IÑIGO DÍAZ
Cultura
El Mercurio
Durante una década en la metrópolis de la música, Rodrigo Recabarren ha producido varios proyectos. Ya en Chile, para tocar esta semana, trae sus últimos álbumes, de tres bandas con tres sellos disqueros.
La calle de Brooklyn se llama Beekman y no solo es donde vive el músico chileno Rodrigo Recabarren. También fue el lugar en el que se fraguó un proyecto de jazz donde él figura como baterista, coautor y productor: Beekman Quartet. "Más que músicos de una banda, éramos amigos, panas. Nos juntábamos aquí simplemente para estar juntos, filosofar, ver fútbol. Así nació el cuarteto", dice .
Recabarren vive en Nueva York desde hace una década. "Aquí me relacioné con gente muy diversa, de distintos lugares del mundo, inmigrantes como yo. Esas conexiones han sido musicalmente súper fructíferas", dice. En efecto, Beekman Quartet está formado por dos chilenos -también el contrabajista Pablo Menares-, un pianista español y un saxofonista estadounidense.
Hoy está presentando el primero de tres discos, con tres proyectos musicales y tres sellos discográficos distintos, que Recabarren pilotea desde Nueva York. "Nunca he querido poner mi nombre antes que nadie, así que formé o me integré a proyectos colectivos, donde las cosas se comparten", señala.
"Beekman, vol. 3. Live in San Francisco", fue editado en Estados Unidos por Ropeadope. Se grabó en uno de los habituales house concerts , presentaciones en lugares donde un anfitrión convoca al público a su casa. En paralelo y como baterista del trío Mural, Recabarren también estrena el disco "Shishi's wish", editado por el sello de Bremen Berthold Records. Está formado por el guitarrista japonés Aki Ishiguro, y el contrabajista alemán Peter Schwebs.
"Mural es una banda donde lo eléctrico predomina, y en ese sentido hay más colores y libertades. Yo incluso toco teclados", señala. "Tanto como en Beekman, el lenguaje jazzístico nos permite 'tratar' la música: el afán no es tocar un tema, sino ver todo lo que pasa cuando lo estás tocando", agrega. Mural toca mañana en el Club de Jazz Travel de Viña del Mar, y hasta el sábado tendrá acción en Valparaíso, Temuco y Santiago.
Pero si de expansión de fronteras se trata, un tercer proyecto reúne a Recabarren con el guitarrista Raimundo Santander en el dúo Peregrinos. Juntos están presentando su álbum "Haciendo el fuego" (Discos Pendiente), grabado casi en su totalidad en Nueva York. Ahí el jazz tal como lo entendemos se difumina. Incluye colaboraciones de Nano Stern y del pianista Javier Cornejo.
"La experimentación de guitarra y batería decantó hacia la música de raíz folclórica. Tocamos una anticueca de Violeta Parra, un huayno y una kumbia, con K. Hay guitarra de palo y bombo legüero. Es el disco más afuerino de todos, pero se sostiene también en la lógica del jazz. Creo que aquí está la búsqueda de saber quién es uno", cierra
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