Domingo 15 de marzo de 2009
Por Javier Ramos / Fotos: Álvaro Inostroza / La Nación Domingo
Quelentaro: “La cesantía es tan linda…”
Ahora lo dicen con ironía, pero hace 38 años escribieron el himno de la desocupación. “Cesante” es una canción metafísica que hoy se actualiza con rostro de “necesidad de empresa”. Abuelos de los rockeros independientes, estos músicos nacidos en Angol son duros como el carbón del sur. Por algo el nombre del grupo significa voces de un río de mierda. “Tendríamos que tener el Premio Nacional de Arte”, dicen.
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"Cesante, primo carnal del hambre/ y pariente lejano de la muerte." Los versos de "Cesante", una de las coplas más populares del dúo Quelentaro, suenan hoy más duras. Editada en 1971 en el álbum homónimo, tuvo su origen en los recuerdos de infancia de los hermanos Gastón y Eduardo Guzmán Muñoz (derecha e izquierda en la foto) en época de crisis económica.
"Era tal la cesantía, que los cesantes se organizaron y salían a marchar a las calles exigiendo trabajo y la gente les tenía miedo", rememora Gastón, de 72 años, el mayor del dúo.
En sus 12 minutos de duración, salen a flote la humillación, el hambre y la repulsión al desempleado, aversión que los comparaba con "el viejo del saco", que comería a los pequeños que no querían dormir. Pero, hoy el monstruo está al otro lado, atemoriza a todos por igual con su rostro de porcentaje, de "necesidades de la empresa", de "está mal el negocio", o la simple palabra "crisis".
"Pero la cesantía es tan linda", ironiza Gastón, mientras Eduardo analiza las formas de hacerle frente, "hay gente que se niega a trabajar si no es en lo que estudió y otra gente es capaz de hacer lo que venga para sobrevivir. Hay gente que puede elegir no trabajar, hay muchas maneras de vivir".
Formas de existencia que son mucho mejores a las penurias de nuestros antepasados. "Antiguamente la mitad de los cabros andaba sin zapatos en el sur, lloviendo, con escarcha, eso ya no se ve casi. Ahora cualquier niñito puede tener zapatillas de marca. Una cachá de cabritos anda con celulares. Entonces, eso es algo, no están desconectados, hay pueblos chicos donde la escuela tiene internet", argumenta Eduardo, de 69 años, para quien sería una tozudez y una infamia negar las señales de progreso que han visto en su vida.
Evidentemente, exigen una mejor distribución de la riqueza. Él mismo sostiene, "a todos los gobiernos les pediría que se preocupen por una mejor distribución del paquete, ¿el 20 por ciento tendrá el 80 por ciento de la plata?, no sé ".
AMORECIENDO
Pese a su popularidad y reconocimiento, han tenido que servirse las rebanadas más delgadas de esa torta en 49 años de trayectoria artística.
Su absoluta independencia musical no les da siquiera para poder editar un disco sin sobresaltos económicos. Sin embargo, pueden darse el gusto de elegir dónde y para quién actuar. Tienen agendadas presentaciones en Pelarco, Yumbel, Huilquilemu, Temuco y también piensan retornar al Teatro Cariola, su epicentro en la capital.
Pero no sólo recitales tienen ocupada la mente de la activa dupla. Discurren la forma de poder editar el resto de discos que conforman las "Coplas libertarias de la historia de Chile", cuyas dos primeras entregas corrieron por cuenta de la Municipalidad de Maipú, en la gestión del actual alcalde. Además, está en su horizonte poder regrabar las "Canciones laborales" y "Tiempo de amor", que desean rebautizarlo como "Amoreciendo".
-Eso tiene que ver con el acoplamiento de las ovejas, ‘es tiempo de amorecer’ ejemplifica Eduardo encuentro tan bonita la palabra, ‘amoreciendo’ , dice.
-¡Lindo!, amorecer, confirma Gastón que aquel verbo prosaico e inexistente en la urbe les suena a la más dulce poesía.
Tras anunciar la publicación de otro libro de poemas, Eduardo indica que aún está en barbecho uno de cuentos, lo cual ampliará su currículo literario marcado por las líricas impresas en "Amanocheciendo" y "Desde mi cuarto". Pero no son máquinas. Con la sabiduría contenida en sus canas, Gastón defiende su derecho al ocio, acrecentando las expectativas por conocer la prosa quelentariana, "soy hermosamente flojo. ¡Es que es lindo ser flojo!, más lindo, no hay", declara.
EL MIERDAL
La vocación artística de los Guzmán la forjaron desde su infancia. "Compartimos desde muy chiquititos", le recuerda Eduardo a Gastón, "fíjate que ayer me acordaba de que mis papás confiaban en ti pa’ cuidarme. A todas partes me llevabái vos. A dónde, a la escuela con éste, si me tocaba ir al cine, con éste, pa’ salir a jugar, con éste todo." Aparte, su casa de Angol siempre era visitada por payadores y cantores, "si mi hermano traía al tocador de guitarra que encontraba en la calle", agrega su ex chaperón.
Relevante en esa época fue doña Celinda, su madre, quien les transmitió su gusto por el folclore y la música, "siempre yo pensé que podíamos, nunca me quedé atrás", explica el mayor. Por eso, cuando los profesores del Liceo de Hombres de Angol les preguntaban qué habían hecho en vacaciones, la respuesta era invariable: "Tocar la guitarra".
Sin embargo, su decisión de ser cantores populares, no sería completa sin la base que les dio su temprana obsesión con la lectura, inusual en unos niños sureños provenientes "de un caudal pobrísimo de gente", como define Eduardo a su familia.
