algo que me lo haya planteado. Nueva York no va a ser el mismo, pero el mundo no va a ser el mismo tampoco. ¿Cómo puedo tratar de aprovechar este tiempo para que no pase en vano a nivel personal y a nivel musical? Pienso cómo puede estar presente (este momento), en vez de estar preocupada de lo que va a pasar o no. Creo que es la forma más sana de llevar esta situación.
***
Melissa Aldana aprendió el jazz gracias a su papá, el saxofonista chileno Marcos Aldana, hijo del saxofonista Kiko Aldana, director de la banda de música tropical Huambaly.
—Pero de mi abuelo no me acuerdo. Él murió cuando yo era muy chica —dice Melissa Aldana, quien creció en una casa antigua, en la comuna de Independencia, escuchando a Charlie Parker y a John Coltrane. Su padre montaba ahí su academia musical.
—Nunca tuve una buena relación con Marcos. Crecí con un asunto familiar medio conflictivo que yo creo fue el empujón grande para irme a Estados Unidos y no querer volver más. Yo creo fue un escape de Marcos y de la familia. Ahora tengo una muy buena relación con mi mamá y con mi hermana, pero con él no tengo ninguna —dice y luego agrega:
—Él me enseñó a tocar saxo, pero eso no significa que yo tenga que tener una relación con él o estar agradecida, porque yo no sé quién es. No nos conocemos.
Melissa Aldana llegó a vivir a Nueva York una semana después de haberse graduado de Berklee College of Music en Boston, Massachusetts, la universidad de música contemporánea más grande del mundo, con una lista larga de exalumnos ganadores de premios como el Grammy, Emmy y Tony Awards. Había llegado a vivir a Estados Unidos en 2007 becada, tras intensos años de estudio en Chile.
Tenía 21, tenía el talento y tenía la determinación de que su viaje era uno sin retorno.
—Cuando yo tomé el avión desde Chile para venirme, sabía que no iba a volver. Yo creo que en gran parte es porque no tengo ese apego familiar. Siempre he estado sola. Esa transición no fue tan difícil. Lo que me costó mucho fue aprender a hablar inglés. Y luego acostumbrarme a la cultura, y entenderme yo como adulta, crecer, entender relaciones, con amigos, como el típico desarrollo.
Reconoce que a Nueva York “se mudó súper a las locas”.
—No lo haría así de nuevo.
Para integrarse al circuito, empezó a tocar todas las noches en Smalls.
—Fue mi inicio en Nueva York. Fue como conocí gente, como empecé a tocar conciertos, como empecé a armarme y a crecer.
En 2013 ganó el Thelonious Monk, la competencia de jazz mundial más importante para menores de treinta años. Fue la primera sudamericana y la primera mujer instrumentista en conseguirlo. Y su nombre pasó a sonar en circuitos más sénior, en los que le empezaron a pedir ‘exclusividad'.
—Pero yo siempre trato de negar el hecho de que ‘porque soy mujer' debería estar orgullosa por el Thelonious Monk. Siempre he querido que me consideren más como músico. Yo estaba en el lugar adecuado en el momento preciso. Eso abrió muchas más puertas rápido.
El premio le permitió ahorrar, comprarse un piano, estabilizarse y la puso en el mapa de los talentos que hay que mirar. Hoy está a la espera de presentarse online en 2021 en el Village Vanguard, un club abierto en Greenwich Village en 1935. De acuerdo con The New York Times “el mejor club de jazz en Nueva York y posiblemente de cualquier lugar”, donde se han presentado leyendas como John Coltrane y Bill Evans. A pesar de cerrar el 16 de marzo —tres semanas después de su cumpleaños número 85—, para ella hoy significa su máximo orgullo.
—Es como lo mejor que te puede pasar como músico de jazz aquí en Nueva York. Es un lugar donde se grabaron los discos de jazz más importantes, es donde todos mis héroes tocaron.
***
Melissa aparece en un cuadrado por Zoom con su saxofón dorado. Delgada y minúscula, sentada de cara a su computador, audífonos inalámbricos negros, con el pelo tomado, los ojos cerrados, el ceño fruncido, las cejas arqueadas, toca con fuerza la balada “Spring can really hang you up the most”, original de la poeta y compositora estadounidense Fran Landesman. Los auditores de su live-stream se multiplican en segundos. 103, 180, 208.
—Lo sentimos mucho. Teníamos muchas ganas de estar ahí con ustedes presentando nuestro último proyecto —dice Melissa a sus auditores virtuales. La acompañan, en pantalla, los músicos estadounidenses Sam Harris, Joel Ross y Kush Abadey, también desde lo que parece el living de sus casas.
