El Mercurio
Tal como en otras ediciones, el Movistar Arena, escenario reservado para la mayoría de los shows electrónicos, ha sido ampliamente concurrido por el público menor de edad.
Por Raimundo Flores
Apenas se abrieron las puertas del Parque O'Higgins en la segunda jornada de Lollapalooza, un numeroso grupo de jóvenes se apostó en la entrada del Movistar Arena esperando que la organización permitiera el ingreso al recinto. Y es que ahí dentro se vive prácticamente un festival paralelo, con números dedicados casi exclusivamente a la música electrónica y con un público mayoritariamente formado por menores de edad, distinto al que circula por los otros espacios del festival.
El "semáforo" que se instaló este año afuera del recinto y que indica cuándo su capacidad se encuentra completa, restringiendo la entrada del público, refleja cómo el aumento de este fenómeno ha hecho a la organización del festival tener que tomar medidas.
Si en los primeros años de Lollapalooza en Chile el Movistar Arena se llenó en contadas ocasiones y para shows precisos, hoy tiene un público que se queda ahí sin importar mucho el artista que esté delante y que, prácticamente, no abandona la arena. El viernes, antes de las 18:00 horas, el semáforo se puso en rojo por primera vez, cuando ya había cerca de 15 mil personas en el lugar, flujo que no descendió hasta el inicio de la presentación de Pearl Jam a las 21:00 horas. Ayer, cerca del mismo horario, las puertas se cerraron para la presentación de What So Not por las mismas razones.
Dentro del Movistar Arena, la cancha es lo que se llena con mayor rapidez, con un público juvenil que parece no perder la energía en ningún momento, que salta y se mueve al ritmo de la música electrónica, y que acostumbra a formar círculos con gente bailando dentro. Los celulares y los flashes también abundan y destacan en la oscuridad del lugar, donde la efusividad de la audiencia se hace sentir más que en los otros escenarios del festival.
La alianza entre la arena y la electrónica es casi perfecta, considerando que, al ser un lugar cerrado, el recinto permite que a cualquier hora del día se realicen espectáculos que generalmente están hechos pensados en ser ejecutados de noche. De hecho, según fuentes de la organización, la presencia del Movistar Arena es una de las mayores ventajas comparativas que tiene Lollapalooza Chile en relación con las ediciones de otros países.
Las tornamesas para hoy
El cierre de Lollapalooza en Movistar Arena tendrá como principales números al mexicano Deorro, el dúo holandés Yellow Claw y al francés DJ Snake, quien ha trabajado con Diplo, otro nombre que ya estuvo en el festival del año pasado.
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