miércoles, julio 26, 2023

Cecilia, la primera ídola de la música chilena

Francisco Javier Olea

 

El Mercurio


Profundo pesar causó la muerte de la cantante, a sus 79 años, que se caracterizó por su originalidad, amplio registro vocal y por romper esquemas, lo que la llevó a ser un ícono artístico, que en sus seis décadas de carrera cautivó a varias generaciones.

EQUIPO DE ESPECTÁCULOS

Cecilia, a pesar de haber alcanzado la popularidad a mediados de los años 60, cuando el fenómeno de la Nueva Ola lanzaba sus marejadas más furiosas, siempre fue una figura excluyente dentro del movimiento. Una artista alternativa dentro del ramillete homogéneo en que se alineaban los cantantes de la época que hacían suyos y en español los éxitos foráneos que se escuchaban en la radio.


Por eso, su irrupción fue tan bombástica: era distinta y eso se notaba demasiado desde el inicio, cuando comenzó a hacerse conocida apenas dejó su natal Tomé. Todo aumentó aún más al mostrar sus movimientos huracanados en sus presentaciones, donde vibraba como ninguna hasta entonces sobre el escenario, justificando rápidamente el apodo que terminó timbrando su carrera: “La incomparable”.


Su característico paso, en el que lanzaba un beso luego de tocar su taco con la mano fue su marca patentada, igual que su registro vocal, que transitaba sin problemas del tango al rock and roll, pasando por su propia lectura del rico catálogo italiano de la época.


La destacada intérprete falleció la noche del lunes en la Clínica Vespucio de la capital, donde estaba internada desde el 14 de julio por problemas derivados de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica que padecía. Ya en 2016 había superado un episodio similar en Antofagasta luego de un show en el casino de esa ciudad.


La cantante inició su carrera en Tomé, donde nació el 21 de octubre de 1943, al frente de un cuarteto, Los de Tomé. El conjunto tuvo corta vida, y de ahí probó suerte formando Los Singers, con quienes grabó canciones que le abrieron paso en el ambiente musical.


Su irrupción definitiva en solitario llegó en 1963 con el tema “Tango de rosas”. Desde ahí, su carrera solo apuntó hacia arriba.


En 1965 reafirmó su popularidad al ganar el Festival de Viña con “Como una ola”, de María Angélica Ramírez, lo que le permitió después presentarse en España, en el Festival de Benidorm.


Su historia discográfica fue mezquina: apenas cuatro discos de estudio, entre 1964 y 1970. Pero le bastaron para mantenerse por décadas como una figura pop, primero de la juventud en los 60 y luego abriéndose como ícono de la diversidad hasta hoy.


En 1964, debutó con el título homónimo “Cecilia”, su primer larga duración y que contenía “Puré de papas”, “Baño de mar a medianoche”, de Domenico Modugno, y su versión del tema de otro italiano, Claudio Villa, “Amor, mon amour, my love”.


Al año siguiente, las canciones de Villa siguieron alimentando su cancionero con un disco que tituló “Cecilia, La incomparable”.


En 1968, la cantante lanzó “Estamos solas, guitarra”, sin gran repercusión. Dos años más tarde presentó su último trabajo de estudio: “Gracias a la vida”, donde incluyó el icónico tema de Violeta Parra, además, de un cover de Víctor Jara, “Plegaria a un labrador”. Este trabajo también incluyó la canción “Un compromiso”, que más tarde se revisitaría con éxito en la voz de Javiera Parra, en 1995.


Tras el golpe militar, su actividad artística se vio relegada a restaurantes y boites, ya que dejaron de llamarla de la televisión.


En 1987 vivió uno de los episodios más oscuros de su vida al ser encarcelada durante 28 días por facturas impagas y una presunta estafa, lo que ella siempre negó y lo atribuyó a una cuestión política, por haber grabado canciones de Violeta Parra y Víctor Jara.


Su figura recobró vigencia luego de que, a fines de los años 80, el director Vicente Ruiz sumara sus canciones a su obra “Hipólito”.


Su vida dio origen, además, a algunos montajes teatrales como “Cecilia, una reina un mito”, en 1998, que no contó con su beneplácito al aludir a su sexualidad y presunto alcoholismo. En 2019 se puso en escena “Cecilia, el musical”, y el año pasado se estrenó “Cecilia, una historia incomparable”, producida por el Teatro Biobío y Cultura Capital, que solo tuvo funciones en Concepción.