Su más reciente proyecto es “Visions”, un álbum musical inspirado en la obra de Frida Kahlo y que incluye la improvisación del solo que la llevó a ser nominada este año a los premios Grammy en la categoría de Best Improvised Jazz Solo. “Visions” es también el resultado de un trabajo terapéutico.
—Es como abrazar tu historia, y representarla en el arte. Yo no tengo la familia ideal, pero esta soy yo. Esta es Melissa. Y el hecho de no haber tenido un suelo firme me permitió crecer y ser madura desde chica. Yo partí de la nada en Nueva York. Saber que no iba a contar con nadie si me pasaba cualquier cosa, me hizo fortalecerme desde chica, y estar clara en lo que quería hacer.
Un auditor virtual le pregunta: “Cuando compones, ¿confías más en tu inspiración o en la experimentación?”
—Yo creo que en la experimentación —dice ella, muy atenta a la cámara —. Quiero decir, obviamente hay días donde me siento y puedo escuchar, y todo fluye muy fácilmente, pero eso no ocurre siempre. Lo trato y soy disciplinada con esto. Tiene que ver con compromiso y con tratar de sacar ideas cada día.
Pero Melissa dice, más tarde, en privado, que le cuesta. No le ha sido fácil compartir su proceso personal en estas “sesiones” online que en tiempos pandémicos se han convertido en el lugar donde los músicos hoy se muestran en pantalla sin sus instrumentos.
—Me ha costado. Porque todo el proceso (creativo) es súper personal. Me siento como muy desnuda frente a la audiencia. Qué es lo que estás haciendo, qué es lo que estás estudiando. Yo estoy como en un período donde uno está con uno mismo, replantéandose y tratando de mejorar. Compartirlo se me hace difícil.
Melissa dice que estos meses se ha vuelto a conectar con la primera vez que tocó saxofón.
—Con ese mismo sentimiento que uno tiene de niño cuando está enamorado del instrumento. Recuerdo cuando quería practicar, absorber información y saber lo que más pudiera. Si bien siempre practico, hoy lo hago en una forma más profunda y consciente. Me he vuelto a encontrar con esa esencia del músico y de su instrumento.
Cuando empezó la cuarentena, meses atrás, imaginó que este sería un tiempo disciplinado, con prácticas diarias de diez horas y un período “de aprender esto y esto otro”.
—Yo me he sentido forzada a lidiar con cosas a las que hasta ahora no me había visto enfrentada, por la vida que llevaba, siempre viajando o trabajando. Ahora estoy tratando de estar sana. Haciendo ejercicios. Tratando de hacer lo que sea que me ayude a mantener mi mente estable y positiva.
La pausa —la de ella y la de la ciudad— la ha llevado a ver en su encierro una oportunidad.
—Evado mucho las cosas. Y este es un buen momento para pensar en mí misma. Aunque lo creas o no, siendo tan independiente, como que me cuesta mucho estar en silencio y tener tiempo para pensar. Es un privilegio como artista poder tenerlo.
Toccata Los Ríos permanece en internet
El Mercurio
El fin de semana recién pasado se desarrolló, en formato virtual, el tercer Festival Toccata Los Ríos, con más de 17 actividades, entre conversatorios, conciertos, charlas y talleres. La asistencia duplicó la de 2019, con más de 3.950 visitantes. Todas las actividades pueden ser vistas nuevamente en el sitio web Fundaciontoccata.cl, como el concierto inaugural de piano de Carla Sandoval, uno de los más vistos. El siguiente festival, Toccata O'Higgins, será del 12 al 14 de noviembre.
El fin de semana recién pasado se desarrolló, en formato virtual, el tercer Festival Toccata Los Ríos, con más de 17 actividades, entre conversatorios, conciertos, charlas y talleres. La asistencia duplicó la de 2019, con más de 3.950 visitantes. Todas las actividades pueden ser vistas nuevamente en el sitio web Fundaciontoccata.cl, como el concierto inaugural de piano de Carla Sandoval, uno de los más vistos. El siguiente festival, Toccata O'Higgins, será del 12 al 14 de noviembre.
domingo, agosto 16, 2020
María Teresa Curaqueo: Símbolos en el arte textil Mapuche
La investigadora y artista con un poncho que perteneció a un lonco de su familia, don Nicolás Alcapan Nahuelpan. |
El Mercurio
El valor antropológico y estético de los textiles mapuches —de origen precolombino— asombra. Y es esencial para saber más de esa rica cultura. Entrevistamos a una de las mayores expertas en ello.