Egresados, coincidieron en la construcción de la central de Rapel, en la década de los 60. En su condición de obreros, seguían tocando y componiendo, siempre fieles a su idea de que podían lograr transmitir su visión del Chile esforzado. Es ahí cuando nace Quelentaro, gracias al nombre del estero que atravesaba el campamento obrero de la faena. "Recibía todo el mierdal, ahí desaguaban los baños", recuerda Gastón, para explicar la primitiva denominación "Voces del Quelentaro", un nombre adecuado para transmitir las chocantes verdades de sus coplas.
Desde allí en adelante, el trabajo que fue corriendo de mano en mano llegó a difundirse a todo el pueblo. Para Eduardo, su actuación más memorable fue en el gobierno de la UP, "me gustó la que hicimos en la Unctad (ex Diego Portales, próximo Centro Cultural Gabriela Mistral) por el Día Internacional de la Mujer. Estaba el Presidente Salvador Allende, nos estrechó la mano. ‘¡Muchachos!’ le imita con una voz bonachona y nos cerró la mano. ¡Bonito!", rememora con orgullo.
"A mí me gustan todas", dice con un dejo de indiferencia Gastón, a lo que su hermano se apresura en defender, "pero esa fue notable, porque no todos los días te saluda un Presidente, y más encima Salvador Allende."
Gastón sostiene que para él lo más valioso es torcerle la mano al destino. Argumento no menor, si se recuerda que pese a haber sido críticos con la UP, él partió al exilio. Sin embargo, la dictadura fue una época difícil, pero fructífera. Si hasta la BBC de Londres los entrevistó.
Cantar lo que estaba sucediendo en Chile les mantuvo la mente más despierta, aunque no sin menospreciar el yugo militar. "Ese período que nosotros vivimos pudo haber sido reflejado en otros cultores populares que no lo hicieron. No vi que nadie dijese absolutamente nada sobre lo que nosotros estábamos sufriendo o viviendo. Sin embargo, nosotros lo dijimos, con miedo, con un miedo absoluto", sentencia.
VERDADES Y MITOS
Septuagenarios, trabajan como los jóvenes músicos de hoy, sin sello y con la solidaridad de los hermanos Pedro y René Valencia para grabar caseramente sus composiciones. Admiran artísticamente a Pancho Villa, por su compromiso social y su particular estilo de variar la trova cubana. Le siguen el ariqueño Alexis Venegas, por su buen gusto musical y Magdalena Matthey, dueña de una voz dulce y suave.
También la juventud les dio luces para indagar en los conflictos de su natal Araucanía. Hace algunos años, gracias a conversaciones con estudiantes mapuches, previeron el conflicto que se avecinaba. "Esto se pudo haber evitado", dictamina Eduardo, quien sostiene que la única forma de poder enfrentar el problema es con el diálogo y la comprensión, "y tratando de compensar lo que ellos piden, pero no tirarlos directamente al olvido", opina.
No quieren vivir de recuerdos. Viven anclados en el presente, que también les recuerda que algunas cosas no cambian.
Si antes en "Veneno negro" narraban la encrucijada de un padre que perdía a su hijo por el alcoholismo, inspirado en un hermano muerto por tal enfermedad, creen que se puede extrapolar perfectamente a las vicisitudes de la vida moderna. "Esa vivencia la tiene cualquier persona, cualquier familia y trasladado a la época actual, es el cabro drogadicto y el papá que no lo puede salvar. Es lo mismo. Antes era con el alcohol, ahora las drogas", comenta el menor.
Tal aversión desmiente el mito de que eran capaces de vaciar garrafas de vino tras sus actuaciones. "Hay cuestiones peores", comenta Eduardo. "Gente que miente delante de nosotros. Fíjate que un caballero nos vio cantar en el Estadio Nacional, al medio, con una guitarra cada uno y 60 mil personas y te cuenta a ti que estuvo allí y nosotros no estuvimos allí".
MÉRITOS Y AUSENCIAS
Siempre críticos, abogan por el respeto cabal a las leyes laborales que benefician a su gremio, entre otras injusticias. Particularmente no tienen contemplaciones para con los medios de comunicación, que escasamente les han dado tribuna en desmedro de temas desechables.
Aunque su presencia en radio, televisión o prensa sea ínfima, conocen el respaldo popular y también institucional a través de tres premios, del Sindicato de Folkloristas y Guitarristas de Chile, el Altazor y Premio a la Música Nacional Presidente de la República categoría Música Folklórica, que confirman su peso en la escena chilena. "Uno siempre espera que lo reconozcan, y cualquier distinción es bienvenida y agradecida", dice Eduardo.
"Por decir alguna cosa, si ustedes pudieran tener acceso al trabajo de Quelentaro y profundizarlo, interesarse en eso, yo pienso que, apoyándonos en todo lo que hemos hecho, necesariamente tendríamos que tener el Premio Nacional de Arte. Indiscutiblemente", expresa vehemente Gastón.
Ejemplifica que las "Coplas libertarias para la historia de Chile" serían mérito suficiente para obtenerlo. Pero, a parte de no tener plata para concluirlo, Eduardo recuerda que deben ser propuestos para ello, "tener un grupo humano que trabaje para defender esa postulación."
-Pese a esta marginación de medios y cánones usuales de distribución, tienen seguidores y han perdurado en la memoria de muchos chilenos, entonces, qué habría que hacer para
-Ustedes ya no pueden hacer nada, ni para ayudarnos, ni para cagarnos. Ya está LCD
http://www.lnd.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20090314/pags/20090314165723.html
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