En los últimos años hizo colaboraciones como en “Volver a empezar”, con intérpretes de su generación, en 2021; “Sacar los tambores”, con Mariel Mariel, en 2020, y una versión de “Baño de mar de medianoche”, con Gloria Simonetti, en 2012. Su última grabación fue “Jauría de mujeres”, de su autoría, este año con Mon Laferte, para su serie.


“Estoy muy orgullosa de mí por todo el legado que dejo, ¿por qué no decirlo? Hay gente que quiere subirse en un pedestal y a mí Dios me lo permitió”, dijo Cecilia hace solo un mes a este diario, a propósito de su serie.


En el Teatro Caupolicán fue ayer el velorio de la cantante, al que asistieron miles de personas. Hoy, a las 14:00 horas, sus restos serán llevados al crematorio del Cementerio Parque del Recuerdo. Sus cenizas se esparcirán en su natal Tomé. HÉCTOR ARAVENA

Sus colegas destacan su gran legado artístico

La noticia del fallecimiento de Cecilia generó emotivas reacciones desde un sinnúmero de variadas figuras de la música nacional.

Sus grandes amigas del ambiente musical fueron Gloria Simonetti y Ginette Acevedo, quienes se autodenominaban, junto a Cecilia, como “El club de Lulú”, ya que se juntaban regularmente y se conocían desde hace años.

“El paso de Cecilia por la vida ha sido importantísimo y transversal, porque no generó solo un estilo y una forma de cantar, sino que una manera de ser: franca y abierta con la vida”, resalta Simonetti.

Ginette Acevedo cuenta que permanecían en contacto, a pesar de que en el último tiempo estaba bastante resentida de su salud. “Pero siempre estaba animosa y contenta”, señala.

“El legado que deja es enorme. Es una mujer que brilló con luz propia desde sus comienzos. Su ímpetu, sus canciones, su puesta en escena con esa pachorra que siempre fue tan de ella. Yo le decía que era una insolente, musicalmente hablando”, añade la intérprete.

Para José Alfredo Fuentes, la figura de Cecilia también fue muy influyente. La conoció cuando tenía 15 años y ella 19. “Era mi ídola”, recuerda “El Pollo”. A partir de ese encuentro, ambos tuvieron un período muy unidos, generando un vínculo que quedó en evidencia cuando Fuentes comenzó su carrera. “Ricardo García, el gran DJ de la época, me decía Cecilio en mis primeros discos. Y yo, orgulloso, porque la admiraba mucho y sin querer queriendo agarré algunas cositas de ella”, plantea.

Otra cantante que cosechó una estrecha relación con la artista fue Carolina Soto. “Fue una transgresora. Ella empezó a empoderar a la mujer hace muchos años, cuando ni siquiera se hablaba del empoderamiento del que tanto se habla hoy día”, señala.

Desde la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD), organismo que en 2011 le entregó el premio de Figura Fundamental de la Música Chilena, las reacciones fueron similares. “Ella fue una vanguardista, una revolucionaria, que se rebeló a las barreras y cánones que se imponían a las mujeres en una época tan distinta como fueron los años 60, y logró instalar sus propios términos. Fue un huracán de viento fresco, con una huella que perdura hasta hoy, y que sobre todo las artistas femeninas han elevado a la categoría de símbolo y referente”, dice Rodrigo Osorio, presidente de la organización.

La miniserie “Cecilia, la incomparable”, que dirigió Vanessa Miller, fue el último proyecto en el que la cantante se involucró. Miller trabajó durante 11 años en esta producción, tiempo en el que se hicieron muy cercanas. Por lo mismo, fue parte del círculo que acompañó a la cantante en sus últimos días.

Según la actriz, “fue una adelantada para su época y con un registro inmenso que, unido a su fuerza escénica y a su liderazgo femenino, la convirtieron en ‘La Incomparable'”.

“Parte de mi objetivo y propósito fue rescatar su rol de autora musical. La serie sorprenderá por el rescate patrimonial de las composiciones de su autoría, que son piezas de una riqueza musical y emocional. La historia está contada por Cecilia, pero también contada a través de sus canciones”, adelanta.

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