Por CECILIA VALDÉS URRUTIA
En el Día Mundial de los Pueblos Indígenas, el lunes pasado, fue la cita virtual con la investigadora y artista de textil mapuche María Teresa Curaqueo Loncon. El tema que nos convocaba es uno de los más hermosos y profundos del pueblo mapuche: los textiles. Un arte de origen precolombino que conlleva creencias, prácticas e identidades de esa cultura, de la naturaleza y de sus familias. Todo ello expresado a través de una rica iconografía simbólica en sus trabajos, tanto en sus formas como en el uso de los colores.
“Esa simbología es como un libro de nuestra historia, pero que ha sido desmembrado”, cuenta la experta a “Artes y Letras”, desde Villarrica. Y reconoce que los textos de los investigadores están aún llenos de incertezas y errores. “Hay que saber nuestra lengua o contar con un excelente traductor para ello, lo que usualmente no sucede”, señala. Los signos y colores que surgen allí hablan de una visión profunda de la vida, la tierra, la sabiduría y los valores de esa cultura.
María Teresa Curaqueo Loncon —madre de cuatro hijos, descendiente de lonco— mantiene también en su arte textil un estricto apego a la tradición de su cultura. Y es requerida por museos. Mientras, en su tranquilo taller, en una hermosa zona rural de Villarrica (ajena a la violencia actual, más al norte), reúne telares, lanas y colores, que fabrica minuciosamente como sus ancestros.
Origen divino. Identidades familiares
El sitio arqueológico de Alboyanco, en Angol, fechado cercano a 1436 d.C., ratifica el origen precolombino del arte textil mapuche, gracias a los vestigios encontrados.
—¿Esos conocimientos se han ido traspasando por tradición oral?
“Sí, y ha sido a través de las generaciones. Pero son principalmente las mujeres las encargadas de transmitir a las hijas esa información de los textiles del grupo familiar y de sus ancestros. Es parte de la tradición”.
—¿La simbología parece ser clave?
“Es lo más importante. Tiene que ver con la identidad de cada familia, con su historia. Porque el mundo mapuche está integrado por muchas familias con un origen en común, y cada una usa un símbolo y se van añadiendo otros. La persona de una familia, al nacer, viene con un simbolismo que es de origen divino y que lo caracterizará. Los símbolos revelan y van explicando a cada linaje su carácter, tradiciones, creencias, el lugar de dónde son. Y el uso del soporte textil es valiosísimo para conservarlos”
—¿En esa simbología está la cosmología del mundo mapuche?
“Todos esos signos proceden de una escritura que no sabemos descifrar, porque se desmembró. Viene del origen del pueblo mapuche, de la tierra, de la naturaleza y de la dualidad. Nosotros tenemos mucha conciencia del lugar en que estamos, de la tierra misma, que está en movimiento”.
—¿Por qué el énfasis en lo geométrico?
“Se relaciona con la forma de contar, tiene que ver con la vida, con las familias que se van multiplicando. Ahí la figura del rombo es central: tiene muchas posibilidades, se forman muchas figuras y se pueden llevar a fases abstractas. Lo geométrico forma parte de nuestra tradición y representa cómo se va multiplicando la vida en la naturaleza”.
—¿Los signos permiten leer también hoy a qué familia pertenece una persona?
“En los Ngillatunes todavía se pueden leer. Lo sabemos mirando los símbolos, el color del poncho, del kipan (el vestido de la mujer) y la faja. Una determinada familia tiene un símbolo sobre el territorio de dónde procede. El color es esencial. El naranjo, por ejemplo, indica que es de zona lacustre (como Villarrica). En la costa se usa el poncho negro y blanco alusivo al mar, que toma un aspecto mágico. En la cordillera se usa mucho el azul. A través de los símbolos y composiciones de los textiles sabemos también sobre el poder del lonco, su estatus y linaje”.
Textiles sagrados. Los lamas
—Entre los textiles están las lama, que serían las más especiales y complejas de leer, los mantos sagrados.
“Es un textil de ofrenda, muy decorado, muy bello. También se usaba para sentarse, para los bebés y para dormir. La mayoría de las lama (palabra en lengua mapuche) se confecciona con signos complejos y también son usados como una ayuda memoria: se anotaba ahí la historia más personal de cada familia. Pero el mundo comercial ha terminado prácticamente con esa tradición”.
—¿Qué define a quién pertenece una determinada lama?
“La composición de los dibujos y el color van a configurar el significado sobre quién es la persona que lo usa: si es una mujer joven, la señora del lonco, la mujer que hace los remedios, la partera, la mujer que domina el arte de los teñidos, la que interpreta los sueños, la machi. El Museo Precolombino guarda un ejemplar de lama que tiene un rosado naranjo, esa es una lama de ofrenda, por la tonalidad y el trabajo de cómo está hecha. Otra lama es de un rosado con verde, naranjo y azul, que fue usado para recolectar hierbas medicinales. Los lamas de la mujer joven son más simples. En cambio, el textil de una experta tejedora es muy recargado en dibujos y siempre hay una cara roja y otra blanca; se trabaja con la oposición de colores y figuras”.
“El blanco es ausencia de divinidad”
—Los colores tienen un significado muy distinto al que muchos pensarían. ¿Qué representan el blanco y el negro?
“El color negro es la concentración de la vida. Pero es un negro distinto: tiene la profundidad del azul y es muy difícil de hacer. Representa la fuerza de la energía. El blanco es lo opuesto: es la ausencia divina. Lo evitamos. Usamos un blanco beige”.
—¿El amarillo es importante, como el azul, que parece ser esencial?
“El negro, el azul y el amarillo se usan como ritual. El amarillo representa toda la naturaleza viva como los árboles. Mientras el azul representa la conexión con los antepasados. El naranjo lo asociamos con el fruto maduro; es un naranjo étnico muy fuerte, muy bello. Mientras el rojo es muy profundo. El mundo mapuche lo fabrica con una técnica de teñido que marca una identidad única. El rojo es tan apreciado como el negro azulado. Tiene una carga medicinal. Su significado es ayudar a volver al equilibrio en la salud”.
—¿El color junto al diseño de la cruz cuadrada en el poncho mapuche indica que pertenece a un lonco?
“Sí y ambos son esenciales. Mientras más intenso es el color de la manta del lonco, es más importante. El teñido del color es clave. El otro factor es la cantidad de veces que aparece la cruz cuadrada en el manto del lonco. Mientras más veces está, es más importante. Esa cruz tiene un significado de sabiduría, es como una escalera ascendente del saber. Al mundo mapuche le interesa la sabiduría”.
—¿Y en las mujeres qué indumentaria y textiles destacan más su rango?
“El vestido, la faja de textil con diseño y sobre todo la platería que porta, además de las lama”.
—¿Qué sucede con la machi?
“Para una machi, el color rojo oscuro es mágico. Pero es una chamán y va más allá. Puede quebrar las reglas. He visto machis de verde y podrían usar, incluso, el color dorado. Se alejan de sus familias (y de sus símbolos). Se aíslan del mundo social”.
¡Al rescate!
—¿Dónde están hoy los textiles más valiosos, además de en algunas familias?
“En varios museos. El Museo de Arte Precolombino tiene una gran colección de mil piezas, muy bien guardada, pero no la han descifrado. Yo trabajé con unas cuantas de ellas. Poseen una colección de vestidos mapuches de azules étnicos. Tienen ponchos trabajados con una técnica muy depurada y una colección de fajas lindísimas. El Museo de Historia Natural posee ponchos muy hermosos. Y en Berlín hay ponchos y fajas muy antiguos. Otra colección muy importante está en el Museo de Branly, en París”.
—¿Y qué conserva hoy el poncho huaso de la cultura mapuche?
“El poncho huaso en su origen era una mezcla entre la cultura aimara, quechua, picunche y mapuche. Ahora, el chamanto huaso chileno no presenta los íconos mapuches”.
—Su arte textil sí rescata la tradición.
“¡Me apego completamente a la tradición! Voy hacia atrás. Es la forma de acercarse a mi cultura, una cultura enorme y con una tradición fascinante. Tiene una estética propia. Es la reina de la síntesis. He estado trabajando ahora con el Museo de Villarrica para una muestra con textiles sobre rituales con colores rosado, naranjo, figuras geométricas y mucho uso del rombo. Me preocupa demasiado cómo la sociedad se ha ido deshaciendo del desarrollo de esta belleza. Es como si a la Venus de Milo le fuéramos sacando pedacitos, por una mirada comercial, desprolija. Es una situación alarmante”.
Maku n (poncho) en proceso de tejido en telar con símbolos de la zona de Villarrica. Simbolizan enredaderas medicinales del bosque nativo. |
Lama de mujer de uso en ceremonia de sanación, con signo lucero del amanecer, en positivo y negativo. Textil del Museo Precolombino. |
Detalle de faja con figura de la planta del chilco usada durante la fertilidad. |
sábado, agosto 15, 2020
James Dean Bradfield lanzó un disco inspirado en Víctor Jara
El Mercurio
JOSÉ VÁSQUEZ
El cantante y guitarrista de los Maniac Street Preachers, James Dean Bradfield, contó que el nombre de Víctor Jara había llegado hasta él por diversas vías antes de acabar conmovido con su historia y terminar grabando un disco inspirado en su vida.
Ayer, el músico nacido en Gales estrenó “Even in Exile”, un trabajo con el que completa una historia a la que se había acercado cuando escuchó nombrar a la voz de “Te recuerdo Amanda” en un tema de The Clash (“Washington Bullets”) o cuando se sumergió en los sucesos políticos de Chile a través de la película de Costa-Gavras, “Desaparecido” (1982), protagonizada por Jack Lemmon y Sissy Spacek, y que aborda el golpe de Estado de 1973.
Ahora, fue a través de las letras del poeta y dramaturgo Patrick Jones, unidas a su música que homenajeó al cantautor, actor, escritor y director teatral chileno liberando una producción de 11 canciones que ya había adelantado en las semanas anteriores, con sencillos como “The Boy From The Plantation”, “There'll Come a War” y “Seeking The Room With The Three Windows”.
La crítica ha recibido positivamente el álbum. “En las manos capaces de Bradfield, sonidos enormes hicieron eco con la escala de injusticia que tuvo Jara”, señaló el diario británico The Independent, otorgándole cuatro de cinco estrellas, misma calificación que le dio la revista inglesa NME, que publicó: “Es un disco hábil, sincero y, sobre todo, personal que rinde tributo al inmenso legado de Jara, al tiempo que proporciona una plataforma para algunas de las mejores composiciones de Bradfield en los últimos años”.
El músico galés, además, estrenó una serie de tres podcasts para seguir hablando sobre la vida de Víctor Jara, que comenzó el 5 de agosto cuando abordó el impacto de la obra del chileno en la música conversando con Joey Burns de Calexico y Charlie Burchill de Simple Minds, y donde el pasado miércoles invitó a la actriz Emma Thompson y al coreógrafo Christopher Bruce para hablar de su faceta teatral.
La trilogía culminará el próximo 19 de agosto, para debatir acerca de la canción de protesta y la influencia del autor nacional con el escritor Dorian Lynskey, los cantantes y activistas Dafydd Iwan y Holly Near, el diputado laborista Kevin Brennan y su socio en el disco, Patrick Jones.
JOSÉ VÁSQUEZ
El cantante y guitarrista de los Maniac Street Preachers, James Dean Bradfield, contó que el nombre de Víctor Jara había llegado hasta él por diversas vías antes de acabar conmovido con su historia y terminar grabando un disco inspirado en su vida.
Ayer, el músico nacido en Gales estrenó “Even in Exile”, un trabajo con el que completa una historia a la que se había acercado cuando escuchó nombrar a la voz de “Te recuerdo Amanda” en un tema de The Clash (“Washington Bullets”) o cuando se sumergió en los sucesos políticos de Chile a través de la película de Costa-Gavras, “Desaparecido” (1982), protagonizada por Jack Lemmon y Sissy Spacek, y que aborda el golpe de Estado de 1973.
Ahora, fue a través de las letras del poeta y dramaturgo Patrick Jones, unidas a su música que homenajeó al cantautor, actor, escritor y director teatral chileno liberando una producción de 11 canciones que ya había adelantado en las semanas anteriores, con sencillos como “The Boy From The Plantation”, “There'll Come a War” y “Seeking The Room With The Three Windows”.
La crítica ha recibido positivamente el álbum. “En las manos capaces de Bradfield, sonidos enormes hicieron eco con la escala de injusticia que tuvo Jara”, señaló el diario británico The Independent, otorgándole cuatro de cinco estrellas, misma calificación que le dio la revista inglesa NME, que publicó: “Es un disco hábil, sincero y, sobre todo, personal que rinde tributo al inmenso legado de Jara, al tiempo que proporciona una plataforma para algunas de las mejores composiciones de Bradfield en los últimos años”.
El músico galés, además, estrenó una serie de tres podcasts para seguir hablando sobre la vida de Víctor Jara, que comenzó el 5 de agosto cuando abordó el impacto de la obra del chileno en la música conversando con Joey Burns de Calexico y Charlie Burchill de Simple Minds, y donde el pasado miércoles invitó a la actriz Emma Thompson y al coreógrafo Christopher Bruce para hablar de su faceta teatral.
La trilogía culminará el próximo 19 de agosto, para debatir acerca de la canción de protesta y la influencia del autor nacional con el escritor Dorian Lynskey, los cantantes y activistas Dafydd Iwan y Holly Near, el diputado laborista Kevin Brennan y su socio en el disco, Patrick Jones.